íTICA Y ESTíTICA

La pérdida de la decencia pública

La pérdida de la decencia pública
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Cuando se pierde el sentido de la decencia pública ("dignidad y honestidad en los actos y en las palabras") Fernando Calloia acepta ser sometido al escarnio político y ciudadano; la dirigencia nacionalista reclama su renuncia pero nunca solicitó la de Walter Zimmer que estuvo preso seis meses.

Enrique Antía, se niega a aceptar que nombró noventa nuevos cargos de jerarquía en la Intendencia de Maldonado y trata de "mentirosos" a los que citan sus propias resoluciones. Aún sabiendo que la Constitución lo prohíbe, ediles y concejales están dispuestos a votarse salarios encubiertos.

Y aunque una auditoría revela que el faltante de dineros en la Federación de Funcionarios de Salud Pública es mucho mayor al esperado, su máximo dirigente igual aceptó ser nominado para ocupar un cargo en ASSE.