Campaña electoral

Alejandro Sánchez (MPP): El tutor del rumbo económico no es el astorismo, "es una construcción colectiva del FA"

El debate interno del Frente Amplio sobre la conducción de la economía en un eventual tercer Gobierno concitó la atención de la opinión pública en los últimos días. Con los resultados del 1° de junio a la vista, los sectores astoristas solicitan al electorado un mayor apoyo en octubre para garantizar el mismo rumbo económico de los últimos 10 años. En esta oportunidad, En Perspectiva entrevistó al diputado por el MPP Alejando Sánchez. El legislador cree que desde el punto de vista político "es un error estratégico trabajar hacia la interna buscando la confrontación" porque "lo más triste que le puede pasar al FA es que desde cada uno de los sectores pensemos en nuestra chacrita cuando el objetivo principal no es ser la primera fuerza del FA sino que el FA sea Gobierno". También resaltó su discrepancia con Esteban Valenti porque cree que "su discurso y su forma de razonar son los de la lucha interna, una forma muy vieja y perjudicial para el desarrollo de cualquier organización política".

(emitido a las 8.51 hs.)

EMILIANO COTELO:
Cuando faltan poco más de tres meses para las elecciones, el Frente Amplio (FA) procura motivar a los votantes. Su objetivo es ganar nuevamente el Gobierno y además mantener la mayoría parlamentaria propia. Para eso, ¿es buena o es mala la idea que se esbozó esta semana de que el oficialismo estaría plebiscitando en octubre el rumbo de ese Gobierno y, sobre todo, de la política económica?

Desde el astorismo se convocó a "reforzar la política económica votando al Frente Líber Seregni (FLS)". Varios de sus dirigentes han puesto en duda que Danilo Astori acepte el Ministerio de Economía que le ofreció Tabaré Vázquez si este sector, el suyo, no recibe un apoyo contundente en octubre.

El origen de estos planteos está en la nueva correlación interna que dejó en el FA la votación del 1° de Junio y en la confirmación de un sublema muy amplio, que algunos llaman "mega-sublema", que agrupa, entre otros sectores, al Movimiento de Participación Popular (MPP), al Partido Comunista, Compromiso Frenteamplista de Raúl Sendic, la lista 5005 de Diego Cánepa, la Corriente de Acción y Pensamiento – Libertad y la Vertiente Artiguista.

El martes pasado analizamos este escenario con el senador Rafael Michelini, del Nuevo Espacio y del FLS. Hoy vamos a averiguar cómo se lo observa desde el otro bloque. Para eso recibimos al diputado Alejandro Sánchez, del MPP.

¿Cómo se ve desde el MPP este planteo que se ha lanzado desde el FLS para qué ustedes expliquen para qué se ha conformado ese "mega-sublema", como lo denomina Esteban Valenti?

ALEJANDRO SÁNCHEZ:
En primer lugar, los sublemas dentro del FA han existido toda la vida. De hecho se puede decir que el FLS también es un sublema, y cuando se creó yo no me iba a poner a pensar que eso iba a ser una construcción política en contra de algo. Yo no creo que cuando la gente se junta, y menos dentro del FA, lo hace para perjudicar a otro sector. Cada sublema busca optimizar en una campaña electoral el resultado, y eso tiene una correspondencia con la cantidad de bancas que se le pueden asignar.

Nosotros, la lista 609, históricamente hemos ido en sublema. En 1999 con la lista 99000 del senador Rafael Michelini, en las últimas elecciones estuvimos con el Partido Comunista. La ley electoral permite la creación de sublemas y lo que busca justamente es que rindan mucho más los votos que uno tiene para obtener las bancas parlamentarias que uno quiere

Por lo tanto la construcción del sublema, el "grupo de los ocho", viene partiendo de coincidencias programáticas, no solo en la discusión del Congreso del FA sino también en lo previo, estos sectores hemos concertados algunas miradas en común sobre algunas temáticas importantes del país, no solo de la política económica. A nosotros nos parecía pertinente un escenario de concertación en este sentido y la construcción de un sublema que nos permita a todos trabajar cómodamente.

Esto con el objetivo de que el FA gane el Gobierno. Creo que el objetivo de cualquiera de los que estamos militando en el FA es que gane el Gobierno, en realidad lo que se está plebiscitando es un modelo de desarrollo. Podemos avanzar y seguir profundizando el modelo de desarrollo que ha tenido grandes éxitos para la población en general: bienestar económico, en la salud, en la nueva agenda de derechos y los derechos sociales, en el trabajo. O podemos retroceder a las políticas neoliberales, eso es lo que está en juego hoy.

EC – Pero ese es el objetivo del FA, la pregunta es cuál es el objetivo de este sublema.

AS – Ayudar a que el FA gane las elecciones.

EC – ¿Pero este es un sublema que por ejemplo permita conseguir votos afuera del FA?

AS – Creo que es nuestro objetivo.

EC – Se lo pregunto porque uno de los ángulos de la discusión es que se está "pescando en la pecera".

AS – Nosotros no compartimos esa visión por la siguiente razón: si uno mira las elecciones el FA tiene un 50% de los votos, aproximadamente, estamos en dos mitades de país, uno no puede pensar que los que votan a los partidos tradicionales son todos oligarcas. Los partidos tradicionales representan los intereses de un sector minoritario de la sociedad y no de las grandes mayorías nacionales, como son los trabajadores o los pequeños y medianos comerciantes. Creo que los partidos tradicionales en sus programas -que algunos no lo tienen porque no se han puesto de acuerdo- representan el interés de un sector muy pequeño de la sociedad uruguaya y han gobernado y pretenden volver a gobernar en función de esos intereses.

En realidad a los partidos tradicionales los votan muchos trabajadores, que yo creo que están votando equivocadamente porque lo están haciendo en contra de sus intereses. Por tanto el trabajo en una campaña electoral de cualquier sector del FA, también del grupo de los ocho, es tratar de discutir con nuestra ciudadanía y demostrar cuál es el programa que mejor representa a la enorme mayoría de la población uruguaya. Creo que ese programa, ese modelo de país y de desarrollo, es el del FA, que ha aprobado un programa para seguir conduciendo a Uruguay hacia mayores niveles de bienestar. Por lo tanto mi trabajo no es convencer a los que votan al FLS, porque esos ya votan al FA, yo tengo que trabajar con aquellos que están indecisos y los que hoy siendo trabajadores votan a los partidos tradicionales.

EC – ¿Por qué para eso ayuda un sublema como este?

AS – Porque permite actividades conjuntas, desarrollar un trabajo común, generar una identidad que busca poner énfasis en algunas cuestiones. Nosotros nos hemos planteado la construcción del sublema con énfasis en un programa nacional de desarrollo y tenemos cinco puntos sobre esa base. Lo que hacemos es juntar esfuerzos entre los compañeros del sublema para realizar actividades en común.

EC – Vayamos a eso, porque ahí está uno de los puntos críticos de toda esta discusión: para qué sirve un sublema como este. Sobre todo porque llama la atención el tamaño, parece que no hay antecedentes dentro del FA. Abarca a todos los grupos menos el FLS, el Partido Socialista, el Partido Obrero Revolucionario y los grupos que apoyan a Constanza Moreira, es muy pesado. Si nos atenemos a los números de la elección interna del 1° de junio el mega-sublema tendría el 47% de los votos. Entonces, ¿está armado para contrapesar al FLS?, ¿hay voluntad de confrontar dos modelos?

AS – No, yo descarto toda interpretación que busca la confrontación interna. Yo nací en el 80, pero creo que la izquierda aprendió mucho de no ser tan sectaria. Cuando la izquierda empezó a tener una mirada amplia y a no pelearse en una lucha interna, el FA tuvo la oportunidad de ser una opción real de Gobierno. Creo que eso ha sido muy bueno para el país, lo demuestra lo que estamos viviendo hoy.

Creo que es un error estratégico desde el punto de vista político trabajar hacia la interna buscando la confrontación. Raúl Sendic padre decía que en realidad tenemos que trabajar sobre las cosas en las que tenemos acuerdo y seguramente vamos a trabajar toda la vida. No focalicemos en las diferencias, las podemos discutir, bienvenida sea la discusión, ahora, tratemos de poner nuestras energías en aquello en lo que estamos de acuerdo.

Uno puede decir que la Corriente de Acción y Pensamiento – Libertad fue un desprendimiento del MPP, reciente, o la creación de la 711, que es novedosa, no tiene antecedentes en la historia, estamos hablando de sectores que tenían una existencia relativamente pequeña. Los tres espacios que están concertando en este sublema que tiene una trayectoria mucho más larga en el tiempo son el Partido Comunista, el MPP y la Vertiente Artiguista, porque la 5005 también es una lista de reciente creación. Si nos vamos a la historia podemos decir que en realidad previo al surgimiento del MPP existió la Izquierda Democrática Independiente (IDI) y de ahí algunos compañeros formaron la Vertiente Artiguista y otros el MPP.

Este sublema de alguna manera viene a reconocer una tradición de larga data de coincidencias programáticas y de matices. Hoy está juntando todo un espacio, un tronco común, de gran parte de estas listas, que están alrededor de lo que fue la corriente tupamara que tuvo diferentes desgajamientos que fueron generando distintas listas. Este sublema no tiene nada de espectacular, tiene la conformación de sectores que pensamos más o menos igual y tratamos de concertar y trabajar en conjunto para fortalecer el FA. Lo más triste que le puede pasar al FA es que desde cada uno de los sectores pensemos en nuestra chacrita cuando el objetivo principal no es ser la primera fuerza del FA sino que el FA sea Gobierno, después todas las listas compiten para tener un apoyo electoral importante.

Yo soy de los que piensa que ojalá le vaya muy bien al FLS, ojalá lo voten muchas personas, al Partido Socialista y al grupo de los ocho, porque eso va a significar que el FA gane en primera vuelta con mayorías parlamentarias. Me parece que lo que estamos haciendo es abrir un menú de opciones que tienen sus matices y sus estilos, que lo que busca es permitir consolidar esto que es tan deseado por todos: que el FA gane en primera vuelta con mayoría parlamentaria.

EC – Vamos a seguir con el análisis. Según Valenti, el programa del FA es uno solo, pero no todos tienen la misma lectura. Menciona en particular distintos asuntos en los cuales entiende que existen diferencias importantes entre lo que él llama mega-sublema y el FLS. Por ejemplo política económica, políticas sociales, relaciones laborales, aspectos institucionales. A grandes rasgos, ¿usted coincide con ese análisis?

AS – No. La política económica del FA es de todo el FA, no es del FLS. Nosotros hemos acordado no solo en el programa que el FA está presentando para tener un tercer Gobierno, sino en el primero y en el segundo.

Sí coincido con que cuando se discute el programa son líneas muy globales, luego la realidad obliga a bajarlas a tierra y a enfrentar cosas que uno no previó y a tomar decisiones. El primer debate fuerte en términos programáticos de la izquierda fue en el primer Gobierno del FA del doctor Tabaré Vázquez y tuvo como uno de los actores principales al contador Danilo Astori, en ese entonces ministro de Economía, y se refería al 4,5% para la educación. Hubo una discusión fuerte dentro del FA y del Gobierno acerca de si era posible llegar a ese 4,5% en ese momento. Había sectores, entre ellos nosotros, que planteaban que había que cumplir con esa promesa electoral lo antes posible, y Astori puso su cargo a disposición del presidente y planteó la renuncia. Quiero recordar que el que lo fue a buscar fue José Mujica, porque en realidad Astori y los compañeros del FLS han hecho un aporte sustantivo a los Gobiernos del FA. Nosotros podemos tener un montón de matices y diferencias, pero los necesitamos a ellos como ellos necesitan al Partido Comunista, al MPP y al Partido Socialista.

De alguna manera yo no le asigno un rasgo a las diferencias, a las discusiones adentro de la izquierda, comparto lo que decía el senador Michelini acá, no le tengo miedo a los debates y no quiero el pensamiento único. Necesitamos discutir muchísimo, la realidad confronta los programas que uno planifica y de alguna manera ahí surgen debates que para mí siempre se centran en la velocidad de los cambios. Lo que está en debate y lo que generalmente surge en la interna del FA es la velocidad de los cambios, no su rumbo, ahí hay elementos para discutir que refieren al análisis político de la realidad, a cuál es la situación en la que estamos, correlaciones de fuerzas, esos son los debates que hay, pero no parten de una lógica excluyente.

EC – Pero yendo al terreno estrictamente de la política económica, leo a Valenti:

"No hay de parte del G8 un planteo integral, coherente sobre la política económica de una nueva etapa del Proyecto Nacional, ni sobre el pasado. En ningún texto, en ningún discurso, en nada. Pero se difundió durante estos cinco años un "humor" de diferencias, de orientaciones fiscales, de supuestas prioridades diferentes. Y en el Congreso del FA esas diferencias emergieron con mucha mayor claridad. Sería bueno y necesario un debate en serio, profundo y explícito. Estamos hablando nada menos que de la orientación concreta y estratégica de la producción, de la política fiscal, de la inversión, de la política monetaria y del principal tema para un Gobierno de izquierda: el trabajo, su calidad, su estabilidad, su remuneración, su papel social, económico y cultural en el Proyecto Nacional. Casi nada".

¿Qué responde usted?

AS – Yo no creo que tengamos un Gobierno en disputa, la disputa es con la derecha en términos de proyecto de país, por lo tanto nunca adherimos desde el MPP, y esto es una opinión personal que también hemos dicho públicamente, a la discusión del Gobierno en disputa dentro de la izquierda.

EC – Pero en este período de Gobierno en asuntos económicos hubo una disputa.

AS – No, hubo discusiones. Está muy bien cuando Valenti describe qué sería a su entender la política económica incluya justamente las diversas actividades que componen la vida en sociedad, pero luego se centra en que las diferencias son las políticas fiscales. En realidad creo que Valenti y algunos compañeros cometen el mismo error que la oposición: discutir las políticas económicas como si fueran solo las políticas fiscales.

Nosotros compartimos plenamente la orientación del modelo de desarrollo nacional, de las políticas laborales, sociales y también lo que tiene que ver con la transformación en la matriz productiva. En lo que ha habido mucha discusión, y es natural que exista y ojalá nunca se pierda y menos dentro de la izquierda, es en cuánto impuesto puedo cobrarle al capital. La discusión de la política fiscal corresponde justamente a que necesito cubrir y dotar a la sociedad de determinados bienes públicos, esos bienes públicos se tienen que financiar con los recursos que produce el Estado, empresas públicas, o con aquellos recursos que el Estado cobra. En esa discusión hay dos debates que tienen que ver con la distribución: a quién le cobro y a quién beneficio. Ese es el debate sobre la distribución, cuánto impuesto le puedo cobrar yo en el mundo en el que vivo hoy al capital sin que desestimule su inversión, porque si me quedo sin inversión me quedo sin trabajo.

Esta es una discusión que tiene que ver con un elemento que uno va valorando todos los días, no hay una receta que diga que al capital hay que cobrarle un porcentaje equis para que permanezca en el país.

EC – ¿Usted dice que ese fue el eje del debate entre lo que en este período de Gobierno se llamó "los dos equipos económicos"?

AS – No comparto mucho la idea de "los dos equipos económicos", creo que la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) cumple un rol de asesoramiento al presidente y el Ministerio de Economía tiene un rol asignado por la Constitución. He ido a reuniones en la OPP y en el Ministerio por mi trabajo parlamentario en la Comisión de Hacienda y Presupuesto, he votado los presupuestos y las rendiciones de cuentas y la mayoría de las leyes que tienen que ver con impuestos en este país. Hemos tenido muchos acuerdos con el Ministerio, también hemos tenido discusiones.

Creo que hay un debate natural respecto a cuánto le puedo cobrar al capital sin que se vaya, y nadie tiene la regla o la receta. En su último libro, Joseph Stiglitz analiza cuál es la carga impositiva en Estados Unidos en función de los diferentes Gobiernos, tanto demócratas como republicanos, y ésta es mucho mayor a la que cobra Uruguay. El problema es que Estados Unidos es una economía mucho más grande, con determinadas condiciones por las que le pueden imponer al capital una contribución mayor. Uruguay es un país pequeño, con un mercado muy pequeño de tres millones y medio de habitantes, tercer mundo, con un montón de necesidades de inversión, saliendo de una de las crisis más importantes. Nosotros en 2004 necesitábamos inversión para que hubiera trabajo, hoy necesitamos orientar la inversión.

Lo que hubo fueron debates de este tipo, ¿Le tenemos que cobrar Impuesto de Primaria a las grandes extensiones de campo? No. Este fue un debate del año pasado que se concretó en el Congreso y hoy es un compromiso de Tabaré Vázquez, que le va a pedir a los grandes tenedores de tierra de este país que contribuyan con el Impuesto de Primaria como hace cualquier hijo de vecino que tiene una casa. Eso fue parte del debate del segundo Gobierno del FA y se concretará en el tercero con un respaldo explícito de Tabaré Vázquez y seguramente también de quien va a ser su ministro de Economía, Astori, porque lo tenemos en el programa.

EC – ¿Entonces no queda nada para discutir a propósito de la orientación de la política económica?

AS – No, queda mucho para discutir, siempre va a estar en debate.

EC – Se lo pregunto porque Valenti formula un desafío fuerte, dice:

"Sería importante que los promotores de los giros a la izquierda, desde el mega sub lema o desde los que apoyan a Costanza Moreira y se consideran los custodios desde la izquierda de la política económica, que nos digan algún ejemplo, cercano o lejano de sus propuestas y nos muestren otro país de la región o del mundo donde el crecimiento económico y los indicadores sociales de forma simultánea hayan evolucionado positivamente de mejor o de igual manera que en el Uruguay. ¿Argentina, Venezuela, Ecuador, Cuba? ¿Cuál país de Asia o de Europa? Y nos referimos a cosas concretas y medibles, no a sensaciones y buenos deseos. Si esa es nuestra culpa, la asumimos plena y gustosamente".

¿Ustedes están dispuestos a tomar ese guante?

AS – Yo tomo ese guante, pero primero tengo una discrepancia de base con Valenti. Con el mayor de los respetos, su discurso y su forma de razonar son los de la lucha interna, una forma muy vieja y perjudicial para el desarrollo de cualquier organización política. Él dice: "estamos los buenos y están los malos"

En este debate nos invita a discutir sobre los modelos en América Latina, nos dice que en la región hay una izquierda carnívora y otra vegetariana, Uruguay o  Brasil seríamos más reformistas de lo que fue el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Nosotros estamos llevando adelante el modelo uruguayo, porque como Uruguay no hay en América Latina, por una cantidad de razones: primero porque existió el batllismo al principio del siglo XX, que generó una cantidad de reformas importantísimas que son sustancialmente diferentes a lo que sucedió en los estados y las economías del resto de los países de América Latina; segundo porque en realidad el pueblo uruguayo le dijo que no al proyecto privatizador del neoliberalismo y hubo un neoliberalismo a la uruguaya.

Uruguay tiene una conformación política y social y una estructura social totalmente diferente a la de los países de América Latina. Chávez hablaba de socialismo del siglo XXI y tenía 27% de pobreza, pero cuando llegó tenía 60%. En Venezuela o te morís de hambre o sos rico, eso en Uruguay no existe. Comparar cosas que son tan diferentes es imposible.

Nuestro modelo es el uruguayo, es el que ha construido la izquierda uruguaya, que además tiene diferencias con el resto de las izquierdas porque la fundamos en el 71, construimos la unidad, el programa común y la voluntad de acuerdo para llevar adelante un modelo nacional de desarrollo.

No se puede establecer esta dicotomía entre negro o blanco y discutir si estás de acuerdo conmigo o estás en mi contra, porque ese es un análisis totalmente desacertado.

EC – Usted dice: "no se puede plantear un debate así, en negro y blanco", ¿pero sí va a haber una discusión en esta campaña electoral entre estas dos grandes corrientes del FA sobre aspectos de la política económica?

AS – Yo no creo que haya una discusión entre estas dos grandes corrientes en esta campaña electoral, lo que va a haber es una confrontación con la derecha. Nosotros queremos confrontar los modelo con la derecha, creemos que hay un modelo que es el del FA que ha demostrado ser exitoso, beneficioso para la enorme mayoría de la población, que ha generado trabajo y que hoy tiene nuevos desafíos, porque hay desafíos que en Uruguay se plantean hoy y no aparecían antes. Tenemos que seguir potenciando el desarrollo industrial y eso implica seguir estando insertos en la región, implica al Estado como un factor de desarrollo en ese elemento, implica potenciar justamente la asociación entre la innovación, el conocimiento y el mundo del trabajo, capacitar la mano de obra que tenemos hacia el futuro. Porque si los trabajadores que están hoy en el supermercado siguen allí van a ser encargados de las góndolas, nosotros queremos trabajadores industriales y para eso hay que capacitarlos, dotarlos de recursos.

Ese es el gran desafío del país. Ese país industrial, de desarrollo, que pueda distribuir más la riqueza, está dentro de una estrategia nacional de desarrollo en el programa del FA. Implica potenciar las cadenas, la estructura económica, desarrollar el país con las posibilidades que tiene hoy con inversiones en infraestructura y en bienes públicos y universales, como la educación, la salud. Uruguay hoy tiene que mejorar la calidad de esos bienes públicos porque ha logrado la universalización de muchos de ellos.

Todo eso requiere estructuras impositivas diferentes, políticas económicas y de incentivo diferentes, porque no es lo mismo tomar un país en 2004 que tener el país que tiene hoy Uruguay, con un PBI que está creciendo como está y niveles de pobreza y desempleo como los que tenemos hoy.

Eso está planteado en el programa del FA para desarrollarlo. No creo que haya una discusión en esta campaña electoral…

EC – ¿Pero no va a terminar, de hecho, habiendo una discusión a propósito por ejemplo de la velocidad de esos cambios?

AS – Creo que eso va a ser permanente, no en esta campaña electoral, es una discusión de todos los días. ¿Quién pudo prever la crisis de 2008 o los rebotes que hemos tenido con respecto a algunos elementos complejos para el desarrollo económico? Esas son discusiones permanentes sobre las ideas y las posibilidades reales que hay hoy para seguir avanzando, generando recursos y haciendo que pague más quien tiene más.

EC – ¿Entonces va a ser una discusión en especial durante el próximo período de Gobierno, si el FA está en el Gobierno? ¿Se va a seguir discutiendo esto?

AS – Si el FA está en el Gobierno esto se va a discutir y si no está se va a discutir más, porque si el FA no llega al Gobierno vamos a tener una política económica totalmente contraria a la que tenemos hoy y ese sería un elemento dramático para la población uruguaya.

Si el FA está en el Gobierno, oposición y FA vamos a estar discutiendo esto porque esto se discute todos los días, hasta la academia lo discute todos los días y no se pone de acuerdo.

EC – Claro, pero un tema es en base a qué apoyos se plantean cada una de las posiciones. Esto remite a la idea que ha planteado Michelini de una especie de plebiscito sobre el rumbo económico en función de cómo vote el FLS. De eso me gustaría que charláramos en el final de esta entrevista.

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EC – Seguimos esta mañana en entrevista con Alejandro Sánchez, diputado por Montevideo del MPP, FA. ¿En que año ingresó al Parlamento?

AS – Ingresé en el 2010. Antes había sido secretario general de la Junta Departamental de Montevideo.

EC – Integra el Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros, tiene 34 años.

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EC – Hace unos minutos, hablando a propósito de todo este tema que estamos discutiendo de qué es el sublema, el grupo de los ocho, sobre todo teniendo en cuenta las críticas, las objeciones, los desafíos que se han formulado desde el FLS, usted decía en determinado momento "ojalá voten muy bien el FLS, el Partido Socialista, todo el FA", y no mencionó a Constanza Moreira o a los grupos que la apoyan. Desde la audiencia han llegado varios mensajes señalando que eso es muy significativo. ¿Hay una actitud de destrato, ninguneo?

AS – No, estas son las dificultades de esa forma de pensar en negro y blanco. Ojalá voten muy bien los compañeros que están construyendo el espacio Constanza Moreira, lo que hice fue nombrar a algunos sectores pero sin ser despectivo hacia nadie. Creo que la candidatura de Constanza Moreira fue un aporte al FA y me parece muy bien el camino que están emprendiendo. Hemos tenido nuestras diferencias, por supuesto, porque ellos tomaron un camino y nosotros otro con respecto a las candidaturas.

Insisto: ojalá todos votemos muy bien porque eso quiere decir que el FA va a ganar el Gobierno en primera vuelta, no era en detrimento de ningún sector ni ningún espacio, todo lo contrario. A los escuchas que se sintieron agredidos, todo lo contrario, y si escuchan lo que yo digo en entrevistas, actos y actividades nunca está en mi intención marginar a nadie ni ser sectario dentro del FA. Si hay algo bueno entre los que tenemos 34 años es que nacimos ya dentro del FA y estoy convencido de que primero todos somos frenteamplistas y después somos de algún sector.

EC – Usted reconocía que si bien dentro del FA no se está ante el contraste entre dos modelos económicos, sí hay diferencias en algunos aspectos de su aplicación, por ejemplo en cuanto a la carga tributaria a los inversores o las empresas o en cómo promover determinados sectores de actividad y en qué momentos y a qué velocidad. Yo le preguntaba si eso se va a discutir en esta campaña electoral y usted decía que se va a discutir siempre. Entonces, en ese sentido, ¿cómo observa lo que dice el senador Michelini? Él dice: la política económica que ha conducido el astorismo en los dos Gobiernos del FA ha resultado exitosa, pero para que pueda seguirse en esa dirección el FLS tiene que aparecer fortalecido en las elecciones de octubre.

(Audio Michelini.)

"Es un mensaje muy directo. A los trabajadores, que sienten que tienen trabajo; a los pequeños y microempresarios, que sienten que su emprendimiento va funcionando; a los micro- y pequeños comerciantes, a los cooperativistas, a los cuentapropistas que hoy están siendo muy exitosos en el desarrollo de sus trabajos. A todos ellos: reforcemos la política económica ganando el Frente, y reforcemos esa política económica, que algunos creen que es natural –y no lo es, hay que construirla todos los días–, votando al FLS. Tiene un sentido muy proselitista y está muy bien que así sea, es tiempo proselitista, es tiempo electoral.

(Fin audio.)

EC – ¿Cómo ve usted un planteo así?

AS – Nosotros acuñamos una frase que la hemos utilizado en las elecciones internas de 2009, cuando Pepe y Danilo eran precandidatos a presidente, la hemos utilizado también en esta última campaña electoral cuando Constanza y Vázquez aspiraban a ser candidatos a presidente, y viene a cuento: Votá a lo que quieras, pero votá al FA. Me parece que lo que hay que hacer es que la gente vote al FA, que tiene que ser Gobierno. La garantía de la sostenibilidad del proceso de desarrollo la da que el FA sea Gobierno con mayoría parlamentaria, porque sin ella difícilmente pueda seguir procesando los cambios que ha procesado hasta el día de hoy.

La política económica del Gobierno del FA está en el programa del FA y es de todos los frenteamplistas. La garantía para los trabajadores, para los pequeños comerciantes, para todos, es que voten al FA.

EC – Implícitamente lo que está dicho en el discurso de Michelini y en el de Valenti es: ojo porque esa política económica se ha caracterizado por una racionalidad y una moderación, por moverse con los pies en la tierra que si el astorismo está subvaluado dentro del FA puede perderse, pueden terminar ganando los otros sectores más ansiosos, más voluntaristas. De hecho es lo que se está señalando.

AS – Pareciera ser que ese es el temor de algunos compañeros que legítimamente se centran en una discusión en la que dicen "es importante que me votes a mí".

EC – A eso voy con la pregunta.

AS – Yo creo que es importante que votes al FA y después dentro del FA elijas a quien más te representa, eso está muy bien.

Voy a poner como ejemplo lo siguiente: el MPP, la 609, en este período de Gobierno tenía la mitad de la bancada parlamentaria, 24 legisladores eran 609 en esta legislatura. Si a eso le suman los legisladores de la Vertiente Artiguista, por supuesto que era una mayoría clarísima. Esa mayoría es la que dio los votos para la política económica que llevamos adelante en este segundo Gobierno del FA y en el primero también.

EC – Hubo tensiones, hubo pulseadas.

AS – Hubo discusiones y hubo acuerdos, se llevó adelante una política económica que dio certezas, condiciones con los pies en la tierra para avanzar, condiciones de inversión como nunca hubo en el país. Recordemos que en este período de Gobierno, y en la rendición de cuentas lo estamos discutiendo hoy, la inversión en Uruguay y el crecimiento económico han estado sustentados en un 23% de inversión. Quiere decir que en realidad los impuestos que le estamos cobrando al capital y en general han permitido el desarrollo de la inversión económica y han generado las condiciones, las fortalezas y la credibilidad del país y del Gobierno para que vengan inversores. Eso nos ha ubicado como terceros en América Latina en la captación de inversión extranjera directa.
Con todo esto quiero decir que siendo la mayoría del FA hoy los sectores que estamos trabajando en el sublema hemos generado estas condiciones también, en conjunto con el FA, nadie es dueño de ninguna de las políticas instrumentadas por el Gobierno, somos todos propietarios de eso porque lo hemos construido entre todos. El error es pensar que solo un sector, solo un compañero…

EC – Ahí le está contestando a Michelini. Él dice que el astorismo es el tutor de este rumbo económico.

AS – Sí, le estoy contestando, yo no creo que el astorismo sea el tutor de todo esto, creo que es una construcción colectiva del FA y las certezas las da el FA, no un sector.

EC – Entonces no se puede ver este planteo que se hace desde el FLS como un ingenioso llamador a votantes del centro que hoy podrían estar tentados de votar otra vez al Partido Nacional o al Partido Colorado, suponiendo que en el pasado se hubieran volcado al FA? ¿No es en todo caso una estrategia electoral que va por ese lado y que le puede servir al propio FA, que necesita obtener mayoría parlamentaria propia?

AS – Yo creo que sí, que puede ser una estrategia, el problema es que algunos compañeros del FLS plantean en su discurso de cara a esta campaña "acá o se vota al FLS" para dar certezas, lo decía Michelini, esto es proselitismo puro. Yo no lo cuestiono, es legítimo, lo pueden hacer, pero soy de los que prefieren trabajar primero para el "Votá lo que quieras, pero votá al FA", y después elegí quien más te representa. Eso aporta mucho más al colectivo, al conjunto y a las necesidades del país que decir "votáme a mí porque soy maravilloso".

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