Entrevista con Javier García, candidato blanco a la Intendencia de Montevideo.

"Tenemos una ciudad fracturada"

El Partido Nacional arrancó primero en la carrera electoral por la Intendencia de Montevideo. Javier García será el candidato único a la principal comuna del país. Dispuesto a dar esta dura batalla adelanta que propondrá disminuir el gasto político de la comuna, recuperar las áreas centrales e integrar la calidad de los servicios de transporte e iluminación en toda la capital.

(Emitido a las 9.09)

EMILIANO COTELO:
Fue una de las sorpresas de la semana pasada. No aparecía en la danza de nombres y de pronto surgió como candidato único del Partido Nacional (PN) a la Intendencia de Montevideo (IMM).

Nos referimos a Javier García, quien será proclamado hoy por la Convención Departamental de Montevideo del PN.

¿Cómo ve el doctor García la capital de la República? ¿Qué planes tiene para la intendencia? Son algunas de las preguntas que vamos a tratar de charlar con quien a partir de esta tarde será el primer candidato a la IMM.

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Doctor García, hablemos de esta etapa que ahora le toca empezar a transitar. Empecemos por algunos datos de su trayectoria. Usted tiene 41 años y pertenece al sector Reconstrucción Nacional, conducido por Sergio Abreu. En las últimas elecciones fue electo diputado por Montevideo por Alianza Nacional. Su profesión es médico pediatra. Parece que asistimos a un protagonismo fuerte de los médicos en la política uruguaya...

JAVIER GARCÍA:
Parece, ¿no?

EC - Un oncólogo va a ser presidente, ya tenemos al presidente del Sindicato Médico, Marcos Carámbula, candidato del Frente Amplio (FA) a la Intendencia de Canelones y ahora usted es candidato del PN a la IMM. ¿Es una casualidad? ¿Cómo hay que ver esto?

JG - Creo que hay que administrarlo como dos vertientes de una misma vocación. Yo siempre llevé adelante mi carrera de estudiante de medicina primero y de médico después junto con la de militante político, que es la definición que más me gusta de todas las que se me pueden dar. He sido militante de mi partido, tengo responsabilidades pero militante al fin, siempre compatibilicé las dos y sentí las dos como parte de una misma vocación. Así que de túnica blanca o de "civil" me siento haciendo la misma cosa desde dos avenidas diferentes.

EC - Pero es curioso de que se produzca esto del acceso de varios médicos a papeles importantes en la carrera política justo cuando la relación médico-paciente está de algún modo en entredicho a partir de la muerte del adolescente Maykol Cardozo y el procesamiento con prisión de dos médicos del Hospital de Clínicas que lo atendieron. ¿Cómo vive usted esta usted?

JG - La vivo como un fenómeno complejo de una sociedad que se distancia. La relación médico-paciente –por lo menos yo la entiendo así– es una relación siempre en doble sentido. Cuando el profesional –estoy hablando de mí, no de los demás colegas– entiende que en esa relación va a dar y se olvida de que no va a recibir generalmente comete errores. Sólo se puede entender la relación médico-paciente si uno entiende que deja algo en ella y se lleva muchísimo y que la expresión de un paciente, por chiquito que sea o cualquiera sea la edad que tenga, siempre contribuye mucho al éxito de esa relación y a la contribución que hace un médico para sanar una situación particular. En buena medida la capacidad de sanación la tiene el paciente, el médico lo único que debería hacer sería facilitar esa capacidad interior que tiene cada ser humano. Cuando veo esto me llamo y me digo: cuántas cosas tenemos que mejorar, cuántas cosas tenemos que reconocer y cuánto tenemos que saber que somos muy débiles.

EC - Usted mismo lo dijo al pasar, sus comienzos en la actividad política fueron simultáneos con su militancia a nivel estudiantil, en los años 80 fue dirigente de Asociación de Estudiantes de Medicina y de la ASCEEP-FEUU...

JG - Exactamente, en verdad comencé a militar en 1979, cuando estaba en cuarto año del bachillerato, para el plebiscito del No y el Sí –obviamente del lado del No–, pero sin poder votar porque no tenía edad para hacerlo. Voté por primera vez en 1982, a ACF, Adelante con Fe, lo voté a Wilson, a quien tampoco nunca pude votar.

EC - Votó a Wilson indirectamente, no era candidato.

JG - Exactamente. En 1983 entré a facultad y simultáneamente a la militancia gremial; integré inmediatamente, al poco tiempo –al año, una cosa así–, el Consejo Directivo Central (CDC) de la Universidad por la FEUU y fundamos la Corriente Gremial Universitaria.

EC - Así que usted es un integrante genuino de la llamada "Generación 83".

JG - La verdad es que sí.

EC - Después entre otras cosas fue entre 1991 y 1994 asistente académico del entonces decano de la Facultad de Ciencias Sociales, José Claudio Williman.

JG - Un gran caballero, un gran ser humano y una persona que influyó mucho en mi actividad pública, aprendí mucho de él.

EC - ¿En qué consistía esa responsabilidad suya?

JG - Fui asistente académico cuando se fundó la Facultad de Ciencias Sociales. José Claudio me llamó un día y me dijo: "Mirá, Javier, voy a ser el primer decano de la facultad y me gustaría que me acompañaras como asistente académico"; le dije: "José Claudio, yo soy médico, en materia de ciencias sociales no..."; pero me dijo: "Yo lo que necesito es una persona que conozca la Universidad por dentro, su funcionamiento", y en eso podía hacer un aporte porque había integrado el CDC de la Universidad y había trabajado mucho en ella. Fui su asistente académico hasta que terminó el mandato de José Claudio. Aparte mi compromiso era con él y aprendí muchísimo. La verdad es que cada vez que paso por allí, por la calle Martínez Trueba donde está el edificio, me alegro enormemente de haber estado allí y haber conocido gente espléndida que está en esa facultad.

EC - Después vino su ingreso al Parlamento.

JG - Sí, en 1995 ingresé como diputado hasta el año 2000; fue mi primera experiencia.

EC - ¿Por qué grupo político entró?

JG - Entré por Propuesta Nacional, que integraba Manos a la Obra en ese momento, estuvimos hasta el año 2000, luego me reinserté en mi actividad profesional médica y ahora nuevamente salí electo.

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EC - El PN es el que larga primero en la carrera rumbo a la IMM, todavía están pendientes de definición los candidatos en el propio Encuentro Progresista (EP), que hoy es gobierno, y en el Partido Colorado (PC) y el Partido Independiente.  ¿Cuáles son las razones para que el PN presente una candidatura única?

JG - Hay estrategias diferentes para los demás departamentos, pero en el caso de Montevideo, una circunscripción muy importante en la medida que tiene un peso muy significativo a nivel del mapa electoral, fueron señales de respeto muy fuertes del PN el hecho de tener una candidatura única y al mismo tiempo haberla generado bajo dos características: no fue forzada, fue consensuada –fue consensuada antes de que yo lo supiera, esta postulación me tomó verdaderamente de sorpresa– y está en sintonía con el pronunciamiento de la gente el 31 de octubre. Parece que fue bastante nítido que la gente pidió renovación, yo alguna vez dije caras nuevas, no sé si el término está bien o está mal, pero me parece que la gente quería que algo distinto surgiera en la vida política. El PN desde su candidatura presidencial, desde el doctor Larrañaga que la llevó adelante, pero si uno mira lo que son sus bancadas electas, tanto en senadores como en diputados, verá que hay no sólo renovación sino mucha juventud metida ahí, que son las bancadas más jóvenes del sistema...

EC - Los nombres que habían estado circulando tampoco eran tan viejos...

JG - No, no...

EC - ...Beatriz Argimón, Gustavo Penadés, Pablo Iturralde mismo, Ruperto Long podría decirse que ya tenía una cierta trayectoria, incluso había sido candidato a la Intendencia.

JG - Yo no hablaba de mí, hablo justamente de la generación. Por eso decía: lo que ha surgido después del 31 de octubre son bancadas muy jóvenes y muy renovadas. Y el partido lo que ha hecho es ser consistente con esa vocación y con ese mandato. Vamos a afrontarla con eso que para mí es un honor, pero también le digo que lo hago a pesar de la sorpresa con alegría, con convicción: yo quiero liderar el cambio en Montevideo, quiero hacerlo.

EC - Otra vez la palabra cambio...

JG - Sí, las palabras no son propiedad de quien las pronuncia.

EC - El cambio fue el eslogan de la campaña del EP, "cambiemos" decía; claro, en el debate planteado a nivel nacional.

JG - Claro. Si se trasladara a nivel departamental esa misma circunstancia podría ser protagonizar lo que va a suceder en Montevideo.

EC - ¿Ustedes van a proponer como eslogan ese mismo: "cambiemos"?

JG - No, yo voy a proponer algunas ideas. Lo primero que hay que hacer es respetar a la gente, y lo que quiero –si puedo– es elevar el nivel del debate político de la campaña electoral, y para elevarlo entre las cosas que hay que hacer está no pensar que a la gente se la puede ir a buscar con lugares comunes o con frases. Yo quiero contribuir a elevar ese debate que en definitiva hace a la calidad institucional de un país; discusión que se da en el mundo entero y que en Uruguay hay que empezar a dar. Entonces el primer cambio que voy a llevar adelante si puedo –en eso confío en las fuerzas que pueda tener y en la ayuda de mis compañeros– es hacer una campaña electoral diferente de las anteriores. Yo considero que la actividad política no es una competencia de insultos ni de agravios, por lo menos no debiera serlo. Las campañas electorales son carreras por recibir un honor que es absolutamente incalculable en su valor, que es el de servir a la gente. Si para obtener ese honor hay que pasar por arriba de la dignidad de otro ser humano conmigo no cuentan.

EC - Usted es un hombre que en materia política tiene buen relacionamiento con todos los partidos.

JG - Sí, lo he cultivado sobre todo porque vengo de una generación donde muchos de los hombres que integran el actual elenco de gobierno que se instalará el 1 de marzo fueron compañeros míos en la lucha por la libertad.

EC - Si, de esa misma generación 83 llegan por ejemplo –estaba tratando de hacer memoria– José Bayardi, que va a ser subsecretario de Defensa, el futuro subsecretario de Economía y Finanzas, Mario Bergara, Fernando Lorenzo, que va a estar como director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía...

JG - Felipe Michelini...

EC - ...Felipe Michelini en la Subsecretaría de Educación y la lista puede seguir.

JG - Sí, y del lado nuestro una inmensa cantidad de compañeros que usted nombró: Beatriz Argimón, Iturralde, Gandini, Lorenzo, Sandra Echeverri, Álvaro Delgado. Es decir hay un elenco inmenso de compañeros que provenimos de esa misma generación, por lo tanto nos es agradable el diálogo y nos es fácil tenerlo, nos es común tenerlo. Así que lo primero que quiero plantear es ese estilo que para mí es muy importante. Salir de una campaña como la del 31 de octubre y meternos en otra en la que llevemos adelante un estilo de enfrentamiento personal es envilecer el debate. Y como creo que hay espacio para hacer otras cosas, para entendernos y decir otras cosas lo voy a recorrer. Esto no quiere decir no ser inflexible en la crítica ni firme en las convicciones, que las tengo; pero la firmeza de las convicciones no tiene por qué ir acompañada ni del agravio ni del insulto.

EC - Cuando presentó la semana pasada su nombre como candidato único del PN el presidente del Directorio, Jorge Larrañaga, dijo que los blancos no salen "a competir sino a ganar Montevideo". ¿Realmente cree que es posible, que es algo accesible? Estamos hablando de un departamento en el que ya van tres períodos de gobierno municipal a cargo del FA y un departamento en el que el 31 de octubre pasado seis de cada diez votantes se inclinaron también por el FA. ¿Entonces? ¿Cómo enfrenta esa parte del desafío?

JG - Primero que nada los resultados se saben en la llegada, no en la salida, así que vamos a encontrarnos en la llegada. Lo segundo, Montevideo ha vivido un proceso político durante todos estos años en el que la cuestión municipal tuvo una jerarquía muy menor. La opinión del ciudadano montevideano siempre estuvo muy atada a su opinión en lo nacional. Para ser muy gráfico: se votaba en Montevideo de acuerdo a lo que se votaba en lo nacional, cosa que no sucede en el interior del país donde es muy común que el poblador elija una cosa para el gobierno nacional y otra para el gobierno departamental, porque son esencialmente diferentes. Aquí en lo metropolitano se ató mucho el voto, pero el 31 de octubre se produjo un cambio significativo aparte del resultado, que es que en la medida que hubo esta elección del EP en el gobierno seguramente eso libera mucho la discusión en lo departamental. Para muchos montevideanos hay una etapa que está cumplida, que es llegar al gobierno nacional, ahí está el logro obtenido, y me parece que eso abre otra perspectiva, abre los oídos para la temática municipal que es esencialmente diferente.

Montevideo no tiene por qué ser diferente de Artigas, Río Negro o Paysandú en la administración de la cosa pública a nivel municipal. A partir de esa diferenciación del 31 de octubre tengo mucha fe en recibir la confianza o por lo menos hacerme escuchar; si no se logra va a ser culpa mía pero creo que hay ese espacio.

EC - Vayamos ahora a lo que usted propone. En realidad el programa todavía no está elaborado...

JG - Pero increíblemente está muy avanzado, son esas cosas del destino para unos, de Dios para otros. Hace dos meses cuando se empezó a hablar en el partido de la postulación electoral en Montevideo yo propuse en el Directorio –increíblemente, yo no sabía que esto iba a terminar en mí, lo digo con la mano en el corazón– que mientras procesábamos la discusión, aún sin saber si íbamos a tener uno o más candidatos, que fuéramos llevando adelante la confección del programa departamental y que fuera un programa único independientemente de la existencia de uno o más candidatos. Más tarde el propio EP continuó este mismo recorrido...

EC - ...cuando aclaró que en los departamentos donde termine teniendo más de un candidato –cosa que no es la tradición del Frente– de todos modos su programa será uno solo.

JG - Claro, nosotros lo planteamos hace ya dos meses, yo lo había planteado en esa circunstancia porque había un conjunto de institutos y sectores del partido que había trabajado muchísimo la temática municipal durante estos años. Entonces se articuló en torno a la Secretaría de Asuntos Sociales todo lo que es la capacidad crítica del partido, crítica en materia de construcción, de alternativas municipales.

La semana pasada tuve la presentación del primer borrador que hice yo, es decir de los últimos trabajos que hizo esta secretaría, y le diría que en pocos días vamos a hacer la presentación del programa municipal, que no va a ser una monografía de respuestas a todas las situaciones que cualquier montevideano tenga en su cabeza. Eso es parte de la liturgia cotidiana de las elecciones que queda para los politólogos pero no para los ciudadanos. Quiero atravesar por tres o cuatro lugares que me parecen sustantivos en la capital.

EC - Vamos a ver si podemos adelantar en algunos de ellos. Por ejemplo me llamó la atención algún comentario que formuló en estos días, dijo que Montevideo "está fracturado en dos porque algunos viven en barrios iluminados con contenedores y locomoción y otros tienen muchas carencias".

JG - Es la realidad.

EC - Eso es notorio, sí, pero ¿qué propone para terminar con esa situación?

JG - Me rebela mucho que una ciudad tan chica como la nuestra, un departamento tan chico como el nuestro, tenga realidades tan diferentes. Le agrego a esa frase que usted recordaba: mientras aquí en la zona central y en la costa hay un índice de 10 por ciento de niños y jóvenes en situación de pobreza, a 15 minutos y menos también, ese porcentaje es del 80 por ciento.

EC - Claro, pero parecería que eso es materia del gobierno nacional, el país ha vivido una crisis profunda que ha tenido este tipo de consecuencias. ¿Qué se puede hacer desde la Intendencia para solucionarlo?

JG - Exactamente. El otro día alguien me decía: "No querrá decir que la Intendencia tiene la culpa...". Yo le dije: "Yo no recorro la actividad política preguntando de quién es la culpa". No me interesan las culpas, me interesan los problemas. Y si tengo la oportunidad de recibir la confianza de la gente quiero ser protagonista de la solución de este problema. Le adelanto: lo que no podremos hacer será malgastar recursos limitados. El gobierno electo se propone llevar adelante un plan de emergencia que de alguna manera fue su programa electoral, lo que más llamó la atención de su programa –ayer veíamos al contador Enrique Iglesias hablando del mismo en Canal 12– y yo le voy a pedir al gobierno nacional con fuerza –con respeto pero con fuerza– que la IMM, que aspiro a conducir, no quede ajena porque sería insólito que mientras desde el gobierno central se atiende la carencia, la situación emergente de montevideanos, la IMM con los recursos de Montevideo esté duplicando, malgastando y superponiendo decisiones. Yo quiero que las intendencias, y particularmente la de Montevideo, participen en la administración de esos recursos y en la decisión en concordancia con el gobierno central, no vamos a pelearnos con el gobierno central, nadie gana de las peleas entre las instituciones.

Quiero resolver esta situación de fractura en Montevideo. Yo trabajo de noche en mi profesión de médico y veo a mis compañeros pidiendo todos los días que los dejen salir 10 minutos antes porque pierden el ómnibus para llegar a su casa. Entonces digo, ¿por qué yo puedo tener ómnibus o irme caminando, puedo tener servicios toda la noche y otros uruguayos con la misma dignidad de seres humanos que yo, contribuyentes como yo, tienen que hacer piruetas para llegar a sus casas y no tener que ir caminando? Porque hay lugares de la ciudad donde la recolección de residuos, que hace a la buena salud, a la calidad de vida de una ciudad, es tan buena como es –yo reconozco las cosas que están bien– donde yo vivo –vivo en la calle Libertad, en Pocitos–, en todo Pocitos, en las zonas centrales, con contenedores, y en otros lugares se hace tarde y mal. ¿Por qué hay zonas iluminadas y en otras zonas la gente tiene que quedarse en su casa sin poder salir porque la falta de iluminación es aliada de la inseguridad? Si todos somos iguales de dignos, ¿por qué no podemos pedir lo que nos corresponde?

EC - ¿Entonces? Esos problemas que usted está mencionando en buena medida se deben a que la ciudad se extendió más de lo debido, con asentamientos que implicaron que alguna gente por no poder pagar un alquiler tuviera que instalarse en zonas que no tenían esos servicios.

JG - Pero esto pasa en los asentamientos y pasa también en los barrios, no es un patrimonio del asentamiento irregular, es una realidad que se vive en los barrios trabajadores también, en la mayoría de los barrios trabajadores. No lo conocen quienes sólo circulan por el Centro o las zonas costeras, pero si usted recorre los accesos, a 10 minutitos, va a ver que esta realidad se ve donde hay barrios formales, no informales.

EC - A lo que iba es que de hecho tenemos una ciudad que se ha extendido demasiado y por lo tanto su demanda de servicios también ha crecido, hay que ir a poner el alumbrado, hay que llevar el saneamiento, el transporte colectivo cada vez más lejos. Mi pregunta es: ¿cómo se hace para financiar esas medidas que usted entiende imprescindibles para emparejar la calidad de los servicios en Montevideo? Tenemos un presupuesto que ya es deficitario.

JG - Recuérdeme el tema del presupuesto para charlar sobre él un minuto, pero déjeme decir una cosa antes: también tenemos áreas centrales con todos los servicios vacías de gente. Hay que llevar adelante un plan de recuperación de las áreas centrales. Cuando la IMM no ayuda, por lo menos que no entorpezca. Vea lo que está pasando en la Ciudad Vieja y en el Centro, lo que pasó durante estos años, cómo se han vaciado, cómo se han deteriorado. Me gusta mucho la movida de la Ciudad Vieja, con mi señora fuimos una o dos veces nomás, pero por más linda que sea hay que reconocer que son tres o cuatro cuadras y en la noche. Me interesa mucho ese comerciante que perdió su trabajo y tuvo que cerrar su empleo. Yo soy hijo de ese Uruguay que compraba las túnicas en la calle Colón. Uno va por la Ciudad Vieja o por el Centro y ve que lamentablemente hubo decisiones que terminaron con la vida de los barrios, con la dinámica de los barrios.

Entonces cuando las intendencias no son solución que no sean problema, hay que tomar algunas decisiones en el sentido de recuperar las áreas centrales de la ciudad, que son áreas muy democráticas, son áreas de domicilio, áreas de trabajo, áreas de paseo, áreas de encuentro. Los centros en las ciudades articulan, nosotros tenemos una ciudad fracturada entre otras cosas porque no tiene un centro que la articule. Yo voy a apelar mucho a tomar decisiones –si quiere después las charlamos– que recuperen estas áreas centrales.

Y con respecto al presupuesto...

EC - Usted ha dicho incluso que pretende reducir la carga tributaria. ¿Cómo hacemos para reducir la carga tributaria, mejorar esos servicios que estaba mencionando recién y al mismo tiempo equilibrar el presupuesto que viene con déficit acumulado?

JG - Exactamente. Pero tener un presupuesto grande no quiere decir que esté bien administrado. El presupuesto de la IMM en estos últimos 15 años trepó –vamos a hablar en números redondos– de 90 millones de dólares en 1990 a unos 360 millones de dólares antes de la crisis del tipo de cambio de 2002 y hoy, con la modificación del tipo de cambio, está en el entorno de los 200 millones de dólares, con un déficit acumulado al 31 de diciembre del año pasado de más de 50 millones dólares. Y no hay cosa que sea menos democrática y más elitista que un presupuesto con déficit. Esto no es un tema de economistas, que no lo soy, sino un tema de razonamiento. Los déficit presupuestales los pagan siempre los contribuyentes, de una u otra forma los pagan los contribuyentes, el ciudadano común, el trabajador, y lo disfrutan los políticos, porque estos déficit terminan siendo el lugar de encuentro de muchas cosas que no son esenciales para la administración de la ciudad ni para el contribuyente de carne y hueso. Yo no hablo de malas intenciones, hablo de muchas veces cosas mal hechas o no prioritarias.

Entonces apelo a que haya una administración más austera que meta la tijera a fondo en esas cosas que no son prioritarias, que disminuya drásticamente el costo político. Montevideo tiene en su Intendencia 107 cargos de particular confianza. ¿Por qué en una Intendencia que tiene 9.000 funcionarios –en números redondos– no tiene entre sus filas funcionarios de jerarquía, profesionales que puedan desempeñar tareas que hoy están desempeñando delegados de los sectores políticos o militantes políticos de jerarquía del partido de gobierno? De este partido o del partido que sea, me importa poco cuál es el color que lucen en su vincha, lo que digo es que cuando hay situaciones de este tipo a la gente hay que darle señales de austeridad. Es la misma discusión que la de los autos oficiales, nadie va a resolver el problema del país disminuyendo la cantidad de autos oficiales, pero da una señal, y cuando se viven situaciones críticas lo que uno no puede mostrar es por un lado sacrificio de la gente y por otra holgura de los dirigentes.

Así que vamos a trabajar muy fuertemente en disminuir el costo político de la Intendencia. Le doy un número para que vea que hay lugares para reducir: si usted suma gastos de publicidad, los sueldos de los 18 secretarios de los centros comunales, viajes, pases libres, da un millón de dólares, lo mismo que se gasta en medicamentos, alimentación y leche en la Intendencia. Un millón de dólares... Usted me dice: no alcanza. No, pero es un millón de dólares, démelo que lo vamos a administrar bien, a usted le van a costar un poquito menos los tributos. El otro día veía una observación del Tribunal de Cuentas a una contratación de este año para hacer la reconversión del archivo del Carnaval y la Semana Criolla; una contratación importante, de 13.000 dólares por dos meses, debe ser una persona más que capacitada. Hay otras prioridades, y a esas otras prioridades es que yo me quiero dirigir.

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EC - Dejamos aquí el esbozo del plan que usted está construyendo, terminando de diseñar para la propuesta del PN para la IMM. Nos quedan varios asuntos para conversar, entre ellos el defensor del vecino, que tengo claro va a ser otra de las banderas porque el PN lo reclamó durante años y sigue demorándose su implementación, así que supongo que estará en primera línea en los planteos.

JG - Sí, porque fíjese usted, muy brevemente: la actitud del PN y nuestra en particular nunca fue la de enfrentamiento con esta Intendencia, cuando hace muy poquititos años, en este período, un día llegó una comunicación del EP, del intendente Mariano Arana, pidiendo la colaboración del PN para votar la tarifa sanitaria en la Junta Departamental porque no tenía los votos, fui yo –es casualidad porque inmediatamente fue tomado por todo el partido– quien planteó iniciar un diálogo con la Intendencia porque de lo que se estaba hablando era de la calidad de vida de los montevideanos, no importa si los caños los pone un blanco, un colorado o un frenteamplista. Pusimos sólo dos condiciones: que el saneamiento comenzara por la Unidad Cerro-Casabó, que era donde estaban las urgencias más acuciantes, y la creación del defensor del vecino. No hablamos de cargos, de acuerdos programáticos, ni de nada por el estilo, hablamos de cosas concretas que hacen a la vida de los montevideanos. Lo del defensor del vecino todavía está esperando, algo habrá pasado que no se pudo llevar adelante. Pero ésa es nuestra actitud, trabajar y colaborar, no es una actitud nueva en nuestra devoción por esta ciudad.

EC - ¿Cuándo empieza la campaña de su lado?

JG - En buena medida ya empezó. Vamos a tomarnos un descanso, yo tengo tres hijos chicos y los niños sufren mucho la ausencia del papá en medio de las campañas. Yo acabo de salir de una campaña y ayer estaba hablando con mi varón, con Alfonso, que estaba con los abuelos en el interior, le estaba explicando y cuesta mucho. La madre le decía: "Mirá, Alfonso, vas a tener que ver que papá va a estar poco en casa durante estos primeros meses". Entonces decidí tomarme los primeros días de enero porque es muy importante tener el frente interno bien cuidado.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Caterina Notargiovanni