Campaña electoral

Lo que no se vio de la participación de los candidatos en el encuentro "Ateneo Presidenciable"

Lo que no se vio de la participación de los candidatos en el encuentro "Ateneo Presidenciable"
Guillermo Rochón, gentileza de Andebu

En la noche de este jueves se llevó a cabo el encuentro entre seis candidatos a la Presidencia en el Ateneo de Montevideo. El mismo pudo verse por televisión en horario central. Fabián Cambiaso, integrante del equipo de producción de En Perspectiva, contó algunos detalles que no se pudieron ver al aire.

(emitido a las 7.53 hs.)

Durante casi tres horas seis de los siete candidatos a la Presidencia de la República expusieron, anoche, en el Ateneo de Montevideo.

Muchos de ustedes seguramente vieron por televisión este ateneo, no debate, ya veremos cómo calificarlo. Quizás han podido sacar sus conclusiones a propósito de lo que fueron las distintas intervenciones. Pero la televisión no pudo mostrarles algunas cosas que ocurrieron fuera de cámaras antes, durante y después de este evento.

De eso, justamente, vamos a conversar a partir de este momento con Fabián Cambiaso, integrante del equipo de producción de En Perspectiva, que estuvo allí.

FABIÁN CAMBIASO:
Tú hablabas del no debate, de cómo calificar este encuentro de ayer, en realidad podemos hablar de un no debate porque cada candidato hizo intervenciones sin intercambiar pareceres entre ellos. Otro dato fundamental para calificarlo como no debate es la ausencia notoria del candidato del Frente Amplio (FA), Tabaré Vázquez, que no se presentó aduciendo problemas de agenda.

EC – Eso ya se sabía de antemano, no fue una sorpresa de último momento.

FC – No lo fue. Pero estos dos elementos colaboraron para que, por lo pronto, no se generaran grandes novedades en cuanto al Ateneo de Presidenciables que organizó la Asociación Nacional de Broadcasters Uruguayos (Andebu) ayer.

Las sorpresas empezaron, si se quiere, desde el arranque porque incluso una hora antes del encuentro por la zona de la Plaza de Cagancha, se veía un inusual despliegue de seguridad que había, sobre todo en el ala de la plaza que está ocupada por este edificio. Los alrededores estaban cercados, ni personas ni vehículos podían entrar a la zona sin la acreditación previa correspondiente. Había una fuerte guardia policial, no menos de diez efectivos en los alrededores de la plaza con sus respectivos móviles. Adentro del local la seguridad privada era notoria, no menos de 25 personas vigilando cada uno de los movimientos de los que nos habíamos acreditado para cubrir este evento.

EC – Pero esa cobertura misma también tuvo sorpresas, ¿no? La expectativa era que ustedes pudieran ver más de lo que pudieron ver.

FC – Sí, eso es por lo menos lo que se esperaba. Pero contra lo que se había manejado en estos días, la prensa solo pudo tener acceso a una sala especial que estaba equipada con televisión y audio pero que obviamente no era lo mismo que estar en el set. Bajo ningún concepto permitían acercarse al set a ninguna persona que no tuviera la autorización correspondiente. Vale decir que ni siquiera los asesores más cercanos a los candidatos podían estar allí de forma permanente, estuvo incluso el caso de dos equipos de prensa y de fotógrafos de los propios candidatos que no pudieron ingresar allí por no haber pedido la autorización previamente. Eso habla de todo el dispositivo de seguridad que montó Andebu en torno a este evento.

EC – Vayamos al Ateneo en sí. El encuentro fue organizado por Andebu, se habló mucho sobre si se hacía hace varias semanas, ¿cuáles fueron los detalles?

FC – En primer lugar, estuvo a punto de naufragar porque Andebu en principio no quería hacerlo sin la presencia de Vázquez, hubo un arreglo y se organizó tal como lo vimos ayer. Hubo una invitación previa a los candidatos que debían firmar 72 horas antes de esta instancia un compromiso para adaptarse a una serie de reglas que puso Andebu a un evento que, según fue promocionado por esta propia organización, iba a marcar la tradición político-electoral de los votantes para valorar las propuestas de gobierno de los diferentes candidatos.

Fue una instancia que duró unas dos horas y media, empezó sobre las 22.30 del jueves. Cada candidato tuvo, sumados, unos 15 minutos de tiempo real para todas sus intervenciones, estuvieron divididos en unos tres minutos en cada uno de los cinco bloques más un minuto final para que cada candidato pudiera cerrar su intervención con un mensaje.

Hay que decir que todos respetaron de forma escrupulosa el tiempo que Andebu les asignó.

EC – Sí, desde ese punto de vista capaz que cabe agregar que había un sistema que los llevaba a cumplir, porque cada uno de ellos tenía a la vista el reloj correspondiente que iba marcando el retroceso.

FC – Claro, nosotros no lo veíamos pero ellos sí porque una alerta visual colocada detrás de cámaras que les iba indicando el tiempo que les quedaba para intervenir.

EC – Incluso cuando llegaban a los 30 segundos finales ese conteo aparecía en cámara.

FC – Exactamente, era el único momento en el que el público veía el reloj con los 30 segundos finales de cada intervención.

EC – Sigamos avanzando con los detalles.

FC – Cada candidato estaba absolutamente solo en el set, no tenía ningún tipo de apoyo cuando estaba en vivo y al aire. Cada uno podía tener hasta diez asesores en ese lugar pero estaban confinados, literalmente, en una sala especial que estaba separada del set. Solo uno de ellos podía ingresar en cada tanda para conversar con su candidato y discutir la siguiente intervención. Luego eran inmediatamente retirados por el personal de seguridad que estaba instalado en el set.

Los candidatos solo podían tener apuntes en papel y debieron descartar laptops, celulares u otros implementos que pudieran permitir apoyarse o ser apoyados.

EC – Qué divertido ese detalle.

FC – Sí. Tampoco se permitía, se le mencionó a un candidato, interrumpir la intervención de otro candidato o responderle, por lo que decimos que en la práctica no se trató de un debate sino más bien de intervenciones sucesivas de los candidatos en todos los temas.

EC – Sí, se planteaba un tema, cada uno de los candidatos hablaba tres minutos y se pasaba al siguiente. Alguien puede preguntarse si tenía sentido juntarlos para un formato de esas características, porque en realidad pudo haber ido cada candidato por su lado, haber grabado sus intervenciones de los distintos temas y después armarse un compilado y punto.

FC – Sí, por supuesto. Esa es una mención que hizo algún candidato, por ejemplo el del Partido Colorado, Pedro Bordaberry, al final de este Ateneo, en cuanto a que estaba muy buena la exposición, la posibilidad de dirigirse al público a través de un medio como la televisión y además en horario central, pero no tenía mucho sentido porque no se permitía debatir ideas. Esa fue un poco la sensación que hubo en el Ateneo en la noche de ayer.

EC – Sí, digamos que la única ventaja de que estuvieran juntos era que cada uno estaba obligado a escuchar cuando hablaban, porque como estaban todos juntos no había alternativa.

FC – Podemos decir que los más beneficiados, si se quiere, fueron los candidatos de los tres partidos que hoy no tienen representación parlamentaria, que tuvieron un tiempo de exposición que de otra forma, por escases de recursos o de atención de los medios, nunca podrían haber tenido. Eso fue reconocido en el transcurso de este debate por estos candidatos.

EC – Vayamos a lo que podríamos llamar el "fuera de cámaras", ¿algunas notas que hayas tomado?

FC – No vamos a comentar el contenido del debate, se pudo ver ayer por televisión y está hoy en todos los medios. Vamos a comentar un poco lo que no se vio.

Los seis candidatos ingresaron casi al mismo tiempo al set, estuvieron previamente charlando en el hall del Ateneo. En el set estaban dispuestos siete atriles, el que estaba ubicado en el plano extremo izquierda de la televisión estuvo permanentemente vacío evidenciando la ausencia de Vázquez. No fue una decisión arbitraria, ese lugar era el que estaba adjudicado a Vázquez, fue el que le había tocado en el sorteo previo que hubo.

EC – Supongo que debe haber sido un aspecto que generó discusión sobre cómo resolverlo, poner o no ese atril cuando hace semanas se sabía que Vázquez no iba. Era muy fuerte ese vacío, sonaba, se veía. Con los días, supongo, se podrá sacar alguna conclusión sobre si benefició a Vázquez o lo perjudicó.

FC – Claro. Estuvimos conversando unos minutos con la gente de Andebu justamente sobre por qué se había colocado el atril. Decían que lo meditaron mucho pero que en definitiva ellos habían invitado a los siete candidatos, el sorteo estableció los lugares de esa manera y ellos debían ceñirse a lo que se había decidido previamente, por lo que optaron por dejar ese atril vacío.

EC – Sí, fue una jugada de riesgo del FA. Vamos a ver cómo salió. Es coherente con la política que ha seguido en cuanto a otro tipo de presencias en medios de comunicación, él ha tenido un criterio relativamente restringido en cuanto a entrevistas y se ha negado a cualquier posibilidad de debate.

FC – Sí, en pocas palabras él ha definido los debates como un circo mediático en el cual no está dispuesto a participar. En los días previos con el comando del FA ya se entendía que Vázquez no iba a salir demasiado bien parado de un debate porque todos los candidatos se centrarían en sus críticas hacia él y sería el gran cuestionado.

EC – De todos modos ayer varios de sus colegas se lo cobraron. En la primera intervención a propósito de educación varios de ellos empezaron haciendo notar la ausencia de Vázquez y lamentándola.

FC – Sí, particularmente Bordaberry y el candidato del Partido Independiente, Pablo Mieres, iniciaron sus intervenciones mencionando la ausencia de Vázquez, de las ideas del candidato del FA y la no defensa de los logros del oficialismo en una instancia como esta.

EC – Vamos a agregar algunas otras cosas.

FC – Vale comentar las cosas que se vieron fuera de cámaras. En los momentos previos a que comenzara la transmisión en vivo el equipo técnico hizo pruebas con cada candidato, con bromas y chistes entre prácticamente todos.

Obviamente había que hacer una prueba de sonido y los micrófonos en determinado momento se abrieron y los que estábamos en la sala de prensa pudimos escuchar algunas conversaciones que mantenían los seis candidatos que estaban instalados en sus atriles. El candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, fue por lejos el más descontracturado, conversó con todo el mundo, hizo bromas de todo tipo, incluso al moderador, Raúl Ponce de León, a quien le preguntó en tono de broma si Andebu no había podido conseguir un presentador de mejor nivel. El candidato nacionalista estaba preocupado porque el micrófono eventualmente no le jugara una mala pasada en el transcurso del debate, por si estaba cerrado o abierto mientras él no interviniera. Lo cierto es que, como dijimos, en parte estuvo cerca de jugarle una mala pasada ya que durante las pruebas de sonido estaban abiertos y podríamos haber escuchado cualquier disparate.

EC – Hay antecedentes en otros países de episodios de ese tipo que fueron complicados para los protagonistas.

FC – Claro. También sorprendió ver bromear y reírse a dos personas que uno supone en las antípodas como son Bordaberry y el candidato de Unidad Popular, Gonzalo Abella, que no tuvieron problema en conversar e intercambiar bromas y chistes, de los cuales se rieron.

Por ahí circulaban algunos especialistas en vestuario que trabajaban en el equipo técnico y hubo comentarios de todo tipo acerca de la ropa que estaban vistiendo los candidatos. Lo más cuestionado fue el traje de Lacalle Pou, considerado poco sobrio para una oportunidad como esta, y también lo demasiado grande que se le veía a Mieres el saco sport que tenía puesto, que era ostensiblemente uno o dos talles más grande; ni Mieres ni Abella llevaban corbata. El que desentonó en cuanto a vestuario fue César Vega, el candidato del Partido Ecologista Radical Intransigente, que salió a cámaras solo con camisa y de forma ostensiblemente más modesta que los demás, aunque hasta poco antes de salir al aire vestía el clásico chaleco verde militar con el que estamos acostumbrados a verlo.

En la prueba de cámara Lacalle Pou pidió que se le enfocara en forma más recta porque no quería que se le notara la parte superior de su cabeza, preocupado porque allí, dijo, le falta algo de pelo. Mientras se alisaba el cabello aprovechó para hacer otra broma aludiendo a esta supuesta burla que le hizo días atrás el presidente, José Mujica, que se alisó el pelo imitándolo en un acto público. Siempre sonriente, por lo menos hasta que empezó a salir en vivo, Lacalle Pou dijo estar contento porque se transformó en los últimos días en el Pompa Borges, haciendo referencia a que Vázquez calificó en reiteradas veces su propuesta política como una pompa de jabón.

El tema de la calvicie fue todo un desafío también para Abella y para Mieres que lucen relucientes calvas que dieron trabajo extra a las maquilladores, por el tema elemental del reflejo de las luces que estaban en el estudio. Incluso Mieres bromeó en cuanto a que le iban a cobrar tarifa y media por maquillarlo.

La única excepción a este tono afable y descontracturado en los momentos previos fue César Vega, quien permaneció siempre en silencio y en un rincón del estudio con gesto muy adusto, como si fuera un recién llegado que no conoce a nadie. Un César Vega que después de este debate pasó a la historia como el candidato del amor, por las continuas referencias que hizo a la necesidad de amor para los uruguayos para sacar adelante este país.

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