Algo así ocurre con el debate político que se da en nuestra sociedad. Por ejemplo, la situación en Brasil es muy compleja, demasiadas fuerzas e intereses en pugna. Pero nunca jamás se debería justificar la corrupción en función de las mejoras o transformaciones sociales que pudo hacer un gobierno. ¿Alguien se puso a pensar que todas las coimas fueron pagadas por la gente, por esos mismos pobres que tanto dijeron defender? Porque las coimas salieron de los sobreprecios en contratos públicos.

Esta ausencia del sentido ético de la política es uno de los grandes problemas del Uruguay contemporáneo. En los últimos días el interés de muchos frenteamplistas es atacar a Esteban Valenti. Pero Valenti no ocupa ningún cargo de gobierno, en cambio Raúl Sendic sí y no se ven las mismas críticas. Cuando es por demás claro que no sólo mintió, sino peor, tuvo una espantosa gestión en Ancap que nos costó, por ahora, 900 millones de dólares.

El Plenario del FA ataca a oposición y medios sin esbozar una sola autocrítica. Y ahora todos los candidatos a la Presidencia de esa fuerza se desmarcan de tal declaración. Pero el Presidente, que es parte de esa organización, está pensando en dejar afuera de los entes a la oposición molesto con el "destrato";. ¿Raro no? El partido de gobierno puede destratar, pero la oposición no.