Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio
Los anuncios realizados por el gobierno para capitalizar ANCAP, pero sin remover Directores ni Gerentes, fueron el peor mensaje recibido por la ciudadanía. La disimulada intervención sólo revela la preocupación gubernamental por la gestión realizada. Particularmente la División Cementos y ALUR estarán bajo supervisión especial. Pero con las mismas personas a cargo, en no mucho tiempo la empresa estará otra vez en problemas.
Alguien creyó interesante construir un remolcador para ANCAP para a la vez generar una mini-industria naval, se metió a la Armada en el proyecto, la que ya venía con un montón de líos. Resultado: ya pagaron 13 millones de dólares; se le aplicaron multas a la Armada por 650.000 dólares; pero 6 años después de haberse firmado el acuerdo y tres años después de terminado, el ya famoso Ky Chororo sigue sin entrar en servicio.
La División Portland invirtió 180 millones de dólares para reformar la planta de cemento portland de Minas. Produce menos que antes, perdió la mitad del mercado en manos de una empresa privada y Héctor De Santa Ana, Gerente de ANCAP, dijo en la Comisión Investigadora que "esa planta no tenía razón de existir";.
La Planta chica de Cal ubicada en Isla Patrulla, que costó 50 millones de dólares, no funciona correctamente y en dos años ya pagó unos 8 millones de dólares de multas.
ALUR costó 147 millones de dólares, produce el bioetanol más caro del mundo, debe 190 millones de dólares; tampoco ha resuelto los problemas de desocupación que vive el litoral norte y ayer la Ministra Cosse anunció que le van a comprar el mínimo que marca la ley. Entonces es muy obvio que si ANCAP quiere mantenerla seguirá perdiendo millones.
Hoy sabemos gran parte de la verdad. Y como cantaba Joan Manuel Serrat, "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". Y agregaba: "no es prudente ir camuflado eternamente por ahí".