La opinión pública

Los puntos que faltaron el domingo, lo que viene en el gobierno del EP-FA

Director de Factum, Oscar A. Bottinelli

(Emitido a las 08.24)

EMILIANO COTELO:
Nos acompaña hoy el politólogo Oscar Bottinelli, con quien hoy vamos a cerrar un ciclo y empezar otro.

OSCAR A. BOTTINELLI:
Haremos lo que podría ser el balance final de la Opinión Pública 2004, y el retome del Análisis Político, que habíamos dejado a fines de abril, principios de mayo.

EC - Sí, cuando se inició con vértigo el proceso electoral.

OAB - Cuando entramos en la propia carrera electoral hacia junio primero y hacia octubre después; no hubo hacia noviembre.

EC - De ahora en adelante estaremos encontrándonos contigo los viernes sobre esta hora, 8.20 de la mañana para Análisis Político.

Empecemos hoy hablando todavía de encuestas o, mejor dicho, del contraste entre encuestas y resultados de la elección del domingo pasado, que es uno de los temas de comentario de la gente en todos estos días.

OAB - En materia de encuestas quedó una afirmación que no hice el lunes: esta elección marca el fin de una etapa en la discusión de las encuestas. Las encuestas han quedado aceptadas claramente, demostraron ser una herramienta científica con todas las certezas y las limitaciones de cualquier herramienta científica, y nos parece que de aquí en adelante cualquiera que salga otra vez a discutirlas va a estar discutiendo si el Sol gira alrededor de la Tierra o los astros están colgados del cielo, ya no tiene sentido. En este aspecto Uruguay entra definitivamente en el plano de un país moderno y civilizado y deja de ser un país donde se discuten brujerías.

EC - De todos modos una de las cuestiones es: en la última semana hubo empresas de opinión pública que se acercaron mucho al que terminó siendo el resultado final, sobre todo en cuanto al margen por el cual el Encuentro Progresista (EP) superaba la barrera del 50 por ciento, y otras que mostraban a una izquierda más fuerte, con mayor intención de voto. ¿Entonces...?

OAB - Nosotros vamos a hablar de nuestra encuesta, no nos interesa juzgar y evaluar a las demás, entre otras cosas porque para evaluar una encuesta con seriedad hay que conocer un montón de elementos más allá de los cuatro números que se publican. Entonces no se puede hablar.

EC - Hablemos de la Encuesta Factum.

OAB - Vamos a hablar del Frente fundamentalmente. De paso hago una aclaración de lenguaje sobre un tema que hay que volver a analizar con profundidad: ya no resiste mucho estar hablando de "Encuentro Progresista - Frente Amplio - Nueva Mayoría" (espero que para 2009 no haya que agregar dos palabras más). Quedó demostrado que sociológicamente lo que existe es el Frente Amplio (FA). Más allá de que a las dirigencias les guste más el EP, la campaña electoral no tuvo una sola mención al FA ni a la bandera tricolor, incluso se habla del progresismo, no del frenteamplismo, pero hay una sintonía total entre los intereses de una parte de la dirigencia -porque esto no es casual- y la abrumadora mayoría, no sólo de las caravanas y los actos, sino en lo que surge de las encuestas, en las que la gente habla del FA y el frenteamplismo.

EC - Hubo un gesto muy simbólico en ese sentido, que fue el discurso de Rodolfo Nin Novoa en el acto final en avenida del Libertador...

OAB - Sí, y los colores con que se imprimió la lista 99000, la propaganda de un grupo que no es del FA ni del EP.

EC - Recordemos que Nin Novoa en ese acto final, pese a ser un hombre que viene del Partido Nacional (PN) y que integraba el EP, no el FA, se declaró frenteamplista, y lo hizo con mucha emoción. Pero dejemos eso al margen.

OAB - ¿Qué nos daba el FA en la última encuesta? Completamente decidido 51 por ciento, decidido más dudosos 53 por ciento. Lo real fue 51 por ciento.

Aquí hay dos ángulos de análisis. Expreso lo que estamos viendo en Factum. Por un lado a veces nosotros mismos cometemos el error en la comunicación e incluso en los análisis de saltearnos el margen de aproximación. No tenemos un número único, cuando uno dice 53 por ciento, en una encuesta de más/menos 2,4 por ciento, en realidad se está diciendo de 50,5 a 55,5. Y si queremos ser más precisos, en general el margen normal que uno debe considerar es la mitad, lo que se llama de un sigma, estaríamos entre casi 52 y un poquito más del 54. Entonces, por un lado, tomar en cuenta los márgenes de aproximación: las encuestas no dan una certeza absoluta en el número, se puede haber estado dentro de esos márgenes. Es una hipótesis que estamos valorando e incluso verificando todos los trabajos hechos. Después de cada elección repasamos todo el ciclo electoral y tratamos de afinar aspectos metodológicos, ver qué errores se produjeron; lo mismo se hace con respecto a la encuesta en boca de urna y la proyección de escrutinio, en las que se van mejorando cosas. Por ejemplo en la última nuestra velocidad en gran parte tuvo que ver con que en Montevideo usamos una nueva metodología que fue la comunicación mediante el sistema WAP, es decir en vez de hacer la comunicación de datos por Internet, hacerla por celulares. Se hizo en Montevideo en forma experimental y funcionó en forma excelente.

EC - Volvamos a los números de la última encuesta.

OAB - La otra hipótesis que tenemos es que haya habido un corrimiento en el electorado; hipótesis que creo que se ha extendido a nivel de analistas e incluso de dirigentes políticos.

EC - En el último informe tú sostenías que el EP tenía un techo de 56.

OAB - Bueno, sí, estamos hablando de un techo.

EC - Todo eso contribuía de algún modo a esa idea de que iba a haber como una avalancha, que la mayoría podía ser muy holgada.

OAB - La encuesta cerrada el domingo anterior daba la sensación de algo holgado que no fue. Vamos a hablar claro: estamos diciendo holgado respecto a la mayoría absoluta para ganar en primera vuelta, porque esta elección tiene algunas ilusiones ópticas, como que el FA ganó "apenas". No: ganó 51 a 47 a todos los demás partidos sumados. En este momento estamos muy prendidos a la barrera de la mayoría absoluta. No es lo mismo el análisis político del resultado que el análisis desde este punto de vista.

Efectivamente se veía un techo más alto.

EC - ¿Cómo es eso de que pudo haber un corrimiento en la última semana?

OAB - Mirando las propias encuestas observamos que la última encuesta nos daba 53 el Frente, 30 el PN, 10 el Partido Colorado (PC), 2 el Partido Independiente (PI), 2 en blanco, anulados y otros, y 3 indefinidos. El resultado fue 51 al Frente, es decir 2 puntos menos, 4 más el PN, 1 más en blanco y anulados, entre los cuales se distribuyen los indefinidos. Es decir que el PC y el PI dieron exacto, no se movieron la última semana. Que el PI no se moviera era una hipótesis razonable; la otra era que llegara a aumentar un poco e incluso alcanzar el tercer diputado. No obtuvo el segundo pero lo arañó, tuvo uno de los resultados más frustrantes para un partido, porque tuvo casi dos diputados.

Los números sugieren que el FA perdió 2 puntos que coinciden con todos los dudosos que tenía; los indefinidos fueron 2 al PN y 1 fue a en blanco o anulados. De paso, esto no tiene que ver con el análisis de los cambios, pero hay un dato interesante: cuando analizamos los Otros, ese 3 por ciento, tenemos un 0,7 de otros, un 1 de anulados y el 1,4 de en blanco se divide en dos categorías: 0,8 en blanco puro y 0,6, o sea medio diputado, un nuevo fenómeno político en Uruguay: gente que no votó ningún partido y votó el Sí del agua. Es la aparición de una especie de izquierda a la izquierda de la izquierda o de protesta, de disconformidad con todos los sectores políticos, desde la izquierda. Porque votar el Sí del agua implica una cosa diferente de un "que se vayan todos". Es un comentario al margen pero es interesante señalar este fenómeno de esta elección. 0,6 no es un individuo suelto, hay subterráneamente algo en este sentido.

EC - ¿A qué equivale en números?

OAB - A entre 12 y 13.000 personas; hay que esperar que termine el conteo final, pueden llegar a 13.000, lo cual equivale a medio diputado. Muchos partidos menores estarían... Es casi lo mismo que los cuatro partidos desafiantes sumados. Volviendo a esto...

EC - ¿Qué puede haber ocurrido en la última semana?

OAB - Hay otro dato curioso. Si tomamos la encuesta del domingo anterior y el resultado de la elección, referido al total del electorado nacional Mujica pierde 2 puntos porcentuales. Son 4 dentro del Frente, como el Frente es la mitad son 2 puntos porcentuales, es lo mismo que perdería el Frente. Y lo mismo que crece el PN.

Esto sugiere -a cuenta de una exploración mayor a verificar en encuestas posteriores y también en el estudio de los propios votos- que pudo haber un retorno al PN de votos originariamente blancos que estuvieron hasta muy próximo a la elección seducidos por Mujica. Es decir que el Frente no captó a los indefinidos, por lo tanto no se produce la ola que podía generar hablar de techos de 55-56, pero además no retuvo a los dudosos. Parecería ser esto último, más allá de cualquier otro punto que pueda tener que ver con los márgenes de imprecisión de las encuestas.

EC - ¿Cuáles podrían ser las causas de esos cambios?

OAB - A título tentativo, a posteriori de la elección se han recogido dos elementos. Propiamente en relación al 609 hizo impacto el ataque realizado particularmente desde el Foro Batllista (FB).

EC - Eso ha sido manejado como posibilidad incluso por dirigentes del propio Espacio 609.

OAB - Además observamos que esto tuvo dos etapas. La primera benefició al PC, que salió del pozo y pasó del 8 al 10 por ciento; una hipótesis era que podía continuar subiendo el PC, pero aparentemente agotó toda su posibilidad de rescate con esos 2 puntos porcentuales, no tuvo más capacidad de remonte. Otra cosa que es interesante marcar es que del 3 por ciento de los indefinidos 2 tiene un perfil claramente colorado y votó al PN. Es decir que el 34 por ciento del PN tiene mucha persona colorada, de perfil y origen colorados que no votó al PC. Es un tema importante para un partido político, que la gente que siente identificada con él vote a otro. Y me parece que esto va mucho más allá de la coyuntura, porque creía que era la única forma de evitar que ganara Vázquez; parecería que al final de la elección este argumento ya no funcionaba. Y lo de Mujica no dio para remontar mucho más.

A su vez Mujica cayó en varios tramos. En los dos primeros benefició fundamentalmente a Astori, más allá de que también desparramó dentro del Frente porque suben la 1001 y el 26 de Marzo, es decir que hubo una salida hacia fuera de la 609; una segunda etapa más clara hacia Astori y parecería que pudo haber una tercera etapa hacia fuera del Frente, al PN.

Y hay una segunda explicación: muchos elementos (que son cuantificables pero no se ha terminado el estudio) marcan que, en la última semana, asustó a todo un conjunto de gente potencialmente votante del Frente la posibilidad de una aplanadora del FA. Para empezar, la caravana entusiasmó y algo puede haber asustado; con el acto alguna gente se asustó; pero además hubo muchos gestos de celebración anticipada del triunfo con un poco de dureza hacia quien no estaba de ese lado. Esto se veía sobre todo hacia autos y casas con banderas coloradas, en menor grado hacia autos y casas con banderas blancas, en la proliferación de agravios, insultos; en las oficinas públicas la gente blanca y colorada se venía quejando desde días anteriores de estar sujeta a acoso; no importa si eran pocos, pero el clima se daba; en algunos ámbitos de la Universidad de la República desde hacía un tiempo se estaban viendo climas de mucha intolerancia, o por lo menos de un discurso único en relación a los partidos políticos, y es probable que mucho votante que estuvo dudoso hasta el final se haya asustado. Llama la atención, si uno mira todos los movimientos es como si en la última semana una varita mágica hubiera dirigido el voto de los uruguayos buscando una especie de equilibrio natural, algo así como la naturaleza...

EC - En esa hipótesis tampoco es de descartar que haya habido gente simplemente preocupada por que el margen de mayoría del EP no fuese tan amplio.

OAB - Exacto, el miedo al exceso en todo sentido.

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EC - Para cerrar este capítulo de análisis, ¿qué se puede decir a propósito del "voto Buquebus", como se lo ha catalogado para simplificar, o sea el voto de los que vinieron de afuera, de Argentina y de otros lados?

OAB - No tenemos cifras para evaluarlo. Hay que ver si todos los que vinieron votaron en una sola dirección o no, y cuál es el saldo. Pero es evidente que al FA lo ayudó a ganar en la primera vuelta con claridad (con claridad me refiero a que de repente ganaba por 5.000 votos).

Otra cosa interesante es ver que dentro del FA se sigue dando que el grupo político que gana una elección dentro del Frente cae a la siguiente. Esto ha sido inexorable desde 1971, incluso hasta las magnitudes de la caída, la de la 90 ahora es equivalente a la que tuvo Asamblea Uruguay en la elección anterior. Es un fenómeno que habrá que estudiar, por qué no se retiene un predominio dentro del FA por parte de un sector y permanentemente cambia la arquitectura interior de los sectores políticos.

EC - Sí: recordemos la historia. En 1984 la mayoría le tocó al PGP de Batalla...

OAB - ...que superó a la de 1971, que había sido de la 1001, un tercio mayor, pero también era 1001.

EC - ...en 1989 le tocó a la 1001, en 1994 a Asamblea Uruguay y en la última oportunidad le había tocado al Partido Socialista.

OAB - Y ahora a la 609.

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EC - Entramos ahora en el análisis. Hablemos de lo que viene, de lo que dejaron las elecciones del domingo, de la correlación de fuerzas concretamente.

OAB - En primer lugar hay algunas cosas nuevas o un retorno a viejas cosas.

Primero, que un partido tenga mayoría absoluta no se daba en Uruguay desde 1966. Que esa mayoría fuera con 53 diputados, no ocurría desde 1950. 16 senadores más el vicepresidente, 17, fue exactamente lo que tuvo el PC en 1966, cuando ganó Gestido con Pacheco como vicepresidente.

Quizás el cambio más importante sea que Uruguay, que tuvo una larga tradición de entendimientos y coparticipación entre los dos partidos principales, en estos últimos 20 años generó conductas mucho más coalicionistas y de entendimiento que en el pasado. Entonces tenemos un partido que llega con mayoría absoluta en una cultura de búsqueda de coaliciones y de entendimientos, siendo además un partido que, al ser parte de un giro histórico en el país, siente la necesidad de prudencia y por lo tanto de tender puentes. También los partidos tradicionales sienten, como cuando ocurrió el triunfo de Vázquez en la intendencia, que ante un giro histórico no pueden empezar con una oposición muy dura al principio; o simplemente empezar con oposición: las señales son de tregua o colaboración por parte de ambos partidos con distintos énfasis, sobre todo colaboración del PN y una actitud expectante del PC.

Creo que marcarlo, porque hay que comparar esta elección con la de 1958. Probablemente a la gente de 50 años para abajo le parezca que haber cambiado del PC al PN fue un hecho baladí. Sí: fue un hecho menor en 1989, cuando venían de la gobernabilidad y pasaron a la coincidencia nacional ambos partidos. En 1958 que el PN ganara una elección era el bicho que no existía. La última vez que el PN había tenido la Presidencia de la República había sido la de Bernardo Prudencio Berro, que terminó en 1865, con Villalba. Hacía 93 años que el PN no estaba en el gobierno. El PN gobernó 24 años de los 174 que tiene de vida el Uruguay como República.

EC - Lo cierto es que la izquierda no gobernó nunca.

OAB - Pero en el momento en que asumió el PN el giro histórico era tan importante como este y cada uno era una mitad del país. En aquel momento la transición fue muy ríspida, muy dura; yo recordaba aquí que terminó con el relevo del comandante del desfile apenas asumió el nuevo gobierno, y el PC comenzó una oposición durísima desde el primer día, frente a un PN que asumió durísimo el gobierno, con algunos elementos que vale la pena entrar a analizar y comparar más adelante.

Uno de esos elementos fue que se encontró con una administración absolutamente colorada, dominada por el PC, incluso hubo una expresión en boga que era: "hay que blanquear la administración". Tema que dejo para analizar más adelante, pero que estuvo en el centro de la asunción del gobierno por el PN el 1 de marzo de 1959. Entonces ya tenemos que la oposición y el gobierno se van a plantar distinto que en la otra gran transición histórica que tuvo Uruguay hace casi medio siglo.

Lo otro es que volvimos al bipartidismo, un dato que hay que remarcar.

EC - ¿Cuál es el bipartidismo ahora?

OAB - El FA y el PN, claramente. En términos académicos el número objetivo de partidos según una fórmula que anda por ahí da que Uruguay tiene 2 y poquito de partidos, igual que en la época de 1942 a 1966.

EC - O sea que el PC no está contando.

OAB - El PC ya es un partido accesorio al esquema principal desde el punto de vista cuantitativo, desde lo que en ciencia política se llama el formato de partidos. Esto no quiere decir que el bipartidismo haya llegado para quedarse, que volvió para quedarse, no estamos hablando para adelante. Pero de 1966 a 2004 Uruguay recorrió un arco, pasó por un tripartidismo perfecto en 1994 -recordemos el triple empate en el que podría haber ganado cualquiera de los tres con un poquito de votos que le cayera a favor a cada uno- y llegó a este bipartidismo. Un formato bipartidista da una forma de funcionamiento diferente que un formato tripartito. Quiero aclarar que ningún formato bipartidista quiere decir que hay sólo dos partidos; en el bipartidismo uruguayo en 1966 había 13 diputados que no eran de ninguna de las dos grandes colectividades, y hoy hay 12; había dos senadores y hoy hay tres que no son de ninguna de las colectividades.

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EC - ¿Cómo ves que se está encaminando la conformación del gobierno?

OAB - Tenemos varios meses por delante en los que va a haber muchos juegos de poder dentro del FA. Por un lado -tema para hablar más adelante- el 8 de mayo están las elecciones municipales, con un FA que ganó ocho departamentos, que perdió uno en un empate, por un poquito más de 100 votos, que los ocho que ganó no están todos ganados para las municipales; todo eso ya empieza a estar presente en todo lo que se conversa. Tener las intendencias de Montevideo, Canelones y Maldonado como objetivo es un tema que seduce mucho en los juegos de poder interno.

También han empezado los juegos de poder, primero en cuanto a la distribución de cargos. Por ahora, en los primeros cargos han sido designadas todas personas de filiación socialista -salvo Astori, estoy hablando de las designaciones postriunfo-, aunque no pertenecen a la dirección del PS, pueden considerarse todos cargos de personal confianza del presidente electo de la República pero que pueden generar luego algún problema cuando empiece a verse el mapa y se diga que está demasiado teñido de un mismo color.

EC - Aunque por otro lado puede ocurrir que el PS como tal diga: "Sí, pero no son nuestros representantes".

OAB - Exacto, ahí veo que puede empezar algún cosquilleo. Otro hecho importante son las declaraciones de Mujica del martes hablando de la necesidad de que los líderes empiecen a adaptarse a la función de gobierno y no hablar de todo en todo momento, sino que cada uno empiece a acostumbrarse a hablar de los temas de los que se va a ocupar. Podría o no estar dirigido a lo que pasó, pero es una buena advertencia, sobre todo cuando, por ejemplo, se vio en Argentina toda una sonoridad de declaraciones de Mujica sobre qué pasaba con la deuda externa, con los bonos y con un montón de cosas que de alguna manera se veían como contradiciendo todo lo dicho por el ministro designado de Economía, designado incluso por el propio presente de la República antes de ser electo.

Estos juegos de poder de alguna manera van a terminar en la búsqueda de la mayor presencia de cada uno de los bloques y sectores en el gobierno. Cuando digo gobierno estoy hablando de gabinete, cargos en la administración central, manejo de la administración autónoma. Aunque se diga que no hay un reparto, siempre son distribuciones de parcelas de poder. Se observa una intención de Vázquez de no cuotificar, asignar cargos a sectores, sino en general buscar que haya reequilibrio, si hay alguien de un lado que el número dos sea de otro, o que haya gente de distintos pelos en los equipos. Los dos estilos han sido usados por los partidos tradicionales: repartir las áreas entre grupos o partidos, a Fulano le corresponde tal, tal y tal; y han usado el estilo de que si el ministro es del grupo A el subsecretario sea del grupo B. En general los partidos tradicionales también usaron la teoría de los reequilibrios, son dos formas de operar que pueden estar en cualquier manual de manejo del poder de 500 años a la fecha; no se está inventando nada ni tiene nada que ver con el signo ideológico del gobierno sino con cómo se maneja el poder.

Sobre todo cuando hay una regla básica: el presidente de la República tiene mucho poder, mucho más en un mucho liderazgo como el de Vázquez. Y este es otro cambio importante en el gobierno, a diferencia de los anteriores. ¿Qué pasó con los presidentes anteriores? O llegaron por ser el más votado dentro de un partido que a su vez estaba muy lejos de la mayoría absoluta, o fueron elegidos por una mayoría absoluta que no era del todo natural, como fue el caso de Batlle, en la medida que fue producto de que en la primera vuelta hubo un 20-22 por ciento de los que lo votaron pero hubiera preferido a Lacalle como presidente, y en segunda instancia a Batlle. Vázquez es el candidato de todos desde el primer momento y por lo tanto líder del conjunto. Yo diría que hay que remontarse mucho en la historia del país para encontrar otro presidente con ese poder desde ese punto de vista.

Por otro lado, a pesar de eso, a pesar de que es el líder común de toda la izquierda y de que es un hombre que ejerce con mucha fuerza y dureza el poder cuando es necesario, todo individuo que ejerce el poder sabe que no puede ejercer esa autoridad con todo su peso todos los días y en cualquier momento porque se le agota el crédito, la fuerza es una cantidad fija que está en una caja y hay que saber cuándo gastarla. Para no usarla innecesariamente tiene que buscar que todas las piezas del poder que va a componer el nuevo gobierno tengan un equilibrio. Ya tuvo en cierto modo la suerte de que le quedó bastante equilibrado el mapa de bloques dentro del electorado; no tanto en el Parlamento, que está un poco más desequilibrado, la 609 tiene un sobrepeso en la Cámara de Diputados en relación al conjunto de votos que obtuvo en todo el país, entre otras cosas Montevideo solo elige diez diputados, nueve propios y uno del grupo de Michelini.

Por otro lado tiene que jugar mucho que el presidente no pierda la última razón del poder, el último momento de decisión, y cuando uno deja que las decisiones se vayan tomando solas está alejando peligrosamente el momento de intervención. Por eso los equilibrios de poder son muy necesarios.

Combinado esto con un estilo personal que también es complicado, que es que otorga mucho poder a personas clave, les delega, casi les da un cheque en blanco una vez definidas, y se reserva la intervención en momentos cruciales. Por eso tiene que buscar todo este equilibrio.

En materia económica, por ejemplo, hay dos señales muy importantes a esperar. La primera es cómo se diseña el equipo económico desde el punto de vista de los equilibrios del poder; estoy hablando del ministro de Economía, por supuesto, del subsecretario, OPP, el presidente del Banco República, el presidente del Banco Central y alguna otra figura, dónde.

Segundo, qué quiere decir el ministerio de la producción, dónde va a estar ubicado. ¿Va a ser, por ejemplo, el Ministerio de Deportes, que se transforme en un ministerio de la producción, o es un ministerio del área productiva que se reconforma hacia un ministerio de la producción? ¿Cuáles son las competencias y cómo puede jugar en relación al ministro de Economía? En los últimos 20 años nos hemos acostumbrado a que los ministerios llamados de la producción aparezcan guiados, coordinados o conducidos por el ministro de Economía, que es lo que ha pasado desde 1985 hasta hoy. Que aparezca un ministerio de la producción separado del Ministerio de Economía, y en manos de José Mujica, un líder político del bloque mayoritario, es otra señal; ¿qué contenidos va a tener, qué áreas va a tocar?

Yo diría que son las dos grandes señales que importan en la política económica, no desde el punto de vista de los contenidos de la política, sino de los equilibrios y juegos de poder hacia la conducción económica del próximo gobierno.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón