Negocios

Más problemas para ANCAP

Cementos del Plata / Ancap . adhocfotos
Cementos del Plata / Ancap adhocfotos

Esta mañana la Policía Federal de Brasil detuvo a Valter Cardeal, ex presidente de Consejo Administrativo de la Compañía de Generación Térmica de Energía Eléctrica (CGTEE), filial de Eletrobras e íntimo amigo de la suspendida presidente Dilma Roussef. Cardeal fue el promotor del negocio y quién firmó el contrato con Cementos del Plata S.A. (ANCAP) para proveer de cal a la central de Candiota.

El empresario está acusado por varios actos de corrupción cometidos al frente de la empresa de generación de energía eléctrica de Río Grande. 

La Investigadora del Senado uruguayo sobre ANCAP ya había establecido que Cardeal era el presidente de la compañía brasileña cuando se firmó el contrato con Cementos del Plata S.A.

El empresario era acusado por reclamar importantes descuentos a las empresas con las que contrataba, dinero que no se trasladaba a los costos del Estado sino que iban a parar a la tesorería del PT para las campañas electorales. Esa parece ser la forma operativa en todos sus años al frente de la CGTEE.

ANCAP invirtió unos 120 millones de dólares en la construcción de dos plantas de cal en la zona de Isla Patrulla. Pero le fue difícil cumplir con los requerimientos de Candiota y fue multada en reiteradas oportunidades por un total aproximado a los 8 millones de dólares.

Por su parte, Cementos del Plata S.A. –subsidiaria de ANCAP y firmante y operadora de la planta– resolvió contratar sin licitación a una empresa brasileña llamada Pleno Verde quien a su vez contrató a la transportista Thema, también norteña, por unos 8 millones de dólares al año, entregándole 2 millones antes de comenzar las operaciones.

Obviamente ANCAP no puede –ni debería– pagar coimas o retornos, pero tenía mucho interés en el desarrollo de esas plantas. La pregunta que hay que hacerse, y seguramente hará la justicia uruguaya, es si las multas y el contrato con la transportista no fueron "los retornos"; pagados a Cardeal.

La columna de Carlos Peláez