El actual diputado se acercó a la religión en la adolescencia, durante una "migración de su familia" que ocasionó algunos problemas en su casa. La "Parábola del Hijo Pródigo" y el "Sermón de la Montaña" son sus pasajes favoritos. Es cristiano evangelista al igual que otros cuatro legisladores. Para comparar, hoy en día en Brasil hay más de 60 parlamentarios evangélicos.

Amarilla discrepa en algunos temas con la Iglesia Universal como por ejemplo el "mercadeo de determinadas cosas que no va con nuestra forma de encarar (la religión). Tenemos ciertas diferencias, son cosas que nos chocan en nuestra idiosincrasia y en nuestra forma de encarar la fe".

Amarilla habló sobre cómo su religión repercute en su actuación parlamentaria y dijo que  "defendí mi derecho y  mi libertad de expresión. Habría que preguntarle a los del Partido Comunista si dejaron ‘El Capital’ afuera";.