Signos para un epílogo agridulce: consistencias, disonancias, y advertencias
Análisis semiótico de la comunicación política. Con el semiólogo Fernando Andacht.
(emitido a las 10.30 hs.)
EMILIANO COTELO:
Estuvimos charlando ayer contigo cuando arrancaba el tramo final de la trasmisión especial de El Espectador y les pasaste algunos deberes a los oyentes.
FERNANDO ANDACHT.
Hoy espero poder redondear con los oyentes, con la gente que nos ha venido siguiendo, para qué es esto del análisis semiótico. El politológico lo tienen claro: qué se juega, qué estrategias, cómo viene octubre, noviembre, qué significa para un candidato A jugar contra un B o C. Pero el semiótico no es tan claro. Van a ver que muchas de las cosas que fuimos adelantando, analizando eso que es aparentemente banal, menor, la comunicación política en su fase más pública, los spots, también las entrevistas, también el único debate que hubo en una radio. Vamos a ver cómo aparecen tendencias de la realidad electoral, de los resultados, muy cercanas a la realidad, y que no son un mero afeite, como se decía antes, un adorno, sino que tienen que ver con lo que pasó ayer.
EC - El análisis semiótico que Fernando nos propone hoy se aplica a la noche de las elecciones internas, a la noche de este domingo que acaba de pasar, una verdadera fiesta de los signos.
FA - Exactamente. Y hay una pequeña previa. Quisiera hacer un contraste: ¿por qué te cambia ver un partido de fútbol grabado que verlo en vivo y en directo? Es muy parecido a una elección, porque del resultado depende la emoción. Yo diría que hay un thriller que se empieza a desarrollar tan temprano como a las ocho, con algunas declaraciones del entonces precandidato Vázquez, que llevan a decir en un canal "¡Uy, 12 horas de suspenso!", los famosos anuncios. Y luego el gran festival de signos en la noche al conocerse los resultados.
EC - El título que nos proponías…
FA - El título es "Signos para un epílogo agridulce: consistencias, disonancias y advertencias". Aclaro que lo hice antes de saber los resultados, de que se conocieran las cifras, y no lo cambiaría.
***
EC - Vayamos al primer sonido, que a su vez está asociado a imágenes.
FA - Esas imágenes se pueden ver, los diversos canales las han colgado. Sería lindo verlas para verificar.
(Audio Jorge Larrañaga.)
"… más, me permito dudar de que esta campaña sea una campaña tranquila, me parece que va a ser una campaña dura."
(Fin.)
EC - Era la voz de Jorge Larrañaga.
FA - En un momento temprano del día, en Paysandú, antes de ir al Hotel Splendor. Me interesó esa metáfora que se usó del búnker –antes se hablaba de cuarteles, siempre son lugares militares– para el lugar donde está la sede de un precandidato con su grupo.
¿Qué diría sobre esto, conectando con lo que empezamos a hablar allá por marzo? Diría que hay una enorme consistencia, ante todo. El Guapo, hablamos de un documental que le hace Mateo Gutiérrez en su campo de Flores al entonces precandidato Larrañaga. En los veintipico minutos hay toda una explicación de que era guapo en un buen sentido, de valiente, corajudo, etcétera.
Y acá usa un atributo muy interesante, pero aplicado al futuro, a la campaña de octubre y de noviembre. Dice: "va a ser dura", es decir, "tengan cuidado, acá va a venir una cosa ríspida, una cosa muy complicada", cuando tanto por la radio, por la tele, por todos lados se hacía un comentario con una altísima tasa de redundancia –no lo digo como en el lenguaje banal, "no seas redundante", no te repitas sin necesidad–, a cada rato aparecían diciendo "todo normal, todo tranquilo". Está bueno, porque es lo opuesto a un golpe de Estado, la violencia en la votación, como pasa desgraciadamente en otros países donde no se sabe cuán transparente va a ser el resultado. Acá aparece un elemento que quiebra esa tranquilidad, dice "va a haber problemas de algún tipo". Y te decía que hay algo de thriller en la transmisión de ayer en dos candidatos, Larrañaga y Vázquez. ¿Por qué dice Larrañaga "un pronóstico sombrío", de dureza, y esa advertencia queda picando…?
EC - Habla de lo que viene teóricamente después de ayer, de la campaña rumbo a octubre.
FA - Exacto, que no va a ser amable. Ya hubo una especie de sinopsis con la parodia que hace Vázquez al inicio –que fue tan mentada hasta el final, y que sería solo una especie de aperitivo–, que iba a venir muy pesada la mano.
EC - El otro protagonista del thriller…
FA - Don Tabaré Vázquez.
(Audio Tabaré Vázquez.)
"Voy a ir después de Four Points a la sede del Frente, donde si me toca ser el representante del Frente voy a hacer algunos anuncios que creo son importantes. Pero la dejo por acá, les di esta noticia."
(Fin.)
FA - No se podía hacer un thriller mejor.
EC - "La dejo por acá, les di esta noticia."
FA - Exacto, "no pregunten más". Enseguida hubo una especulación de 12 horas, muy larga –era temprano, en La Teja, en el club El Arbolito, donde se lo ve votar y dar algunas declaraciones– sobre si anunciaría el viejo y amado principio petirrojo, que era obvio que no, quién iba a ser su segundo, su vice. Era mucho más probable –también decían los propios periodistas tratando de rellenar el tiempo– que iba a hablar de planes. Pero nadie imaginó, creo, que iban a ser tan detallados como los que efectivamente hace. Una vez más maneja su carisma dosificado, que ya habíamos visto en la única entrevista, en "Código País" al final.
EC - Hubo una en Televisión Nacional en la última semana.
FA - Esa me la perdí. Pero fue muy poco, una presencia, si la comparás con acá mismo, en este espacio tuyo y en otros, no hubo Tabaré Vázquez. Entonces allí larga esa especie de advertencia. Por eso mi título "consistencias, advertencias…", habría consistencia también en él de algo enigmático, que es parte del carisma. Una vez leí una cosa linda que decía que "las divas, las grandes celebridades del mundo del espectáculo lo que manejan más es su desaparición", nunca sabés cuándo van a aparecer, y cuando aparecen eso genera una noticia, un evento.
Vamos a otro audio de lo que pasaba en la mañana.
(Audio Constanza Moreira.)
"Esperamos con ansias el resultado, pero estamos contentos de cualquier manera del trayecto que hemos hecho hasta acá. Así que tenemos entusiasmo, tenemos alegría, nos sentimos orgullosos de lo que hicimos. Y el día está espectacular."
(Fin.)
FA - Acá viene la primera disonancia. Puede ser sutil: vean cómo los políticos usan la primera persona del singular, que es lo normal para todo ser humano, para todo Homo sapiens que anda por ahí, "yo tengo hambre"; no decimos "nosotros tenemos hambre", eso dicen los emperadores, los papas, los reyes. Y Constanza Moreira, si repasamos sus entrevistas -que ella sí dio varias- usaba la más franca, la más cercana a su edad, a su carácter de desafiante, de revoltosa, como se embromó en las caricaturas. Y acá me llamó la atención, como especialista en los signos, en esta cocina del sentido, que empieza a institucionalizarse, a volverse más del partido, va preparando una suerte de transición semiótica entre la desafiante, David y Goliat, y alguien que rápidamente se va a integrar y a proclamar la unidad, como hará en la noche. Aparte (el periodista) le preguntó: "¿Qué se siente por dentro?", literalmente, y ella va a hablar de emoción, pero en primera persona del plural. Es raro eso.
EC - Quizás estaba hablando de ella y su gente, su movimiento.
FA - Sin duda, lo va a hacer luego al reconocer el triunfo de Vázquez. Pero creo que lo que llamo disonancia semiótica –no estoy diciendo que sea hipócrita o falsa, solo que me llamó la atención– es un pequeño signo de lo que se vendría. Porque ella obviamente sabía que iba a perder, no había posible revolución allí que la diera como victoriosa, pero me pareció interesante.
Pero acá viene algo un poquito más sorprendente, y ahí sí el thriller se va poniendo más agudo. Escuchemos cómo termina esa declaración.
(Audio Constanza Moreira.)
"Así que pensamos que luego de conocidos los resultados, allí en el Frente Amplio, iremos a la sede del Frente Amplio y veremos si allí se produce un saludo conjunto o qué. Eso lo decidirá la presidenta del Frente Amplio, Mónica Xavier."
(Fin.)
FA - Ayer de tarde yo adelantaba que los signos locativos, todos los idiomas tienen unos signos misteriosos, vos decís "yo, aquí". Esos signos que se refieren solo a vos, que no se trasmiten como las demás palabras, se llaman signos autorreferenciales, se refieren a tu espacio y a tu persona. Entonces ese desplazamiento hacia el Frente Amplio, cuando dice "vamos a ir a la sede", de nuevo sigue la transición. ¡Pero qué asimetría semiótica con lo que va a pasar del otro lado después! Ella termina con una frase misteriosa, sin querer, que agrega al thriller, dice: "Veremos si allí se produce un saludo conjunto o qué". Eso es lindo, porque estamos en el orden de la redundancia. ¡Claro que va a haber un saludo, claro que va a haber un abrazo!... Creíamos. Es algo como de cajón.
EC - Por lo visto no era tan obvio.
FA - No era tan obvio. Instrucciones de uso: vean la diferencia entre un signo indicial, ir desde la Casa Grande, en Yi entre Mercedes y Colonia, dejar ese lugar, el lugar de rival, etcétera, y plegarse a la fuerza del Frente Amplio en su sede. Pero enseguida viene esa idea de que ese saludo no era algo que iba de sí, no era algo que estaba ya cocinado, entonces agrega eso de la jerarquía: Mónica Xavier, la presidenta del Frente Amplio, será la que decida. Uno diría que no, que será la emoción. Y ahí entramos… muchos periodistas dijeron toda la noche, repitieron una frase: "un abrazo simbólico". Semióticamente no es así, el abrazo es el signo icónico por excelencia. ¿Se acuerdan del abrazo de Bordaberry y Tabaré Vázquez en Rocha, en Castillo? Es una imagen de afecto. Es distinto que si Bordaberry dijese: "Yo lo abrazaría a Vázquez" o algo así. No es lo mismo que ir, subirse y abrazarlo en su lugar.
Acá el abrazo es el signo icónico, el de cualidad, el de afectividad, y lo damos por descontado. Vamos entrando a la segunda parte, develando misterios.
***
EC - La mano venía de thriller…
FA - Y el thriller realmente tuvo ribetes, como dicen las críticas de cine, "electrizantes". Porque cuando todos esperábamos lo obvio, fue lo menos obvio y redundante posible –nada tranquilo ni normal, como no se cansaron de repetir los periodistas– lo que dijo en el Four Point, en su búnker, Tabaré Vázquez. Escuchemos un fragmento de cómo se refirió a su victoria. Y obviamente, cuando hablás de la victoria, está la derrota, quien fue derrotado en las internas –o como decía Sanguinetti, primarias–, pero su otro es Constanza Moreira, no son Bordaberry y los otros.
(Audio Tabaré Vázquez.)
"No me estoy refiriendo al número de electores, sino a la calidad del acto eleccionario, lo que nos permite seguir estando muy orgullosos de nuestro querido pueblo uruguayo.
En segundo lugar, no es de extrañar que hayamos tenido una jornada cívica con la calidad de la que tuvimos en el día de hoy…".
(Fin.)
EC - En ese discurso quizás faltan algunos segundos iniciales, porque Tabaré Vázquez se largó a hablar en el Hotel Four Points cuando todavía estaba hablando Constanza Moreira. Fue difícil pasar de uno a otro.
FA - Es un ejemplo casi perfecto de ninguneo semiótico. Yo siempre explico en mis clases que el signo puede ser tan grande como un edificio de ladrillos, etcétera, o nada. Y doy este ejemplo: alguien te dice "hola", que es un signo tonto, porque normalmente lo hacés en eco, "hola", "hola", en todos los idiomas que conozco es así, en todas las culturas donde he vivido, y sin embargo qué tragedia si no te llega de retorno ese hola o ese gesto. Es el signo cero, que es enormemente informativo, el otro te dice "no te banco, no te saludo".
Acá hay una asimetría semiótica violentísima, llega a saludar a todos los rivales, menos al único rival evidente y plausible. Y las palabras acompañan su vestimenta, no solo es el único encorbatado –que no importaría tanto, quizás una distancia que ya aparece en algún aviso de Astori diciendo "va a ser más ordenado este Gobierno"–, yo diría que las palabras son encorbatadas. Parecen de un acto de escuela de un día patrio, eso de jornada cívica, emoción cero, luego lo que habla en el Frente Amplio, emoción cero. ¿Dónde está aquel de "¡Festejen, uruguayos, festejen!"? No está en ninguna parte, es un lenguaje almidonado y muy de thriller. uno está esperando todo el tiempo que diga "le mando un abrazo a la compañera" o como sea que la llame. Y no se lo va a dar tampoco luego; escuché a mis colegas los politólogos que decían que no es lo mismo abrazar en el palco, en el teatro, que hacerlo en bastidores.
EC - En la sede del Frente Amplio, cuando Vázquez dio su segundo discurso, el discurso de las 10 medidas, Constanza Moreira no aparecía en el escenario. Es más, llegó tarde, o, si ustedes quieren, Vázquez arrancó demasiado temprano, no esperó la llegada de Constanza Moreira. Y tampoco cuando terminó la alocución Constanza estaba al lado como para que el saludo se produjese allí, sino que Vázquez fue saludando dirigentes, fue saliendo, y al acercarse a la puerta apareció Constanza Moreira y ahí sí existió el saludo, el beso y el abrazo.
FA - Sí, pero es uno más, es uno como en la multitud, en el caos. Entonces yo digo asimetría y asincronía, están fuera de tiempo, fuera de mesura. Escuchemos un poquito a Constanza para ver la diferencia abismal de lo que fue su reconocimiento.
(Audio Constanza Moreira.)
"… los que vinieron a la sede, a todos los que nos están mirando de allá del otro lado, sea donde quiera que estén. Empezamos primero reconociendo lo que hay que reconocer: la victoria del doctor Tabaré Vázquez en esta elección interna y de todos los frenteamplistas que concurrimos a votar…"
(Fin.)
FA - Acá escuchamos algo bastante más cercano a la emoción, cierta pausa, cierto ritmo, y lo obvio: el nombrar al otro. Nombrar al otro es incluirlo, es obvio que ella iba a ir allí, pero es distinto empezar diciendo "empezamos reconociendo la victoria".
EC - Sí, reconoce la victoria de Vázquez, pero también le pone una cuotita de frialdad, porque en la jerga frenteamplista ella debió haber dicho "la victoria del compañero Tabaré Vázquez", y sin embargo dijo "del doctor Tabaré Vázquez".
FA - ¿No te parece que eso es una consistencia? Porque entre las razones que aparecen hoy por ejemplo en los diarios de por qué no hubo ese saludo real, no hubo un abrazo ni virtual ni nada, están ciertas declaraciones de ella que fueron juzgadas muy agresivas hacia Tabaré Vázquez. Entonces hay cierta consistencia en no borrar todo y empezar de nuevo.
Para los oyentes, que quizás alguno lo vio, yo no: hay una sonrisa que está muy estudiada, que se llama la sonrisa Duchenne, que es la sonrisa genuina, la que involucra no solo las comisuras de los labios, sino un movimiento en los ojos que te hace pensar que alguien está realmente alegre, y luego la sonrisa cortés, que es falsa. Yo inventaría un abrazo Duchenne, que no solo no se dio aquí, sino en lo que pude ver. Cuando termina el discurso en la Casa del Partido Colorado Pedro Bordaberry el abrazo que se da con Amorín y con Flores Silva es de una frialdad notable, es menos que protocolar. Como es accidental, diría, el que se dan Tabaré Vázquez y Moreira, que se cruzan. No es lo mismo que llamarla, no es lo mismo que esperarla, "vamos a esperar que venga, que se acerque", que esté en la primera fila. No le da ningún lugar. Es algo muy curioso y sorprendente, es de thriller.
EC - Supongo que vamos a hablar de la otra parte del thriller.
FA - Escuchemos un pedacito.
(Audio Jorge Larrañaga.)
"Pensé que en este 2014 podía tener una mejor suerte. La gente ha dicho otra cosa, y por lo tanto me corresponde, con hidalguía, saludar a quien fuera ungido como candidato único a la Presidencia de la República, el doctor Lacalle Pou. Felicitaciones a él…"
(Fin.)
FA – Acá entramos en algo que dije que era fundamental toda la campaña, que son los signos del cuerpo, que son más fisiológicos, más viscerales que de cráneo, de cerebro. Hay una emoción impresionante, casi se vuelve literario en cierto momento –en un sentido muy serio, nada irónico, digno de la literatura–, y de una carga de espontaneidad o autenticidad aparente –no sé si se lo escribieron, no me interesa como semiótico–. Así como hablaba de un discurso almidonado en Tabaré, en Larrañaga hay algo como muy desde la tripa.
EC - Alguien decía hoy de mañana entre los oyentes y lo compartían los politólogos en la mesa y yo mismo tuve esa misma impresión, que fue de los discursos más naturales de Jorge Larrañaga.
FA - Exacto, como hablaba recién en broma y en serio de un abrazo Duchenne, un abrazo auténtico frente a uno protocolar, escuchen un pedacito, una especie de cumbre literaria en ese discurso de la melancolía y la derrota de Larrañaga.
(Audio Jorge Larrañaga.)
"… persona equivocada, como decía alguien, se transforma en un fracasado solamente cuando intenta justificar sus errores echándoles la culpa a los demás. Y en este caso yo soy el responsable de la derrota y la asumo integralmente, integralmente.
Quiero simplemente irme para el río Negro, consultar y hablar con mis hijos, escuchar mi propio silencio…"
(Fin.)
FA - Las palabras en su lugar, el de Jorge Larrañaga al conocer el resultado. Para terminar, esta frase que es realmente un gran final de una interna o primaria: "escuchar mi propio silencio". Me impactó esa frase.
Tenemos en un extremo un Tabaré Vázquez que habla como un maestro de escuela un día patrio, todas cosas obvias, lenguaje almidonado como su propia presencia, y en el otro este hombre que adquiere una dimensión épica, un guapo, porque parece no digo a punto de llorar, pero esta idea de una especie de exilio, una cosa casi artiguista del héroe yéndose. Acá sí que es heroico dar la cara y tratar, como decían los chinos, de salvar cara mostrando su dignidad, su ética hasta el final.
Fue una noche realmente cargada de signos de sorpresa de este gran thriller que fue el desenlace.
EC - Después, Larrañaga subió por última vez la escalera de la sede del Directorio del Partido Nacional y se abrazó con Lacalle Pou.
FA - Y fue un abrazo realmente fuerte.
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Transcripción: María Lila Ltaif