Sin transparencia no hay paraÃso
La ausencia de transparencia es un problema grave en las democracias actuales, problema al que nuestro paÃs no es ajeno. Desde la irrupción de los "Panamá Papers" y la investigación sobre Ancap la fiebre de transparencia atacó al sistema polÃtico. Sin embargo, no todo es como parece. Porque nuestro paÃs no tiene leyes adecuadas para el combate a la corrupción o peor, tiene leyes inoperantes y organismos de nombre pomposo pero inútiles a sus fines.
Los lÃderes de la oposición hicieron públicas sus Declaraciones Juradas, algunas con errores reconocidos por el autor, pero nada dicen nada si no se explica como se obtuvieron los bienes declarados.
Después de expresar su enojo con algunos medios y reclamar que los dueños también hicieran pública su declaración de bienes, el presidente Tabaré Vázquez autorizó que se hicieran públicos los bienes de su esposa.
Ricardo Pérez Manrique, presidente de la Suprema Corte de Justicia, dijo a Búsqueda que es "partidario de que los jueces digan si integran la MasonerÃa, porque ello contribuye a transparentar el sistema";.
Y a la vez dejó abierta una interrogante: ¿cuántos miembros del gobierno y del Parlamento son masones?
Pero nada de esto será suficiente si no contamos con legislación adecuada a los tiempos; con organismos de contralor independientes y fuertes, y sobre todo con una ciudadanÃa consciente del daño que produce a la democracia la ausencia de transparencia.
Porque el verdadero problema no es la presunta transparencia de nuestros polÃticos, sino como los ciudadanos se aseguran a futuro de votar a los que verdaderamente no tienen nada que ocultar.
La columna de Carlos Peláez