¿A quién le habló el presidente?
Un presidente con gesto adusto quiso convencernos anoche que hay un Uruguay diferente porque lo dicen varias publicaciones extranjeras e Ãndices internacionales a los que mencionó uno por uno. Luego, lo obvio, detalló lo hecho por su gobierno el año pasado. Pero faltaron algunas señales importantes, porque de eso trata también el mensaje presidencial: dar mensajes.
Por ejemplo: qué se propone hacer con Ancap. Qué se propone hacer con todas las empresas públicas. No sólo el cambio de autoridades sino cuál es el proyecto estratégico.
¿Cómo siguen las inversiones de Ancap? ¿Cómo sigue la regasificadora? ¿Qué pasará con el agua? ¿Qué pasará con la fibra óptica en los lugares donde no ha llegado? Nadie puede negar que en el 2005 habÃa un paÃs destruÃdo como consecuencia de la crisis del 2002. Y que el gobierno del Frente tuvo que encarar medidas indispensables para ayudar a los mas desposeÃdos. Y también asegurar trabajo, contener la inflación, promover desarrollo. No vamos a discutir nada de lo hecho. Pero las circunstancias hoy son otras, ya no vale retomar argumentos del pasado.
Del presidente esperábamos un acto de sinceramiento. Que nos dijera que no pudo cumplir todavÃa con su promesa de bajar un 30% las rapiñas; que el ADN de la educación no va a cambiar este año; que la salud pública tiene problemas graves; que no ha hecho lo suficiente para investigar los crÃmenes de la dictadura; que los cambios en Ancap van a ser más profundos que un mero cambio de figuras; que va a castigar a los corruptos; que no va a tolerar más que cada ministro dé su opinión personal. Porque entonces tenemos derecho a preguntarnos ¿para quién habló?