SIGNOS

¡Con aquel signo, vences! Cómo una victoria semiótica puede ir acompañada de una derrota electoral. Los signos positivos triunfan pese a todo en la noche del 26 de octubre

Análisis semiótico de la comunicación política. Con el semiólogo Fernando Andacht.

EMILIANO COTELO:
"Con aquel signo, vences. Cómo una victoria semiótica puede ir acompañada de una derrota electoral. Los signos positivos triunfan pese a todo en la noche del 26 de octubre"

Fernando, vas a detenerte en un par de aspectos de la noche de las elecciones. ¿Por dónde va el título que nos has planteado?

FERNANDO ANDACHT:
Estoy tratando de seguir todo lo posible el transcurso de los discursos de aceptación de la derrota, del triunfo, del ballotage. Y pensaba en algo que dijo Luis Eduardo González en un momento de interpretación de los datos, decía cómo se había convertido en lingua franca el discurso por la positiva de Lacalle Pou. Presté muchísima atención a las palabras, los gestos, todo lo que hizo Tabaré Vázquez en el Centro, no en La Huella de Seregni sino luego. Ese carisma reposado, como lo he descrito otras veces, parecía hacer un esfuerzo denodado por volver suyos esos signos. Hay un par de momentos, él lee, cosa curiosa para un momento tan eufórico, de tanto entusiasmo, en que la gente gritaba consignas, "Tabaré presidente", etcétera, y él leía en ese atril sus palabras preparadas. Era un discurso un poco como si fuese una venganza a posteriori. Aquel discurso del 1.° de junio en su sede, todavía precandidato, ante su previsible victoria sobre la rival, un discurso de estadista un poco extraño.

EC - Sí, anunció 10 medidas que aplicaría en sus primeros días de gobierno en caso de que volviera a triunfar en las elecciones de octubre. A aquel discurso te referís.

FA - Exactamente. Esta vez sí lo va a hacer, sí va a hablar como estadista. Yo quería contrapuntear un primer impacto de los signos. Decía por la positiva, ese héroe solitario, que no hace ninguna mención a su petirrojo, a Raúl Sendic, solo hay un abrazo al final y luego en la parte silenciosa, coreográfica, sí aparece la bandera, se coloca el pabellón nacional, y Raúl Sendic está sobre ese escenario.

Mientras que en un contrapunto interesante, en el escenario del Columbia, donde estaba la sede del PN, se genera algo extraordinario, que confirma los análisis que veníamos haciendo: un héroe solitario, Tabaré Vázquez, y un héroe coral, esta vez por el accidente, por el golpe de lo real, por los datos muy duros y negativos sobre todo para Bordaberry, pero también para su aliado previsible, inevitable, que es Lacalle Pou, me refiero a que ese escenario se llena de gente.

Hay varias alusiones desde el comienzo, desde el primer discurso que Lacalle Pou hace dentro del hotel para la prensa, a su petirrojo, a Larrañaga. Luego va a decir "esta reunión sui generis", aludiendo a la presencia física a su lado nada menos que de Bordaberry y Coutinho, además de tener a Larrañaga, además de estar su esposa, es un escenario atestado. Nada podía ser más contrastante.

Hay un par de momentos en que se ve el triunfo de los signos por la positiva que emigran o contagian semióticamente al líder, muy en personalidad de líder. También decía que Tabaré Vázquez es el que calma a los uruguayos, es el que toma el timón y da seguridad. Encarnaba todo eso, más la euforia que parecía haber también migrado desde el momento más alto de Lacalle Pou, cuando le hacen la entrevista al momento de votar al mediodía, que es de enorme entusiasmo, como esperando la victoria inminente, nunca tener más votación que el Frente, por supuesto, pero sí votar mejor, y que también su aliado obvio votase mejor, el PC. Y en un momento dice Tabaré Vázquez, además de agradecer y aquel "festejen, uruguayos, uruguayas, festejen", de su victoria presidencial anterior, me interesa mucho cuando acepta haberse equivocado, que él creía que podía haber ganado en el primer turno, y dice "me equivoqué por muy poquito, por muy poquito", repite esa frase.

EC - Dice que efectivamente el Frente no va a ganar en primera vuelta, que era lo que él sostenía en los discursos de la campaña electoral, que va a haber que ir a un ballotage, "pero por muy poquito, por muy poquito habrá que enfrentar una segunda vuelta".

FA - Exacto. Yo siento que ahí hay una irrupción de lo emocional, pero por la positiva. Dónde están la ironía, el sarcasmo. Me remonto a Playa Pascual, a aquella famosa salida con el humor y el ataque cuando dijo "está todo mal, está todo mal", en alusión obvia y parodia al entonces precandidato Jorge Larrañaga, que fue muy festejada y fue de esas cosas típicas de un estilo más combativo y nada por la positiva de Tabaré Vázquez.

Y escuché también cuando hablaba una frase que cito de las muchas que dijo: "la enorme responsabilidad asumida", casi calcada de lo que había dicho temprano Lacalle Pou cuando le preguntaban qué sentía al ser ese David frente al Goliat de la oposición. Alguien joven, diputado, que hubiese saltado, si las cosas se le hubieran perfilado mejor, de un puesto relativamente menor, de un lugar marginal en el paisaje electoral, nada menos que a arañar la presidencia. El título de El Observador pero para Tabaré Vázquez, que decía: "Arañando la victoria electoral", referida a la fórmula Vázquez-Sendic, y no a Lacalle Pou-Larrañaga, por la mala votación de su aliado inevitable, Bordaberry.

Es interesante que haya habido varias alusiones de Lacalle Pou a Larrañaga, a su vice. Incluso hay una, bien en el estilo suyo, dice "ni el más optimista hubiera soñado que íbamos a comer un churrasco en Andresito y hablar de cosas de la vida", para mostrar de nuevo la importancia de su petirrojo principal. Y esos neopetirrojos luego, porque dice en forma también muy coloquial, que es el estilo que él introdujo, la renovación va sobre todo por ahí en este momento de campaña: "Pedro, acompañame", como si fuera una idea que le viene de golpe. Las circunstancias duras, los datos, los números de la noche hacen que Pedro Bordaberry tome esa decisión, abrupta si se quiere, de ir directamente, de subirse a esa fórmula ya para el ballotage. Adelantando el trámite aparece, hace acto escénico junto con Coutinho, y se prodigan los abrazos.

Y termina en una reiteración curiosa de la escena de la casa del PN del 1.° de junio, cuando llega el tan esperado abrazo con Larrañaga, que había dicho "subiré por última vez la escalera del PN". Hay un abrazo muy prolongado de Bordaberry, muy filmado, y unas palabras que se prolongan, como si ya empezasen a discutir la estrategia de lo que había dicho un poquito antes Lacalle Pou: "Ya no soy más, ni Luis ni Jorge son más candidatos del PN, ahora somos parte de una fórmula nueva".

Todo eso se da a un ritmo muy acelerado, que combate imagino yo –y se siente mucho en la parte previa– una cierta caída obvia de la emoción, de la euforia muy alta de temprano en las tiendas nacionalistas a esa realidad más bien deprimente, decepcionante. Aunque se puede decir que el PN votó cercano a su meta, no lo hizo así el PC y votó bastante bien el FA.

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Transcripción: María Lila Ltaif