Campaña electoral

Eduardo Rubio (Unidad Popular): "El FA se ha incorporado alegremente a la política neoliberal, sin admitirlo"

Según las encuestas, ningún partido obtendría mayoría parlamentaria. Por lo que en la próxima legislatura las alianzas y las negociaciones serán clave. Los partidos chicos juegan un papel esencial y están apostando fuerte a conseguir su lugar en el Legislativo. En esta oportunidad, En Perspectiva entrevistó a Eduardo Rubio, del Movimiento 26 de Marzo. En su intervención contó que ellos estaban "convencidos de que el triunfo electoral de 2004 sería el inicio de un proceso de cambio que iba a modificar sustancialmente la historia del Uruguay", pero "ocurrió exactamente lo contrario". También agregó: "El FA no representa a la izquierda. No es de izquierda una política que ha extranjerizado y concentrado más tierra que nadie en la historia del país".

(emitido  a las 8.49 hs.)

EMILIANO COTELO:
Muchas veces Unidad Popular (UP) se presenta como "la verdadera izquierda". Uno de sus eslóganes es "Por la liberación nacional y el socialismo". Las encuestas le dan una intención de voto cercana al 1%. Así que es posible que obtenga una banca en Diputados en la próxima legislatura.

Si eso ocurre, la escena parlamentaria será diferente de la de los últimos 10 años. Es que si ningún partido cuenta con mayoría propia, como puede ocurrir, ese único legislador, representando a la izquierda no frenteamplista, puede resultar clave para la aprobación de leyes u otras decisiones importantes que se procesen en la Cámara.

¿Qué se propone hacer en caso de llegar a ese objetivo?

Vamos a conversarlo con Eduardo Rubio, el primer candidato al Senado y a Diputados por Montevideo por el Movimiento 26 de Marzo (M26M), uno de los grupos que integran UP.

El M26M era integrante del Frente Amplio (FA) y llegó a tener un diputado en el período 2000-2005, a partir del acuerdo con el Movimiento de Participación Popular (MPP). Ese diputado fue Raúl Sendic. Luego, en 2008, ya durante el gobierno de Tabaré Vázquez, el M26M se retira del FA. ¿Por qué?

EDUARDO RUBIO:
Efectivamente, el M26M tiene parte de su historia, la mayor parte hasta ahora, de su vida militante dentro del FA, con participación activa en todos los organismos de dirección. Nos tocó a nosotros en particular y en términos personales ser parte en dos oportunidades del equipo de la presidencia del Frente con el actual candidato a la Presidencia por el FA, el doctor Vázquez. O sea que conocemos ese FA, lo conocimos desde dentro, peleamos por él, luchamos para que llegara al gobierno, convencidos de que ese triunfo electoral, que se dio finalmente en el 2004, sería el inicio de un proceso de cambio que iba a modificar sustancialmente la historia del Uruguay.

¿Por qué nos fuimos? Porque ocurrió exactamente lo contrario. No fue algo que surgió de la nada, ya veníamos en un debate interno fuerte cuando Tabaré Vázquez en Estados Unidos define a Danilo Astori como su futuro ministro de Economía. Al menos el M26M prendió la luz roja de la alarma. Había una historia de diferencias entre Danilo Astori y en aquel entonces el resto del FA en materia política. La aprobación del nuevo sistema electoral que impuso el ballotage fue una dura batalla política que incluso costó la renuncia del general Seregni en aquel momento. Y en materia económica, en lo que Astori ya se perfilaba como un continuador de las políticas neoliberales.

Ese hecho marcó ya un primer nivel de confrontación interna. De cualquier manera, en aquel momento nosotros soñábamos que junto con otros sectores del Frente que se definían de izquierda, con las bases del Frente, podíamos dar una batalla interna para modificar esa situación.

Incluso hasta el último congreso en que estuvimos, que fue un verano, creo que por el 2006, llamamos a cambiar el rumbo de la política económica del gobierno. En ese congreso participamos activamente con el inolvidable compañero Helios Sarthou. Creo que una de las gotas que colmaron el vaso fue cuando en ese congreso, justamente en la comisión que estaba estudiando el balance y definía perspectiva, por la moción de un integrante del MPP se le impidió al compañero Sarthou fundamentar nuestra moción. Ahí ya estábamos hablando de un FA que no admitía una posición de izquierda.

Después vino Bush, después estuvo el proceso de extranjerización de la tierra, inédito en el Uruguay hasta ahora, la instalación de las plantas de celulosa y el impulso a la forestación, la permanencia de las tropas en Haití, esa intimidad totalmente insólita con el imperialismo norteamericano, con los organismos internacionales de crédito, el primer compromiso que se firma con el Fondo Monetario Internacional. Yo recuerdo hasta la mesa política en la que se informa eso. No podíamos creer, se anticipaban a admitir presiones y formas de acción que toda la vida el Frente había rechazado.

Cuando entendimos que ya no se podía cambiar de adentro, salimos a la intemperie. Y creo que tiene esto un valor extra, en el acuerdo o no, porque hay quien puede decir: "Son unos locos, se fueron del FA, hay que dar la pelea adentro", como mucha gente dice. Pero hay una razón ética que distingue: nosotros nos fuimos del poder, no nos sedujeron los lugares del poder, para seguir manteniendo la coherencia.

EC - En las elecciones de 2009 el M26M se presenta por primera vez a la intemperie, aliado con otros grupos de izquierda no frenteamplista, utilizando el lema Asamblea Popular. AP era una coordinación que había nacido dos años antes. En aquellas de octubre de 2009, AP recogió poco más de 15.000 votos, el 0,67% del electorado, con lo cual no pudo ingresar al Parlamento.

Esta es la segunda elección que van a enfrentar. ¿UP es lo mismo que aquella AP de hace cinco años?

ER - El lema sigue siendo Asamblea Popular, porque ya está inscrito en la Corte, ya está legitimado como un partido permanente y no valía la pena iniciar el trámite de vuelta. El nombre Unidad Popular en sí mismo ya expresa una ampliación de este espacio, refleja mucho mejor la identidad de este espacio. Es la unidad del pueblo que está luchando, recoge experiencias históricas de América Latina. Además tenemos una definición de base que es el artiguismo como elemento común, la reivindicación del proyecto artiguista en toda su dimensión. En la política, en aspectos económicos y en lo moral. Estamos empeñados en devolverle a la política el sentido moral que debe tener. Además no es nuevo, hay ejemplos rotundos en nuestra historia. Y se han perdido.

EC - Ustedes se llaman Unidad Popular, pero resulta que el "pueblo" termina siendo poco. Incluso, si las encuestas terminan siendo correctas, si ustedes llegan al Parlamento, sería un 1% que estaría detrás de esa "unidad popular". ¿Cómo lo explican?

ER - Llegando al 1% o aun con el 0,67% anterior, nos sentimos un montón de pueblo. Porque –la historia lo demuestra– lo cuantitativo no siempre refleja el elemento de la calidad, el contenido y la proyección que tiene. Yo diría que todos los movimientos que han cambiado el mundo –podríamos empezar por Cristo o por Espartaco, para irnos muy lejos, o por Artigas para llegar más cerca– arrancaron con una minoría escandalosa. Cuando me hablan de minoría, yo siempre voy a nuestra historia dentro del FA. Yo soy de Flores y mi padre fue fundador del FA en lo nacional, en lo departamental, mi militancia empezó allí. Mi viejo fue el primer candidato a la Intendencia por el FA en Flores en el 71. Cuando me dicen que somos pocos, yo digo: si ustedes hubieran vivido la campaña electoral del 71 en Flores, sabrían lo que es ser pocos y ser violentamente rechazados.

EC - Son pocos, pero son muchos grupos. Ese es otro detalle, cuando yo le preguntaba si UP es lo mismo que aquella AP de hace cinco años, no es lo mismo porque se han incorporado grupos. ¿Cuántos grupos son?

ER - Tenemos siete listas al Senado, cinco que están en todo el país, una lista departamental en Rocha que presenta candidatura al Senado, y una lista que presenta candidatura al Senado y a Diputados en tres departamentos.

EC - A pequeña escala, reproducen algo que es una característica del FA, la enorme cantidad de sectores o movimientos.

ER - Y de los partidos de la derecha tradicional, que históricamente fueron conformados por infinidad de listas, agrupamientos. Creo que tiene algo que ver con la identidad de la política uruguaya. Pero sobre todo cuando hablamos de la izquierda… yo ya no hablo más de "izquierda verdadera", porque la izquierda no merece adjetivos, sos de izquierda o no sos de izquierda, sos de centro o no sos de centro, sos de derecha o no sos de derecha. Esto no quiere decir que en el FA no haya miles de militantes de izquierda. Yo digo que el FA como partido y como gobierno no representa a la izquierda. No es de izquierda una política que ha extranjerizado y concentrado más tierra que nadie en la historia del Uruguay.

EC - Entonces, ¿cómo se definen? Quizás el término que más emplean ahora no es ese de la verdadera izquierda, pero el programa de UP dice: "Por un gobierno antiimperialista y popular, un voto de compromiso, un voto de confianza". ¿Cómo concretamente sitúan ustedes a UP?

ER - En uno de los discursos fundacionales, Gonzalo Abella hizo una definición que en dos palabras encierra la esencia de la UP: "Somos izquierda, somos patria". Porque creemos que hoy la izquierda en América Latina en particular no es izquierda si no es antiimperialista. El enemigo de nuestros pueblos es el imperialismo.

EC - ¿Cuál imperialismo?

ER - El imperialismo norteamericano, históricamente enemigo, anunciado por Bolívar, el enemigo de los pueblos de América Latina.

EC - Ha habido otros imperios.

ER - Sí, en la historia ha habido otros imperios.

EC - Pero hubo alguno que convivió con el estadounidense. Pienso en la Unión Soviética. ¿Cuando existía la Unión Soviética ustedes también eran antiimperialistas de la Unión Soviética?

ER - No, no, nunca consideramos que la Unión Soviética –hablo por el M26M– fuera un imperio. Era un proceso distinto, un proceso que arrancó con la revolución más grande de la historia de la humanidad, la Revolución de Octubre. Se procesó, después tuvo un momento de degeneración hasta que implosionó o se derrumbó, como sucede con todos los modelos de sociedad que para llegar a imponerse van sufriendo ensayos, errores y consolidación.

Pero en América Latina y en Uruguay ser de izquierda es ser antiimperialista. El antiimperialismo es la piedra angular, es el momento de cambio. Cuando te definís "enfrento la presión del imperialismo", podés construir un proyecto nacional. Un proyecto nacional y democrático que recupere la identidad.

ER - ¿Qué quiere decir en términos prácticos ese antiimperialismo entendido por Estados Unidos?

ER - Por los monopolios, por las multinacionales.

EC - ¿Quiere decir, por ejemplo, no tener relaciones diplomáticas con Estados Unidos?

ER - No, decimos ser soberanos. Hoy el Uruguay no tiene soberanía. ¿Cuál es la soberanía uruguaya, si incluso para traer los presos de Guantánamo nos enteramos de que era un canje para vender un poco de arroz y más carne? ¿Cuál es la soberanía?

EC - ¿Qué piensan a propósito de ese acuerdo que ha estado gestando el presidente Mujica?

ER - Acá hay una diferencia con lo que pasó, que llegaron niños sirios refugiados.

EC - Llegan al mediodía.

ER - Ese es otro tema. Pero el tema de Guantánamo nos parece lamentable. Uruguay tiene que empezar por condenar, en primer lugar, la acción terrorista del imperialismo norteamericano en el mundo entero, uno de cuyos frutos es la horripilante cárcel de Guantánamo. No se puede hablar de derechos humanos sin condenar eso, sin condenar la política que llevó a eso. ¿Cuántos terroristas hay en Guantánamo? ¿Se sabe? ¿Cuáles son las confesiones?

EC - ¿Usted entiende que este gobierno no ha condenado esa política?

ER - Esa política ha sido dudosa. Además, si yo me presto a sacarle las castañas del fuego al presidente Obama ante una situación interna que tiene, en vez de obligarlo a que diga "se desmonta la cárcel, se libera a la gente"… Si quieren venir para Uruguay, bienvenidos serán, pero libres, no presos.

EC - Lo que ocurre, y lo dice el propio gobierno uruguayo, es que la administración Obama quiere pero no puede por la realidad política interna de su país.

ER - El presidente Obama, si quiere, puede. De repente hace cálculos electorales. El presidente Obama ha demostrado un muy flojo respeto a los derechos humanos en el mundo. Se ha presentado como un guerrerista, tal vez no tanto como Bush, pero en la misma línea, y su política internacional debe ser absolutamente condenada.

¿Quiere decir que no tengamos relaciones diplomáticas? No, ¿por qué? ¿Que no le vendamos a Estados Unidos? No, ¿por qué? Si acepta comprarnos a partir del respeto a nuestra soberanía, sin imposición de condiciones, ningún problema. Pero nosotros tenemos un mundo con el que comerciar. Uruguay tiene un potencial brutal como productor de alimentos. Lo decía la otra vez Gonzalo cuando le preguntaban qué implican las medidas antiimperialismo. Moratoria y auditoría de la deuda externa, decía. No podemos pagar una deuda ilegítima, que se pague lo que sea legítimo. ¿De dónde viene esta deuda? ¿Quién la contrajo? ¿Dónde está?
    
EC - Una parte de la deuda se ha contraído en los últimos años, en gobiernos de la era democrática. Quizás quede algún resto todavía de la dictadura, pero…

ER - Pero mire que los intereses de la deuda inicial se multiplicaron. El bum de la deuda surge en la dictadura y después de la dictadura.

EC - … año a año se va agregando deuda en la medida en que el presupuesto funciona con déficit.

ER - Seguro, nos endeudamos para pagar deuda, fundamentalmente, y luego seguimos pagando deuda. Uruguay se endeuda para pagar deuda. Es más, la deuda bruta que heredamos, la herencia maldita de Batlle, prácticamente se duplicó durante los gobiernos del FA. Yo me pregunto: ¿y dónde está la deuda? ¿A quién le tocó? ¿A los jubilados que ganan 7.000 pesos por mes? ¿A los 800.000 uruguayos que ganan menos de 15.000 pesos por mes? ¿A la inmensidad de uruguayos que están soñando con una vivienda y que no tienen ninguna chance de acceder a ella?

EC - En el gobierno dicen que la cuenta está mal hecha, que lo que hay que tener en consideración no es el aumento de la deuda bruta, sino cómo es la relación entre el nivel de deuda y el producto bruto interno (PBI). Y el producto ha crecido mucho, en especial durante estos gobiernos del FA.

ER - Según las cuentas que hacen varios economistas la deuda bruta está en el 60% del PBI. Es un porcentaje bastante grande. Además ahí juegan muchos factores técnicos. ¿Cuál es el interés que se paga por esa deuda? Porque no me comparen con otros países que de repente no pagan ningún interés. Entonces, estamos endeudados, la deuda compromete. Hay un estudio brillante del contador Dardo Arigón, que ha escrito un libro en que hace la historia de la evolución de la deuda externa de Uruguay. Lo más impresionante es la conclusión a la que llega Arigón: nosotros no debemos, nos deben. Lo que hemos pagado en concepto de intereses, de refinanciación, por mora… ya pagamos mucho más de lo que nos prestaron.

EC - El planteo de UP hoy es…

ER - Auditoría y moratoria, auditoría y no pago de lo que se adeude ilegítimamente. Planteamos nacionalizar y estatizar los sectores fundamentales del sistema financiero. ¿Qué soberanía tiene un país si no controla su sistema financiero? Yo estoy leyendo una historia de la Guerra de la Triple Alianza, la guerra contra el Paraguay, el crimen contra el Paraguay, y si será viejo esto de la deuda externa y de la soberanía que el motivo central por el que Gran Bretaña y en cierta medida Francia usaron a Brasil, a Argentina y al Uruguay del criminal Venancio Flores era para aplastar la soberanía, la independencia económica del Paraguay, que no tenía un solo peso de deuda externa. En tanto que Uruguay ya nació con deuda externa, como Argentina. ¡Si será vieja esta historia! Entonces, recuperar la soberanía, definir qué queremos ser como país, como pueblo, como nación pasa por recuperar la independencia financiera.

EC - Están levantando banderas de la propia génesis del FA.

ER - Nada nuevo en ese planteo.

EC - Claro, pero desde el FA le van a decir: "Esta gente se quedó en el pasado, está trancada, no entiende cómo evolucionó el mundo".

ER - Es una pregunta grandiosa. Porque ¿sabe qué?, los que se quedaron en el pasado son los que asumieron las políticas de la derecha como propias. El FA nació para cambiar eso. No es nueva la subordinación al FA, nació con Azzini en el Uruguay, primera carta intención, 1958, que trajo la brutal devaluación del 63, 64. ¡Si será viejo lo que están haciendo! Las privatizaciones, la apertura del comercio y la inversión extranjera como única solución. Es más, en gobiernos que venían de la época del batllismo había ciertos diques de contención, pero el FA se ha incorporado alegremente a la política neoliberal, sin admitirlo, con las consecuencias que va a tener para el Uruguay.

EC - Muchas veces estas discusiones se laudan por los resultados. Y desde el gobierno le pueden decir, por ejemplo: "UP cuestiona la política en materia de inversiones extranjeras, pero gracias a esa política y otras, resulta que hoy estamos con uno de los índices de desempleo más bajos de la historia, 5 o 6%". ¿Qué responden ustedes sobre ese dato?

ER - Vamos a los hechos, vamos a ver el Uruguay de hoy, qué mejor estamos. Uruguay es un país esencialmente agropecuario, es la historia nuestra, nuestro potencial. ¿Qué ha pasado en el campo? En los últimos 12 años ¿cuántos desaparecieron? Desaparecieron 11.000 establecimientos de menos de 100 hectáreas. Eso implica que se fue del campo ¿cuánta gente? Porque la forestación no genera fuentes de trabajo. No recuerdo la cifra exacta, pero el economista José Antonio Rocca habla de que la misma cantidad de tierra dedicada a la forestación cuando se dedica a la lechería genera cuatro veces más empleo. Desertificamos el campo, lo extranjerizamos, una cuarta parte del país está en manos extranjeras. Ojalá volviéramos a tener a Carlos Julio Pereyra en el Parlamento reclamando la ley que impedía la venta de tierras a extranjeros.

EC - Le pueden responder: "Pero al mismo tiempo hay puestos de trabajo de calidad, en los que se requiere incluso mayor formación, mayor educación, y condiciones de trabajo y de vida para esos trabajadores del campo mejores que las de antes".

ER - Hay que ir al campo y constatar las condiciones de vida de los trabajadores. Yo no recorro todo el país, pero recorro. Se ha mejorado en algún aspecto, se ha empeorado en otros, pero no veo un cambio sustancial. Y sobre todo, como proyecto de país, ¿qué tenemos para adelante? Porque pueden decir: "Ustedes se quedaron anclados en el pasado". No nos quedamos anclados en el pasado, porque este proyecto todavía no se instaló. ¿Cuándo se hizo una reforma agraria en el Uruguay? En 1815. Y cuando lo derrotan a Artigas lo primero que hacen sus enemigos es la contrarreforma agraria. De allá hasta ahora, nunca más.

Entonces lo viejo es lo que está, lo nuevo es lo que está por venir. Hay que cambiar. Porque si seguimos forestando el Uruguay, si seguimos plantando soja, fumigando, usando los agrotóxicos y los venenos –no lo dice la UP, lo dice la Universidad de la República, lo dice el LATU–, altos niveles de contaminación en el río Uruguay y en el Río de la Plata. Eso quiere decir que lo que desemboca en el río Uruguay y en el Río de la Plata está altamente contaminado. ¿Y eso es fruto de qué? Del modelo económico vigente. Nosotros planteamos: ¿estamos mejor?

EC - Por eso no lo conforma el índice de desempleo actual.

ER - Se enojaron mucho con el intendente Enciso porque dijo que se maquillaban las cifras. ¡Claro que se maquillan las cifras! De una manera muy sencilla, yo siempre pongo este ejemplo. Yo puedo decir: "Soy campeón mundial de salto alto". "¿No me digas? ¿En qué medida?" "En la medida que yo compito el campeón mundial salta 1,50." ¡Grandioso, soy campeón mundial en salto alto! Pero si voy a las Olimpíadas quedo en el último lugar.

Entonces si yo trabajé una vez o algunas horas en los últimos 15 días o si busqué trabajo y me consideran ocupado, si yo ando en un carrito reciclando basura y me consideran ocupado, si yo pago el BPS porque limpio parabrisas… eso no es verdad. Y la calidad del trabajo, en algunos casos hay trabajo altamente calificado, pero ¿cuántos miles trabajan en empresas de seguridad? ¿Cuántos miles tienen trabajos bajamente calificados y con sueldos miserables?

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EC - En las elecciones internas de junio pasado UP sorprendió al lograr casi 5.000 votos, lo que la ubicó como la cuarta fuerza más votada, superando al Partido Independiente (PI). ¿Qué implica eso como piso para la instancia de octubre?

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EC - Según la intención de voto que les adjudican las encuestas, ustedes estarían muy cerca de lograr una banca en la Cámara de Representantes. Si así fuera, el diputado elegido sería usted. ¿Qué podrían hacer ustedes desde esa banca, una sola, en Diputados?

ER - Primero hay que pelear mucho para concretar eso.

EC - Pero en la pelea o en la tarea de convencer a la gente de que los vote, uno de los argumentos que tienen que haber armado, supongo, es para qué sirve tener uno. Porque mucha gente puede decir: "Sí, más o menos coincidimos con lo que piensan, pero ¿qué puede hacer Rubio sentado ahí en la Cámara?".

ER - Es una pregunta válida. Es una pregunta que está respondida incluso por la historia. El otro día estaba repartiendo material de propaganda en la plaza Libertad y me para una vieja compañera del FA de origen socialista, frugonista más precisamente. El conocimiento mutuo es de mucho tiempo. Ella no nos vota, pero nos deseó suerte, nos dijo: "Va a ser importante que estén ustedes allí". Y yo le dije: "Sí, estaremos muy solos". Y me dijo: "¿Y cuánto tiempo estuvo solo Frugoni?". ¿Y sirvió que estuviera Frugoni? ¿O sirvió que estuviera Julia Arévalo, también en soledad en la Cámara? La izquierda tiene historia de eso. Y es un punto de apoyo para un gran proceso de reconstrucción del movimiento popular y de la izquierda uruguaya. Eso como un primer elemento más general. Claro que va a servir.

¿Qué pensamos hacer en el Parlamento? Hay un primer elemento que tiene que ver con un tema que abordábamos hoy. Nosotros vemos con preocupación el alto nivel de descreimiento de la gente en la política. Eso es malo para el país, para la democracia. Nosotros somos polémicos, lo sabemos, hay quienes piensan "estos están en el pasado", otros dicen "están locos, esto es imposible". Pero generamos el debate. Y hay que pensar, hay que atreverse a pensar. ¿Es imposible lo que nosotros proponemos? La pregunta que hay que hacer es al revés: ¿es posible seguir por este camino? ¿Podemos seguir contaminando, extranjerizando, con la crisis que vivimos en la educación?

EC - Pero, concretamente, ¿cómo se notaría la presencia de ustedes en el Parlamento, con ese único diputado?

ER - Primero la batalla por la cristalinidad, por la transparencia y contra la corrupción. Vamos a ser férreos defensores de los dineros públicos. La mayoría parlamentaria que existió durante estos dos gobiernos ha impedido procesos de investigación a tiempo. Creo que si hubiera habido voces más firmes, podríamos haber advertido lo de Pluna, haber frenado el escándalo y la estafa de ASSE. Para poner un ejemplo. Dar la batalla contra el acomodo y los cargos de confianza, achicar ese gasto brutal que tiene el Estado.

EC - Ustedes han dicho que Raúl Sendic tendría que estar preso.

ER - Sí, le preguntaron a Gonzalo Abella hablando del tema de la corrupción. Y nosotros dijimos: "Tienen que estar presos los que han faltado a la ética en la administración de la gestión pública".

EC - Es tremendo que ustedes que albergaron a Raúl Sendic digan eso. Sendic fue compañero de ruta del M26M durante ¿cuántos años?

ER - Si algún día Eduardo Rubio es responsable de que perdamos 200 millones de dólares en un año en Ancap, de que nos fumemos los cheques sin fondo de Pluna, de que sigamos con el barril sin fondo de ALUR, de que enfrentemos una denuncia tan grave como la de sobrefacturación por tres en la construcción de una planta de etanol, si un día Eduardo Rubio es responsable de eso, que me manden preso.

EC - También han dicho que "debería renunciar al apellido, traidor del pueblo". ¿Cómo juegan las rencillas personales o los enfrentamientos que tienen otro motivo que no es el estrictamente político, de gestión de gobierno?

ER - Eso no lo dijimos nosotros pero lo asumimos, porque fue dicho por compañeros nuestros. Porque expresa sentimientos que no se refieren a una persona en particular, sino a un proceso en su conjunto. También a lo que pasó, porque fue muy escandaloso. Es muy duro para el país lo que está pasando con Ancap.

El otro día escuchaba que ALUR dio un superávit de 2 millones a partir de que Ancap le adelanta 5 millones de dólares. Eso es insostenible. Como son sociedades anónimas el Estado no puede investigar. Son las cosas que tenemos que parar. Pero no hay rencores personales, ni hablar; hay sí enfrentamiento político y denuncia de actitudes.

EC - Por ejemplo, ¿cómo podrían incidir ustedes en los trámites parlamentarios de leyes?

ER - Tenemos pensados algunos proyectos de ley por los que pensamos pelear desde el pique. Si fuéramos gobierno, emprenderíamos el proyecto de transformaciones profundas que está plasmado en nuestro programa. Y no solo creemos que es posible, sino que pensamos que es imprescindible.

EC - Pero no van a ser gobierno.

ER - Por ahora.

EC - Entonces, desde la minoría, y la minoría en el rincón, de uno en 99, ¿qué van a hacer?

ER - Primero, defensa de los dineros públicos, defensa de lo que el pueblo vuelca al Estado, para que lo reciba en salud, en educación, en vivienda, cosa que no pasa o pasa a medias. Primera cosa, la lucha implacable contra la corrupción.

Segundo, hay un tema muy doloroso para la juventud uruguaya y los trabajadores, el tema de la vivienda. El déficit habitacional del Uruguay es escandaloso. Los planes de vivienda son inaccesibles para los jóvenes, para los trabajadores, para la gente de ingresos medios incluso. Lo digo hasta por experiencia personal, por lo que les pasa a mis hijas. ¿Uruguay no puede echar a andar un plan nacional de vivienda? Pero no un Plan Juntos, que se basa en la caridad de los empresarios, que es un albur, que viene o no viene, y los resultados están a la vista. No fundamentándose exclusivamente en el cooperativismo de vivienda, que es bueno y hay que darle espacio. ¡El Estado debe asumir eso! ¿Qué le costaría a Uruguay invertir por año 500, 600 millones de dólares en un plan nacional de vivienda?

EC - ¿Hay que entender que van a presentar un proyecto de ley de ese tipo?

ER - ¡Ah, sí, cómo no! Vamos a presentar un proyecto para el desarrollo de una flota pesquera nacional, una ley nacional de pesca. Estamos desperdiciando una riqueza increíble. ¡Nos la están robando, estamos depredando, estamos perdiendo!

Vamos a dar la batalla por la defensa de las empresas públicas y la recuperación de lo que se ha privatizado. Vamos a tomar iniciativas políticas para que el Ejecutivo tome iniciativa, porque le corresponde, para el incremento de las jubilaciones, para que el ajuste vuelva a ser cada cuatro meses, para que no les roben la jubilación durante el año. ¡Vamos a pelear por una jubilación mínima de media canasta básica! Lo vamos a hacer en el Parlamento.

¿Lo vamos a hacer solos? No, porque un voto solo es testimonial. Y muchas veces el voto testimonio es fundamental, el testimonio de un voto puede marcar la historia. Pero además, si hablamos de que vamos a pelear por la educación pública, otro de los aspectos que tenemos en carpeta, que está en el programa, por la vivienda, por el trabajo, por la pesca, por las jubilaciones, ¿lo vamos a hacer solos? No. Porque cuando recorremos el país, cuando vamos a cualquier barrio y hablamos de estos temas, voten a quien voten, los que precisan vivienda van a dar la batalla por la vivienda. Y yo quiero ver qué pasa cuando un proyecto de estos llegue al Parlamento con el respaldo de miles de trabajadores, de miles de jubilados, de un pueblo organizado y movilizado, que es lo que queremos recuperar. Y para eso un parlamentario sin duda sirve y mucho.

EC - El PI también hace campaña remarcando la importancia de que el próximo gobierno no cuente con mayoría parlamentaria propia, como la que ha tenido el FA en estos dos períodos de gobierno. Si eso se da, se evitan leyes aprobadas sin suficiente debate, incluso con visos de inconstitucionalidad: también se evita el bloqueo a las comisiones investigadores que ha existido cuando ha habido casos de presuntas irregularidades.

Lo menciono porque el PI, que se define de izquierda, convoca al voto de aquellos que acompañaron al FA en las últimas elecciones pero que hoy están desconformes con esas prácticas de mayorías parlamentarias regimentadas que han llevado a cometer errores o a quitarle potestades de control al Parlamento. ¿Cuál es la diferencia entre el planteo de UP y ese del PI?

ER - El PI se define de izquierda y todo el mundo tiene derecho a definirse como más le guste. Yo puedo decir que soy una persona muy hermosa y nadie me lo va a creer (risas). El PI dice que es de izquierda y nadie le puede creer, porque no puede ser de izquierda quien apoya a Aratirí, la megaminería, este proceso de extranjerización de la tierra. ¿Cuáles han sido las diferencias del PI en materia de políticas globales, de políticas macro?

Hoy en Uruguay tenemos un problema en la política, y es que los cuatro partidos con representación parlamentaria defienden esencialmente el mismo proyecto económico y de país. Por eso Lacalle se da el lujo de invitar a jerarcas del FA que no tengo ninguna duda de que es así y de que quedarán en el gobierno, como ha habido blancos en el gobierno del FA. La próxima ministra de Economía, si gana Lacalle, era la persona clave en la gestión de la deuda externa –fíjese qué tema–, y lo mismo podría pasar al revés. Defienden el mismo modelo de país.

¿Sobre qué se debate en el Uruguay? Sobre el tema de la seguridad. Y la única diferencia que tienen es si "no" a la baja o "sí" a la baja. Obviamente, para nosotros es no a la baja, rotundamente. Pero además porque queremos combatir las causas de la inseguridad. Todos coinciden en que el problema es que un botija robe un monedero, que es un problema, pero nadie habla de la inseguridad de una sociedad enferma, donde la inseguridad está en el trabajo, en la vejez, en la salud, en una educación desastrosa. El PI y nosotros en común tenemos solo un elemento: que afirmamos que la elección de octubre es una elección parlamentaria. Y esto la gente sí tiene que comprenderlo. Nadie gana en primera vuelta.

EC - Las posibilidades de llegar al Parlamento para poder jugar ese papel que usted venía describiendo serían mayores si ustedes votaran juntos con los otros sectores que podríamos llamar de izquierda radical, extrafrenteamplistas. Sin embargo UP va por un lado, el Partido de los Trabajadores (PT) va por otro, el Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI) va por un tercer camino. ¿Por qué no se pusieron de acuerdo? ¿Por qué no van en un lema común, un "frente unido" de verdadera izquierda?

ER - Esos son procesos que uno no decreta, se construyen. Y para eso se construyen en coincidencia, no es solamente un cálculo de conveniencia electoral. Muchas veces nos dicen: "¿Por qué no se quedaron en el FA?", electoralmente sería mucho más favorable, si nos pintamos medio de izquierda capaz que los desconformes nos votan. Pero no es un problema de cálculo de conveniencia electoral.

En algunos casos se pueden dar procesos de acercamiento, de unidad. El PERI, por ejemplo, estuvo en la fundación de la UP, después se apartó. Incluso antes de la interna nos llamaron para ver si podían votar en conjunto. No teníamos ningún problema, finalmente decidieron adoptar un camino propio.

EC - En el PT se sostiene lo contrario, que hicieron un ofrecimiento incluso de comparecer dentro del lema de AP-UP, y sin embargo no hubo forma.

ER - Termino con el PERI. El PERI optó por un camino propio. Creo que ahora se va entiendo porque hay algunos planteos que no son compartibles de parte nuestra. Pena de muerte, castración a los violadores, en fin, son cosas que no se condicen con un planteo de izquierda.

Y el planteo del PT nos llegó prácticamente una semana antes del cierre de la inscripción en la interna, cuando todo proceso de acuerdo político exige una discusión en serio y a fondo. Por eso digo que hay procesos que seguramente en el futuro se van a ir consolidando.

Pero desde el punto de vista electoral nuestra batalla está dada en convencer no a los votantes del PERI o del PT, tenemos un inmenso universo en el frenteamplista desconforme al que hoy el FA asusta con el cuco del Cuqui: "Está bien, es cierto que no hicimos las cosas como son, pero mirá que si no votás al Frente gana el Cuqui". Ese es el voto del miedo, no es el voto de la izquierda. La izquierda nunca votó por miedo. Votó con alegría, votó con el afán de construir, de jugarse. A esos frenteamplistas los convocamos.

EC - Algunos piensan votar en blanco o anulado.

ER - Algunos sí. Por ejemplo, del exdiputado Esteban Pérez, ayer, como tupamaro desconforme y reconociendo que Tabaré Vázquez es neoliberal, que es más de lo mismo, que no cambió nada, dijo que vota en blanco en octubre y en la segunda vuelta a Tabaré. Y acá hay una trampa, porque debe saber la gente que quien vota en blanco o anulado en octubre está favoreciendo decididamente al FA. Porque le puede permitir llegar a tener mayoría parlamentaria sin ganar en primera vuelta y sin tener la mayoría de los votos, porque le baja el coeficiente necesario para esa mayoría parlamentaria. Quien llama a votar en blanco o anulado, consciente o inconscientemente, está favoreciendo al FA.

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Transcripción: María Lila Ltaif