Balotaje

Javier García (PN): Lacalle Pou tuvo que enfrentarse a "una máquina de poder puesta al servicio de un partido político"

El Partido Nacional (PN) llega a esta instancia electoral con números difíciles de revertir. A pesar de esto, desde filas nacionalistas insisten en que si se dejan llevar por las encuestas, no participarían en una elección. Tal es el caso del diputado blanco, y senador electo, Javier García, quien destacó el hecho de que el PN es el partido que más ha crecido de un proceso electoral a otro. García también declaró a En Perspectiva que ellos construyeron "un proyecto político, que terminó siendo el más votado de todo el Uruguay, liderado por un diputado" que tuvo que enfrentarse a "una maquinaria de poder dirigida desde el Estado, que destina una catarata ilimitada de recursos económicos, de recursos mediáticos, de poder estatal".

(emitido a las 8.53 hs.)

EMILIANO COTELO:
El Parque Batlle, en Montevideo, y la ciudad de San Carlos, en Maldonado, serán esta noche los escenarios de los actos finales de las dos fórmulas que el domingo competirán por la Presidencia de la República.

Estamos en el final de una campaña que fue atípica desde la noche misma de la primera vuelta. Una campaña de baja intensidad, en buena medida determinada por los resultados del 26 de octubre: 48% para Tabaré Vázquez y 31% para Luis Lacalle Pou.

¿Cómo se viven estas últimas horas del lado del Partido Nacional (PN)?

Vamos a conversarlo con el senador electo Javier García, líder del Espacio 40, es médico pediatra y viene desempeñándose como diputado por Montevideo desde 1995, aunque con un período en el que se dedicó a su profesión, así que estamos hablando de 15 años de Parlamento.

Usted pertenecía a Alianza Nacional (AN). Se alejó de esa corriente del PN a fines de 2012 por discrepancias con Jorge Larrañaga, y poco después se unió a Luis Lacalle Pou. Lo hizo cuando Lacalle Pou ni siquiera era un precandidato, estaba pensándose en la posibilidad de que saliera a competir con otros nombres del espacio herrerista que estaban en la vuelta, por ejemplo Luis Alberto Heber.

Su apoyo, el de un hombre proveniente del wilsonismo, marcó que quien entonces era el líder de Aire Fresco (AF) podía encabezar un movimiento más amplio, que después terminó llamándose Todos Hacia Delante (Todos).

Ahora, a la distancia, ¿cómo evalúa aquellos pasos que dio hace dos años?

JAVIER GARCIA:
Con la enorme convicción y la alegría de haber contribuido a construir un espacio político que en esta elección –algo de lo que se habla poco– se constituyó en el sector más votado de todo el sistema político nacional.

EC - ¿A qué se refiere? ¿A qué números?

JG - Número exacto de votos no, pero ¿cuál fue el sector político más votado en las anteriores elecciones? El MPP, el sector que lidera Mujica. En esta elección se dio una particularidad de la que se habla poco: el sector político más votado de todo el espectro político nacional es del PN y es nuestro sector político Todos Hacia Delante. El sector que lidera Luis se transformó, y por primera vez en muchos años un sector del PN es el más votado, pasando al que lidera el presidente de la República, que en un par de elecciones fue el más votado.

Un sector político que fundamos a principios del 2013, que tiene una constitución muy plural, porque se integran compañeros herreristas, compañeros de AF, de otros sectores del PN y de nuestro Espacio 40, de vertientes herreristas y wilsonistas y otros que se definen nacionalistas o simplemente no se suman a grupos. Ese sector político en su primera elección –tiene dos elecciones nomás, una interna y una nacional–, en su pila bautismal, que en política es la urna, gana la elección interna a un año de haberse constituido, e inmediatamente, en la primera vuelta electoral, se constituye en el sector político más votado de todo el sistema político uruguayo.

Hoy, mirando un año y medio para atrás, tengo la convicción y la alegría por el camino. Y aparte algo que nos parece sustantivo, que fue motivo de la construcción de este grupo, que es la renovación del PN, la construcción de un nuevo liderazgo en el PN. Renovación que, creo yo, no se queda en nuestro partido, que va a contagiar a todo el resto del sistema político. Entramos en un punto de inflexión en el que los liderazgos políticos, más temprano que tarde, terminan renovándose, y se van a renovar también en el resto del sistema político.

EC - Volviendo sobre su evaluación, efectivamente contribuyó a crear ese nuevo liderazgo en el PN, Lacalle Pou se impuso cómodamente a Jorge Larrañaga en las elecciones internas. Pero si vamos a las elecciones nacionales, aparte de la lectura que usted hacía, puede hacerse otra: que con Lacalle Pou como candidato presidencial el PN obtuvo 30,9% de los votos, dos puntos porcentuales más que los que obtuvo su padre, Lacalle Herrera, en 2009 –algunos dicen "apenas" dos puntos porcentuales más–. Y mucho menos que la votación del PN en 2004, cuando el candidato fue Jorge Larrañaga y se llegó al 35%. ¿Qué dice de esos otros números?

JG - Los números siempre tienen la frialdad de la matemática y la subjetividad de quienes los interpretan. Yo le puedo dar otra interpretación.

EC - ¿Cuál?

JG - El PN fue el partido que más creció de una elección a otra, de todos los que se presentaron que ya tenían antecedentes, Frente Amplio (FA), Partido Colorado (PC), Partido Independiente (PI); después hubo más partidos en su primera comparecencia. Y el que más creció de un proceso electoral a otro fue el PN. Un partido -nuestro partido, mi partido- que un año y medio atrás en todos los estudios de opinión apenas llegaba al 20%, en algunos por abajo. Los analistas discutían sobre el liderazgo de la oposición o sobre el segundo partido, quién ocupaba el lugar del segundo partido, sabiendo que el FA tenía un piso importante que lo ubicaba como primer partido tomado aisladamente.

Hoy nadie duda del crecimiento que tuvo el PN, que lo hizo crecer más del 50% en un año y medio, un partido que se renovó en su elección y lo hizo de la mejor forma en que se puede renovar un partido político. Mejor dicho, la única legítima: a través de las urnas. Aquí no hubo dedo, no hubo cúpula dirigente, no hubo poder económico, no hubo nada. Hubo votos. Iniciamos un proceso de abajo hacia arriba empujado por los militantes. Yo recorrí todo el país con Luis y con los compañeros durante todo el proceso de la interna, pueblito por pueblito, y nos decían "ustedes están locos, no pueden ganar nunca".

Aparte con algo muy particular en el sistema político uruguayo: los candidatos a la Presidencia habitualmente en Uruguay surgen del Senado o de las intendencias, esa era la cuna de los candidatos presidenciales. Tabaré Vázquez era exintendente, el resto todos pasaron por el Senado. Nosotros construimos un proyecto político, que terminó siendo el más votado de todo el Uruguay, liderado por un diputado, uno de 99.

Y otra cosa muy particular, la competencia en la que estamos, que hoy de noche termina, ¿es un partido contra un partido? No, es un partido político, que en verdad es una ONG, una organización no gubernamental, tanto como puede serlo un club deportivo, con otra finalidad, obviamente, contra una maquinaria de poder dirigida desde el Estado, que destina una catarata ilimitada de recursos económicos, de recursos mediáticos, de poder estatal. Todo eso contra un partido político que tiene como candidato a un exdiputado.

Y entonces ¿a qué llegamos? Vamos a ver el domingo el resultado. En números gruesos, sin entrar en el resultado final, que no conoceremos hasta el domingo, la mitad del país –un poquitito menos según los resultados de octubre, el 48%–, que fue sostenida desde la Presidencia de la República, desde el poder del Estado, ministerios, empresas públicas. Decenas de millones de dólares suyos, de la audiencia, puestos al servicio de una candidatura política, atrás de ministerios, empresas públicas, de todo el aparato político y mediático del Estado. Eso contra un partido político.

EC - ¿Eso no ha pasado en otras ocasiones?

JG - No.

EC - La participación del presidente y de formas de comunicación provenientes del gobierno ha existido. Lo que podríamos hacer, y habría que hacer, es comparar las magnitudes.

JG - De ninguna manera, un presidente que lidera, porque el presidente Mujica lideró la campaña electoral, que sale a los medios y trata de "alma podrida" a un candidato del partido que compite, y que atrás de ese agravio pone todo el poder del Estado, decenas de millones de dólares. Usted prende la televisión y hay que escapar a los anuncios del Ministerio de Vivienda, del Banco República, no queda sello público que no haya hecho campaña. Con su plata.

Nosotros competimos desde nuestro partido político, el PN, con Luis Lacalle Pou como candidato y Jorge Larrañaga como vice. Pero Luis, exdiputado, contra todo el aparato, una máquina de poder puesta al servicio de un partido político. Desde la época de la influencia directriz, a principios del siglo XX, no se veía eso. Y eso que los medios de comunicación han cambiado bastante. Y la plata del Estado también.

EC - Siguiendo con la evolución del proceso electoral, ¿cómo analiza la intención de voto que Lacalle Pou concita cuando estamos ya sobre el final de la campaña y el comienzo de la veda? Las últimas encuestas, que se divulgaron ayer, le dan a Tabaré Vázquez una diferencia sobre Lacalle Pou de entre 10 y 14 puntos porcentuales. Ya proyectando los indecisos, la encuesta de Equipos da 54,5 para Vázquez y 40 para Lacalle Pou, y Cifra 54,8 para Vázquez y 40,4 para Lacalle Pou.

JG - Si nos hubiéramos guiado por las encuestas no nos habríamos presentado a las internas. En las internas tendríamos que habernos retirado, haber tirado la toalla. Porque hubo algunas encuestas que le erraron por 15 puntos. Y no un mes antes, tres días antes.

EC - Y en la previa de la elección nacional al revés, ustedes tuvieron un desconcierto porque en principio se perfilaba la posibilidad de que Lacalle Pou pasara a la segunda vuelta con un respaldo, considerando también al PC, superior al del FA.

JG - Por eso digo, en la interna y en la nacional le erraron, la que le erró por menos le erró por 10 puntos; alguna le erró por 15 en la interna y en la nacional por 10 puntos. Con el mayor respeto, son profesionales, pero yo también soy profesional, igual que usted. Yo soy médico, si usted un día está resfriado, me consulta y yo le digo "usted está resfriado" y resulta que a los cuatro días se entera de que en verdad tiene una neumopatía bilateral con un derrame pleural y tiene que ir al CTI, va a decir "pero a mí el médico me dijo que tenía un resfrío". Entonces usted, que me respeta mucho como profesional, sale del CTI y al mes me va a consultar porque tiene el tobillo hinchado y yo le digo "es un esguince, tranquilo, una bolsa de hielo, pierna para arriba", y resulta que tiene una fractura múltiple de cuello de pie. ¿Usted me consulta de vuelta?

EC - ¿Está diciendo que no cree en estos números?

JG - No, son profesionales, pero si uno tomara sus decisiones políticas en virtud de los resultados de las encuestas, si las hubiéramos tomado en cuenta en la interna no nos habríamos presentado.

EC - Hoy, al final de la campaña, ¿qué impresión tiene? Estos números que están dando las encuestadoras y que son más o menos coincidentes, ¿se pueden revertir?

JG - En la interna también coincidían todas, y en la primera vuelta electoral también. Así que si nosotros nos dedicáramos a hacer política en virtud de lo que dicen los señores profesionales de las encuestas, nos tendríamos que retirar. El tema es que nos hubiéramos retirado antes de ganar, porque en la interna pasó eso y en la primera vuelta también, así que hagamos las cosas seriamente.

Yo nunca he escuchado a los profesionales de las encuestas venir a pedir perdón. ¿Usted escuchó decir "nos equivocamos, la verdad es que le erramos como a las peras"?

EC - Hubo varias autocríticas.

JG - No, una sola.

EC - La más firme, la más profunda, fue la de Luis Eduardo González.

JG - Una sola. El resto profetizan. ¡Yo los escuché ayer dando consejos sobre la campaña! ¡Daban consejos…! ¡Trabajan haciendo números, le erran por 15 puntitos y les da para dar consejos!

EC - Entonces, usted que ha recorrido el país, que ha hecho campaña, ¿qué impresión tiene?

JG - Ahora me gusta la pregunta. Esto es un tema ya personal, no son opiniones de otros. Yo percibo lo que percibía cuando cerró la primera vuelta, un proceso que es muy difícil. La votación del FA en la primera vuelta estuvo por arriba de lo que todos imaginábamos, no de lo que decían las encuestas, de lo que imaginábamos, de lo que nosotros olfateábamos que podía suceder. Y nosotros –el PN– votamos 1,4, 2 por debajo de lo que pensábamos que íbamos a votar. Con ese resultado, es una empresa muy difícil, pero como estamos absolutamente convencidos de que es muy buen proyecto político y de que el país tiene una opción política, ideológica, programática de gobierno mejor que la del FA, nuestra convicción es: hasta el domingo que se abran las urnas, con la misma fortaleza.

EC - ¿Quiere decir que consideran la posibilidad de triunfar en el balotaje?

JG - Yo considero la posibilidad de trabajar a muerte hasta el domingo. Me formé en la vida política de la mano de Wilson Ferreira Aldunate, y Wilson, entre las cosas grandes que enseñaba, decía "los dirigentes están para dirigir, no para ser dirigidos". Y cuando uno está convencido de que su proyecto, el proyecto que uno defiende, es el proyecto que necesita el Uruguay, en cualquier circunstancia, con el mayor de los escollos, trabaja para que triunfe.

Y mucho más cuando se encuentra que del otro lado se apagaron las ideas. Esta campaña tuvo una particularidad, en el pasado nos había pasado que en cierta medida la batalla de las ideas la había ganado el FA. Lo digo con una profunda autocrítica. Pero yo noto que, a partir de este proceso electoral, el PN protagonizó la batalla cívica, el debate de ideas. Eso requirió que el FA no debatiera, escondiera su programa, no fuera a los medios. Cuando uno está firme en sus ideas las defiende. Hasta para escuchar las ideas del otro y ver la posibilidad de llegar a puntos de encuentro. En este caso no hubo, el FA rehuyó el debate de ideas. Ese es un sello de esta campaña. ¿Qué va a pasar el domingo? Veremos. Nosotros trabajamos con la misma convicción, sabedores de las dificultades enormes que hay.

***

EC - A propósito de sus primeras respuestas, sobre todo de lo que usted señalaba como logro en cuanto a la consolidación de este espacio encabezado por Lacalle Pou, "un simple diputado", a diferencia de lo que era la tradición en Uruguay, que los candidatos presidenciales hubieran pasado por el Senado o por la Intendencia de Montevideo, dice un oyente: "No es un simple diputado. Es el hijo de Lacalle Herrera y tiene todo el aparato del herrerismo detrás. No era un cualquiera".

¿Cómo ve una corrección como esta?

JG - Sobre el ADN no vamos a hablar, eso es de cada uno, usted es hijo de Cotelo y yo de García. Pero lo que es notorio es la independencia política y la construcción absolutamente propia de un espacio político. Eso es innegable, nadie en el sistema político puede creer que Luis ha construido un espacio político en virtud de su cédula de identidad. Lo ha construido a partir de sus aciertos, de su camino político, de su trabajo. Eso es una cosa reconocida por todo el mundo, compartan o no el camino.

Y me parece que el sello identitario de este proceso político es el pluralismo. El mismo pluralismo que predicamos para afuera lo ejercemos adentro. Construimos un espacio político que es plural, en el que hay herreristas, hay wilsonistas, hay otros que ni una ni otra cosa, son simplemente adherentes o blancos por definición. O provenientes del FA. Graciela Bianchi no es ni herrerista ni wilsonista, Pablo da Silveira tiene un origen democratacristiano, Álvaro Garcé no sé qué origen tiene, Azucena Arbeleche tampoco sé qué origen tiene, aunque la familia es nacionalista. La pluralidad.

Está bueno reconocer estas cosas, no hay que tratar de disminuirlas. ¿Por qué el éxito político –en este caso, puede ser el éxito comercial, el éxito profesional– siempre se pone en duda, siempre se cuestiona? ¿Por qué no empezamos a reconocer en Uruguay que en este país es posible ser exitoso y ello es parte del esfuerzo personal y no del regalo o la herencia de nadie?

EC - Después de lo que ha sido esta campaña, la previa al 26 de octubre y esta campaña singular que se dio desde aquel momento hasta ahora rumbo al balotaje, con lo que se ha dicho de un lado y del otro, ¿usted por dónde está poniendo el acento cuando habla en un acto?

JG - En los límites del poder. Si algo queda en este proceso es que hay que recobrar la ética política y los límites del poder. La conquista del poder no puede borrar los límites que tenemos quienes ejercemos la tarea política.

Voy a un episodio de estas horas; hoy hay un artículo en el diario El Observador que lo grafica muy bien. Yo digo ¿hemos perdido tanto el pudor, la ética …? Creo que no, los dirigentes políticos sí, pero la gente no. El mayor escándalo político y económico de estos cinco años, el que nos costó más plata a los uruguayos, es Pluna. Trescientos millones de dólares que se fueron vaya a saber adónde. Que terminó con procesados a nivel privado, los ejecutivos de Leadgate, con un ministro de Economía procesado y con el presidente del Banco República procesado, en una segunda instancia absuelto y ahora impugnado por el fiscal, en pleno proceso judicial.

¿Cuáles eran los protagonistas de ese episodio? Los nombrados más Buquebus, todo el mundo se pasaba hablando de Buquebus. Tanto es así que allí hay gente indagada por este tema. El "señor de la derecha", que era un desconocido y resulta que había sido funcionario de Buquebus. Avales truchos y fotos de almuerzos donde estaban todos, los que no se conocían el día anterior resulta que tomaban sopa en un restaurante de plaza al día siguiente.

Y ahora la empresa que participa –participa en términos genéricos, está involucrada de alguna manera, está todo en estudio– en todo este episodio ahora participa en la organización electoral del FA. ¿Usted no desconfía? ¿No le llama la atención?

EC - ¿A qué está aludiendo? ¿A la foto que aparece en El Observador de una especie de stand en el que el FA comercializa pasajes en el local de Buquebus en Buenos Aires?

JG - Sí, es lo que se informa hoy. Como que se perdió el pudor, ¿cómo puede ser que una empresa participe en el mayor escándalo del Uruguay y esa empresa termine protagonizando la organización electoral del partido de gobierno? Eso es a lo que yo llamo la maquinaria del poder. ¡Sería para escandalizarse!

EC - ¿Es la empresa que participa en la organización electoral del FA? El FA ha informado que negociaron y obtuvieron pasajes a precio subsidiado…

JG - Y bueno, ¿y quién pone la plata? Si un pasaje vale 10 y lo cobra a 5, ¿quién se hace cargo de esos 5 restantes?

EC - … y que esos pasajes se venden a todo uruguayo que venga a votar al Uruguay.

JG - Están con la foto de Tabaré Vázquez y Sendic en la puerta. La foto circuló por las redes, hoy la recuerda el diario, pero circuló todos estos días. A lo que voy: el senador Moreira estuvo seis, siete años hablando de este tema, ¿y resulta que la empresa donde trabajaba el señor de la derecha subsidia pasajes para que gane el FA? ¿A usted no le llama la atención? Cuando yo hablo de los límites del poder y de poner la ética arriba de la mesa, es que estas cosas no se pueden ver al pasar como en una galería, donde mira una camisa en una góndola y sigue de largo. No. Estas cosas hacen a la ética política. Y cuando las vemos pasivamente y no nos rebelan es porque se ha perdido la capacidad de reacción. Entonces poner los límites del poder, que no todo vale lo mismo en política.

EC - Pero cuando usted dice "poner los límites del poder", ¿cómo se pondrían? ¿De qué está hablando?

JG - ¡Esas cosas no se pueden permitir en un partido político!

EC - Pero ¿estamos hablando de que la gente entonces vote a Lacalle Pou presidente…?

JG - No, esto no es un tema de la gente, es un tema de dirigentes políticos.

EC - Pero pensando en el balotaje. Que la gente vote a Lacalle Pou presidente ¿para qué?, para que funcione ¿qué cosa?

JG - Porque en estos años las mayorías de un partido político pusieron arriba de la mesa la impunidad política. Y este partido político, con sus mayorías en su bolsillo, creyó que podía hacer lo que quería. Usted me podrá decir que sacaron los votos, y eso es así, pero como le dije, los dirigentes estamos para dirigir, y esto está mal. Por más que haya habido más votos del otro lado, sigo pensado que esto está mal.

EC - De todos modos, la fórmula entonces es que la gente acompañe un gobierno encabezado por Lacalle Pou que en el Parlamento la va a tener difícil, porque ya en una de las cámaras, la de Diputados, ese FA tiene mayoría propia. Entonces es una apelación a construir un gobierno que va a ser trabado. Esa es una de las lecturas posibles.

JG - ¡No, no va a ser un gobierno trabado! ¡Es un gobierno que obliga a hablar, a dialogar! Va a tener que hablar menos Luis presidiendo un gobierno con mayoría en el Senado y minoría en la Cámara de Diputados que Dilma Rousseff en Brasil que no tiene a nadie, es minoría absoluta. Dilma Rousseff va a tener que hablar mucho más. Obama va a tener que hablar mucho más. Porque la historia de Estados Unidos es presidente con una cámara y oposición en la otra, ahora perdió la segunda. Así que nosotros vamos a tener que hablar mucho menos que Obama y que Dilma Rousseff. Dilma Rousseff no tiene mayoría parlamentaria en el Congreso.

La invitación es a recobrar un diálogo político, a decir "yo no hago lo que quiero". Yo no voto la ley de marihuana pensando que es una buena ley contra la opinión mayoritaria de todo el Uruguay, y termino en esta cosa inaplicable, un engendro, que vienen y la aplauden de afuera porque no la ejecutan, el pato lo pagamos nosotros. O las leyes inconstitucionales.

EC - El doctor Vázquez a lo largo de la campaña, pero especialmente en estos últimos días, a través de algunas de las piezas publicitarias, ha enfatizado mucho en que si él es elegido presidente –con esas condiciones muy particulares, mayoría propia en Diputados y al ser presidente también mayoría propia en el Senado– va a impulsar un gobierno de diálogo nacional. Está enfatizando mucho en esa apertura con la que piensa trabajar. ¿Cómo lo consideran ustedes?

JG - Dime de qué te jactas y te diré de qué careces. Seguramente lo hace porque sus antecedentes no son de diálogo. Sus antecedentes son de gobiernos monocolores –sus antecedentes personales y los de su partido en estos cinco años de gobierno del presidente Mujica–, de gobiernos que nunca escucharon a la oposición. Es más, no solo no la escucharon, la agraviaron. ¿Cómo puede usted plantarse como una persona de diálogo si a sus contrapartes políticas las desprecia? ¿O no se acuerda del "sub-20"?

EC - Para usted, aquella fue una señal de desprecio.

JG - ¿O lo de "pompita de jabón"? Ahora, faltando 72 horas o menos de 24 para la veda, es la Madre Teresa. Pero usted hizo una campaña electoral que lo deslegitima. Yo no puedo decirle a usted cualquier barbaridad y cuando ya lo agredí, lo lastimé, decirle "pero venga para acá". No.

O lo que hizo el presidente Mujica ayer, con una cosa tan pomposa pidiendo perdón en nombre del pueblo uruguayo. ¡El presidente Mujica tiene que perdón por él, porque el pueblo uruguayo no agredió, el que agredió fue el presidente! El que dijo "odio" y "alma podrida" fue el presidente Mujica. No involucre a los demás en algo que es propio. Ya lastimó, ya generó un ambiente de rispidez. ¿Qué habría pasado si a ese agravio el PN hubiera respondido con más agravios? ¿Se imagina el clima político y social que habría ahora? ¿Cómo saldrían a la calle los dirigentes políticos?

La gran contribución que, me parece, con todo respeto, con toda humildad, hemos hecho, que ha hecho Luis sobre todo, es la de bancarse las cosas que hubo que bancar. Para que al final de la campaña electoral le digan "le dije alma podrida, le dije usted odia, le dije pituco, pompita, pero ¿sabe una cosa?, igual lo quiero". Si me quiere así, déjeme.

El camino por el cual se llega es el que legitima el ejercicio después. Y realmente un país liderado –si se da la eventualidad, porque es una eventualidad– por el doctor Vázquez es un gobierno que, primero, con las mayorías en su bolsillo va a recorrer el camino de hago lo que quiero, sus antecedentes lo dicen así. Y al mismo tiempo va a ser un gobierno condicionado por los sectores que mandan ahí dentro, que son los del actual presidente, no los del doctor Tabaré Vázquez.

EC - ¿No hay una contradicción entre una cosa y la otra?

JG - No, porque va a estar mucho más girado, como dicen dentro del propio FA, a la izquierda.

EC - Pero si los antecedentes de Vázquez son que impone su impronta, ¿cómo hay que temer entonces el funcionamiento de una bancada en la que los sectores más radicales tengan determinado peso?

JG – Con respecto a los demás partidos, estoy hablando de la interna del FA. Y en la interna del FA, notoriamente, esa impronta la van a definir quienes han ganado la elección. La línea económica no la va a definir Astori, que perdió como en la guerra, que tiene dos senadores en 15, ya Juan Castillo le dijo anteayer "usted tranquilo, no va a ser el que va a decidir". Ese es el gobierno. A todo lo que acabo de decir, se le agrega esto para impedir un gobierno de diálogo.

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EC - Hoy el acto final de la fórmula Lacalle Pou-Larrañaga no es en Montevideo, pero tampoco en Las Piedras, como había sido la tradición de Lacalle Pou hasta ahora. Eligieron San Carlos, en el departamento de Maldonado. ¿Por qué? ¿Cómo se entiende?

JG - Primero, porque hubo una buena votación del PN en San Carlos, un departamento gobernado por el FA hace ya 10 años. San Carlos particularmente es una ciudad que ha tenido una impronta muy fuerte del FA. Al revés de lo que decía un periodista ayer, que íbamos a lugares cómodos, San Carlos ha sido uno de los lugares donde más presencia ha tenido el FA. Y hay que tener en vistas también que este ciclo electoral nacional termina el domingo, pero el mes que viene empieza el proceso electoral departamental.

EC - Ajá. Dice hoy una nota en Búsqueda que "la apuesta se hace con un ojo mirando a las elecciones departamentales de mayo de 2015. En las elecciones nacionales de octubre el FA obtuvo solo 8.000 votos más que el PN, y la idea es marcar terreno desde ahora y pensando en el futuro con un acto final de campaña, que siempre está cargado de simbolismo".

JG - Sí. En Maldonado la diferencia entre la elección pasada y esta entre el FA y el PN, en ese orden, se achicó en el entorno de 15.000 votos. Puedo estar equivocado en el número, pero me suena sustantivamente. Había sido muy grande la diferencia. Y Maldonado es de los lugares que, cuando iniciemos el proceso departamental, aspiramos a que tenga un gobierno departamental del PN.

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Transcripción: María Lila Ltaif