El día después
Durante el debate parlamentario sobre Ancap, los senadores del Frente Amplio ocuparon la mayoría de su tiempo en hacer otro relato. Diferente al que, según ellos, "han construido los medios".
Y así emplearon horas para explicar las razones de las millonarias inversiones y que las mismas estuvieron ajustadas a derecho y que no tuvieron sobreprecios.
Pero nada explicaron acerca de por qué Ancap no sólo contrató sin licitación a una empresa brasileña que no tenía camiones para transportar cal de Isla Patrulla a Candiota, le pagó sobreprecios considerables por el flete y, lo que es peor, le adelantó 2 millones de dólares antes de comenzar.
O por qué el gerente Héctor de Santa Ana dijo en la investigadora que la planta de portland de Minas "no tenía sentido de existir" después que se invirtieron allí 180 millones de dólares. O por qué no hay responsables por los notorios defectos de construcción en el empujador Ky Chororo.
Y finalmente, aún sabiendo que se trata de un hecho menor en la magnitud de millones, por qué la fiesta de inauguración de la desulfurizadora costó unos 500 dólares por invitado.
Es muy obvio que hay un cúmulo de asuntos que no fueron explicados. Que costaron millones de dólares, decenas de miles, tal vez sumados, centenares. En una gestión manirrota, dispendiosa, plagada de errores. Y sobre todo, incontrolada.