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Gonzalo Abella: "El 1° de junio Unidad Popular se juega el derecho a existir" y será "su única encuesta"

Unidad Popular se presenta como un partido que lleva las banderas que el Frente Amplio ha ido dejando por el camino. Con participación en la elección nacional anterior como Asamblea Popular, este año se presentan como un conglomerado que abarca al Movimiento 26 de Marzo, Partido Comunista Revolucionario y otros grupos más de izquierda. En entrevista con En Perspectiva, el candidato a presidente por esta coalición, Gonzalo Abella, dijo que el 1° de junio Unidad Popular "se juega el derecho a existir, porque hay que tener una votación mínima para poder presentarse en octubre". También criticó que hubo una "ignorancia de su existencia" por lo que "una buena votación en las internas demostraría que estamos creciendo y de alguna manera obligaría a los grandes medios a prestarnos atención". Con respecto al Frente Amplio, Abella aseguró que su Gobierno "tiene un discurso de centro pero una política de derecha".

(emitido a las 8.54 hs.)

EMILIANO COTELO:
Por primera vez desde la creación del Frente Amplio (FA), un partido situado a su izquierda en el espectro político aparece con posibilidades de llegar al Parlamento.

Así lo indica, por ejemplo, la última encuesta de la consultora Factum, en la que Unidad Popular (UP) tiene una intención de voto del 1%.

Este movimiento, que ya participó en las elecciones anteriores como Asamblea Popular (AP), se propuso ir levantando "las viejas banderas" que, según ellos, el FA dejó por el camino cuando llegó al Gobierno .

Por ejemplo, su plataforma electoral recoge varias ideas que la izquierda uruguaya discute desde hace décadas: reforma agraria, estatización de empresas y servicios privatizados, convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, nacionalización de la industria frigorífica, por poner algunos casos.
    
¿Cómo sería una legislatura en la que UP fuera parte del selecto grupo de partidos con representación parlamentaria? ¿Cómo se relacionaría con un eventual tercer Gobierno del FA?, ¿y con uno blanco o colorado?

De esto vamos a conversar con el maestro Gonzalo Abella, candidato a la Presidencia de la República por UP.

Muchas gracias. Para una organización política sin recursos, estas invitaciones a los medios son nuestra esperanza de llegar a la ciudadanía con un mensaje esencial: ejerza su derecho de ciudadano a conocernos antes de emitir el voto.

EC - Para empezar, ¿qué es UP? Es un lema que va a ir con seis listas, eso ya da una idea de su diversidad.

GA - Exacto. El lema va a ser Asamblea Popular, porque es el que está registrado, pero nosotros nos llamamos, por el crecimiento de grupos que hemos tenido, Unidad Popular. Van a estar los dos nombres.

EC - El grupo que la integra y que es más conocido es el Movimiento 26 de Marzo.

GA - Sí… pero quizás el grupo más numeroso seamos los que somos totalmente independientes.

EC - Usted es independiente.

GA - Sí, yo no integro ninguno de los grupos que integran la UP. La UP surge de la fusión de tres grandes columnas. Por un lado, grupos que integraron el FA en su momento, como el 26 de Marzo, el PCR (Partido Comunista Revolucionario), y que en el momento en que podían haber obtenido ministerios o cargos jerárquicos dijeron "no, este proyecto se desvió; preferimos la ética de la intemperie".

Tenemos también otros grupos, como el Partido Humanista, que jamás integraron el FA. Son movimientos fundamentalmente juveniles, vinculados e influyendo en los indignados de Madrid, en toda la lucha de lo que en Europa se llama, y acá también, la desobediencia civil pacífica a toda forma de opresión y de injusticia, la filosofía del filósofo Silo en Argentina, con elementos de budismo. Todo eso es el Partido Humanista, que también integra.

Después tenemos un sector de gente que se desprendió de partidos del Frente, como el Movimiento Avanzar. Otros núcleos específicos, como el Modeju (Movimiento de Jubilados). También grupos que siguen la línea de pensamiento del doctor Sarthou, desgraciadamente fallecido, entrañable compañero, como el grupo Pro Unir. Y nucleamientos departamentales específicos en Colonia, en Rocha. Pero fundamentalmente tenemos una fuerte raíz cristiana de teología de liberación y gente que viene del ambientalismo; lógicamente, en la izquierda de los 70 el tema ambiental no estaba instalado.

EC - En su caso la historia todavía tiene algún matiz más. Usted se había alejado del FA antes de que este llegara al Gobierno .

GA - Mi caso es un poco peculiar, pero creo que miradas de cerca todas las historias son más particulares y singulares de lo que parecen. Yo vengo de un hogar muy blanco, muy cristiano además, quizás aquel viejo cura franciscano que ayudó en mi catequesis me dio una fuerte inquietud y una vocación social. El contacto con el campo me dio fuerte amor por el campo. Lo cierto es que si a los 10 años tomé la Primera Comunión, a los 18 me afilié a la Juventud Comunista. Y no vi demasiada contradicción entre ambas cosas en cuanto a un pensamiento de transformación social.

Después viví muchos años en el exilio, estudié fuera del país, y cuando volví me dolió mucho el Pacto del Club Naval. En momentos en que Estados Unidos había dado la orden de que se retiraran las dictaduras y la CIA estaba desclasificando documentos para que fueran juzgados sus antiguos aliados torturadores, era absolutamente innecesario darles a los torturadores la posibilidad de enmascararse en las Fuerzas Armadas junto con oficiales jóvenes mucho más honorables. El FA les dio esa oportunidad, con lo que empezó, a mi juicio, una descomposición, que no me impidió seguir definiéndome de izquierda, pero que me apartó de la militancia práctica.

Cuando sube el doctor Tabaré Vázquez y grupos como el 26, el PCR y otros grupos menores convergen en lo que se llamó las asambleas populares de los barrios, me incorporé de inmediato y prácticamente estuve en toda la construcción de la AP y hoy con enorme entusiasmo en esta coalición política que es la UP.

EC - ¿Alguna vez pensó que iba a ser candidato a la Presidencia de la República?

GA - ¡No, no! Yo estaba enamorado -y sigo enamorado- de lo que hacía. Soy docente de alma, fui maestro rural, fui maestro urbano, fui profesor en varias oportunidades en la región después, privilegio doloroso del exilio. Después de eso, como escritor estaba trabajando sobre mitos y leyendas en campaña, entrevistando gente de ascendencia charrúa, escribí varios libros sobre eso, sobre mitología paisana, trabajé también en Entre Ríos.

Pero pienso que hay momentos en la vida en que uno tiene que definir qué es lo que tiene que hacer más. Y yo más que escritor, más que maestro, más que lo que sea, ante todo soy hoy un abuelo preocupado. Me importa qué futuro les vamos a dejar a nuestros hijos, qué Uruguay les vamos a dejar a nuestros nietos, y me asusta mucho la película de hacia dónde vamos.

EC - Usted ya es candidato a la Presidencia de la República por UP, no se define eso en la próxima elección interna, su partido ya resolvió. Entonces, UP, con las características que acabamos de describir, ¿qué se juega el 1.° de junio?

GA - En primer lugar el derecho a existir, porque hay que tener una votación mínima para poder presentarse en octubre. Pero nos jugamos mucho más. Ha habido una ignorancia de nuestra existencia, una inexistencia en los grandes medios que no podemos mitigar con inversión de plata que no tenemos. Por lo tanto una buena votación en las internas demostraría que estamos creciendo y de alguna manera obligaría a los grandes medios a prestarnos atención. Si tenemos una votación mediocre, simplemente seguiremos siendo un grupo casi residual; si tenemos una muy buena votación generamos los espacios para que el periodista sensible nos preste atención.

No solo eso. Para nosotros además las internas van a ser nuestra única encuesta, no tenemos dinero para pagar encuestas; estamos imprimiendo listas, que bastante caro es. En las hojas de encuesta incluso se nos ha ignorado: "Si las elecciones fueran hoy, ¿usted votaría blanco, colorado, frenteamplista, independiente, no sabe/no contesta/otro?". Nosotros estamos en "no sabe/no contesta/otro". Pensamos que eso es antidemocrático, algún día las encuestadoras tendrán que rendir cuentas de por qué hicieron eso. De todos modos, creemos que esta va a ser también nuestra evaluación interna: ¿dónde crecimos?, ¿dónde crecimos más?, ¿cuál es la relación militantes-votantes, la relación numérica para medir inserción?

Pero además va a ser, con un desarrollo espantoso de medios y de organización para llegar a todos los circuitos –porque tenemos que llegar a todos los circuitos, incluso rurales, con nuestras bicicletas, nuestras motos y algún auto que alquilemos, frente a flotas enormes de los partidos ricos–, nuestro ensayo general para las elecciones de octubre.

Y todavía más, además vamos a generar, al servicio del pueblo oriental y de las luchas por ejemplo contra la megaminería, lo que ya es irreversible: grupos organizados y pensantes en cada departamento que, justamente, son el reducto de los que piensan.

EC - Teniendo en cuenta el posicionamiento de UP, teniendo en cuenta la crítica que ustedes les hacen a los Gobierno s del FA desde la propia izquierda, ¿cómo les complicó el partido el hecho de que dentro del FA haya surgido la candidatura de Constanza Moreira? Porque Constanza Moreira se presenta como la desafiante de Tabaré Vázquez, que ya fue presidente, a quien ustedes cuestionan, que quiere volver a volver a ser presidente y que incluso tiene matices con el actual Gobierno del presidente José Mujica. ¿La existencia de Constanza Moreira cerró la posibilidad de que otros frenteamplistas desencantados con Vázquez migraran hacia UP?

GA - Ese era el objetivo del Frente. De todos modos, a nosotros nos complican varias cosas. El desencanto de un sector importante de la juventud, que va a votar en blanco o anulado, gente maravillosa, gente que está protegiendo las semillas nativas, que se mueve en la Marcha por la Tierra, gente que apoyamos de corazón y que va a votar en blanco. También algunos grupos menores, que no se han integrado a la UP, pero que de alguna manera nos disputan los votos. Pero nosotros hacemos una barrera ética muy diferente: todos los votos en blanco, todos los votos anulados, todos los votos por organizaciones pequeñas como el PERI (Partido Ecologista Radical Intransigente) son nuestros hermanos de ética y de intemperie. El caso patético de esta senadora es ponerse al servicio de las peores causas, con un estilo típico de lo que hicieron lo peor de los partidos tradicionales: fabricar una imagen que no es real a los efectos de no perder votos por la izquierda.

EC - ¿Llama "caso patético" al de Constanza Moreira?

GA - Y triste. Porque si uno mira en la página del Parlamento qué votó la senadora Constanza Moreira, en qué se diferenció, comprueba que fue un soldado tranquilo de la obediencia debida. No tiene militancia de izquierda, fue una estudiosa en universidades privadas de acá y de Brasil, una brillante politóloga, una brillante académica, con un pensamiento absolutamente bancomundialista. Todo su pensamiento, incluso el enfoque que hace sobre la pobreza, es el enfoque que hacen el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional; el Banco Mundial en su discurso parece siempre estar a la izquierda de los Gobierno s, es muy interesante lo que dice. Esa es su cabeza. Y desde el punto de vista de la militancia, votó la megaminería, votó absolutamente todo lo que el Frente le ordenó votar. Ahora se fabrica de ultraizquierdista porque Tabaré se fue demasiado al centro y el FA la necesita; votar por Constanza es votar por Tabaré.

EC - La crítica es aplanadora. Parece evidente que ustedes quieren poner un límite muy fuerte a las eventuales fugas por ese lado.

GA - El límite es ético. La gente que vota en blanco, que vota anulado, lo lamento, se anula a sí misma, pero son mis hermanos de ética. No es el caso de la senadora.

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EC - Enseguida retomamos la entrevista con Gonzalo Abella, candidato a la Presidencia de la República por Unidad Popular, para explorar qué papel va a jugar este partido si efectivamente llega al Parlamento.

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EC - Unidad Popular se llama el paraguas bajo el cual se han agrupado el Movimiento 26 de Marzo, el Partido Comunista Revolucionario y otros grupos de lo que podría llamarse izquierda radical o ultraizquierda.

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EC - Estamos conversando con el maestro Gonzalo Abella, candidato a la Presidencia por Unidad Popular, un partido que se propuso levantar las viejas banderas que, según ellos, el Frente Amplio ha ido dejando por el camino.

GA - Y nos llama "ultraizquierda" el periodismo ultraexagerado.

EC - ¿Cómo le suena eso de "ultra" o de "radical", otro término que aparece muchas veces en la jerga en los medios?

GA - A veces por "radical" se entienden muchas cosas, generalmente se asocia con terrorismo y con violencia, que es incorrecto. De todos modos, nosotros no podemos ser ultraizquierda por estar a la izquierda del Frente, porque el Frente es derecha; en todo caso, si estuviéramos a la izquierda del Frente deberíamos ser centro. Es decir, toda la política del Frente es neoliberal: en lo económico, en lo social, en la entrega de la tierra, en el envenenamiento de los recursos, incluso del agua, violando la Constitución.

EC - ¿A qué se refiere con la entrega de la tierra?

GA - Por ejemplo, la extranjerización de la tierra directa pasó del 2% al 48% en los nueve años de administración frenteamplista. En ese mismo tiempo 10.000 productores pequeños, con menos de 100 hectáreas, productores de alimentos, fueron expulsados del campo. Diez mil familias. Acelerando el proceso de expulsión del campo que ya los partidos tradicionales estaban haciendo. En este mismo momento, el FA hace vista gorda del bombardeo con productos agrotóxicos de fumigación aérea sobre centros poblados y escuelas, en tanto los electores ahí sean pocos, y el Ministerio de Salud Pública omite datos –tú como periodista podrías investigar–, nos prohíbe acceder a datos de cómo incide en el cáncer infantil y en su expansión esa fumigación aérea con productos que deberían estar prohibidos pero que un Gobierno claudicante como este permite. El Gobierno del FA tiene un discurso de centro pero una política de derecha.

EC - ¿Ustedes no reconocen logros del FA en sus Gobierno s?

GA - Ningún Gobierno hace todo mal todo el tiempo. Yo tendría entonces que ser batllista porque me gusta la idea del Instituto Nacional de Colonización; tendría que ser blanco, porque admiro profundamente el sentimiento latinoamericanista de Leandro Gómez. ¿Cómo no voy a reconocer en el FA también éxitos? Digo más, así como por ejemplo el canal oficial –que a nosotros nos reprime antidemocráticamente– está mucho mejor en su programación, muchos técnicos del FA se han puesto la camiseta en el Mides (Ministerio de Desarrollo Social) y a pesar de lo aberrante de los programas han hecho cosas muy importantes. Ningún Gobierno hace todo mal todo el tiempo.

Recuerdo a la esposa del dictador Bordaberry, Josefina Herrán Puig, la mamá de Pedro, cortando cintas junto con el embajador norteamericano en plena dictadura –yo estaba clandestino– para entregar viviendas a los más pobres, y veía la sonrisa de esos pobres recibiendo vivienda. Ningún Gobierno hace todo mal, lo que hay medir es la tendencia. La tendencia del FA es neoliberal, entonces estar a la izquierda del Frente puede significar ser de izquierda o de centro.

EC - Hablemos del futuro. La plataforma electoral que ustedes han aprobado tiene como eslogan "¡Por un Gobierno antiimperialista y popular! ¡Un voto de compromiso, un voto de confianza!". Sin embargo, es una plataforma que en el próximo Gobierno no va a poder aplicarse, ustedes no van a tener los votos, no van a llegar a la Presidencia de la República. Usted mismo es un candidato, podría decirse, simbólico. Entonces, ¿cómo responde a este tipo de objeciones a un documento que parece absolutamente teórico?

GA - El cura Pepe Bonifacino me explicaba que los milagros existen, si no fueran raros serían leyes de la naturaleza o de la sociedad. O sea que el escenario puede ser tan cambiante, la situación mundial está tan cambiante -tan interesantemente cambiante- que uno puede esperar cualquier cosa de aquí a octubre. Pero el escenario razonable es que accedamos al Parlamento con una bancada muy minoritaria.

En ese sentido, lo que podemos implementar de nuestro programa depende mucho de lo que pase afuera. El 9 de mayo tenemos una marcha muy importante contra Aratirí, por la tierra, contra los agrotóxicos. Va a ser una marcha muy grande. ¿Qué pasa si de nuestro programa comenzamos por instalar en el Parlamento un proyecto de ley que tenga que ver con eso? ¿Qué pasa si tres diputados, más 30.000 personas fuera del Palacio, más una opinión pública expectante y ya desengañada de las mentiras oficiales proponen esa votación? ¿Es inevitable que seamos minoría? ¿O podemos generar una situación política tal que una pequeña minoría parlamentaria pero con una fuerte opinión pública afuera pueda lograr determinadas cosas ya en este período?

Vamos a tener diputados que no van a estar atornillados a sus bancas. Van a estar con los pescadores artesanales, van a estar en los conflictos, van a estar acompañando a la gente que está recibiendo el cedulón de desalojo en Cerro Chato y Valentines, van a estar acompañando en la madrugada a los carritos de clasificadores. Ahí van a estar nuestros diputados.

EC - ¿Cabe la posibilidad de algún tipo de alianzas o de acuerdos?

GA - ¡Ah, eso no depende de nosotros! Imaginate que una bancada cualquiera proponga prohibir Aratirí. (Se ríe.) ¡Sin ningún cálculo político va a tener nuestros votos! No nos vamos a apear del programa. Pero alianzas, creemos que tanto con la derecha tradicional como con la nueva derecha va a ser difícil hasta votar juntos, pero no depende de nosotros. Nosotros no nos apeamos del programa.

EC - El programa tiene algunos puntos que coinciden, se acercan a propuestas del propio FA. Por ejemplo, ustedes también rechazan la baja de la edad de imputabilidad penal a los 16 años. ¿Qué importancia le atribuye a esa sintonía?

GA - En el fondo, todos los políticos saben que esa no es la solución. Se juega demagógicamente con el miedo que todos tenemos por nuestros seres queridos más vulnerables. La baja, por más que se diga lo contrario, es estigmatizar al menor de 16, 17 años y tratarlo de una manera en que se hace más énfasis en lo represivo que en lo correccional.

Para nosotros, la baja de la violencia social, mitigar la feroz violencia social que nos da tanto miedo, los asaltos a almaceneros de los barrios, a la gente sencilla, a la gente buena que termina enrejada, empieza por recuperar la esperanza de un proyecto de país. Mientras tengamos, como tenemos hoy, una juventud destruida, con los índices más altos de suicidio adolescente de la región… En ese sector hay un sector maravilloso, pero hay un sector que pierde toda expectativa, todo respeto a sí mismo y termina siendo hasta instrumento de los narcotraficantes y de todo ese tema del síndrome de abstinencia.

Todo está relacionado. A veces se ve el aumento de la droga, la violencia social, la delincuencia, el vandalismo como enfermedades en sí mismas, cuando son señales de un país que ha perdido el rumbo. Cuando un Gobierno se desprestigia a sí mismo de la gente aflora lo peor: "¡Son todos iguales! ¡Que se vayan todos al diablo!". Cuando se recupera un rumbo de esperanza de cada vecino aflora lo mejor, entonces una mamá de un barrio humilde ya no es mamá de sus hijos, es mamá de todos y vuelven a hacerse emprendimientos sociales que protegen. Malandras sigue habiendo, pero si los muchachos madrugan para estudiar y para trabajar, los malandras quedan aislados.

EC - Entonces, ¿cómo hay que leer esa coincidencia que ustedes tienen en el tema del rechazo a la baja de la edad de imputabilidad penal con el FA?

GA - Pues simplemente, que estamos en un programa absolutamente separado de todo lo que se plantea. No especulamos políticamente con lo que dice cada partido, nuestro rumbo es no a la baja -no a la baja en serio- pero también a las torturas en el Sirpa (Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente), que el FA ha tenido que aceptar. Tampoco eso, condenar también las políticas represivas, crueles del FA con la adolescencia infractora; severidad, sí, con el adolescente infractor desde el punto de vista de la fraternidad. Hay proyectos internacionales muy claros de cómo trabajar con la adolescencia infractora, cómo cortar su vínculo con la mafia que lo está esperando, cómo generar instrumentos de contención y de afecto con la familia. Está probado internacionalmente. Si el FA ha barrido abajo la alfombra, ha impedido resolver esos problemas y ahora hipócritamente dice que está en contra de la baja, no nos duelen prendas. Si algún partido dice "¡Viva la patria!", nosotros decimos "¡Ah, viva!", no nos importa.

EC - Hablaba recién de una coincidencia, pero la plataforma también incluye medidas que en el FA se manejaron en algún momento en el pasado y ahora no, están muy lejos de lo que se propone y se hace. Por ejemplo: nacionalización de la industria frigorífica y de otras grandes industrias (punto 4); estatización del gas, puertos, aeropuertos y reactivación de AFE; Pluna: se reconstituirá la aerolínea como empresa estatal; monopolio estatal de todos los seguros (punto 5); Sistema Nacional de Salud único, estatal y público (punto 8).

¿De qué manera van a estar presentes planteos como estos en la gestión parlamentaria, si es que efectivamente acceden a una banca en Diputados?

GA - Muy sencillo, vamos a ir presentando los proyectos de ley a medida que el movimiento social, el movimiento sindical, los movimientos de los estudiantes y el movimiento de la opinión pública vayan generando espacios que hagan irreversible nuestro planteo y de alguna manera comprometan a los demás parlamentarios a tener que decir que no o a plegarse a nuestros proyectos.

EC - Sobre el fondo del asunto, ¿en qué se basan para suponer que todos esos sectores funcionarán mejor si están en manos del Estado?

GA - En la privatización ha hecho desastres. Ahí recogemos una tradición que ni siquiera es de la izquierda: si nuestro país fue lo que fue, se debe a la política de Batlle y Ordóñez de prestar mucha atención a las empresas del Estado y de dignificar al trabajador. Si nuestros trabajadores tuvieron un hotel cinco estrellas para descansar, como el Parque de Vacaciones de la UTE, se debe a que las empresas del Estado generaron el ingreso y el ahorro para dignificar al trabajador. Cuando hoy tenemos todo tercerizado, cuando la gente no tiene ni siquiera un trabajo estable, cuando se disimulan los índices de pobreza y de marginalidad con indicadores falsos pero la gente vive la angustia de que no le da, eso también tiene que ver con que la privatización siempre es especulativa y saqueadora.

Solo el Estado, bajo control ciudadano, puede mitigar esos impactos; por ejemplo, en la industria de la carne un frigorífico nacional garantizaría precios testigo. ¡Como los tuvo el batllismo, Subsistencias, no es un invento! Alcanza a veces con un ente del Estado que fije precios máximos para frenar la especulación y la suba de precios. El Estado tiene que jugar un papel totalmente diferente. Para empezar, antes de todo eso, el Estado tiene que ser soberano y no estar de rodillas ante las trasnacionales, como está hoy.

EC - ¿Y cómo tienen de cuenta experiencias como la de la Unión Soviética o la de la propia Cuba, donde aparecieron serios problemas de ineficiencia y de corrupción al acaparar el Estado todos estos sectores de los que estamos hablando?

GA - Tendríamos que compararlas con la ineficiencia y el saqueo de las empresas privadas para ver si este no es peor. De todos modos, casualmente estuve en Europa oriental hace tres años, por una razón familiar, y la gente evocaba en San Petersburgo la tranquilidad en la salud y en la educación que tenía antes, en aquel sistema que estaba tan corrupto también, como el sistema soviético de los últimos años.

De todos modos, eso lo digo como un recuerdo personal, en la UP somos muy claros, nuestra política internacional es: alianza con todos los estados que tienen una política de soberanía frente a los dictados del imperio. Esa alianza permite una integración antiimperialista que nos permitirá tener un mercado para resistir al capital financiero.

EC - Por ahí piensan las posibilidades por ejemplo de exportación. Iba a preguntarle cómo están seguros de que funcionando en la órbita del Estado todos esos sectores de la economía van a lograr precios competitivos, tanto para que los precios en el mercado interno no se vayan para arriba, fruto de una economía encerrada, protegida, etcétera, como para poder exportar. Estos sectores de los que estamos hablando, por ejemplo la industria frigorífica, son sectores exportadores. ¿Cómo se hace para que esos sectores puedan seguir vendiendo al mundo? ¿Cómo se hace para tener la certeza de que va a haber precios que van a permitir competir?

GA - Si salvamos el agua potable, si salvamos el agua mineral que nos queda en esa zona que quiere dinamitar Aratirí, si salvamos la tierra fértil que nos queda, si salvamos los recursos ictícolas, no vamos a tener que ir a mendigar mercados. La escasez de agua, la escasez de comida, la escasez de alimentos orgánicos, la escasez de productos del mar son tales que vamos a poder fijar nuestros precios. En este momento el sistema financiero mundial colapsa por todos lados, Estados Unidos colapsa financieramente, todo se echa a perder, y sin embargo somos más obsecuentes que nunca (se ríe) con la deuda externa, cuando honrar la deuda es deshonrar la patria, porque a mí no me llega un peso.

En ese marco, en el que tenemos muchas posibilidades porque colapsa el mundo unipolar que quiso hacer Estados Unidos, somos artiguistas y Artigas plantea la patria grande. Nuestra vocación de patria grande es, en primer lugar, como la caridad bien entendida empieza por casa, recuperar la dignidad del Estado y sacar a estos Gobierno s que se ponen de rodillas. Recuperar la dignidad del Estado y tender la mano fraterna a los pueblos y a los Gobierno s que ya son soberanos. Como UP, respecto al tema interno de Cuba, de Venezuela, de Bolivia no nos definimos; soberanía particular de los pueblos, entendemos que hay países, como estos tres estados, que tienen una política de resistencia al imperio. Desgraciadamente hay estados como el Uruguay donde la virreina Julissa Reynoso hace lo que quiere, somos obsecuentes ante Estados Unidos y vamos a pedirle permiso a Obama para traer presos. Entonces romper esa dependencia, romper la dependencia del capital trasnacional, dejar de extranjerizar la tierra, tener un proyecto nacional significa inevitablemente pelear por la integración continental.

EC - ¿Y sería a través de esa integración que se exportaría, por ejemplo?

GA - No necesariamente. El Uruguay tiene recursos de tierra y de agua como para generar una política soberana. Desde luego que la integración es el segundo paso inevitable, pero tenemos un proyecto de país, no se trata de ahuyentar la inversión extranjera siquiera, se trata de negociar eventualmente, si la necesitamos, de igual a igual y no a precios de remate. No esta menemización.

EC - Proponen una reforma tributaria en la que está previsto recargar enormemente los impuestos a determinadas actividades.

GA - Por ejemplo a los monocultivos forestales, que se la llevan toda sin dejar nada. Para los sojeros no residentes, que nos están envenenando la tierra y el agua –la gente de Montevideo lo sabe bien porque el agua hedió en un momento y salió negra, ahí cundió el pánico y se dieron cuenta de que el Uruguay Natural era una farsa–, no hay detracciones. Mientras en Argentina el Gobierno tan contradictorio de Cristina cobra 25% de detracciones a la soja envenenadora, acá no se le cobra nada. Tenemos un montón de cosas, pero con los sojeros no residentes nuestra consigna es bien clara: arrancarles las muelas. ¡Cuarenta por ciento de detracciones a los sojeros no residentes!

EC - En el impuesto a la renta y utilidades empresariales y personales plantean que las tasas sean fuertemente progresivas.

GA - Exacto.

EC - ¿Y qué dicen, por ejemplo, ante el argumento que siempre se maneja en estos casos de que de esa forma se va ahuyentar a inversiones que vengan del exterior?

GA - Los inversores extranjeros no son tontos. Si les rematás el país a lo Menem o a lo FA, te lo compran a precios de remate; si ponés condiciones, la pregunta del inversor extranjero es: "¿Esta tierra es fértil? Acá puedo invertir". Ojo, no hace falta ser la Unión Soviética; por ejemplo en Australia, yo que no soy ciudadano australiano no puedo ni comprar una casa, hay una dignidad de Estado que impide que el extranjero se apropie de tierra, puedo alquilar una casa para vivir, pero no puedo comprarla. En Australia hay megaminería… en el desierto, y si a algún australiano se le ocurre hacer megaminería en la zona fértil, no sé si lo fusilan, pero que va preso, va preso.

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Transcripción: María Lila Ltaif