Polémica por aplicaciones de taxis

Fernando Amado (PC): La sociedad y el sistema político deben "dar respuesta" a la combinación de tecnología y trabajo

Fernando Amado. Archivo
Fernando Amado Archivo

La aplicaciones para el pedido de taxis han desatado un debate sobre el uso de de las tecnologías y las fuentes de trabajo. Se anunció el envío a seguro de paro de varios trabajadores de la rama y los trabajadores reclaman la regulación de las aplicaciones para no poner en riesgo las fuentes de trabajo. La Comisión de Legislación del Trabajo de Diputados está trabajando el tema, por este motivo En Perspectiva entrevistó al diputado colorado Fernando Amado, integrante de dicha comisión. Amado manifestó su acuerdo con la implementación de las nuevas tecnologías, "la adaptación de distintas áreas del trabajo ante el avance de las nuevas tecnologías es algo a lo que como sociedad y como sistema político tenemos que dar respuesta". Para el diputado, cualquier restricción que se quiera aplicar puede afecta a la industria del software nacional.

(emitido a las 7.52 hs.)

EMILIANO COTELO:
La situación en el mercado taxi cobra día a día nuevas derivaciones. Al conflicto que se desató cuando la patronal anunció el envío al seguro de paro de decenas de telefonistas a raíz de un incendio, se sumó la polémica por la competencia que han planteado las aplicaciones para teléfonos celulares.

El asunto ya está a estudio del Parlamento. En los últimos días la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Representantes recibió tanto a la patronal como al sindicato del taxi, y anuncia que va a iniciar una serie de contactos con distintos actores vinculados al asunto.

El desafío es lograr un equilibrio entre el avance de las nuevas tecnologías y el mantenimiento de las fuentes laborales, sin afectar otros intereses.

¿Cómo se hace? ¿De qué manera puede incidir el Parlamento en esta cuestión? Vamos a conversar con el diputado Fernando Amado, de Vamos Uruguay, Partido Colorado.

ROMINA ANDRIOLI:
¿Cómo ve la discusión que se ha planteado en medio del conflicto del taxi con lo que tiene que ver con el uso de las tecnologías, con estas aplicaciones que permiten pedir móviles por medio del celular?

FERNANDO AMADO:
Tengo dos sensaciones. Por un lado, de cierta desazón en cuanto a que se habla mucho de un tema que es muy amplio y que puede tener consecuencias importantes, a veces con poca información o con planteos desde una postura interesada. Por otro tener en cuenta que este tipo de temas hacen al futuro de Uruguay -más allá del tema concreto que está focalizado en la circunscripción del taxi-, la adaptación de distintas áreas del trabajo ante el avance de las nuevas tecnologías es algo a lo que como sociedad y como sistema político tenemos que dar respuesta.

Se abre un debate bien interesante para el momento que viene.

RA – ¿Cuál es su posición en este debate con respecto al uso de estas tecnologías de la información y el impacto que pueden tener?

FA – Acá hay dos temas: por un lado peligran una cantidad de fuentes de trabajo, se dice que podría llegar a ser 200 operadores de las radios que la patronal mandarían al seguro de paro, 200 posibles desempleados, según la patronal, que es un sector con una gran capacidad para hacer lobby, en el mejor sentido de la expresión, y para llegar a los actores que después toman decisiones. Además tiene un presidente como Óscar Dourado, un hombre con una gran ductilidad y un enorme pragmatismo. Estas son características que adornan su personalidad y le permiten incidir en la toma de decisiones para beneficio de su sector.

Se conjugan dos cosas: la discusión sobre las nuevas aplicaciones, en este caso la aplicación que hay sobre el taxi que no es producción nacional sino extranjera y que ya está funcionando, y a la cual se la visualiza desde la patronal como una amenaza para las fuentes de trabajo. Y la otra es una situación que se está planteando, y esto lo digo a título personal, con esto de las aplicaciones que terminan siendo una especie de chivo expiatorio en este conflicto. Porque al día de hoy, luego de haber escuchado a la patronal y al sindicato, no se explica que estén peligrando 200 fuentes de trabajo de operadores de radio cuando hasta el propio Dourado ratificó en la comisión un dato que manejamos: solo 30% de la población de Uruguay tiene acceso a teléfonos con la tecnología como para tener este tipo de aplicaciones y por supuesto que es mucho menor el porcentaje que las utiliza. Más allá de que este tipo de aplicaciones están a disposición es muy poquita la gente que las utiliza.

RA – ¿Pero usted cree que debería utilizarse Easy Taxi? Se lo pregunto teniendo en cuenta por ejemplo las repercusiones que han tenido las declaraciones del director de transporte de la intendencia de Montevideo, Hugo Bosca, que se manifestó contrario a que se utilicen porque entiende que esto hace que se desregularice el mercado del taxi.

FA – Sí, lo expresado por Bosca es un disparate en términos generale¬s y demuestra una gran ignorancia en cuanto al tema y su complejidad. Además me parece que una postura contraria a las nuevas aplicaciones es bastante surrealista, la reflexión inmediata es que se está quedando en el tiempo y que no quiere actualizarse a las cosas que vienen. Es una enorme contradicción por parte de alguien del Frente Amplio, que junto con los demás partidos -porque ya es una política de Estado- ha apostado a la industria del software nacional, a exportar aplicaciones hechas por uruguayos al exterior o a exportar horas de desarrolladores uruguayos para terceras empresas en el extranjero, hay trabajo uruguayo en aplicaciones que vienen de afuera. Muestra una gran ignorancia de todo lo que está en juego en la industria del software.

Yo estoy, obviamente, a favor.

RA – En caso de que Uruguay tome algunas medidas para restringir el uso de estas aplicaciones extranjeras, ¿entiende que eso puede repercutir en la industria del software nacional que exporta mayoritariamente sus productos y servicios?

FA – Claro, si es una de las cosas a las que hemos apostado, con mucha inteligencia y perspectiva de país y de futuro. La "ceibalita" tiene que ver con eso, así como la política vigente que apuesta a invertir fondos públicos en proyectos tecnológicos uruguayos.

Tenemos una dirección muy clara como país para generar producción nacional y exportarla, y eso se da de bruces con este tipo de posturas. Si uno empieza a ser discriminatorio con otros productos similares que puedan llegar a Uruguay sin duda que podría haber represalias. Es como si a uno lo dejan colocar en todas partes del mundo y después cuando otra persona de otra parte del mundo viene a colocar en Uruguay dice "Ah, no, no te dejo".

Por eso esta situación es más profunda de lo que parece, y además se está manejando con desinformación. Cuando se plantea que este tipo de aplicaciones en Europa y en otros países ha conspirado contra el sector y lo ha desregulado, en realidad se están utilizando argumentos mentirosos porque se está hablando de otro tipo de aplicación que tiene que ver con otro fenómeno: un particular agarra y hace de taxi con su auto. Pero eso es otra cosa.

RA – Claro, acá estamos hablando de empresas.

FA – Estamos hablando de una aplicación para llamar un taxi, una actividad que está regulada, acá nadie puede agarrar un auto y hacer de taxi. En realidad se está hablando del control de los contenidos de internet. ¿Quién va a resolver?, porque cuando se habla de regular este tipo de cosas estamos hablando de quién va a resolver a qué podemos acceder o no vía internet: Antel, la Intendencia, ¿qué es lo que se está proponiendo?, ¿Bosca qué propone?

RA – ¿Cómo van a trabajar esto en la Comisión de Legislación del Trabajo?

FA – Primero recibimos a la patronal del taxímetro: su planteo era contrario a las aplicaciones internacionales, pero paradójicamente muy positivo en cuanto a que se tenga en cuenta una aplicación hecha en la propia patronal, sin ninguna diferencia con las del extranjero. O sea, no sirve la aplicación extranjera pero sí la que haga la patronal, seguramente haya algún interés de por medio.

Después recibimos al sindicato de los taxistas y tenemos previsto recibir a la Unidad Reguladora de los Servicios en Comunicaciones (Ursec) y a autoridades como la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI) y la Agencia para el Desarrollo del Gobierno de Gestión Electrónica y la Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic), para escuchar las perspectivas de otros actores que están en el tema. No solo por el tema particular del taxi sino también pensando en esa situación bastante rara que se da en donde el Estado apuesta a una cosa como política y como industria de generación de conocimiento y de exportación del trabajo uruguayo y por otro lado hay una mirada restrictiva cuando pasan este tipo de cosas.

EC – ¿Cuál es el destino final de todos esos insumos? ¿Para qué estas reuniones? ¿La comisión va a tratar de legislar en esta materia?

FA – La patronal pedía que el Parlamento legislara. Creo que este tipo de cosas no son para legislar.

EC – ¿Y entonces para qué es el trabajo de la comisión, cómo están concibiendo el destino final de todo esto?

FA – Los partidos políticos tenemos que entender todo esto que está pasando, tiene que ver con el mundo que se viene y que muchas veces trastoca las relaciones laborales, mucho de lo que en Uruguay se ve como el relacionamiento entre patrón y empleado y una cantidad de cosas que obviamente las nuevas tecnologías pasan por arriba y desregulan naturalmente. Pero además hay una intención de los actores y una actitud premeditada de la patronal, en este caso concreto, del taxímetro, que está siguiendo una cantidad de pasos para contactarse y generar vínculos con quienes pueden eventualmente tomar decisiones para que fallen a su favor.

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