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El problema no es hoy, sino el mañana

observatoriosc.wordpress.com.
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Si hay algo que tememos los humanos es a no tener futuro. O a la visualización que tengamos de ese futuro. Pienso ahora, por ejemplo, en todos los trabajadores a los que despedirán hoy. O en los que ven a su lugar de trabajo en peligro.

Los uruguayos que habíamos vivido de crisis en crisis nos mal acostumbramos con estos 10 años de cierta tranquilidad y sobre todo de gastos desmedidos.

Ese estado de bienestar ¿le llegó a todos? Pues no, porque si el 80% de los trabajadores no pagan IRPF quiere decir que ganan la tercera parte de la Canasta Familiar.

Es decir, también viven del préstamo. Y ahora serán los más complicados porque ya no podrán pagar las cuotas. Se terminó la bicicleta financiera.

Después de 10 años de gobierno, el Frente Amplio debería dejar de echar culpas al pasado. Y en todo caso entender que la gente los votó para que actuaran en forma diferente. Pero la oposición debería también asumir sus errores del pasado, porque muchos de ellos condicionaron este presente.

Por diferentes razones el Frente Amplio ha dejado de dar respuestas a quienes lo votaron. La desazón, el desconcierto, el desencanto son muy visibles como para ignorarlos. La oposición navega en una extraña nebulosa sin encontrar el lugar donde aterrizar. Nadie construye futuro.

En el medio está la gente, un poco harta ya de obscenas campañas electorales que nunca terminan y condicionan todo el accionar del gobierno.

¿No habrá llegado la hora de pensar en colectivo, anteponiendo los intereses generales a los particulares?
¿No habrá llegado la hora en que más que exacerbar el disenso comencemos a pensar en los acuerdos?
¿No habrá llegado la hora de vernos y pensarnos como ciudadanos más que como usuarios, clientes, contribuyentes o votantes?

La columna de Carlos Peláez