Calificó esas reuniones, con los 13 secretarios de Estado, como una suerte de terapia grupal y dijo que es más efectivo el mano a mano del presidente con su ministro designado, que por otra parte, sentirá la presión de tener al mandatario exigiendo resultados concretos.

Esta modalidad de funcionamiento se aplicó en todos los gobiernos, desde el advenimiento de la democracia, hasta 2005, cuando ganó el Frente Amplio, y fueron sustituidos por las reuniones permanentes del Consejo de Ministros.

Defendió su campaña y dijo que la misma es para derribar muros mentales.

Se mostró como una fuerza que nació con el objetivo de caminar hacia el distinto, de no creerse el dueño de la verdad.

Señaló que en una segunda vuelta debe haber socios, pero el primer socio es la gente. Se animó a soñar ese día.

Prefirió no hablar de la fórmula nacionalista. Comparó sin embargo la elección pasada donde dijo, los nacionalistas se abrazaron porque habían tenido una interna civilizada.