A llorar al cuartito
Exactamente como antes de cada acto electoral comienzan a recordarse diferentes actos de corrupción cometidos en su gestión anterior por alguno de los candidatos.
"Memoria";, reclaman los votantes. Mientras los candidatos recurren al infinito recurso de señalar que "las denuncias son una cuestión política";. Y en medio el hartazgo ciudadano tan confundido que termina aceptando como verdad aquello de "son todos iguales";. Pero la verdad es que no son todos iguales, ni todos son corruptos y quién pierde es la democracia.
Que tengamos normas -escasas, débiles- no significa que se combata la corrupción. El que tengamos gobernantes honestos, no significa que la corrupción no haya derramado hacia abajo como leche hervida.