El otro Vázquez de la Presidencia
Hace 15 años que es uno de los más estrechos colaboradores de Tabaré Vázquez. Pero además es hermano del futuro primer mandatario y desde el 1º de marzo será el prosecretario de la Presidencia. Ex militante sindical y de la OPR 33, preso político durante 12 años, experto en Administración y en Enfermería, Jorge Vázquez, se dispone a seguir acompañando a su hermano, desde un puesto clave.
(Emitido a las 9.10)
EMILIANO COTELO:
Es uno de los hombres más cercanos al presidente electo. Hace 15 años que lo acompaña en política como asesor, confidente y apoyo. Ahora ocupará un puesto relevante en el primer gobierno de izquierda de la historia uruguaya.
Hablamos, claro, del futuro prosecretario de la Presidencia, Jorge Vázquez que, como muchos de ustedes saben, es hermano de Tabaré Vázquez.
Para averiguar un poco más de su vida, de su relación con Tabaré Vázquez y de la impronta que le dará a la Prosecretaría, vamos a conversar con él esta mañana.
Jorge Vázquez Rosas es licenciado en Enfermería y especialista en Administración de Servicios de Salud , trabaja en el Hospital de Clínicas desde 1966, estuvo 12 años preso durante la dictadura y después de ser liberado fue restituido en el Clínicas donde, desde 1992, se desempeña como director de la División Enfermería.
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¿Usted sigue trabajando en el Hospital de Clínicas?
JORGE VÁZQUEZ:
Sí, he trabajado con regularidad, empecé a hacer uso de licencia en el mes de octubre en los días previos a las elecciones nacionales. He trabajado sistemáticamente en el hospital y además he realizado mi actividad de apoyo a... al Frente Amplio (FA).
EC - Le cuesta decir "a mi hermano", "al candidato", "al presidente electo"...
JV - Claro, en este momento se superponen varios roles. Si bien es cierto es mi hermano, también es el presidente electo, también fue el presidente del FA... Y también es cierto que durante mucho tiempo lo he acompañado y lo he apoyado en su actividad política.
EC - Usted tiene 60 años, o sea cuatro menos que el presidente electo. ¿Siempre fue muy amigo de su hermano?
JV - Siempre tuvimos una relación muy estrecha desde el punto de vista familiar. Yo diría que siempre fuimos muy compañeros y muy amigos, más allá de que la diferencia de edad en algunos períodos de nuestras vidas se hace más notoria que en otros.
EC - Se lo preguntaba para tratar de entender por qué Tabaré Vázquez lo eligió a usted hace ya años como uno de sus colaboradores más estrechos. No es usual, no es la práctica común y corriente que un dirigente político de primera línea tenga a un hermano en un papel que ahora vamos a tratar de definir cuál fue.
JV - Quizás no sea usual que alguien coloque a su hermano como colaborador, pero creo que lo que predomina en este caso no es que yo sea su hermano sino que según él reúno una serie de características que lo habilitan a contarme como uno de sus colaboradores más cercanos.
EC - ¿Cuáles son esas características?
JV - Por un lado una formación política y una actividad en el plano político-sindical desde hace muchos años. Segundo, niveles de confianza importantes, nos conocemos de toda la vida, hemos transitado momentos difíciles con un apoyo muy importante, tanto problemas vinculados a enfermedades familiares como problemas personales que ha tenido cada uno de nosotros, nos hemos apoyado en la parte del estudio. En fin, lo que uno rescata de todo esto es un gran apego familiar, una familia muy unida, solidaria, muy comprensiva. Son valores humanos que pesan mucho cuando uno elige sus amigos, sus personas de confianza o las personas con las que se va a relacionar. Y creo que también incide mi formación universitaria que de alguna manera nos da una impronta que nos permite analizar los problemas con cierta metodología, a veces desprovistos de aquella cosa de corazón, del fervor, del entusiasmo de la cosa. En política hay que tomar distancia de lo afectivo y tratar de utilizar una metodología, criterios de trabajo, criterios de análisis más cercanos a lo científico que a lo emotivo.
EC - Usted ha trabajado junto a su hermano en política desde la primera campaña electoral que él tuvo que enfrentar, la de 1989, cuando lo postularon a la Intendencia de Montevideo (IMM).
JV - Sí, es cierto.
EC - En su currículum dice que en las tres campañas para presidente usted ha integrado el "equipo logístico" de Tabaré Vázquez. ¿Cómo define el cargo que hasta ahora desempeñó? ¿Secretario, secretario político, consejero principal, oreja en la cual descargar angustias y dudas, guardaespaldas, un poco de todo eso...?
JV - Hay una confusión importante de roles en la medida en que de pronto no se conoce bien la función. La cosa arranca en lo que decíamos recién, primero niveles de confianza que habilitan a pedir cosas, preguntar cosas, en fin. Por otra parte yo tengo una formación en el área de administración, creo que bastante importante, que me permite...
EC - De administración hospitalaria, sobre todo.
JV - Sí, administración de servicios de salud. Pero en general cuando uno hace administración de servicios utiliza los criterios de administración que son comunes para todas las cosas, incluso para administrar la vida de uno. En ese sentido el apoyo logístico está dado en que uno tiene que tener la capacidad de prever las cosas que eventualmente pueden suceder, manejar los recursos humanos, materiales, a veces financieros, disponibles, necesarios para poder desarrollar determinado tipo de actividad, incluso para poder prevenir aquellas cosas que se pueden dar como imponderables.
Ha sido más que nada el apoyo logístico a su actividad como candidato, al principio como candidato a intendente y luego como candidato a presidente. Quiero aclarar que en la primera etapa mi labor fue muy restringida y luego fue más intensa cuando se postuló como candidato a la Presidencia. Básicamente es eso, no tiene grandes misterios.
EC - Dicen quienes lo han visto trabajar que Tabaré Vázquez es un hombre muy compartimentado, que va poniendo límites muy estrictos a su alrededor para poder desarrollar su actividad. Por ejemplo, que en las giras por el interior no tiene tiempo para reuniones con los dirigentes locales. También en las giras siempre se hace un tiempo para dormir una siesta y hasta para caminar solo un rato. ¿Hay que entender que a usted entre otras cosas le corresponde cubrirlo para que esos límites puedan existir y funcionar?
JV - No es una tarea exclusivamente mía. El equipo que trabaja con el presidente electo va entendiendo cuál es su forma de trabajo. Son improntas que hay que respetar porque fundamentalmente el equipo de apoyo a un dirigente político tiene como objetivo fundamental que éste pueda realizar su trabajo político, todas las otras cosas que tienen que ver con el entorno de ese trabajo tienen que ser responsabilidad de otro. Si uno busca que sea eficiente en su trabajo, ese trabajo tiene que estar reglado, tiene que ser metódico, tiene que estar muy bien pautado, tiene que tener en cuenta algunos imponderables, y por supuesto, hay cosas que se salen de programa y uno tiene que tener la suficiente capacidad de análisis para poder implementar algunos cambios sobre la marcha que siempre son necesarios.
EC - Mucho se especuló también a propósito del dispositivo de seguridad que Tabaré Vázquez usa. Ha sido un aspecto polémico porque todo indica que es más fuerte o más numeroso que los que han tenido o tienen otros dirigentes políticos uruguayos. ¿Cuántas personas lo integran?
JV - Se ha hablado bastante del tema y se ha hecho cierto misterio. Primero, antes de hablar del número de personas, del dispositivo o lo que sea, hay que ver las características que tiene el presidente electo. Usted habrá podido apreciar que son miles las personas que concurren a todos los actos, cuando uno prevé alguna cosa la realidad siempre lo desborda. Para nosotros era impensable en algún momento que en el interior del país se pudieran hacer actos con 5, 6, 8.000 personas, cosas que efectivamente se hicieron. Con una característica muy particular: el doctor Vázquez tiene un contacto muy estrecho con la gente, la gente busca tener un contacto muy estrecho con él; y la firma de banderas, de autógrafos, sacarse fotos, querer tener un contacto directo son cosas muy frecuentes, muy importantes y muy fuertes.
Si de alguna manera uno no controla eso se pueden vivir situaciones bastante difíciles, no digo de riesgo. Imagínese que usted va a un acto en el que hay 3.000 personas y 200 lo quieren saludar y le palmean la espalda; lo más probable es que usted al otro día no pueda mover su hombro de tanto golpe que recibió. O que vienen 20 o 30 personas con sus banderitas y sus cosas, con los palitos, las astas de las banderas... probablemente usted termine lesionado. Ésas con las cosas que uno tiene que cuidar para que el que está desempeñando una actividad política pueda desempeñarla seriamente, con tranquilidad, que tenga un buen contacto con la población, que pueda comunicar sus ideas, que pueda ser receptivo, protegiéndolo de alguna manera de todo este entorno, que no digo que sea peligroso ni riesgoso, pero tiene sus dificultades, sus características.
EC - ¿Pero hubo también en juego en algunos momentos riesgos para la vida del doctor Vázquez, hubo amenazas o posibilidades en ese sentido?
JV - No, no, nunca lo percibí en ese sentido.
EC - ¿No? Se habló también de eso.
JV - Pero no fueron situaciones reales.
EC - ¿En definitiva cuánta gente trabaja en seguridad, o ha trabajado en la campaña electoral con el doctor Vázquez?
JV - En general se considera seguridad cuando se hacen los actos a la gente que está dividiendo la zona donde se están haciendo los discursos o se está dando la participación de los dirigentes políticos de la zona donde está el resto de la población. Depende de la magnitud del acto la cantidad de compañeros que participan en esa actividad, no es lo mismo un acto de 200 personas que un acto de 3.000, o el acto de cierre, al que fueron varios cientos de miles de personas. Además hay que cuidar otras cosas más que no son el estrado, a veces los locales o cosas que hay alrededor. Por eso el número de personas asignadas a esa actividad depende de la actividad. Son compañeros del FA.
EC - ¿Pero cuántos han llegado a ser?
JV - Depende, hay actividades que llevan cientos de personas.
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EC - En definitiva: nombre para el cargo que usted desempeñó hasta ahora no terminó habiendo...
JV - No, no existe, no conozco un nombre para eso. No tengo la menor duda de que en los otros partidos debe haber alguien que hace cosas similares, lo que pasa es que no está conceptualizado como un cargo.
EC - ¿En qué temas funciona usted como asesor?
JV - Eso de asesor... El doctor Vázquez tiene una característica muy particular, le gusta preguntar, le gusta que la gente participe de alguna manera en su tarea, y con mucha frecuencia se informa, pregunta, qué les parece lo que pasó con tal cosa, cómo se desarrolló tal actividad, tal acto, cómo se desarrolló el discurso, los problemas que nos han planteado...
EC - ¿En qué medida usted tiene espacio para la crítica, para la discrepancia?
JV - Total libertad para la crítica, en ese sentido...
EC - No, supongo que libertad tiene, ¿pero en qué medida a usted le resulta cómodo efectivamente ir por ese lado?
JV - Lo puedo hacer, como lo pueden hacer otras personas también. El doctor Vázquez es muy abierto a la crítica, se enriquece con la crítica como todas las personas. No se olvide que tiene una formación universitaria muy importante y uno se alimenta de las cosas que hace bien y de las que no hace bien.
EC - Cuando usted habla con él, cuando opina sobre determinados temas, ¿desde qué posición política lo hace?
JV - Como frenteamplista.
EC - ¿Dónde está parado hoy usted dentro del FA? ¿Es un independiente o tiene alguna preferencia sectorial?
JV - Soy independiente. Y expresamente me he definido y me he mantenido independiente, sobre todo después de la dictadura, de salir de la cárcel, me di cuenta de que era imprescindible un período de adaptación a la sociedad.
EC - Recordemos: en los años 60 usted militó en la OPR-33, Organización Popular Revolucionaria 33 Orientales, que era un grupo armado de origen anarquista.
JV - Permítame terminar de definir la primera idea. Creo que lo importante de todo esto es cómo uno encara la actividad política. Hay que ser crítico, uno tiene que tener la posibilidad de participar, de decir las cosas. Yo le decía que me había mantenido independiente expresamente porque necesariamente había un período de adaptación, casi como que uno venía con soluciones viejas para problemas nuevos.
EC - Eso fue lo que sintió usted a la salida de la cárcel.
JV - Exactamente.
EC - Eso incluso lo llevó a dejar la militancia sindical en el Clínicas.
JV - Sí, cuando salí de la cárcel y me reintegré a mi trabajo fui reintegrado a mi actividad sindical, fui reintegrado al cargo que tenía en la Comisión Directiva del Hospital de Clínicas como representante del orden no docente, y ahí tuve contacto con las primeras dificultades de haber estado alejado de la realidad social durante muchos años.
EC - Usted estuvo preso 12 años.
JV - Doce años, muchos años. Y durante esos 12 años había operado en nuestra sociedad una serie de criterios, de valores distintos de los que uno conocía. La sociedad había transitado una serie de problemas que uno había vivido de manera diferente en la cárcel y por supuesto que las respuestas que uno tenía para esos problemas no eran las mismas que tenía la gente que no había transitado las experiencias que habíamos tenido nosotros.
En ese sentido fue que expresamente defino que voy a mantenerme independiente de los grupos políticos porque me parecía que necesariamente había que tener un período de adaptación y eso fue lo que hice.
Posteriormente me seguí manteniendo independiente porque aún considero que la verdad absoluta en política no está en ninguno de los grupos en particular sino que las verdades, en el error, en el acierto, de los distintos grupos son lo que enriquece a la fuerza política en su conjunto. La diversidad de opiniones, los distintos actores, el análisis en profundidad y la necesidad de hacer una síntesis es lo que le permite tener un desarrollo quizás distinto y a mi entender muy bueno a esta fuerza política, y fue lo que le permitió tener el nivel de aceptación que ha tenido en los últimos tiempos.
EC - ¿Qué queda en usted de sus años 60, de su época anarquista, incluso integrando una organización armada? Usted llegó a participar en operativo de secuestro.
JV - Sí, tuve una participación relativa. Mi participación en ese hecho fue de apoyo desde el punto de vista asistencial, de sanidad.
EC - Estamos hablando del secuestro Sergio Hugo Molaguero, hijo del propietario de la fábrica Seral, en Santa Lucía, en mayo de 1972.
JV - Tenemos que llegar a la conclusión de que Uruguay hoy en día es como es porque también tenemos una historia que es como es. Y nuestra historia está plagada de cosas de este tipo, está plagada de dificultades, de guerras, de enfrentamientos no tan lejanos. Esto de lo que estamos hablando fue hace 30 años, pero 100 años atrás blancos y colorados se mataban en las cuchillas, se mataban entre familiares, son cosas que todos sabemos muy bien. Es la impronta que tiene la historia de Uruguay y que hace que hoy sea como es y no otro, y los uruguayos la tenemos que asumir no pensando para atrás sino que esas cosas que pasaron nos tienen que servir para capacitarnos, para formarnos, para ser reflexivos y, sin olvidarnos de lo que pasó, pensar en la posibilidad de un Uruguay mejor, de un Uruguay distinto.
EC - ¿Qué le dejaron a usted aquellos años?
JV - Primero una experiencia bastante importante. Yo no soy de los que se arrepienten del pasado, ni de los que borran con el codo lo que escribieron con la mano. Asumo mi pasado como es, de lo que hice no me arrepiento porque lo hice convencido. Hay una cosa que uno tiene que tener en cuenta: uno no puede pensar los problemas de antes con la capacidad de razonamiento que tiene hoy en día, sería como hacer futurología, como decir: ahora no voy a hacer tal cosa porque si no dentro de diez años va a suceder tal o tal otra. Uno tiene que asumir, la sociedad tiene que asumir que Uruguay es así, que las cosas que pasaron, pasaron. La gente tiene necesidad de saber todo lo que pasó, no podemos tener agujeros negros en nuestra memoria porque esas son las cosas que nos impiden desarrollarnos.
EC - Y habiendo sido guerrillero... ¿Usted se consideraba guerrillero?
JV - No, para nada.
EC - ...militante de una organización clandestina que encaraba la lucha armada...
JV - No, para nada. No pensemos el Uruguay de aquel entonces con la cabeza de hoy, no cometamos ese error. En aquel entonces estoy hablando de la década del 60, principios del 70 uno concebía la guerrilla como la había conocido, guerrilleros era lo que se manejaba en Bolivia, en Cuba. Aquí existió una cosa distinta, diferente, quizás producto de que Uruguay habilitaba determinadas actividades políticas y otras no. Quizás si Uruguay hubiera sido diferente en ese momento algunas cosas no se hubieran dado. Yo he tenido oportunidad no hace mucho tiempo de hablar con gente que integró las fuerzas policiales de aquel entonces y me decía con total honestidad: haciendo un análisis retrospectivo del problema consideramos que hubo un montón de cosas que se podían haber evitado, sin embargo no se evitaron. Quizás en ese momento no hubo la capacidad por parte de los actores políticos no responsabilizo a nadie en particular de poder buscar formas distintas de expresión política.
EC - Mi pregunta era: habiendo usted intentado aquel camino en aquellos años de los 60 y principio de los 70, ¿cómo le resulta este salto que está a punto de dar cuando va a asumir como prosecretario de la Presidencia de la República?
JV - Para mí no hay caminos diferentes, para mí es el mismo camino, son distintas situaciones políticas. No es porque yo vaya a asumir ahora una Prosecretaría de gobierno que pienso diferente de lo que pensaba en aquel entonces, indudablemente debo pensar diferente, como debe pensar usted y como debe pensar un montón de gente porque ha pasado un montón de años que ha condicionado nuestro pensamiento. Es así, no podemos quedarnos estancados en el tiempo, el ser humano es un ser en desarrollo. Yo no digo que sea mejor ni peor que 30 años atrás, digo que soy distinto porque tengo 30 años de historia que antes no tenía. Digo que sigo pensando lo mismo, que no he cambiado de ruta porque mi planteo, mis aspiraciones desde el punto de vista político no desde el punto de vista político-partidario, yo no tengo ningún interés en tener ningún protagonismo desde el punto de vista de cargos políticos son que tenemos que transitar hacia lo mismo, a buscar la manera de que todos los uruguayos podamos lograr un país mejor.
Los escenarios políticos son distintos, hoy en día las posibilidades de participación y de que se puedan expresar determinadas ideas son distintas de las que existían 30 años atrás, hace 30 años no podíamos estar haciendo este programa, usted no podía estar preguntando lo que me estaba preguntando ni yo le podía estar contestando lo que le estaba contestando. Hoy día lo estamos haciendo porque este Uruguay lo hicimos entre todos los uruguayos de esta manera y no de otra. Probablemente en otros países lo que estamos hablando hoy acá no se pueda hablar, quizás ni siquiera les importe, y a nosotros sí nos importa. Eso es bueno, tenemos que pararnos en esta situación no para mirar el pasado en forma estigmática sino para mirar el futuro en forma positiva.
Hay que aprender a ser muy buen negociador, decir: para lograr tal cosa, ¿cuánto estoy dispuesto a hipotecar? Cotelo, ¿cuánto hipotecaron los uruguayos para poder tener el Uruguay que tienen hoy en día? Y de acá en adelante, ¿cuánto estamos dispuestos a hipotecar para tener un Uruguay mejor? Todos.
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EC - ¿Qué impronta piensa darle al cargo de prosecretario de la Presidencia de la República?
JV - Todavía es muy prematuro para decir qué impronta uno le puede dar. Estamos en la etapa de acceder a la información necesaria para ubicarnos en el cargo, para poder hacer un diagnóstico con los datos imprescindibles para ello y ver cuáles serían los próximos pasos a seguir en este tema. Que no es un tema fácil.
EC - ¿Cómo es eso de la distribución de las oficinas de la Presidencia entre el Edificio Libertad, la residencia de la avenida Suárez y la propia casa personal del doctor Vázquez? ¿Va a seguir viviendo allí? ¿Eso se mantiene?
JV - Sí, el presidente electo ha definido que va a seguir viviendo en su casa de la calle Buschental. Por otro lado yo he estado viendo algunas de las dependencias donde se desempeña la Presidencia y en principio el presidente electo quiere ver la posibilidad real de trabajar desde Suárez. Es un lugar bastante tranquilo para trabajar. Yo creo que es imprescindible, sobre todo dadas las características del doctor Vázquez, tener un lugar tranquilo donde uno pueda pensar, producir, tener reuniones con ciertos niveles de tranquilidad. El Edificio Libertad no reúne esas características por su propio carácter de edificio, tiene muchos cientos de funcionarios, con entrada y salida permanentemente de gente, en fin.
Pero de todas maneras no se va a poder hacer las cosas exclusivamente en un lugar porque la infraestructura que tienen uno y otro lugar son diferentes, la cantidad de información que se guarda en un lugar y otro es diferente. En los últimos días con el doctor Costa estuvimos viendo la posibilidad de establecer una red de comunicación informática entre Suárez y el Edificio Libertad, si lo podemos hacer en los meses de enero y febrero para dejar acondicionado en marzo Suárez y poder acceder a la información con más facilidad que hoy en día.
EC - Entonces se mantiene la decisión de que las oficinas del presidente de la República estén en la residencia de la avenida Suárez.
JV - En principio sí.
EC - Y el cargo de prosecretario de la Presidencia, ¿cómo lo encara, cómo lo define?
JV - El cargo de prosecretario, en la medida que he ido teniendo contacto con el tema empieza a tener perfiles distintos de lo que al principio parecía. La primera descripción de cargo que tengo de la Prosecretaría dice algo así como: "Deberá estar presente junto con el secretario en los acuerdos con los ministros, en la reunión que hace el presidente en conjunto con todos los ministros; se hace responsable de los proyectos que él declara de interés particular y todas aquellas tareas que le delegue". Una cosa muy general y muy ambigua.
Después se le adjudicó a la Prosecretaría la responsabilidad de ser la presidencia de la Junta Nacional de Droga. En casi todos los países este organismo se pone a nivel de la Presidencia de la República; es cierto que este organismo tiene contactos internacionales bastante importantes más allá del trabajo que hace a nivel nacional.
Después junto con esto se le agregó el control de lavado de activos, sobre todo aquellas cosas que están ligadas al narcotráfico y al terrorismo. Y últimamente se le agregaron algunas responsabilidades más desde el punto de vista de la administración de recursos humanos, como implementación de sumarios, traslado de funcionarios, sanciones en la órbita del inciso Presidencia de la República.
EC - Son todas tareas que va a desarrollar.
JV - En principio si desempeño el cargo las voy a desarrollar, y veremos después, porque el presidente electo ha definido que se va a transitar un período de toma de conocimiento, de acumulación de datos, de diagnóstico y luego tal vez se proceda a eventuales cambios en la estructura del gobierno.
EC - Así que, como lo decía, en particular bajo su responsabilidad estará la Junta Nacional contra la Droga. Curiosamente, si bien ese problema, la drogadicción, es un problema muy serio a nivel mundial y en Uruguay también con características muy particulares, no suele formar parte del discurso de los dirigentes del EP-FA. No se escucha hablar de la droga en los actos, en las alocuciones, incluso espontáneamente no sale el tema en las entrevistas que uno hace con dirigentes del Frente. ¿Cómo piensa manejarlo?
JV - Sin embargo yo he participado en algunas reuniones políticas que ha tenido el presidente electo, sobre todo en el interior del país con jóvenes, donde los jóvenes han planteado el problema y se ha hablado del tema. El tema de la droga es muy importante no lo creo yo, lo cree todo el mundo, tan es así que hoy en día no debe haber padre que no se plantee cuando los hijos son chicos si no serán drogadictos cuando sean grandes.
EC - Usted tiene hijos de 34 años, 17, 13 y 11. O sea que por todas esas preocupaciones ya pasó.
JV - Y sigo pasando.
EC - ¿Entonces?
JV - No pasa solamente por que los padres se preocupen o por que expresamente hagan un trabajo de concientización con los hijos para que no sean drogadictos o que no vayan a caer en la tentación o en la trampa, esa mística que hay alrededor de la droga. Creo que la familia cumple un rol muy importante, pero este es un problema social del que la mayoría de la población no está exenta. En algunas reuniones hechas con los jóvenes se aportaron cosas muy interesantes, recuerdo un joven que decía: "A mí me critican porque yo consumo, pero mis padres consumen Lexotan todos los días para poder dormir", o determinado familiar tomas bebidas alcohólicas, entonces nos dividimos entre los que consumen drogas legales y los que consumen las ilegales. Cada uno defiende desde su punto de vista si consumo sí o consumo no, si hay que cortarlo del todo o no, si hay que tratar de evitar daños mayores.
La sociedad en este momento está metida en ese problema, no toda la sociedad porque hay mucha gente que no lo habla, pero la mayoría de los uruguayos vive con el temor a esa espada de Damocles, de que en algún momento le vaya a tocar.
EC - ¿El FA ya está preparado para manejar este tema? Usted, como futuro responsable de la Junta Nacional contra la Droga, ¿ya tiene lineamientos básicos?
JV - La que tiene lineamientos básicos es la Junta Nacional contra la Droga; cuando tenga contactos con la Junta voy a ver en qué anda, veremos cuáles son las acciones que se han hecho y las que están planteadas.
EC - Usted conoce básicamente lo que se ha hecho hasta ahora.
JV - Sí...
EC - ¿Qué opinión tiene?
JV - Mi opinión realmente no vale, porque si bien conozco, conozco como la mayor parte de la población, no he estado integrado a la comisión ni he tenido contacto estrecho con ninguno de sus integrantes. Pienso que se ha trabajado seriamente, no sé si se han alcanzado todos los resultados esperados porque para eso tendría que conocer cuál es el programa global de la Junta y realmente en este momento no lo conozco.
EC - Por último una objeción que circuló incluso entre dirigentes de izquierda cuando se supo que usted iba a ser el prosecretario de la Presidencia. Hay quienes opinaron que podía ser el primer error de su hermano nombrar a un familiar en un cargo de gobierno, sobre todo teniendo en cuenta cómo se ha criticado a colorados y blancos por designar a gente directamente relacionada en posiciones en el Estado. ¿Usted ha pensado en eso, en ese debate?
JV - Sí, sí, lo he pensado, lo he pensado desde hace muchos años, ésta no es una situación nueva. Cuando el doctor Vázquez accedió a la IMM hubiera sido fácil que yo pasara a desempeñar un cargo de confianza, sin embargo no lo hice. Cuando se llamó a concurso para las policlínicas municipales muchos de mis propios compañeros me plantearon que me presentara porque tenía una carga horaria menor a la que estaba desempeñando en ese momento en el hospital y además tenía un sueldo mayor. Sin embargo no me presenté porque por primera vez la izquierda accedía en Uruguay a un cargo de responsabilidad de gobierno y nos parecía a mí personalmente me parecía que había que dar una señal bien clara en el sentido de que no era la oportunidad para acomodar a familiares y amigos, sino para hacer un trabajo político en beneficio de todos los ciudadanos del departamento.
En esta situación uno se plantea la misma interrogante, pero creo que esta situación es diferente. Primero, la izquierda en Uruguay ya tiene unos cuantos años, en la IMM tiene unos cuantos años de gobierno, se ha demostrado claramente que acá no hay acomodo desde el punto de vista político y además durante toda la campaña electoral el presidente electo ha dicho que esto no un problema de cargos sino de responsabilidades políticas.
Se fijaron algunos criterios para el desempeño de determinados cargos, uno es que hay que tener idoneidad técnica, hay que saber del tema, los cargos de responsabilidad política no son premios consuelo: al que no es votado se le da un carguito... No, hay que tener aptitud técnica.
Segundo, hay que tener aptitud moral. Y tercero, estar de acuerdo con el programa que propuso e hizo el FA-EP-NM con participación importante de la población de este país y que votó una inmensa mayoría de los ciudadanos, que obtuvo más del 50 por ciento y estuvo un 17 por ciento por encima del segundo partido. Y las personas que reúnan esas condiciones, que tengan aptitud técnica, que tengan aptitud moral y que apoyen el programa que eligió la inmensa mayoría de la población, pueden desempeñar el cargo. Ser hermano o no en esta circunstancia es una cuestión aleatoria, no primó mi parentesco familiar sino mi formación desde el punto de vista técnico y profesional y los niveles de confianza que como usted ha manifestado se vienen desarrollando en la actividad política desde hace bastantes años.
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EC - Han llegado varios mensajes de la audiencia con preguntas, con saludos. Le menciono uno: "Para Jorge Perro Vázquez: Un agradecimiento grande por tu labor en la enfermería del penal de Libertad durante tantos años". Es un mensaje que viene de la zona de Pocitos, no se entiende bien el nombre. A propósito, ¿por qué le dicen "Perro"?
JV - La verdad: no sé. Fue un apodo que me pusieron en la época en que estuve detenido, al principio, al inicio de mi detención. De ahí en adelante una gran cantidad de gente me ha seguido llamando por ese apodo y como la dictadura tuvo la virtud de concentrarnos a muchos ciudadanos de todo el país en un mismo lugar nos conocimos en el mismo lugar cientos de detenidos políticos y hoy en día puedo decir con satisfacción que recorro el país y me encuentro con cientos de compañeros y con todos ellos me puedo mirar de frente, recibo saludos de este tipo. Es una satisfacción desde el punto de vista personal.
EC - Así que es un apodo relativamente reciente, no viene de la niñez, de la infancia.
JV - De la infancia no, pero muy reciente no es, debe tener como 35 años.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Caterina Notargiovanni