Medida

Un paro que se ganó el gobierno

Paro general . adhocFotos
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Este paro se lo ganó el gobierno. Pero no sólo este gobierno. Se lo ganó por el despilfarro cometido por Mujica. Se lo ganó por la soberbia de algunos funcionarios. Se lo ganó por la dualidad de criterios. Se lo ganó por sus marchas y contramarchas. Se lo ganó por la inoperancia en la Educación. Se lo ganó porque la gente se empieza a cansar de que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

El debate hasta ayer dentro de la izquierda se centró en el concepto gobierno en disputa. Se acusa a pequeños partidos de izquierda. Pero la magnitud de este paro no se explica de esa forma sino en un estado de ánimo de la gente.

Ocurre aquí que en un momento de recesión económica las contradicciones se hacen más visibles. Por un lado quien tiene la responsabilidad de la conducción económica sostiene que hoy su mayor preocupación es defender la ocupación y combatir la inflación. Y por ello se cambian las pautas salariales en los Consejos de Salarios. De esa manera se coloca del lado de los empresarios que entienden que el salario es la variable de su negocio.

Por el lado de la Central de Trabajadores se han cometido muchos errores que la ponen en tela de juicio. Desde su fallido plan de viviendas, hasta la defensa de Joselo López. O el mutismo sobre la situación de Ancap.

Un acierto del gobierno frenteamplista ha sido volver a instalar los Consejos de Salarios, que no sólo permitieron el crecimiento del salario real, sino además el crecimiento y consolidación de la organización sindical.

Pero este país tiene un grave problema con la ética pública. Ha fracasado el gobierno, que cada vez tiene más funcionarios sospechados y denunciados; han fracasado los empresarios que en su afán natural de ganar dinero quiebran todas las formas; han fracasado los sindicatos, que eran ejemplo en el mundo y la región por su probidad, pero que en los últimos tiempos han tenido notorias fallas, por decirlo de alguna manera.

Pero también ha fracasado la sociedad. Que actuando con fanatismo partidario termina apoyando a quienes no han sabido actuar con el respeto que merecen aquellos que los votan para gobernar.

Todos sabemos lo que pasó en este país hasta el 2005, no creo necesario recordarlo. Y todos sabemos lo que se esperaba ocurriera a partir de ese año. Hubo 5 años para apagar incendios brutales.

Pero luego tuvimos 5 años para pensar en desarrollo a futuro. Nada de eso ocurrió. Se tomó a Ancap como motor del desarrollo y ya sabemos que eso no sólo nos costó 900 millones de dólares para que la empresa no se fundiera, sino que está casi claro que las inversiones no sólo están paradas sino que fueron casi inútiles. Alguien tendrá que responder por eso.

Mujica proponía una reforma del Estado que en realidad terminó con 60.000 nuevos funcionarios públicos. Reiteraba la palabra educación en cada lugar que podía, pero en rigor a la verdad la Educación nunca tuvo tantos recursos como hoy y nunca estuvo tan a la deriva.

La gente empieza a cansarse. Se cansa del despilfarro, se cansa de que muchísimos ciudadanos inteligentes, dispuestos a aportar y construir, sean relegados por otros dispuestos, por un buen sueldo, a ser fieles a ultranza.

Por eso dije y reitero, este paro se lo ganó el gobierno. Es una lección para todos. Para el gobierno, que debería escuchar más.

Para los sindicatos, que deben comprender que su tarea no es ser el brazo de un partido político, sino defender los intereses de los trabajadores.

Y para todos que deberíamos comprender que así también se construye democracia, mirando los intereses generales y no los particulares.

La columna de Carlos Peláez