Entrevistas

Un ministro que buscará "humanizar" la gestión policial

La búsqueda de consensos para "humanizar" la gestión del Ministerio del Interior será una de las prioridades del futuro jerarca de esa cartera, José Díaz. Entre sus metas está mejorar gradualmente las retribuciones policiales, la aprobación de un código de ética y la creación de un Instituto Nacional de Rehabilitación que saque las cárceles de esa secretaría de Estado. "Rápidamente vamos a sintonizar con esa esperanza nacional que generamos al ganar en la primera vuelta el 31 de octubre", prometió.

(Emitido a las 9.11)

EMILIANO COTELO:
Si hay un tema que está en las conversaciones de los uruguayos en los últimos días es el de la seguridad pública y sus problemas. Entonces vale la pena averiguar quién es el futuro ministro del Interior, cuáles son sus planes y prioridades.

Vamos a conversarlo con el doctor José Díaz.

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Díaz, sería bueno al comienzo de esta charla dedicar unos minutos a repasar su trayectoria porque hace tiempo que usted no está en el debate político. Antes que nada, a propósito de su vida, usted tiene 72 años, ¿verdad?

JOSÉ DÍAZ:
72 años.

EC - Nació en 1932 en Cerro Largo, más precisamente en Tupambaé.

JD - Efectivamente.

EC - ¿Hasta que edad vivió allí?

JD - 12 años.

EC - En su juventud militó activamente en el movimiento estudiantil. Concretamente, ¿en qué gremios?

JD - Empecé tempranamente con pantalón corto en la Asociación de Estudiantes del liceo de Batlle y Ordóñez, Nico Pérez.

EC - Era con pantalón corto...

JD - En ese primer año, imagínate; tenía apenas 12, 13 años. Luego en la Federación de Estudiantes del Interior, estuve en el primer congreso de la Federación de Estudiantes del Interior que se realizó en 1948 en Mercedes. Y luego ya aquí integré el Consejo Federal de la Federación de Estudiantes del Interior, el Centro de Estudiantes de Derecho y como delegado de la Federación de Estudiantes del Interior me incorporé también muy tempranamente a la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay ocupando algunas de sus secretarías más importantes.

EC - Pasando a la actividad política, usted ocupó puestos destacados en el Partido Socialista (PS). Por ejemplo entre 1965 y 1972 fue nada menos que secretario general.

JD - Exactamente.

EC - Pero no fue ése el único cargo.

JD - Exacto, tuve a mi cargo otras secretarías. Empecé por la secretaría sindical, después de ocupar la secretaría general ocupé también cultura, formación, finanzas, relaciones internacionales. En fin, varias responsabilidades de carácter nacional como secretario.

EC - Fue cofundador del Frente Amplio (FA), incluso firmó por el PS junto al doctor José Pedro Cardozo los documentos constitutivos del Frente en el año 1971.

JD - Claro, en ese momento yo era el secretario general del PS.

EC - Poco tiempo después tuvo que exiliarse. Usted ya era abogado y revalidó sus títulos tanto en Argentina donde vivió primero, como en España donde terminó radicándose.

JD - Exactamente.

EC - Su especialización era el derecho laboral, ¿verdad?

JD - Exactamente, pero ejercí también otras materias.

EC - Continuando con este repaso rápido, a la salida de la dictadura regresó a Uruguay y fue electo diputado en dos períodos por el PS.

JD - Exactamente.

EC - Justamente en esos años de trabajo legislativo usted tuvo como una de sus prioridades los temas de cárceles y seguridad pública.

JD - Efectivamente, sobre todo en el último período al estar presidiendo dos o tres años la Comisión de Constitución, Legislación General y Administración atendimos fuertemente el área del Ministerio del Interior, sobre todo en el período del entonces ministro doctor Juan Andrés Ramírez, y a partir de ahí temas de cárceles, de seguridad pública, integré junto con otros diputados la primera Comisión de Seguridad Pública que se creó en ese período en la Cámara de Diputados.

Antes, en el período de Sanguinetti el hecho de tener que prepararme para interpelar primero al ministro Marchesano pero finalmente al entonces ministro Francisco Forteza me obligó a estudiar lo más a fondo que pude la problemática del Ministerio del Interior para no solamente interpelar en sentido crítico a un ministro sino también aportar alternativas diferentes para el manejo de dicho ministerio.

EC - Pero en determinado momento se alejó de la actividad político-partidaria. ¿Por qué?

JD - Me alejé básicamente –lo expliqué en su momento– para dedicarme a cumplir un compromiso moral que había contraído con mis compañeros de la comisión especial que seleccionó y publicó en la Cámara de Diputados la obra de Vivian Trías. Se fue generando entre los miembros de todos los sectores de la comisión especial y los asesores, que fueron muy numerosos y plurales, la idea de que había que continuar ese trabajo a través de una institución que difundiera y desarrollara el legado intelectual de Vivian Trías. En un momento dado consideré que después de diez años ya había más que cumplido mis obligaciones como parlamentario, que debía ponerme al hombro esa responsabilidad y junto con otros compañeros crear una institución que finalmente fue la Fundación Vivian Trías que surgió a fines de 1995. No había pasado un año desde que había dejado la actividad parlamentaria cuando ya pudimos no sólo hacer alguna actividad previa a la constitución sino formalmente constituirla en una de las salas del Palacio Legislativo, porque allí había nacido la idea y allí quisimos ir para su constitución formal.

EC - Además deja de integrar los órganos del PS. ¿Por qué?

JD - Había estado en un período muy largo. Cuando me retiré de la actividad parlamentaria y di cuenta sobre todo a la ciudadanía de los departamentos nordestinos donde me había puesto en el último período, en Treinta y Tres por disposición del Frente y en los demás lugares por decisión sectorial, yo hacía una especie de rendiciones de cuentas, unos pequeños libritos periódicos, y al final, cuando ya había decidido irme hice toda una explicación de por qué entendía que después de diez años de estar en un lugar de trabajo debía alejarme, no sólo por una razón de renovación, de que las nuevas generaciones ocuparan esos lugares, sino por uno mismo. Al cambiar el lugar de trabajo, al renovarse uno también tonifica su propia capacidad de hacer cosas nuevas. Es toda una concepción de filosofía no solamente para las instituciones públicas, también para los partidos políticos, las organizaciones sociales. El anquilosamiento de los dirigentes en puestos durante muchísimos años genera toda suerte de inconvenientes, yo era consciente de eso y quise en todo caso hacerlo prácticamente también.

EC - ¿Desde cuándo no está orgánicamente en el partido, en cargos de la estructura del partido?

JD - Ya en 1990 di mi primera batalla en un congreso del partido explicando estas ideas. Después hice un efímero pasaje, allá por 1997-1998 tuve un período muy corto de vuelta al Comité Central del partido.

EC - Estando en lo que usted estaba, en la actividad académica de la Fundación Vivian Trías y alejado del funcionamiento partidario, ¿lo sorprendió la invitación del doctor Vázquez para ser ministro del Interior?

JD - Sí... Yo ya estaba pensando en el relevo en la Fundación Trías cuando cumpliéramos los primeros diez años, que se van a cumplir ahora a fines de 2005. Mi idea era después de diez años explicar por qué consideraba que tenía que producirse el relevo. Obviamente me iba a dedicar a otra cosa porque soy un militante, un luchador social de toda la vida, iba a seguir trabajando en algún otro lugar. Pero no tenía en la mira una responsabilidad de este tipo. Para mí fue una extraordinaria sorpresa cuando el doctor Vázquez me llamó para ofrecerme esa posibilidad, esa responsabilidad.

***

EC - ¿Cuáles serán sus prioridades al frente del Ministerio del Interior?

JD - El Ministerio del Interior, que generalmente se confunde con el Ministerio de Seguridad Pública o de la Policía, es un ministerio esencialmente político y vamos a ejercer el cargo desde esa perspectiva.

EC - ¿Qué significa eso?

JD - Significa un ministerio de la política nacional, de relacionamiento no sólo con las fuerzas políticas, en este caso fundamentalmente con la oposición, sino también con la sociedad en su conjunto. Es además un ministerio extendido en todo el país, donde las jefaturas de Policía son una especie de avanzada de las instituciones públicas a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.

En ese sentido vamos a hacerlo con gran respeto por la oposición, con gran diálogo, incluso con metodologías nuevas para que la fluidez del relacionamiento con la oposición y con las organizaciones sociales sea realmente intensa e importante.

EC - Así que piensa revitalizar esa parte de las funciones del Ministerio del Interior. Usted dice diálogo con la oposición, con las organizaciones sociales, no sólo sobre temas de seguridad pública.

JD - No, no, sobre los temas generales. Naturalmente que en el Ministerio del Interior se gestan muchísimas iniciativas para tonificar sus políticas y ello requiere el consenso más amplio posible. Hace mucho tiempo que se habla de tener una nueva Ley Orgánica Policial, incluso hay reclamos de los distintos sectores de la Policía en ese sentido. Obviamente una ley de ese tipo requiere el más amplio consenso posible. La fuerza de leyes importantes y a veces políticas concretas se logran poniendo detrás de esa iniciativa de cambio el mayor número de integrantes de la política y de la sociedad en su conjunto. Por eso tenemos que poner grandemente el acento, si queremos cambiar, si queremos mejorar de verdad, en la búsqueda de grandes consensos, de políticas, de leyes con el más amplio respaldo nacional y popular. Eso por un lado.

EC - Sigamos hablando de sus prioridades.

JD - El propio tema ya mucho más concreto que es el sistema carcelario extraordinariamente deteriorado que hoy tenemos, para mejorar el involucramiento de las organizaciones sociales, de la sociedad en su conjunto es fundamental. No hay solución profunda a ningún problema donde no esté participando la sociedad en su conjunto, sobre todo allí donde la sociedad está organizada. Por suerte tenemos un país con mucho desarrollo de las organizaciones sociales, con mucho peso en la realidad de las organizaciones sociales. Vamos a hacer pie en esa realidad que favorece los cambios para entre todos ir articulando las nuevas políticas en seguridad pública y el nuevo sistema penitenciario que en el mediano plazo aspiramos tener. Somos conscientes de que la problemática del sistema carcelario está mal ubicada en el Ministerio del Interior, nuestra estrategia, nuestra meta es crear un Instituto Nacional de Rehabilitación como sistema único penitenciario encargado justamente de una atención adecuada de los reclusos y de una estrategia de rehabilitación y reinserción en la sociedad.

EC - Un instituto que usted concibe no debe estar en el Ministerio del Interior.

JD - Fundamentalmente debe ser dirigido por una instancia pública descentralizada, ésa es la óptica de arranque. ¿Dónde órbita ese organismo descentralizado a cuyo cargo esté el sistema penitenciario? Eso puede ser discutible. Lo que no es discutible a nuestro entender es que la atención del servicio penitenciario debe ser dada no por la Policía, sino prestada por personal penitenciario debidamente preparado, con los técnicos, con las actividades multidisciplinarias que esa problemática requiere. Eso no solamente para cumplir con obligaciones internacionales que tiene el país que no se están cumpliendo en materia penitenciaria, sino porque un adecuado tratamiento de esta problemática redundará en beneficio de la seguridad ciudadana, no nos quepa la menor duda.

EC - Usted ha hablado también de la necesidad de mejorar la relación entre la Policía y la sociedad.

JD - Después tenemos otro centro que es el servicio policial. Allí vamos a tener que tener un plan gradual de mejoramiento por un lado de la situación del policía, sobre todo de los sectores inferiores del escalafón que están muy mal remunerados, pasando por el mejor relacionamiento que debe haber entre el servicio y la sociedad que lo recibe.

EC - Son dos cuestiones bien delicadas.

JD - Bien delicadas. Para mí el verbo nuclear de ambas es humanizar. Humanizar dignificando la situación del policía no sólo en materia de remuneración, vamos a entendernos, también en materia de atención de sus enormes necesidades de carácter social –vivienda, salud, educación de los niños de la familia policial–, hasta el mejoramiento de las condiciones de trabajo eliminando paulatinamente, no vamos a poder hacerlo de golpe, ese sistema tan perverso de que para tener un ingreso medianamente razonable haya que trabajar en el 222 acumulando jornadas de 16 o más horas, lo cual es extraordinariamente negativo para la función policial e inhumano para el propio agente de policía, generando toda suerte de problemas en esta materia. Ahí vamos a tener que tener un gradualismo inteligente que vaya quitando en el ingreso del policía el peso del 222 hasta que se convierta en un servicio más de la Policía que genere un provento que irá al erario público. El policía debe realizar su jornada normal de trabajo con una remuneración razonable que le permita subvenir sus necesidades vitales.

EC - Supongo que esos objetivos son compartidos por todo el espectro político uruguayo: dignificar la función policial, mejorar las retribuciones, sostener mejor al funcionario en cuanto a vivienda, a educación de sus hijos. Pero hasta este momento se ha logrado muy poco en esa materia. ¿Cómo entienden que van a tener mejores condiciones que otros gobiernos para llevar adelante esos planes? Porque hay una limitante de hierro en el presupuesto.

JD - Exactamente. Por eso hay que ser muy cauto y gradualista en esta materia. Yo no tengo todavía todos los números, ni siquiera tengo los números del Ministerio del Interior, estamos trabajando en ello, vamos a tener los contactos institucionales a partir de la primera reunión que podamos hacer con el señor ministro del Interior. Eso es una prioridad muy clara, tenemos que administrar los recursos finitos del Estado de la mejor manera posible de forma de poder en este caso cumplir con un anuncio, un compromiso político muy firme que hizo el FA de subir las remuneraciones de los sectores sumergidos, y uno de ellos es el sector policial.

EC - Ustedes también se proponen aprobar un código de ética policial.

JD - Estamos trabajando en todas estas renovaciones de carácter legal, de mejoramiento en la regulación del ejercicio de la función policial, iremos consultando en su momento a todos los sectores políticos a los efectos de poder también allí generar un marco regulatorio de la actividad policial mejor que el que tenemos ahora.

EC - ¿Pero por qué es necesario ese código de ética?

JD - Es necesario justamente para fortalecer los aspectos del ejercicio de la función policial desde el punto de vista de los valores, desde el punto de vista ético. Los propios sectores de la Policía lo están reclamando, como también están reclamando un código o una normativa sobre disciplina donde quede bien determinado cuáles son las faltas, cuáles son las sanciones con sus mínimos y máximos. En fin, tener una estructura legal conocida que nos permita aplicarla con eficacia, con rigor a los efectos de mejorar el servicio.

EC - Para ir terminando por hoy, el programa del FA en materia de seguridad ciudadana aprobado en diciembre de 2003 menciona la necesidad de impulsar "la depuración en las filas del Ministerio del Interior de los responsables de los crímenes acaecidos durante la pasada dictadura". ¿Efectivamente es un punto en su agenda? ¿Cómo se lo va a llevar a la práctica? ¿De cuántas personas estamos hablando?

JD - A ese tema todavía no ha llegado el equipo que está preparando el plan de gestión del ministerio. Es un tema que no solamente involucra a sectores de la Policía sino también de las Fuerzas Armadas, es un tema que obviamente se dirigirá centralmente, por consiguiente todavía no hemos llegado a una discusión, no hemos avanzado en ese sentido. Seguramente integraremos una estructura de coordinación a los efectos de impulsar la política que finalmente el gobierno disponga en esta materia. Pero no lo hemos tocado específicamente todavía.

EC - Volviendo a los problemas de seguridad que afectan a la sociedad uruguaya, una oyente –Ana, que llama desde el Centro– le pregunta –y creo que es una buena consulta para saber de qué manera, con qué amplitud se encara la tarea del Ministerio del Interior en el nuevo gobierno–: "¿Qué planes tienen para la pasta base?". ¿Es una cuestión del Ministerio del Interior, es una cuestión del Ministerio de Salud Pública? Tiene repercusiones innegables en materia de delincuencia, de desórdenes...

JD - Efectivamente es un gran tema que también hay que encarar de forma multimodal porque tiene aspectos que fundamentalmente tienen relación con las políticas educativas, con las políticas sociales, con la generación de espacios para que la muchachada tenga posibilidades diversas a la de meterse en el tema de la droga, etcétera. También tiene un aspecto de carácter policial, tanto en la prevención como en la represión especialmente del narcotráfico. Tenemos un problema muy serio, existen instancias a nivel del Estado, del Ministerio del Interior y de Presidencia de la República que tocan este tema. Evidentemente tenemos que encararlo a través de esa multiplicidad de modos para afrontarlo.

En la medida en que podamos ir desarrollando el plan de emergencia, la política del Uruguay productivo, de generación de empleo, en la medida en que también tonifiquemos, impulsemos el desarrollo de la enseñanza, de la cultura, del deporte, estaremos generando mejores condiciones para combatir un problema que es realmente muy serio y que nos preocupa. Pero a la Policía lo que es de la Policía y al resto del país, de las otras instituciones y de la sociedad lo que es de la sociedad y de las demás instituciones.

EC - Yo le fui haciendo algunas preguntas, siempre con el riesgo existente en estas entrevistas con ustedes los futuros ministros de estar adelantándonos quizás demasiado en la curiosidad en la medida que recién están poniéndose a trabajar. No sé si de los lineamientos generales de los que hablaba al comienzo faltó agregar algo importante para completar esta charla.

JD - No, básicamente lo que hemos avanzado está fundamentalmente dicho. Simplemente un mensaje de esperanza, de que vamos a trabajar todos desde un gobierno presidido por Tabaré Vázquez con la mayor entrega, abnegación y honradez. La gente en el corto lapso se va a dar cuenta de que realmente tiene un nuevo gobierno, me parece que rápidamente vamos a sintonizar con esa esperanza nacional que generamos al ganar en la primera vuelta el 31 de octubre.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe