¿Qué ocurrió en la Rural con los signos de los cuatro presidenciables? El amortiguado no-debate del viernes 12 de setiembre
Análisis semiótico de la comunicación política. Con el semiólogo Fernando Andacht.
(emitido a las 10:40 hs.)
EMILIANO COTELO:
¿Qué ocurrió en la Rural con los signos de los cuatro presidenciables? Fernando Andacht tiene la respuesta a esa pregunta.
Fue un "no debate", un "amortiguado no debate". Así preferías calificarlo.
FERNANDO ANDACHT:
Exacto. Tenía otra idea que había discutido conmigo mismo y con la producción, iba a llamarlo el "debate Ikea". Lástima que Ikea, el gigante sueco, no llegó todavía a las orillas del Plata. Es una empresa sueca enorme que te vende muebles para armar.
Porque creo que esto fue, si querés ir por la positiva -como dice uno de los presidenciables-, un debate para armar. Porque tenía todo para no ser un debate, pero quedaba librado al oyente o al eventual espectador jugar con piecitas, como hicieron de hecho los informativos de Telemundo y Subrayado, que hacen una especie de popurrí de grandes momentos de ese encuentro tan difícil de nombrar.
Por eso quería charlar contigo hoy y analizarlo, porque fue interesantísimo fue un hito. Ahora que se habla de tantas cosas, el presidente más pobre, el país donde se legalizan algunas cosas, creo que ahí se inventó una suerte de no debate o un debate amortiguado, evocando a Real de Azúa en un libro clásico del 84 que se llama "Uruguay, ¿una sociedad amortiguadora?".
El debate es una contienda. ¿Qué lo diferencia de charlar, de comentar una película? Se parece más a las tertulias si querés, en las que naturalmente se da un debate. Mucho más en año electoral, naturalmente, irresistiblemente llevan a confrontar, "yo opino lo opuesto que tú". Y eso se va calentando y surgen probablemente opiniones encontradas.
¿Qué pasó el viernes 12 con esos signos?
EC - Para empezar, la organización había previsto que no hubiera polémica, no hubiera debate. Tal vez por eso fue que consiguió la presencia de Tabaré Vázquez, que se ha manifestado en contra del debate como formato en una campaña electoral. Estuvieron entonces Tabaré Vázquez por el Frente Amplio, Luis Lacalle Pou por el Partido Nacional, Pedro Bordaberry por el Partido Colorado y Pablo Mieres por el Partido Independiente, a los efectos de contestar, cada uno con siete minutos a su disposición, seis preguntas que habían preparado las cámaras empresariales.
FA - Así es. Empecemos a trabajar el espacio. Está todo hecho de la manera más curiosa posible, porque en las crónicas se habla "una interacción cara a cara", lo que es difícil, porque están cerca y tan lejos, al ponerlos a todos en una mesa rectangular longitudinal. He visto todo tipo de arreglos espaciales, desde los podios donde están dos o hasta siete (como en Brasil hace poco), hasta una mesa semicircular con el moderador en el medio. Todo para que los candidatos se miren a la cara y puedan responder.
EC - En las tertulias también hemos diseñado una mesa en el estudio que permite eso, que los tertulianos se puedan ver a la cara. En cambio en esta ocasión, en el ámbito que se armó en la Rural del Prado, los candidatos estaban uno al lado del otro en una mesa más al estilo de lo que sería una actividad académica, en una universidad, por ejemplo.
FA - Exacto, y hay varias cosas curiosas y fascinantes que quisiera discutir hoy, por ejemplo el famoso show mediático.
Estuve repasando las intervenciones de Vázquez, hay un reportaje interesante corto en El País que dice: "Yo ya dije en agosto de 2013, cuando me pidieron que fuera candidato o hablaron con el Frente Amplio, que no iba a hacer debates. O sea que no es una novedad". Y es su propia negativa, esa renuencia tan fuerte, tan marcada, la que lo vuelve un show mediático. Por eso hablaba de los clics o los titulares de El Observador, entre chanzas, símbolos, tensiones, es decir, todo lo que lo volvió algo interesante y no algo más si no académico, muy serio. Se habló de cantidad de cifras, del estado vial de la sociedad o del país, de la competitividad, todas cosas superserias.
EC - Además era un encuentro convocado por las cámaras empresariales, por lo tanto la agenda que proponían estas cámaras con sus preguntas no abarcaba todo lo que es el contenido de un programa de gobierno, abarcaba algunos puntos en particular que son de interés, justamente, de esos sectores.
FA - Estaba marcada la cancha, como vos decís a veces, no era una presentación de los programas. Pero inevitablemente, en época electoral, a tan poco tiempo… y, sobre todo, de vuelta, con la negativa tan reafirmada de Vázquez. Saco una cita de muchas de Tabaré Vázquez: "Quiero tener 3.300.000 debates transparentes y mirarme a los ojos con los ciudadanos recorriendo el país". Y justo al único ciudadano que dijo "vengo acá a mirarme a los ojos con el doctor Vázquez" no lo miró a los ojos. Y de eso quisiera empezar a hablar.
Vamos al primer audio, que es muy interesante, creo que fue uno de los hitos. Mieres se sale de libreto, transgrede lo que le dice Paolillo, pone en evidencia el diseño espacial bizarro, amortiguador de este debate, porque está codeándose literalmente con el doctor Vázquez. Están en orden alfabético, pero quiso la suerte que quedan los tres opositores y el oficialismo en ese orden.
EC - Para el espectador, de izquierda a derecha estaban Pedro Bordaberry, Lacalle Pou, Mieres y en el extremo derecho de la mesa, Vázquez.
FA - Escuchamos el primer audio, donde Mieres se sale de libreto, transgrede y con eso solo nos daría para llegar al final de hoy.
(Audio Pablo Mieres.)
"Ayer el contador Astori declaraba que no había ideas en los demás partidos en materia económica. Por lo tanto traje un ejemplar más del programa partidario que se lo dejo a Tabaré para que se lo pase a Danilo, así ve las ideas que tenemos nosotros.
TV - ¿Sabe qué le sugeriría?
PM - Sí…
TV - Que se lo entregue usted.
PM - Puede ser, puede ser, sí, cómo no, cómo no. [Se ríe.] Se lo entregaré, si lo encontramos, sí, cómo no. Un gusto.
TV - En el Parlamento.
PM - Y capaz que hasta podemos establecer un intercambio de ideas con Danilo, que sería un gran gusto."
(Fin.)
FA - ¡Cuánta cosa! Primero, es fundamental cómo se interpelan las personas, cómo se hablan unas a otras. Lacalle Pou le dice varias veces "Pedro" al que tiene a su derecha, Pedro Bordaberry, mientras que Mieres dice en un momento "el contador Astori", que no es solo el vicepresidente, fijate, es el ya designado ministro de Economía futuro si sale Tabaré Vázquez, lo dijo en Código País en las internas.
Entonces está mandándole un mensaje por elevación para un debate que no pudo ocurrir. Pero entra en un debate, porque llega a decir "voy a hablar de una cosa muy seria", porque en ese momento la primera pregunta le tocaba a él. Pero dice "antes quiero decir una cosa", y se da una escena que me permite introducir un término que me gustaría dejar picando hasta el final.
Así como dije hace muchos años en este mismo espacio, en esta columna, que Tabaré Vázquez, allá por el 94, era el afiche viviente, hablando de su carisma, hoy me permito introducir otro término. ¿Qué te parece Tabaré Vázquez como un holograma visitante? Hay una técnica que usó la CNN por primera vez en su informativo. Está ubicada en Atlanta y trae de Chicago el holograma, la imagen tridimensional de una periodista ubicada muy lejos. Genera un efecto como de ciencia ficción. Es tridimensional, brilla, tiene una luz especial, se hace con láser, es una fotografía especial.
Yo planteo que Tabaré Vázquez brilló por su presencia, fue y brilló por su presencia. En vez de brillar por su ausencia. Mieres está hablando de política fiscal y llega a decir: "Vamos un poquito por partes, porque los partidos tradicionales dicen que el Frente no cumplió con el déficit fiscal prometido, lo triplicó, etcétera, pero aclaremos que tampoco lo hicieron los partidos tradicionales en su momento". ¿Vos qué esperarías que haga el tipo que tiene a su izquierda y quien le dijo "Tabaré", cuando le hace entrega de su programa, lo llama "Tabaré" y dice "para que se lo des a Danilo"? Te aseguro que ni Bordaberry ni Lacalle Pou jamás van a llamarlo "Tabaré" ni van a hablar de "Danilo", van a decir, como dicen, "doctor Vázquez" y "contador Astori".
Mientras está hablando de eso, ¿qué harías vos si fueras Vázquez cuando acusa a los tradicionales de que ellos también incumplieron con sus promesas de déficit fiscal, de gasto público? Por lo menos asentís, por lo menos le dirigirías una mirada como diciendo "efectivamente, me alegra que lo reconozca". ¿Qué hace Vázquez? Nada, nada de nada. Eso es un holograma.
Pero volvamos a ese momento maravilloso para un semiótico, no podía pedir más. Tenés que ver los ojos y la cabeza de Vázquez. Bendita TV lo agarra muy bien, hacen un cuadro muy solemne, lo encuadran para mostrar su rigidez, su solemnidad, eso que yo digo brilló por su presencia en vez de brilló por su ausencia, o sea, estaba el cuerpo ahí pero él estaba remoto. Pero yo creo que es mejor hablar de un holograma que de un cuadro.
De algún modo diría que logró algo insólito, logró seguir negándose a participar en debates, a pesar de haber ido a un no debate que tuvo ribetes como ese momento con Mieres. O como en su segunda intervención, cuando Lacalle Pou le dice "le paso mi programa". Antes había dicho "vine a mirarnos a los ojos" y nombra en primer lugar al doctor Vázquez, y el doctor Vázquez no se da por aludido, mira completamente fijo hacia el frente.
Entonces acá mira así, y tenés una transgresión brutal porque Mieres entra en su espacio personal, en una suerte de burbuja muy fuerte, que casi podés tocar, que rodea a Vázquez. Mieres se introduce como diciendo "vine acá porque me dijeron, porque no me queda otra", es la actitud que tiene en ese momento. Y de golpe la cara de sorpresa y la velocidad con que le devuelve con una "sonrisa Duchene", es decir, la sonrisa auténtica que involucra los músculos de los ojos, etcétera. Una sonrisa gélida, tan gélida como su presencia.
EC - Estuvo ágil en la respuesta.
FA - ¡Muy rápido!
EC - "¿Por qué no se lo entrega usted?", le dijo a Mieres.
FA - Exacto. Pero además miren el momento, primero le toca la manga, le devuelve la trasgresión, porque es eso lo bizarro de la escenografía, que están mucho más cerca que en ningún debate real. En los debates reales nunca se sientan así, porque tienen ese espacio, el espacio semiótico de la persona, que te permite decirle cosas duras a alguien que tenés enfrente o del otro lado de una mesa semicircular, etcétera. Acá están demasiado pegados, entonces no queda otra, primero le toca la manga a Mieres y luego le pone la mano, como un médico, sobre la palma, y le dice: "¿Sabe qué le voy a sugerir? Entrégueselo usted mismo". Mieres ahí no sabe qué hacer, y con una gran sonrisa le dice: "Ah, sí, muy bien", y se le ocurre, para salir del paso: "si lo encuentro", para tratar de anotar un gol en el último minuto diciendo de repente estaba en campaña, no estaba. Pero el otro no afloja su acometida y le dice: "¡Cómo no! ¡Vaya al Palacio Legislativo!", y señala hacia el frente, como alguien que está buscando el baño y le muestra adónde ir.
Es un momento increíble, de una riqueza enorme, por eso creo que el título se justifica. Un debate amortiguado, al decir de Real de Azúa, quiere decir que se trata de minimizar todo roce, todo choque, pero logra una cosa bizarra, algo extraño.
Vamos al momento de Lacalle Pou, cuando hace entrega, en su segunda intervención, de su programa.
(Audio Luis Lacalle Pou.)
"Yo también traje mi agenda de gobierno, que es un poquito más cómoda. Doctor, esta entra en cualquier lado. Hay instrucciones al dorso."
(Fin.)
FA - Esta sería una especie de la bandera rediviva en versión tecno. ¿Te acordás de la bandera abdominal? Ese momento de desafío diciendo "mirá lo joven, lo ágil, lo crac que soy", un momento de roce, de cierta rispidez para alguien que lanza su campaña por la positiva.
Esta vez es una versión mejorada, porque a ese artefacto de papiro, de papel, que deposita de manera inesperada, insólita y no menos transgresora Mieres en el espacio propio de Vázquez, este rápidamente dice "lo nuestro es moderno, como mi juventud, como mi edad, es menor que la de todos, mi programa viene en un USB, en una tarjetita, y dice 'con instrucciones al dorso'".
EC - Esa fue la intención de Lacalle Pou. De todos modos no lo dijo tan claramente, y muchos pueden haber visto por televisión que Lacalle Pou le estaba entregando un librito mínimo. Faltó explicitar más que eso era un pendrive o una tarjeta USB.
FA - Sí. Sin embargo dice "puede caber en cualquier parte".
EC - Me hizo acordar de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, con la que andaba Chávez para arriba y para abajo.
FA - Un paper bag, un libro de bolsillo mínimo. Puede ser, pero quizás yo estoy influido, no estando ahí, por todos los comentarios, las repercusiones, hasta lo vi en El Observador, en el canal cable, y hablaban de que Vázquez se había puesto a jugar luego con la tarjeta, como que miraba el USB todo el tiempo. Eso no lo pude ver porque no está el video, pero le vamos a pedir ayuda a Arotxa, el caricaturista de El País, para entender ese momento y lo que yo llamo el ninguneo semiótico feroz de inicio al fin que le propina Vázquez a Lacalle Pou.
En la caricatura, que es del 13 de setiembre, el día siguiente, el sábado, Arotxa los reordena, está muy bien eso.
EC - Aparecen los cuatro candidatos que habían expuesto en la Rural, pero no están en el mismo orden en el que se encontraban sentados en la mesa.
FA - Así es, el único que queda imperturbable, grandote allí, a nuestra izquierda, es Bordaberry, pero el que le sigue ya no es el del Partido tradicional, sino Mieres. Y luego aparece lo más interesante de la caricatura, que es un Vázquez vestido distinto. Yo usaría el término que se usa en la escola de samba, lo suyo fue un "destaque" desde todo punto de vista. "Destaque" le llaman a la figura más saliente de una escola de samba, la que va arriba de todo en los carros.
EC - Los otros tres candidatos estaban vestidos de traje oscuro y Vázquez fue de traje claro. Y en la caricatura de Arotxa es exactamente al revés, Vázquez aparece vestido de oscuro, el único oscuro en comparación con los otros tres.
FA - Ahí está. Y está bueno eso, porque hay cierta oscuridad en él, en esa mirada fija y extraña que ningunea a todos. Con Mieres no tuvo más que confrontar, con Bordaberry hubo un momento de stand up, un sketch interesante, pero a Lacalle Pou le designó la nada. ¿Cómo termina la caricatura? En la extrema derecha, donde estaba Vázquez, hay una suerte de niño, que es la caricatura de Lacalle Pou que mira con mucho interés hacia arriba, muy lejos, a una altura más distante de lo que parece que debe ser.
EC - Parece que está mirando una estatua.
FA - Claro, y está mirando a Tabaré Vázquez. Es como si dijese: "Yo vine acá a mirarnos a los ojos con el doctor Vázquez", es el primero que menciona, luego se lo dice a los otros también, pero eso no le salió.
Terminamos con qué pasó ese día. Podemos poner el audio.
EC - El audio de eso que tú has llegado a calificar como "el momento stand up del no debate".
(Audio.)
"PB - … La economía del país, y si eso no funciona, corremos el riesgo en el día de mañana de tener que hacer un electroshock. Esa es la verdad."
TV - Doctor Bordaberry, yo no tengo que disculparlo porque usted hable de medicina porque yo hablé de aspectos jurídicos y legales, así que estamos más o menos a mano, pero le puedo asegurar que si usted soluciona un problema vascular con un electroshock el próximo Premio Nobel en Medicina es suyo."
(Fin.)
EC - A Pedro Bordaberry no lo ignoró.
FA - No, para nada. Creo que más interesante que la réplica a Bordaberry es la no réplica y ese ninguneo semiótico sistemático y duro hacia Lacalle Pou, que es decir: "No vine a debatir, pero sobre todo voy a ignorar completamente, en todo lo posible" no a Mieres, que no pudo, pero sí a Lacalle Pou, de quien sí recibe esa tarjeta, programa, chip, etcétera.
Entonces, ¿importó ese momento? Creo que sí, y sobre todo por Tabaré Vázquez, su negación férrea, firme, reiterada hasta el cansancio de no debatir volvió eso un poco en un show mediático en que él –no dudo de que sea verdad, o no importa, es su estrategia electoral– se niega a participar porque dice que es entretenimiento, que es algo vacío de sentido, etcétera.
Pero hace eso con su actitud y su presencia holográfica, estuvo como un holograma, y solo en el final dice, mirando hacia Paolillo: "Fue una mañana de ranking", con ironía evidente, con frialdad. Porque Bordaberry lo confronta, dice: "No son los números los que engañan sino quienes usan los números". Porque Vázquez había insistido en mostrar todos los logros del oficialismo, en qué lugares está muy alto, y el otro lo pone en duda, dice que solo se menciona lo que conviene.
Lo interesante de todo esto es que valió lo que valió y fue un no debate o un debate amortiguado pero interesantísimo por su diseño, por esa renuencia a participar que se convirtió en un evento, en un acontecimiento que modifica, porque vimos a un Lacalle Pou que yo compararía con un estudiante dando un examen. En un momento hasta dice "en biología nunca me iba muy bien", porque habla un poquito de las arterias, pegándose a lo de Bordaberry, pero también maneja la parte de vialidad, que dice que es su pasión.
O sea que cada uno logró ciertos cometidos que sin Vázquez –esa es la ironía trágica con que termino–, sin la presencia holográfica de Vázquez, no habrían logrado. Fue importante para los tres, y sobre todo y en cierta manera Vázquez se salió con la suya, brilló por su presencia, como lo muestra la caricatura de Arotxa.
***
Transcripción: María Lila Ltaif