Candidato a la Presidencia por el PI, Pablo Mieres.

"Ni unos ni otros" y "con viento en contra"

Candidato a la Presidencia por el PI, Pablo Mieres: A la hora de las decisiones hay dos bloques muy claros: el FA (incluso cuando Astori tuvo diferencias, en general votó disciplinadamente con el resto) y del otro lado blancos y colorados. Somos un factor decisivo que puede inclinar las decisiones en un sentido u otro. No aceptamos que ninguno de esos bloques nos coloquen de su lado: si hay balotaje, los dirigente vamos a mantener en reserva nuestro voto.

(Emitido a las 09.11)

EMILIANO COTELO:
"Patético", "Deplorable", "Un vacío absoluto", "Una falta de respeto". Eso es lo que piensa de esta campaña electoral el candidato a la Presidencia por el Partido Independiente (PI), doctor Pablo Mieres. Mientras tanto afirma que "puede sentir en la calle" cómo su sector empieza a remontar en las encuestas de cara al 31 de octubre.

En las elecciones internas de junio votó mal. ¿Podrá entonces transformarse en una opción válida para quienes buscan distanciarse de la dicotomía partidos tradicionales - Encuentro Progresista (EP)? Vamos a conversarlo con el doctor Pablo Mieres.

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Mieres es candidato a la Presidencia de la República y primer candidato al Senado por el PI. Hoy es diputado, cargo para el cual fue electo en 1999 cuando integraba el Nuevo Espacio (NE); de profesión abogado, sociólogo, tiene 45 años, está casado y tiene tres hijos.

Quedó dicho al pasar en la introducción, el PI surgió como una escisión del NE, cuando el sector encabezado por Rafael Michelini decidió iniciar negociaciones con el EP. Ustedes prefirieron mantenerse independientes. Entonces, ¿cómo se completa el perfil de este partido?

PABLO MIERES:
Es un partido alternativo a una polarización que le está haciendo mucho daño al país, un partido que no se deja encuadrar en ninguno de los dos bloques, que tiene un pensamiento socialdemócrata con un componente de un grupo que venimos de la Democracia Cristiana, o sea que también hay una conjunción de socialcristianismo con socialdemocracia. Una opción de centroizquierda claramente, con los pies sobre la tierra, con un sentido de la realidad y de la gestión, de la forma de hacer política donde no nos duelen prendas reconocer las cosas buenas de los demás. Creo que ésa es una diferencia; no debiera serlo, pero es una diferencia hoy en el panorama político uruguayo. Por eso en el período que termina si uno analiza la actuación del PI va a observar que, teniendo enormes diferencias con el gobierno que termina, algunas veces dimos una mano porque nos pareció que era bueno para el país, que era necesario, que era imprescindible, y lo hicimos sin pedir nada a cambio. Ésa va a ser la actitud hacia el futuro, gane quien gane...

EC - Usted es candidato a la Presidencia, pero está claro que chance no tiene de acceder a ese cargo.

PM - En realidad, de los ocho candidatos sólo dos tienen chance.

EC - La apuesta del PI está orientada a por lo menos revalidar los tres diputados que heredó del NE; por supuesto la meta incluye lograr su acceso al Senado...

PM - Sin duda.

EC - ...entonces, ¿para qué están pidiendo el voto? ¿Qué papel se proponen jugar en el Parlamento?

PM - Vamos a tener un papel decisivo. No de pronto por nuestra entidad cuantitativa, porque si uno habla de una bancada de un senador y tres, cuatro o cinco diputados -pongamos que llegamos al 5 por ciento y tenemos cinco diputados, lo que sería prácticamente el techo, salvo alguna sorpresa que siempre puede ocurrir-, por la situación que uno ve de abroquelamiento de los dos grandes bloques en que se divide el país y la disciplina con que funcionan... Porque cuando uno analiza la historia reciente, más allá de que Larrañaga y Stirling tomen alguna distancia de la confrontación más dura entre Sanguinetti y el Frente Amplio (FA), lo cierto es que a la hora de las decisiones hay dos bloques muy claros, y el Frente ha actuado como tal; incluso cuando Astori tuvo diferencias terminó en general disciplinadamente votando en conjunto con el resto, y del otro lado blancos y colorados. Por esa circunstancia nosotros nos convertimos en un factor decisivo, porque nuestro peso electoral, aunque sea pequeño, se transforma en el fiel de la balanza y puede inclinar las decisiones futuras del Parlamento en un sentido u otro, con un criterio de responsabilidad que vamos a manejar, porque somos un partido no alineado, independiente tozudamente, que le da al país, tanto en su función legislativa como de control, una significación no menor.

EC - La Encuesta Factum le da por ahora al PI 1 por ciento.

PM - Otras son un poco más generosas con nosotros andan en un 2 por ciento, alguna habló de 4 por ciento la semana pasada. Lo que está claro es que estamos en fase de crecimiento, ésa es la tendencia en todas las encuestas.

EC - ¿De dónde piensa que pueden llegar los nuevos votantes del PI que se vuelquen a esa opción en estos días? ¿Desde los partidos tradicionales, desde el Encuentro Progresista (EP), de la masa de indecisos, de aquellas personas que no quieren votar a nadie pero en vez de votar en blanco o anulado optan por darle su voto a una fuerza menor? ¿Cómo ven esto?

PM - En general la que se está acercando al PI es gente que se decepcionó fuertemente de los partidos tradicionales, que siente que han fracasado, pero que no ve en el FA una opción que le dé garantías, que le dé certezas, le tiene desconfianza, y valora la trayectoria de un partido que en esta campaña electoral ha planteado cosas con sensatez y con mucha franqueza. Creo que la gente está buscando que los políticos le hablemos con claridad, sin esconder el juego, sin especulaciones, sin cálculo, y si algo tiene este partido es eso, porque nosotros como PI no especulamos, no hicimos cálculos, nos quedamos en la posición si se quiere más incómoda, de mantenernos a la intemperie reivindicando un espacio político contra toda sensatez, contra todo sentido de la utilidad. Y la gente valora esas cosas.

EC - Me llamó la atención que el PI ha sido en estos días el único que en la propaganda de televisión, por lo menos, ha tocado el tema del plebiscito del agua. No hay ninguno hablando del plebiscito del agua, ni a favor ni en contra, salvo el PI, que además lo hace en contra de manera muy contundente. Supongo que esa apuesta tiene sus riesgos, teniendo en cuenta ese perfil de partido que usted estaba describiendo.

PM - Es una apuesta riesgosa. Sacamos un spot publicitario en televisión un día y lo retiramos porque sentimos que la forma de explicar el tema no admite el formato de un spot de 10 segundos que lo termina convirtiendo en una cuestión muy maniquea. La gente está tan fuera del tema -porque además los otros adversarios se han encargado de no ponerlo encima de la mesa- que estamos usándolo más en la comunicación escrita, en prensa escrita y por supuesto en los discursos y los reportajes donde uno puede explicar la posición. Me parece que la gente llega al 31 de octubre con una situación de desinformación absoluta en la que creo que hay complicidad de los dos candidatos principales, el doctor Vázquez y el doctor Larrañaga, ambos en una posición muy incómoda porque están tratando de salir de la circunstancia quedando bien con Dios y con el Diablo; por un lado quedan bien con los impulsores del plebiscito y votan el Sí, y por otro le dan una interpretación antojadiza que les diría a los empresarios amenazados de perder sus concesiones "quédense tranquilos, muchachos, que no va a pasar nada".

EC - Ya hemos tocado el tema con ustedes en otras ocasiones, pero ya que volví a poner el asunto sobre la mesa, ¿por qué han resuelto salir a difundir su posición contraria a la reforma?

PM - Porque le va a hacer mal al país. El proyecto de reforma tiene cuatro componentes, dos de ellos de carácter programático y de principios que son compartibles -declarar que el derecho al saneamiento y al agua potable es un derecho fundamental más, o que los criterios ambientales y sociales deben prevalecer sobre el del lucro; de principios, programáticos, sin efectos específicos, compartibles-, y dos que tienen efectos dispositivos que, para decirlo en un resumen muy sucinto, determinan que los uruguayos que no tienen saneamiento (porque se ha hablado del agua, pero el gran tema de este plebiscito es el saneamiento, no el agua; esto no tiene nada que ver con el acuífero guaraní, nada que ver con que no nos vendan el agua, esto está relacionado directamente con las posibilidades de desarrollar y administrar las obras de agua potable y saneamiento), que son una cifra muy impactante, el 70 por ciento de la población del interior carece de saneamiento, y lo que está decidiendo este plebiscito es que sólo OSE directa y exclusivamente se encargará de esa tarea, y si no no lo puede hacer nadie porque queda prohibido por la Constitución. Y OSE es un ente deficitario que ha tenido incapacidad bastante manifiesta de llevar adelante obras significativas en esta área y por lo tanto lo que estamos haciendo en buen romance es decirle a la gente: "Le vamos a consagrar en la Constitución el derecho al saneamiento como un derecho fundamental. Pero, ¿sabe qué?, le vamos a postergar su ejercicio porque usted no va a tener saneamiento vaya a saber por cuánto, porque ahora depende de los números de OSE". Eso nos preocupa profundamente. Estatizar de manera radical estableciendo una excepción absoluta, porque las concesiones en la Constitución actual no tienen excepciones y las sociedades de economía mixta tampoco. Pero resulta que ahora le vamos a imponer una excepción específica que son el agua potable y el saneamiento. La explicación de eso es muy difícil, a no ser que sea una reivindicación sectorial del sindicato de funcionarios de OSE que pretende alambrar terreno en su territorio.

EC - Para un partido que usted recién catalogaba como de centroizquierda es complicado salir con ese discurso.

PM - No; todo lo contrario, porque las concesiones y las sociedades de economía mixta son en esencia instrumentos hoy utilizados en todas partes del mundo y yo diría son propias de un planteo socialdemócrata. ¿Cómo actúa el Estado hoy en el mundo? Estamos hablando de Europa, Estados Unidos, de Cuba (la Cuba de Fidel Castro tiene concesionada el agua potable de La Habana a una empresa española)... Pero dejemos de lado Cuba que es un caso muy raro en todo sentido, el mundo moderno utiliza el instrumento de la concesión permanentemente, y el instrumento sociedades de economía mixta permanentemente. Entonces prohibirlo en la Constitución porque hay un par de contratos que de pronto están funcionando mal... ¡Señor, hagamos lo que hay que hacer: emprendámosla contra los contratos que funcionan mal!

EC - Un par de particularidades de la campaña del PI. Una es la que recién mencionábamos: se animaron a discutir el tema del plebiscito del agua, es más...

PM - Con viento en contra.

EC - ...fijando una posición contraria. La otra: utilizan como jingle de la campaña "No nos moverán", una versión aggiornada, es cierto, pero fue una canción fundacional del FA, fue "la canción" cuando la creación de la coalición de izquierda en el año 1971. ¿Cómo es eso?

PM - Es una canción muy linda, no es originaria del Frente, tiene un origen mucho más remoto, es de 1929, una canción de los negro spirituals en Estados Unidos, luego fue utilizada en la guerra civil española y sucesivamente en muchísimas campañas y lugares. La versión que tomamos nosotros se parece mucho a una que cantaba Joan Báez a fines de los 60; claro que la letra es nuestra, es una adaptación.

EC - ¿Qué quisieron decir, qué mensaje quisieron pasar con esa música?

PM - Justamente, el sentido de un partido pequeño que sin embargo se planta frente a dos bloques muy grandes y reafirma en ese "no nos moverán" (dice la canción, "como un árbol firme frente al viento") una identidad que es capaz de resistir situaciones ciertamente difíciles de abordar. Me parece que ha tenido mucha pegada, la gente más joven, menor de 45, no tiene esa referencia con respecto al Frente; en todo caso la referencia es "Verano azul", un programa español que salía en los años 80 en el que se usó esa canción; muchos la cantan vinculada a eso. Es una canción que ha pegado mucho, que está muy buena y además refleja exactamente ese sentimiento de rebeldía de los independientes frente al encuadre entre uno y otro bloque.

EC - Ahora... rebeldía frente al encuadre, ¿pero si hay que elegir? ¿De cuál de los dos bloques se siente más cerca ideológicamente, por ejemplo, el PI?

PM - "No nos moverán" de la neutralidad en la segunda vuelta.

EC - A eso estaba llegando de algún modo con la pregunta, una pregunta cantada para cualquiera que esté pensando en la posibilidad de votarlos a ustedes ahora: ¿qué va a hacer esta gente cuando haya balotaje? Si es que hay balotaje, porque por lo visto hay una posibilidad importante de que el resultado se produzca en la primera vuelta. Supongamos que hay segunda vuelta a la que van Vázquez y Larrañaga; ¿qué hace el PI?

PM - Primero, no es porque sea el Frente, pero la verdad es que nos parece que no sería bueno que nadie gane con mayoría absoluta; nos parece que Uruguay necesita que el nuevo presidente tenga la necesidad de conversar, de dialogar con los demás. O sea que me parecería buena una situación tal que obligue al que gane a articular y acordar con otros porque Uruguay necesita ese tipo de gestos.

EC - Está íntimamente relacionado esto con la existencia del PI y su búsqueda de crecimiento: a mejor votación del PI, mayores probabilidades de balotaje.

PM - Podría ser.

EC - El hecho de que el PI crezca, al mismo tiempo que crezcan el PC, el PN, todas las opciones que no sean el EP, le sacan al EP la posibilidad de ganar en primera vuelta.

PM - Correcto. También quiero decir con claridad (porque sale por ahí un spot del Foro Batllista con unos muñequitos que se mueven y terminan superpuestos) que nosotros nos resistimos absolutamente a integrar cualquiera de los dos bloques, y que vamos a negar con total rotundez los esfuerzos que se hagan por tratar de ponernos del lado de unos o de otros.

EC - Pero si hay segunda vuelta...

PM - Si hay segunda vuelta, se lo digo con claridad al ciudadano que hoy está dudando en votarnos porque, entre otras cosas, no sabe qué vamos a hacer en la segunda vuelta: el PI no va a volcar la balanza en la segunda vuelta, va a dejar en libertad a sus votantes, no va a aconsejar el voto y nosotros los dirigentes de este partido nos vamos a mantener en reserva sobre nuestra decisión de voto. Yo sé que es complicado, algunos me han dicho "eso es hacer la cómoda"; pero al revés, un mes bancando el silencio no es fácil, pero nos parece que es la lealtad con nuestros votantes.

EC - ¿Por qué?

PM - Porque creemos en este proyecto y queremos que se proyecte hacia adelante, que siga avanzando, y sabemos que una decisión de la dirección del partido en un sentido o en otro genera inmediatamente decepción, frustración, trauma en algún sector de nuestros votantes. Tenemos votantes que ni locos votarían a uno y otros que ni locos votarían al otro, somos conscientes de eso; y coinciden en una cosa que para nosotros es lo principal: en apostar a este PI. Yo quiero que esta gente se sienta cómoda y pueda seguir transitando con nosotros en el futuro. El mundo no termina en octubre ni en noviembre.

Y una cosa más: cuando esté electo el presidente, sea quien sea, sea el doctor Vázquez o sea el doctor Larrañaga, vamos a estar dispuestos a ayudar. No ayudamos a ganar, pero vamos a ayudar a gobernar. En ese sentido la actitud del PI va a ser: ojalá le vaya bien al nuevo presidente, porque si le va bien a él les irá bien a todos los uruguayos.

EC - Un oyente, Álvaro, que llama de Pocitos, dice: "Me parece que en lugar del 'no nos moverán' ustedes deberían usar la canción de John Lennon, 'Imagine', en la que se dice 'soy un soñador', porque eso de quedarse en la neutralidad no tiene sentido, hay que inclinarse para un lado o para el otro, hay que tener los pies en la realidad. Creo que esa postura es en realidad de un soñador".

PM - No nos sentimos soñadores, pero nos sentimos con un deber de lealtad hacia nuestros votantes. Los votantes cuando votan por un partido, por un candidato, están depositando lo más sagrado que tienen, que es el derecho al voto en una democracia, y de alguna manera están reafirmando lo que nosotros decimos en una campaña electoral. Nosotros decimos "ni unos ni otros"...

EC - ¿Por qué ni unos ni otros? ¿Qué inconvenientes ven en el PC y el PN?

PM - Hay un desgaste en el ejercicio del poder muy profundo, ha habido un fracaso en la gestión de gobierno y, sobre todo, hay viejas formas de hacer política que lamentablemente blancos y colorados, entre quienes hay gente ciertamente honesta, capaz, bien intencionada, conviven con situaciones que no han tenido los reflejos de dejar fuera: clientelismo y hechos de corrupción.

EC - ¿Y en el EP?

PM - En el EP sigue habiendo lamentablemente un sentido de falta de realismo con respecto a las cosas que hay que hacer en el país, una actitud de asumir y recibir todas las demandas corporativas y decirle que sí a todo. Si el Frente gana va a haber una cola de gente a la que se le prometieron cosas, grupos, sectores, sindicatos, gremios que van a pasar a cobrar por el Edificio Libertad. Y si se pagan todas esas cuentas no hay país que resista.

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EC - En estos minutos ha quedado bastante claro cuál es la ubicación de ustedes, por qué están pidiendo el voto de ciudadanos que todavía tengan algún margen de dudas sobre qué hacer el 31 de octubre. Pero en el plano de las propuestas, en el plano programático, ¿cuáles son las prioridades del PI?, ¿cuáles son las principales inquietudes, las principales preocupaciones?

PM - Hay cinco cosas fundamentales que deberíamos encarar conjuntamente todo el sistema político.

EC - El programa tiene por título "Ideas para un cambio en serio".

PM - No es casual lo de "en serio", porque se ha hablado mucho de cambio y cualquiera de los dos candidatos que finalmente resulte electo pretende impulsar o ha promovido, ha planteado un mensaje de cambio; el tema es que el cambio sea realista, sea serio, sea profundo y al mismo tiempo responsable. Ése es el aporte que podemos hacer nosotros: ideas, propuestas para un cambio, para acompañar un proceso de cambio, pero un cambio con los pies sobre la tierra, con seriedad y sensatez.

Primero: el empleo, y eso implica de qué manera captamos inversiones para un crecimiento sostenido porque no hay otra forma de generar empleo, porque la otra, la vieja, el empleo público, está definitivamente clausurada.

Segundo: el combate a la pobreza. La duplicación de la pobreza en los últimos cuatro años nos obliga a poner este tema como absolutamente central.

Tercero: la reforma del Estado. Alguno dirá: "¡¿Otra vez la reforma del Estado?!". Sí, otra vez porque lo que se ha hecho ha sido por lo menos muy poco y además con poco efecto, con poco resultado, a pesar de que se gastó mucha plata.

Cuarto, la reforma tributaria. Porque es claro que el sistema actual de distribución de las cargas para sostener al Estado uruguayo es absolutamente deforme, injusto, complejo, burocrático, etcétera.

Y quinto, Uruguay en el mundo, su posicionamiento en el Mercosur y en la política exterior, ojalá de Estado.

EC - Esos capítulos que usted ha mencionado tampoco son originales, figuran como prioridades, como preocupaciones en casi todos los partidos.

PM - En todos.

EC - Entonces para elegir uno, en materia de empleo y fomento de las inversiones, ¿por dónde van esas ideas del PI?

PM - Hay que aventar la duda, la actitud de sospecha permanente con respecto a las inversiones cuando vienen de otra parte que no sea el propio país. En eso tenemos claramente una distancia con el EP-FA, que todo lo pone bajo la lupa. Yo escuché a Mujica el domingo pasado: todavía duda -no dice que sí ni que no- de si la inversión de Botnia en Río Negro es beneficiosa o no. Señor, un partido que pretende gobernar y que tiene casi la mitad de los votos -hace dos años que está el tema de Finlandia arriba de la mesa- todavía tiene la duda, no sabe qué decir. Eso es una preocupación muy grande, estamos hablando de la inversión más grande en el sector privado de los últimos años, estamos hablando de 1.000 millones de dólares que es un poquito menos del 10 por ciento de nuestro PBI, es una barbaridad. Y durante meses el acuerdo con Finlandia, que era el marco jurídico que permitía la inversión, estuvo frenado en el Parlamento porque el Frente no votaba y finalmente no lo votó, y blancos y colorados por desidia nunca estaban en sala en número suficiente para hacer número.

Acá hay un tema principal: necesitamos radicar inversiones, que hay que controlar, no podemos comprar cualquier verso, tienen que ser inversiones en el sector productivo, es cierto, pero que vengan de donde vengan, el tema es lograr radicarlas. Eso de por sí ya es todo un trabajo, porque Uruguay no está en el centro del mundo, no está como niña bonita entonces todos quieren invertir; al contrario, estamos en un costado allá abajo. Tenemos que generar los atractivos para capturar inversiones que se afinquen en el país.

Ése es el primer tema: cómo captamos inversiones, y para eso hay que operar con un Estado orientador. Esto es bien socialdemócrata: no un Estado intervencionista sino un Estado que fija ciertas políticas estratégicas, lo que además para un país pequeño es la única llave, porque un país pequeño crece si elige...

EC - ¿Qué sectores elige el PI o entiende que Uruguay debe elegir para fomentar?

PM - Nosotros ya tenemos una pata agroindustrial que hay que potenciar, mantener, dinamizar, pero ya está. Y no alcanza; es claro que particularmente en materia de empleo no alcanza. Para nosotros hay que generar un trípode integrado por la apuesta turística, la apuesta a las industrias culturales y la apuesta informática, tres secciones estratégicas que, primero, son de futuro, o sea son claramente áreas en expansión en el mundo del siglo XXI; segundo, tenemos ventajas comparativas con respecto a nuestros vecinos; y, tercero, generan mano de obra de forma masiva, sobre todo joven y calificada.

EC - Sobre las posibilidades que para Uruguay implica desarrollar el turismo también hemos escuchado bastante; ...

PM - ¿Pero qué se hizo?

EC - ...sobre las posibilidades que implica desarrollar la informática lo mismo. No se ha hablado tanto de las industrias culturales, me llama la atención que aparezca ese rubro entre las tres prioridades.

PM - Estoy convencido. La prueba de ello es que todos los días nos sorprenden noticias sobre nuevos premios que sacan producciones audiovisuales nuestras hechas con chauchas y palitos, con viento en contra, sin ningún tipo de promoción y donde en realidad lo que hay es una acumulación de talento, de capital humano de nivel, que en definitiva lucha en una circunstancia totalmente adversa. En Uruguay tenemos esa imagen de que el que se dedica a la cultura es un bohemio, está fuera del cálculo económico, es una cosa prácticamente costumbrista, cuando en realidad las industrias culturales en el mundo son de una capacidad tremenda de generación de riqueza. Estoy hablando de cine, de música, de publicidad, de convertir a Uruguay en un país que radique la filmación de spots publicitarios para la región y para el mundo.

EC - tanto para las industrias culturales, como para la informática o el turismo, ¿en qué tipo de acciones del Estado piensa el PI?

PM - En un marco legislativo que las promueva, que las atraiga.

EC - Que haga, por ejemplo, ¿qué?

PM - Que genere, por ejemplo, exoneraciones, políticas de promoción de crédito, políticas que permitan afincar inversiones concretas en materia turística. Y cuando digo definir un proyecto turístico no me estoy refiriendo a un Ministerio de Turismo que es el último orejón del tarro del gabinete, que pierde todas las discusiones con sus colegas de gabinete, que básicamente está restringido a tratar de lograr, cuando llegamos a esta fecha del año, que los argentinos vayan a Punta del Este en enero y febrero. Uruguay turístico es un proyecto mucho más ambicioso, mucho más diversificado. Ojo: el actual ministro Bordaberry ha tenido un sentido positivo de esta idea, pero no ha tenido los recursos, no ha tenido una vocación estratégica global del gobierno que lo acompañara, es una realidad.

Hace tres o cuatro semanas estuve en Colonia del Sacramento recorriendo la ciudad histórica de noche: un desierto total, pero un lugar que (yo tengo la suerte de haber conocido muchos lugares en Europa) no tiene nada que envidiarle a ninguna ciudad europea que hormiguea de gente todo el año. ¿Por qué no podemos lograr eso en Colonia del Sacramento, no sólo con argentinos? Aunque sólo con argentinos ya estaría llena. Para eso también hay que romper las condiciones de monopolio en el transporte de Buenos Aires a Colonia, hay que generar un sistema de competencia eficaz donde los precios sean razonables y las posibilidades de acceso sean realmente abiertas.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón