Elecciones del FA

El día después de mañana

Candidatos . adhoc FOTOS
Candidatos adhoc FOTOS

Es difícil analizar un acto electoral sin conocer el resultado, más que la cantidad de votantes. Pero quiero detenerme en un asunto preocupante como lo es la agresividad con que transcurrió esta elección, sobre todo en las redes. Casi propio de patoteros.

Durante todo este tiempo me preguntaba como harían para convencer de volver a votar a alguien que trataron de traidor o desertor o de aliado de tal o cual dirigente opositor sólo por no ir a votar o expresar sus discrepancias.

Se han exacerbado demasiado las posiciones. Hoy algunos piden la cabeza de quienes hasta hace poco tiempo eran admirados por sus aportes. No quiero poner nombres, pero es medio ezquizofrénico lo que ocurre.

El Frente Amplio es la organización política que tiene el gobierno. Y no existe ninguna circunstancia que hoy amenace la institucionalidad. Por razones difíciles de precisar, muchos prefirieron llevar este acto electoral a un punto de ruptura. De eso no se vuelve.

Y este es uno de los problemas que tiene esta fuerza política: la ausencia de una idea común que les permita mantener la mística frenteamplista.

Todo el mundo sabe que hoy conviven dos frentes dentro del frente. Con estrategias bien diferentes pero que no son tan públicas. Si acaso lo poco que sabemos es la rispidez del debate público. El caso Ancap fue bien revelador. Y hoy también lo es la política económica.

Estamos de acuerdo con todas las acciones que en un estado democrático-republicano, contribuyan a fortalecer a los partidos políticos. En ese marco tenemos una visión positiva de este acto electoral. Pero no tenemos grandes expectativas de que algo vaya a cambiar cuando se conozcan los resultados definitivos.

El FA debería ser el motor del gobierno. Debería estar inundándolo de ideas y proyectos. En lugar de defender tantas chacritas internas, debería estar buscando soluciones a los grandes problemas nacionales. Que todos tenemos una idea de cuales son y no son precisamente quien será el presidente del FA, o como se integrará el plenario.

Pero lo que uno puede ver es que esa idea de Frente Amplio colectivo ya no existe. La idea de transformar la sociedad a partir de un mayor protagonismo de la gente, es algo del pasado. Y lo peor es que esta izquierda que hizo un principio de la ética política termina justificando todo lo que la Justicia no juzgue.

El Frente debe hacerse cargo de este cambio. Debe hacerse cargo de haber liquidado toda forma de debate que no vaya en el sentido de lo que un pequeño puñado pretende. Debe hacerse cargo de la pérdida absoluta de la fraternidad en la discusión. Debe hacerse cargo de haber acallado el pensamiento crítico.

Y debería trabajar mucho más para que la idea de ser de izquierda sea algo más que un sello que alguien coloca en el termo, pero sin saber muy bien de qué trata.

El FA ha tenido muchos aciertos, que no es necesario propagandear porque el ciudadano los vive. Pero debe hacerse cargo de sus fracasos. Que los ha tenido y muchos no son la oposición, ni los medios los responsables.

Tal vez a partir del reconocimiento sincero de sus errores, comience a tejer una nuevo acuerdo político con sus electores. De otra manera, el futuro no se le presentará nada prometedor.

La columna de Carlos Peláez