Misiones de paz: fuente de recursos y orgullo para los militares uruguayos
Cada día, 2.595 uruguayos colaboran en el mantenimiento de la paz, o la buscan, en 14 puntos conflictivos del mundo. El coronel Juan José Saavedra explicó cómo funciona este servicio clave para las Fuerzas Armadas.
(Emitido a las 9.11)
EMILIANO COTELO:
En los últimos días las misiones de paz de la ONU han vuelto a los titulares en el panorama político uruguayo. El motivo fue la decisión del Parlamento que terminó de aprobar el envío de un nuevo contingente de 200 soldados uruguayos a Haití.
La decisión contó con el visto bueno de la mayoría de los legisladores del Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA) pese a que la izquierda votó en contra del permiso inicial para esta misión argumentando que se estaba interviniendo en un país cuyo presidente había sido derrocado en un golpe de Estado que había contado con el respaldo extranjero. Dentro del Frente todavía hay parlamentarios que tienen esta interpretación y que continúan oponiéndose a este tipo de misiones.
Son algunos datos nada más del debate político a propósito de una actividad que creo vale la pena conocer un poco más en profundidad. ¿Qué tareas desarrollan nuestros cascos azules? Y sobre todo ¿qué representan hoy para las Fuerzas Armadas uruguayas estas misiones en el de exterior?
Vamos a conversarlo con el coronel Juan José Saavedra, jefe del Centro Coordinador de Operaciones de Mantenimiento de Paz del Ejército (Cecomapa).
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Coronel Saavedra, ¿de qué se ocupa exactamente el Cecomapa?
JUAN JOSÉ SAAVEDRA:
Hace 75 años que fue creado el Estado Mayor. El Cecomapa que es un departamento de reciente creación, dado que si bien el Ejército en lo que tiene que ver con las operaciones de paz tiene una vieja historia porque comenzamos hace más de 50 años con las operaciones en la India, el volumen que han tomado las operaciones de paz determinó que primero fuera una sección, un área del Departamento de Operaciones y después al continuar aumentando fuera un departamento independiente. Pero ante todo el Cecomapa tiene que ver con la coordinación operativa de las misiones de paz que en este momento en el exterior.
EC - Ante la necesidad concreta de organizar una nueva misión de paz, ¿qué hace el Cecomepa?
JJS - Somos los que traemos toda la información sobre el área de la misión, que es muy importante. Esto va a determinar muchos aspectos operativos y logísticos. Somos los que aportamos toda la información sobre la parte legal, la histórica y las condiciones en las cuales se va a desarrollar la misión. Con los otros departamentos del Estado Mayor en el caso con el Departamento de Operaciones, el Departamento 3, el Departamento 4 y el Comando de Apoyo Logístico llevamos adelante la coordinación para asesorar al mando sobre la conveniencia, las particularidades y la manera en la cual estaríamos en condiciones de cumplir con una misión de paz.
EC - ¿Este centro es el que selecciona al personal?
JJS - No, negativo, el que selecciona al personal es el Departamento de Personal del Ejército. En lo que tiene que ver con personal específicamente hay dos partes fundamentales que son cómo se organiza la selección, de dónde vienen, porque el Ejército trata de hacer una selección muy equitativa en lo que tiene que ver con todo nuestro país trayendo hombres de todas las regiones de Uruguay. La organización de la fuerza es algo que hace la parte operaciones, y en la parte de personal son las distintas divisiones y otras dependencias del Ejército las que van haciendo la selección para la formación de la unidad que va a cumplir esa misión de paz.
EC - Siempre en base a voluntarios.
JJS - Sí, siempre son voluntarios. El Ejército Nacional hace llamados a voluntarios. Aprovecho para decir que la lista de voluntarios es amplísima, tanto en lo que tiene que ver con personal subalterno como personal superior u oficiales son muchísimos, prácticamente el 90 por ciento del personal es voluntario.
EC - No sé si la audiencia tiene idea de la magnitud que ha adquirido esta actividad de las Fuerzas Armadas uruguayas. Veamos algunos números. En la actualidad nuestros soldados participan en 14 misiones de paz. Las más conocidas últimamente, las que han dado más que hablar son las del Congo y la de Haití. Pero hay otras 12; ¿cuáles son?
JJS - Como importante para resaltar tenemos la de Sinaí, que es una vieja misión de 1982 que no está bajo Naciones Unidas sino bajo el mandato del acuerdo de Camp David; ahí tenemos 85 hombres. Las otras misiones tienen que ver con participación de oficiales con observadores militares. Tenemos en Afganistán, Burundi, Chipre donde vale la pena resaltar que el general de la fuerza es un general del Ejército, el general Fígoli, Costa de Marfil, Etiopía y Eritrea en este caso son contingentes de la Fuerza Aérea, con dos helicópteros y un equipo de rescate, Georgia, India-Pakistán es nuestra misión más antigua, ya llevamos 52 años allí, Liberia, Sahara Occidental y Sierra Leona.
EC - En total estas misiones suman ya más de 2.000 soldados. ¿Cuántos exactamente?
JJS - En total, contando también las fuerzas policiales porque vale la pena resaltar que hay 36 hombres del Ministerio del Interior son 2.595 uruguayos que están implicados en misiones de paz, entre los que también incluyo de OSE.
EC - ¿Concretamente dónde en este último caso?
JJS - Hay dos funcionarios de OSE en el Congo y seis en Haití.
EC - En el caso de los efectivos de las Fuerzas Armadas la cantidad que usted ha manejado no se reparte de manera pareja entre las distintas misiones. ¿Cuáles son las más voluminosas hoy?
JJS - La primera sin duda es la República Democrática del Congo donde tenemos 1.838 uruguayos, de los cuales 1.439 son del Ejército Nacional.
EC - Usted hacía la distinción entre los que son soldados y los que son observadores.
JJS - Sí, señor.
EC - ¿Podemos explicar un poco mejor esto?
JJS - Cuando hablamos de contingente estamos hablando de unidades constitutivas que pueden ser de combate o de apoyo en combate. En este momento tenemos dos batallones de infantería, el batallón Uruguay 4 en el Congo y el batallón conjunto Uruguay 1, junto con la Armada y la Fuerza Aérea, en Haití. Pero a su vez están los contingentes de la Armada Nacional con dos unidades de patrulla fluvial en el Congo y una unidad de servicio de aeropuerto también en ese país, y nosotros, el Ejército Nacional, a su vez tenemos un elemento que es una compañía de ingenieros. Esos son los contingentes.
Pero dentro de las misiones existe también una parte que es aquel personal superior que van observando, se les llama observadores militares, personas que en el terreno mismo vigilan que se vayan cumpliendo los distintos mandatos y los acuerdos de paz. En este momento entre las Fuerzas Armadas y la Fuerza Aérea hay 84 hombres que están en misión de observación militar.
EC - Dentro de las Fuerzas Armadas la participación en las misiones de paz es mayoritariamente del Ejército. ¿Cómo son en ese sentido los números?
JJS - El Ejército tiene 1.960 hombres, la Armada tiene 461 y la Fuerza Aérea 133 hombres.
EC - ¿Por qué el Ejército tiene mayor proporción?
JJS - Porque el componente más importante de la misión de paz es el terrestre. Son dos batallones de infantería y una compañía de ingenieros, por lo cual obviamente es el elemento del Ejército lo que está dispuesto para esa típica misión terrestre.
EC - ¿Cuáles son las virtudes de los cascos azules uruguayos?
JJS - Las más importantes son su capacidad profesional y su disciplina. El soldado uruguayo es muy disciplinado, tanto en nuestro país como en el exterior, se adapta muy fácilmente a las distintas condiciones del ambiente. Hay que ver que las condiciones en las que se desarrollan las misiones de paz son muy diferentes a las de nuestro país. En este caso, por ejemplo, (Haití y Congo) son dos países tropicales con condiciones climáticas duras, mucho calor, mucha humedad, mucha lluvia. En el caso de Haití algo nuevo para nosotros es tener que enfrentar climas muy adversos como huracanes. Es una virtud muy importante adaptarse y a su vez es importante que nuestro hombre ya no como soldado sino como uruguayo tiene una facilidad muy importante para la interacción con la población, logra muy rápidamente un sentido muy amable con la población local, lo cual crea un ambiente muy favorable para una misión de paz.
EC - ¿Cuáles son las principales tareas que llevan adelante?
JJS - Las principales tareas de nuestras unidades son darle seguridad a la propia misión de paz. Vale la pena mencionar algún detalle en este sentido.
Una misión de paz ante todo se establece para lograr la estabilidad, lograr la paz en una zona que ha estado bajo un conflicto. Las fuerzas militares tienen como objetivo fundamental estabilizar esa situación. Para ello hay que cumplir ciertas reglas, pero no podemos olvidar que la estabilización es para permitir que el proceso político que alcance la paz pueda marchar hacia adelante; si no hay estabilidad va a haber muy poco proceso político.
Para lograr esa estabilidad se cumplen tareas de seguridad, se da seguridad a los dirigentes de Naciones Unidas que actúan dentro de los acuerdos, a los dirigentes locales, por supuesto hay que darles seguridad a las instalaciones, hay que darles seguridad los movimientos del personal de Naciones Unidas. Eso como tareas más importantes. A su vez es una tarea muy importante la de disuadir la quiero resaltar el accionar violento de cualquiera que quiera intervenir y desestabilizar los procesos de paz.
EC - En estos últimos tiempos se ha discutido mucho a nivel político sobre las misiones bajo los capítulos VI y VII de la Carta de Naciones Unidas. De las misiones que están hoy vigentes, ¿cuáles están bajo el capítulo VI y cuáles bajo el VII?
JJS - Es importante resaltar que tanto la del Congo como la de Haití están bajó el capítulo VII.
EC - Esas son las más numerosas, las más activas últimamente, las dos están bajo el capítulo VII, de acción en caso de amenazas a la paz. ¿Qué implica exactamente el capítulo VII de acuerdo a como ustedes lo ven, que son quienes están metidos en ese tipo de tareas?
JJS - Las misiones de paz se rigen por un mandato que es una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Bajo el capítulo VII esos mandatos están robustecidos, robustecen sus tareas. Se robustecen mediante una acción de la fuerza que está regida por lo que se llaman las reglas de enfrentamiento. Las reglas de enfrentamiento son las que determinan cómo se debe utilizar la fuerza, cómo se deben utilizar las armas. Bajo el capítulo VI se permite una utilización más extendida. En el capítulo VI las fuerzas se dan seguridad a sí mismas y reaccionan ante una acción violenta. Según los mandatos y las reglas de enfrentamiento bajo el capítulo VII no se espera a reaccionar, sino que ante el uso de la amenaza de la fuerza se puede actuar y una vez utilizada la fuerza se puede actuar en contra de aquellos que la utilizaron en forma ilegítima. O sea se puede ir a buscarlos, aprehenderlos y someterlos a la justicia. Es una acción legal votada por el Consejo de Seguridad y enmarcada dentro de las reglas internacionales y del Derecho Humanitario.
EC - Se suele simplificar diciendo que bajo el capítulo VII se impone la paz.
JJS - Sí. Yo creo que la palabra imposición puede resultar un poco fuerte. Ante todo se busca la disuasión, el capítulo VII dice que en las misiones de paz deben utilizarse medios pacíficos y el uso de la fuerza debe ser gradual y ante todo buscando la disuasión. No es agarrar y entrar en una operación de combate, sino que hay que entrar primero a dialogar, tratar de convencer de la inutilidad del uso de la violencia y después en forma gradual utilizar la fuerza de manera de lograr el objetivo de estabilizar y llegar a la paz.
EC - ¿En general cómo se puede definir una situación en la que hay que terminar recurriendo al capítulo VII? ¿Por qué hay que terminar recurriendo al capítulo VII?
JJS - Porque hay veces que aparecen grupos, a veces muy menores, que no logran entender ni mediante disuasión, ni mediante el uso gradual de la fuerza y hay que actuar con una acción un poco más fuerte, más robusta. Yo quiero hacer una simplificación: creo que todas las misiones en el futuro van a ser bajo el capítulo VII.
EC - ¿Ésa es la impresión que ustedes tienen, el pronóstico?
JJS - Sí, porque es muy difícil que la comunidad internacional permita, ante la aparición de un grupo muy menor que no se logra estabilizar después de haber aportado muchos recursos humanos y económicos, que una misión de paz bajo el capítulo VI fracase por estar sólo bajo el capítulo VI. Es una medida precautoria buscando ante todo una disuasión más efectiva.
EC - Ése es un punto no menor desde el punto de vista de la discusión política, teniendo en cuenta los antecedentes que se han dado en nuestro país en los últimos años.
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EC - Ya vimos más temprano que las Fuerzas Armadas uruguayas tienen hoy 2.500 soldados participando en misiones de paz. ¿Qué proporción de los militares uruguayos termina involucrada en estas misiones?
JJS - En este momento además de los 2.500 que tenemos en el exterior hay otros 2.500 que se están preparando para ir. Si pensamos que el Ejército son 16.200 hombres más de un 20% está permanentemente involucrado en las misiones de paz, 27% en total.
EC Un 27% de la plantilla del Ejército está involucrado en misiones de paz. Usted iba a agregar algo más.
JJS - Es algo dinámico, no podemos pensar en algo estático, hoy las operaciones de paz son una prioridad dentro de nuestro sistema de entrenamiento y por consiguiente permanentemente se está entrenando e instruyendo en este tema.
EC - ¿Por qué estas misiones de paz han adquirido ese volumen?
JJS - Es importante entender que las misiones de paz son parte de la política exterior del Estado. El Ejército Nacional va a las misiones de paz después de cumplir un proceso que como todos sabemos se inicia con un proyecto de ley del Poder Ejecutivo que es aprobado por la Asamblea General, recién ahí se participa en una misión de paz. Eso es muy importante, es parte de una proyección.
También entendemos que el Ejército de esa manera colabora con la política exterior del Estado y contribuye a fortalecer y proyectar la imagen de la nación en el mundo. Cualquiera que haya estado viajando en el mundo sabrá que Uruguay a pesar de sus dimensiones es un país muy reconocido y conocido por su participación en misiones de paz en todos lados. Por supuesto que en lugares como África más aun, donde hemos tenido ya una extensa participación en tres misiones muy importantes.
También es muy importante porque en una visión estratégica nos permite tener entrenado al personal.
EC - A eso iba, más allá de que la participación uruguaya en misiones de paz de Naciones Unidas es una cuestión que arranca en la política exterior, también parece claro que a las Fuerzas Armadas uruguayas les interesa esa participación, ¿no?
JJS - Sí, señor.
EC - Entonces cabe preguntarle por qué; usted algo venía adelantando en ese sentido.
JJS - Tener que participar en misiones de paz nos obliga y nos motiva a tener nuestro personal entrenado permanentemente. No quiero mencionar la palabra combate, pero todas las actividades propias del entrenamiento se tienen que cumplir para poder participar en una misión de paz, por consiguiente ello hace que permanentemente estemos entrenando a nuestro personal para de esa manera estar en condiciones para cumplir las misiones fundamentales del Ejército Nacional.
EC - Algo que si no en la práctica no habría cómo hacer porque afortunadamente conflictos a la vista no tenemos como país.
JJS - A la vista no tenemos, efectivamente.
EC - Además de la importancia para las Fuerzas Armadas como institución parece claro que estas misiones también resultan trascendentes para los propios efectivos Son, por ejemplo, un desahogo económico.
JJS - Sí, yo diría un aliciente económico. El efectivo que se aleja durante nueve meses de su familia en condiciones más rígidas que vivir cómodamente como podemos vivir en el ámbito familiar, en la casa de cada uno, tiene que tener una retribución acorde.
EC - ¿Cuántas veces más gana por ejemplo un soldado en misión que lo que percibe acá en Uruguay?
JJS - Prácticamente nueve veces lo que percibe un soldado acá.
EC - ¿Y un oficial?
JJS - Menos; tenemos que ver que hay distintas jerarquías. Incluso dentro del personal subalterno las hay, me refería a lo que gana un soldado. Cuanto mayor es la jerarquía menor es la diferencia de sueldo entre lo que gana acá y el viático que cobra por Naciones Unidas, cuatro o cinco veces.
EC - Gente que conoce de cerca estas misiones de paz nos ha comentado: para un soldado integrar una misión de paz puede implicar la posibilidad real de dejar de vivir en un rancho de lata y pasar a vivir en una casa de material.
JJS - No creo que sea tan así, no lo afirmaría porque el Ejército más allá de las misiones de paz tiene otras actividades y programas en los cuales ayuda a su personal a desarrollar viviendas y a que su vida sea lo mejor posible. Yo tuve la oportunidad de prestar servicio en el interior hace poco tiempo y le puedo asegurar que el soldado en el interior con o sin misión de paz, con un importante esfuerzo y con la ayuda de todos, logra desarrollar una vida no en un rancho sino en una vivienda aceptable.
EC - De todos modos está claro que le permite manejar de golpe una cantidad de dinero con la cual solucionar problemas que pueden ser de vivienda, de deudas, de necesidades acuciantes.
JJS - Creo que a todo ser humano nos viene bien sin duda tener algún peso más en el bolsillo que nos permita acceder a un bien material que nos mejore la vida.
EC - La ventaja económica es clarísima, pero al mismo tiempo puede pensarse que el fenómeno tiene algo de triste. Soldados de un país pobre deben aceptar el sacrificio de viajar temporalmente a países lejanos que padecen situaciones críticas y poner en riesgo sus vidas a cambio de remuneraciones apenas dignas pero que les permiten solucionar problemas urgentes. ¿Cómo ve usted o cómo ve el Ejército este tipo de razonamiento?
JJS - Usted utilizó la palabra "triste"; yo no la utilizaría porque también hay un aspecto moral y profesional muy importante. Si usted habla con el personal subalterno y los oficiales que han participado en misiones de paz todos sienten un gran orgullo por su participación. Ahí no está la parte económica o material, sino la parte de haber contribuido de alguna manera a proyectar la imagen de Uruguay, llevar nuestra bandera a lugares tan lejanos y remotos, cumplir dignamente, en algunos casos con mucho sacrificio, y a su vez el orgullo de poder cumplir con la parte profesional. Todo soldado que participa en una misión de paz, cualquiera sea la tarea que desarrolle, vuelve con un renovado sentido profesional. Para nosotros como militares es muy importante la parte espiritual y motivadora.
EC - Pero la avidez por participar en estas misiones no tiene sólo el lado profesional.
JJS - Lógicamente.
EC - Cuando un soldado cumple su período y regresa a Uruguay, ¿se anota para volver a integrar otra misión?
JJS - Sí, señor. Se anota para volver la gran mayoría. A nivel de personal subalterno un porcentaje altísimo, el 90 por ciento de los suboficiales y los clases, los cabos de segunda y de primera ya ha ido a más de dos misiones, los sargentos prácticamente todos y los clases, los cabos primero más antiguos, todos tienen dos misiones. Los clases quieren todos repetir. Nosotros tenemos un sistema de rotación para que las condiciones sean iguales para todos, pero enseguida se vuelven a anotar, son todos voluntarios sin ningún problema.
EC - Pero además del riesgo de muerte o de ser heridos puede haber otro tipo de secuelas de la participación en una misión como ésta. Por ejemplo secuelas psicológicas o médicas, problemas de salud. ¿Qué es lo que muestra la experiencia?
JJS - Usted habla de riesgos y yo creo que está haciendo un énfasis que yo no haría. El riesgo que tenemos, si bien lo hay porque en toda actividad militar hay riesgo...
EC - Lo cierto es que en principio el militar uruguayo no está programado para esos riesgos por el tipo de circunstancias en las que vive el país.
JJS - Hace cuatro años que estamos en el Congo vale la pena afirmar esto y en lo que tiene que ver con enfrentamientos, que algunos hemos tenido, solamente hemos tenido un herido en un brazo y han participado 6.000 hombres. Con eso quiero decirle el riesgo. Sí hemos tenido desgraciadamente cuatro muertes, una por un accidente vehicular y tres por causas naturales que no tienen nada que ver con el enfrentamiento.
Si bien en toda operación militar hay riesgos yo no hago hincapié en el riesgo. En una misión bien realizada, haciendo las operaciones como corresponde y con la protección que nosotros le damos a nuestro personal en lo que tiene que ver con buenos chalecos antibalas, buenos cascos, con material en condiciones, si bien existe el riesgo es un riesgo calculado.
Con respecto a las secuelas de las enfermedades, hemos aprendido mucho en lo que tiene que ver con la parte de las enfermedades tropicales. Cuando empezamos en Camboya en 1991 sabíamos muy poco de la malaria, hoy la conocemos y tenemos mucha experiencia, en ese caso son muy pocas las secuelas que se tienen. Con respecto a otras enfermedades se toman todas las medidas pertinentes y es muy bajo el nivel de problemas que se traen a nuestro país. Voy a ser concreto: en el caso del HIV, que es un problema importante en África, la prevalencia que se ha constatado en toda la historia de las misiones de paz es igual a la de la población de nuestro país. Por supuesto hemos ido aprendiendo en este tema, se ha intensificado la prevención y han ido mejorando ampliamente los niveles de contagio, en los últimos tiempos han sido muy bajos.
EC - Y desde el punto de vista emotivo, psíquico, ¿cómo les han caído situaciones como tener que enfrentar la realidad de los niños soldados que existen en lugares de África?
JJS - Es un tema complejo, muy complejo. Por supuesto que es difícil, pero hemos hecho evaluaciones que dan que el tema psicológico también ha sido muy reducido. Voy a ser muy concreto: el año pasado en el momento más difícil en la ciudad de Bunia, cuando estábamos en plena actividad de estabilización, con muchos problemas étnicos, el respeto a la vida entre ellos era mínimo y tuvimos que presenciar cosas muy duras se hizo una evaluación psicológica por parte de Naciones Unidas y dio que de 900 efectivos había 12 que se podía decir que podrían tener consecuencias, más que nada insomnio o casas de este estilo. No hemos constatado en estos 17.000 hombres que han pasado por estas misiones de paz problemas graves como para para decir que de esto queda una secuela. No, negativo, digo rotundamente que no tenemos secuelas psicológicas de misiones de paz.
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EC - Usted lo ha dejado claro en estos minutos, para las Fuerzas Armadas uruguayas las misiones de paz son importantes porque permiten el entrenamiento, la capacitación, porque permiten también renovar equipamiento bajo financiamiento de la ONU, y sin duda que para los efectivos individualmente también son un estímulo, son de interés en la medida que les permiten mejorar sus ingresos y solucionar problemas económicos. Entonces, de aquí en adelante, ¿cuáles son los planes de las Fuerzas Armadas? ¿Vale la pena persistir en esta línea de trabajo, se puede aumentar aun la participación uruguaya?
JJS - Primero que nada es importante volver al principio: las misiones de paz son parte de la política exterior del Estado, o sea que los responsables de la política exterior del Estado son los que deben determinar hasta dónde podemos proyectar el tema de las misiones de paz. Las Fuerzas Armadas y el Ejército en particular entienden que son un elemento muy importante y como tales las mantenemos en nuestra planificación como una misión trascendente y estamos planificando continuar contribuyendo a Naciones Unidas con este nivel de hombres que tenemos en misiones de paz.
EC - El EP, que asume el gobierno el 1 de marzo, ha tenido una visión crítica de las misiones de paz, especialmente de las que operan bajo el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas. La izquierda todavía no definió, por lo menos públicamente, qué hará con esas misiones, pero ¿qué pasa si la decisión es la de disminuirlas, de retirar efectivos por ese motivo?
JJS - El Ejército, igual que las Fuerzas Armadas, está dentro del marco constitucional y legal correspondiente y nos ajustaremos al mismo.
EC - ¿Ha existido algún diálogo con las autoridades del gobierno electo en torno a estos temas?
JJS - No puedo, ni debo, ni sé, y no es mi posición la que debe contribuir con opiniones a ese respecto.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Caterina Notargiovanni