Entrevistas

Gargano: diferencias políticas con Estados Unidos no impiden afianzar comercio

Gargano: diferencias políticas con Estados Unidos no impiden afianzar comercio

Hombre clave en la izquierda desde hace décadas, el socialista Reinaldo Gargano dirigirá las relaciones exteriores. En ellas, el intercambio con Estados Unidos será fundamental y afirmó que no recibió condicionamientos "de ningún tipo" de ese país. Dijo que nunca se planteó que Batlle pudiera ser embajador en Washington.

(Emitido a las 9.11)

EMILIANO COTELO:
¿Cómo serán las relaciones con Estados Unidos en el gobierno de Tabaré Vázquez? ¿Cómo se inscribirá ese vínculo en el conjunto de la política exterior del gobierno electo? ¿Con qué criterios se nombrará a los embajadores?

De esos y otros temas vamos a conversar con el senador Reinaldo Gargano, del Partido Socialista, futuro ministro de Relaciones Exteriores.

***

Senador Gargano, algunos datos: actualmente el 50 por ciento de la producción láctea nacional se vende a Estados Unidos y México; solo Estados Unidos adquiere del orden del 70 por ciento de las exportaciones de carne uruguaya; este año nuestras ventas a Estados Unidos en materia de carne andan ya por los 340 millones de dólares; y si consideramos todo el comercio importador y exportador con Estados Unidos vemos que en los últimos diez años ha crecido un 90 por ciento.

Son algunos números nada más. Podría agregar que este año las exportaciones totales a Estados Unidos ya superan los 500 millones de dólares. Parece claro que Estados Unidos ha pasado a ser un socio comercial muy relevante para Uruguay.

Pero ocurre que la izquierda ha tenido históricamente discrepancias políticas de fondo con los gobiernos estadounidenses, en especial con el actual, con la administración Bush. Entonces, ¿cómo manejará el gobierno de Tabaré Vázquez la relación con Estados Unidos?

REINALDO GARGANO:
Se lo dije personalmente el otro día al embajador Martin Silverstein en una conversación muy buena que tuvimos con Belela Herrera y el secretario político de la embajada: hay que mejorar la relación, incrementar el comercio, aumentar el intercambio cultural; tenemos decenas de miles de uruguayos viviendo en Estados Unidos.

Hay un hecho claro, es evidente que nuestras exportaciones de carne a Estados Unidos han marcado un récord histórico. Esto tiene dos causas fundamentales, una es la calidad de nuestros productos y la otra es el hecho de que muchos abastecedores no pueden llegar a Estados Unidos porque tienen epizootias que están condenadas a interponerse como barreras al ingreso. Me refiero al tema de la vaca loca.

EC - Y se refiere a Canadá concretamente.

RG - Y me refiero a Canadá, de modo que hay un factor coyuntural que también incide en esto. Yo le dije: nuestro propósito es que si mañana se supera el factor coyuntural las exportaciones, no sólo de carne y lácteos sino de otros productos manufacturados –no sólo commodities–, lleguen a las casas de los estadounidenses porque extendamos una red de gente que se preocupe por incrementar esas exportaciones y por encontrar los lugares donde esos productos tengan una amplia aceptación. Yo creo que la tienen porque son muy buenos y porque si nos proponemos extender esa red... Y yo tengo propuestas de la Unión de Exportadores pero también del sector de empresarios individuales que tienen ideas muy claras acerca de cómo poner en funcionamiento mecanismos que nos permitan obtener que la emigración.

Esto se dijo el otro día en una reunión muy buena a la cual los medios no le dieron mucha importancia pero que se llamó la reunión de la diáspora, donde estuvieron Enrique Iglesias, el delegado del Fondo de Naciones Unidas para la Exportación, donde estuvo Álvaro Portillo, el ministro de Relaciones Exteriores y el rector de la Universidad. Los uruguayos hemos tenido la desgracia de que un 15 por ciento de nuestra población haya tenido que emigrar. Enrique Iglesias dijo: "Imagínense este porcentaje aplicado a Brasil, serían 30 millones de habitantes", una cosa desmesurada que pone los pelos de punta y que obliga al país a pensar muy seriamente en la emigración. Nosotros lo estamos haciendo, estamos trabajando rápidamente en el nuevo proyecto de ley que vamos a enviar a las cámaras sobre el voto epistolar, pero también sobre cómo esta gente que es altamente calificada, que ha emigrado debido a que no ha encontrado oportunidades aquí pero que las encontró en otro lado y son empresarios con éxito o trabajadores técnicos de alta calificación, puede servir de punta de lanza de la vinculación de nuestro mercado con el mercado estadounidense, con el mercado europeo, con el mercado asiático, etcétera.

EC - O sea que la intención es fortalecer la relación comercial con Estados Unidos y en particular nuestras exportaciones.

RG - Exactamente. También hay que tener en cuenta que la cosa viene de vuelta, que Estados Unidos va a pretender vender más. Una cosa que la gente no recuerda –lo comprendo en gente muy joven– es que desde antes de la segunda guerra mundial, desde 1920, Estados Unidos ha sido el principal proveedor de bienes de capital, máquinas, herramientas y automotores a Uruguay, también de electrodomésticos, toda la tecnología de punta que hubo desde aquel momento hasta el presente. Siempre fue un socio muy importante, los camiones eran los Ford, los Chevrolet y los autos también. Es recién al final de la década de los 70 que comienza a aparecer en el mercado uruguayo la producción del sudeste asiático, cosa que no vamos a descuidar tampoco.

Por lo menos mi pretensión en las vinculaciones que he tenido con el embajador de Japón y con el presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales del Parlamento japonés ha sido incrementar los contactos y buscar abrir ese mercado a la producción uruguaya, dado que nuestro mercado está abierto a la producción de ellos.

EC - Volviendo a las intenciones del gobierno que se instalará el 1 de marzo en cuanto a la relación comercial con Estados Unidos, ¿es viable pensar en intensificar por ejemplo las exportaciones? ¿Qué respuesta dio el embajador Silverstein?

RG - Creo que está de acuerdo, me parece que estamos absolutamente de acuerdo en que se puede ir más allá de lo que se ha ido hasta ahora si se trabaja con intensidad y persistencia en ello.

EC - ¿Cómo juega el factor político de por medio?

RG - Mire, Venezuela tiene, como dice el doctor Batlle reiteradamente, 7.000 estaciones de venta de nafta en Estados Unidos y es el tercer abastecedor de petróleo de ese país. Y Estados Unidos le vende alimentos en una enorme proporción...

EC - Usted menciona el ejemplo de Venezuela porque son notorias las diferencias entre Chávez y Bush.

RG - También le vende mucho en materia agrícola a Cuba. ¿O no? Me lo dijo el otro día Silverstein y lo dijo también el encargado de negocios de Estados Unidos en Cuba. Es decir que tener diferencias importantes, grandes, en materia de política exterior, de cómo se llevan en el mundo las relaciones internacionales y demás, no obsta para que se desarrollen otras acciones de tipo diplomático que permitan afianzar las relaciones comerciales.

Cambio de ámbito: mucha gente tenía a China Popular como enemigo público número uno porque era más rabiosamente anticomunista que antisoviética, y sin embargo optó por mantener relaciones comerciales con la República Popular China porque no se puede ignorar la existencia de un mercado de 1.200 millones de habitantes. Como yo he dicho: si uno tiene ideas buenas, humanitarias, políticamente amplias en materia democrática, muchas veces puede incidir mucho más si está cerca del interlocutor que si se aleja por todos los medios. Y yo quiero estar cerca en todos lados. Esto también se aplica a Estados Unidos: para que nos comprendan mejor, nos entiendan mejor a nosotros y a América del Sur.

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EC - Usted decía que la intención es incrementar el flujo comercial, especialmente si es posible aumentar nuestras exportaciones a Estados Unidos y en el rubro productos manufacturados, no sólo materias primas. También ha dicho que por encima de todo se pondrá el acento en el fortalecimiento del Mercosur y de la Comunidad Sudamericana de Naciones, pero no en el ALCA. ¿Entonces?

RG - Explico. La gente tiene que estar en conocimiento de que una zona de libre comercio entre Estados Unidos y el resto de los países de América Latina supone borrar las barreras arancelarias con un país que tiene una tecnología muy avanzada, que tiene una producción altamente competitiva, que produce en masa y que si se le abre el camino sin más para que aumente la escala puede inundar y aniquilar industrias tan poderosas como la brasileña.

¿Usted cree que los brasileños se resisten a la zona de libre comercio porque son enemigos de la política de Estados Unidos? Quizás muchos de ellos sean tan conservadores como algunos integrantes del gobierno de Estados Unidos en el plano político, pero desde el punto de vista comercial defienden sus intereses. América del Sur... hablo de América del Sur porque el mercado centroamericano está muy controlado por Estados Unidos desde hace muchos años, no voy a hablar de historia, pero allí por diversos métodos la presencia predominante es Estados Unidos. El crecimiento sostenido de nuestras economías, me refiero fundamentalmente a la economía industrial, la que da trabajo permanente, dura bastante y permite planificar a mediano plazo al inversor y al trabajador –a eso se le llama crecimiento sostenido–, que se va a lograr si podemos ocupar los espacios que nos corresponden en América del Sur, un mercado de 400 millones de habitantes.

Este es el continente más rico del planeta, tenemos un lago de petróleo en Venezuela, una Bolivia que vive con yacimientos de gas, la producción de alimentos más grande del mundo. Si sumamos Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay la magnitud de nuestra incidencia en los mercados va a ser muy importante. Es necesario conseguir una voz común y además entendernos entre nosotros para ir asegurando una infraestructura que nos permita vincularnos con facilidad.

EC - ¿Entonces el criterio es no al ALCA?

RG - No, no, negociar después en bloque con Estados Unidos y los integrantes del Nafta.

EC - Negociar en bloque con Estados Unidos. ¿Quiénes negociarían en bloque?

RG - Los que pertenecemos al Mercosur tenemos una norma –la vi publicada en la prensa de ayer y la repasé esta mañana antes de hablar con usted– que indica que la negociación con quintos países se hace en común, por eso con la economía europea negociamos en común. Y la Unión Europea es muy importante para nosotros, el 25 por ciento del comercio uruguayo va hacia allí.

EC - ¿Eso implica que el gobierno del doctor Vázquez no aspirará a un tratado bilateral de libre comercio con Estados Unidos como sí buscó este gobierno?

RG - No está en el programa. En el programa está buscar esta línea de trabajo que le digo: negociar un proceso de integración con el resto de los países de América del Sur a través de una expansión del Mercosur –algo que ya ha hecho integrando como socio a Perú y ahora a Ecuador y Venezuela– y de buscar consolidar la Comunidad Sudamericana de Naciones. Eso lleva consigo no dar pasos apresurados ni dejar de empezar, tenemos que empezar ya para que los resultados se vean en forma muy positiva al final de la gestión de este nuevo gobierno que empezará recién el 1º de marzo.

EC - Con Estados Unidos sí se ha firmado un tratado recíproco, un tratado bilateral de protección de inversiones.

RG - Sí, se ha inicialado, que es distinto de firmado.

EC - Está bien, se ha inicialado. Le corresponderá al próximo gobierno firmarlo o no.

RG - Yo hablé de ese tema con el embajador Silverstein, le dije que tenía contenidos que merecían un examen muy detenido. Él dijo que tenía muchos aspectos técnicos que había dado a estudiar.

EC - En su momento desde la izquierda se lo criticó de manera severa.

RG - Sí, sí. Nosotros tenemos una orientación en materia de política exterior, en materia de tratados de protección de inversiones que no podemos... Por lo menos yo tengo muy claro, y creo que en esto me acompañan el Encuentro Progresista, el Frente Amplio y el presidente electo... Se trata de que no haya prórroga de jurisdicción, de que el inversor extranjero, que tiene en Uruguay la ley de inversiones más permisiva y más amplia que se haya conocido... Usted recordará la polémica que tuvimos cuando se sancionó esa ley, por las ventajas enormes que daba a los inversores. Además agregue que en caso de tener conflicto un inversor extranjero con el Estado uruguayo o con la contraparte comercial uruguaya él elige el tribunal donde se decida la controversia.

EC - Ésa es una de las objeciones...

RG - No, ésta es una objeción medular, aparte de otras que estábamos estudiando ayer de tarde, porque es un tratado muy complejo, con cinco anexos...

EC - Sin embargo el futuro ministro de Economía, Danilo Astori, ya anunció que se lo ratificará.

RG - Escuché eso, escuché que se comentó; yo no estuve esa reunión. Yo le estoy comentando la opinión de la responsabilidad que se me otorgó a mí. Vamos a estudiarlo a fondo con los expertos y a darle nuestra opinión al presidente electo, buscando siempre no armar lío en este negocio, ni adelantar nuestra opinión a la del presidente electo. El que manda en la Presidencia de la República es el presidente, nosotros somos auxiliares que ayudamos a desarrollar las políticas. En caso de que tengamos dificultades tenemos que allanarlas, tenemos que contribuir a allanarlas; es lo que yo estoy haciendo desde el comienzo de mi gestión. Me he encontrado con un ministerio que sabía que era complejo porque hace por lo menos quince años que trabajo en la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado y sé que no va a ser fácil agarrar todas las manijas, pero vamos tratando de enterarnos de cómo están las cosas. Ayer recibimos un extenso informe del ministro Opertti sobre la situación financiera, sobre el personal y demás...

EC - Pero lo cierto es que usted desde la futura cancillería va a informar cuáles son las objeciones, las dudas que le merece el texto del tratado, y después será el presidente quien resuelva.

RG - Tengo que dar toda la información que necesita quien decide en materia de política exterior, que es el Poder Ejecutivo, que está representado por el Consejo de Ministros y fundamentalmente por el presidente de la República.

EC - Otro tema que estuvo en la reunión que usted mantuvo este fin de semana con el embajador Silverstein fue el acuerdo bilateral que Estados Unidos pretende para garantizar inmunidad a sus ciudadanos con respecto a la Corte Penal Internacional (CPI). Concretamente se busca que si un estadounidense que se encuentra en Uruguay es requerido por la CPI por delitos de lesa humanidad, nuestro país quede exonerado de entregarlo a ese organismo y deje que sea juzgado en Estados Unidos.

La posición que usted le expresó al embajador en definitiva es la misma que ha tenido este gobierno, que en su momento rechazó la posibilidad de ese acuerdo.

RG - Sí, sí, que ha tenido todo el país, porque hemos votado por unanimidad el Tratado de Roma y unánimemente estamos dispuestos a respaldarlo y cumplirlo todos los partidos políticos uruguayos.

EC - O sea: no se va a firmar un acuerdo de ese tipo.

RG - Yo quiero poner las cosas en su debido término, como lo conversé con el embajador Silverstein, como lo conversé con los periodistas cuando terminó la reunión: fíjese que estamos hablando del Tribunal Penal Internacional (TPI) que se ocupa de los delitos de lesa humanidad, de la violación de los derechos humanos, un paso adelante formidable para proteger a la gente de los gobiernos dictatoriales y de los sistemas con desaparecidos y reprimidos. Para nosotros fue un paso adelante que costó más de diez años de negociación y llegamos a la conclusión de que debíamos firmarlo por unanimidad, tuvimos largas discusiones pero finalmente conseguimos el acuerdo.

Lo que Estados Unidos está pidiendo es que para el hipotético caso de que en Uruguay se detuviera a una persona que hubiera estado requerida por el TPI por la comisión de una violación de los Derechos Humanos de otras personas no se la enviara a la CPI, como está pactado en el tratado, sino a los tribunales de Estados Unidos, y que eso se haga mediante un tratado bilateral. Yo le contesté al embajador lo que le estoy respondiendo a usted: Uruguay va a cumplir con el Tratado de Roma. En cuanto a la segunda, traslado el tema al presidente de la República con la idea de que nosotros vamos a cumplir con el Tratado de Roma y eso no va a ser posible.

EC - En teoría estos acuerdos son factibles a partir del propio Tratado de Roma, eso es lo que argumenta Estados Unidos.

RG - No, no, de acuerdo a lo que me ha informado la gente que me asesora –he conversado el tema especialmente con el doctor Korzeniak– lo que permite el Tratado de Roma es un acuerdo entre el TPI y organizaciones como Naciones Unidas de colaboración para ejecutar los contenidos, no para sortearlos.

EC - El senador Fernández Huidobro dijo en la Mesa Política del FA que la administración Bush estaba presionando para que el gobierno electo firmara ese acuerdo.

RG - No, yo dije muy claramente que a mí nadie me presionó, no voy a hacer alarde de que no soy presionable, puede haber alguno que se pase de la raya y pretenda hacerlo, pero a mí nadie me presionó. Me preguntaron concretamente cuál era la posición y contesté.

EC - Por lo que ha estado en juego es la asistencia militar de Estados Unidos que se le quitó a Uruguay cuando rechazó el acuerdo.

RG - Yo también leí eso. Vamos a ver, entre otras cosas me preocupa mucho que nuestras Fuerzas Armadas se preparen para defender el mar territorial y coadyuvar en situaciones de desastre o prestar ayuda humanitaria en el mundo a través de las misiones de paz. Hablamos de mucho de esto con el embajador Silverstein.

EC - Lo que dice Estados Unidos es que si el país firma ese acuerdo se restablece la asistencia militar.

RG - Vamos a ver qué pasa con la asistencia militar. Yo quiero que la doctora Azucena Berrutti cuando esté al mando me diga qué pasa con esa asistencia militar, qué dicen los comandantes en jefe, porque yo no lo sé. No me parece que pueda haber una especie de tijeretazo, "trac, se acaba todo acá". Puede ser, pero no estamos solos en el mundo.

EC - La asistencia ya fue suspendida cuando Uruguay en la administración Batlle decidió el año pasado no firmar ese acuerdo. La pregunta es si se vuelve o no se vuelve a tener esa asistencia.

RG - Vamos a ver.

EC - ¿Otro tipo de condicionamiento, por ejemplo por el lado de los organismos financieros o del comercio bilateral no apareció?

RG - No, no; a mí no me hablaron ni del militar ni de estos otros, de forma que no puedo decir que hubo condicionamiento de ningún tipo.

EC - Se lo pregunto porque habían circulado esas especulaciones en la Mesa Política.

RG - Pero son especulaciones. El gobierno electo recién está tomando conocimiento de los contenidos, de la forma como en lo íntimo ha conducido el gobierno saliente tanto los problemas económicos, sociales, como los políticos, es demasiado apresurado sacar conclusiones. Yo no soy un aventurero en materia de decisiones políticas, más bien las pienso mucho, algunos dicen a veces que demasiado, pero el que se precipita se precipita. Ese cuento me lo hizo mi suegro, fue cuando tuvieron una conversación con José Batlle y Ordóñez los integrantes de la juventud batllista, de Avanzar, le fueron con planteos...

EC - Usted se refiere a Grauert.

RG - Sí, sí. Con planteos radicales y don Pepe –me dijo don Héctor– se puso la mano sobre la rodilla derecha –tenía la pierna cruzada–, empezó a caminar con los dedos hasta la rodilla desde el muslo y dijo: "El que se precipita se precipita". Ahí nació esa historia, que viene a ser decir: "Muchachos, vayan con cuidado, no se apuren demasiado". ¿Y qué quiero hacer yo? No apurarme demasiado y hacer las cosas limpiamente, objetivamente, con transparencia, y hacerlas lo mejor posible; para eso me eligieron, para eso me eligió el pueblo senador y me dio esta responsabilidad mi compañero, el presidente electo.

EC - Para terminar y ya que estamos hablando de las relaciones con Estados Unidos, ¿cómo vio todo este episodio del ofrecimiento medio en broma medio en serio de Vázquez a Batlle para que fuera embajador en Washington?

RG - Yo tengo una respuesta que me parece que es la que tiene que dar una persona que tiene por ahora una nominación a ser canciller y que está estudiando todo el tema de las futuras nominaciones a embajadores y demás: no hay embajador nominado y menos, como no somos gobierno, designado en Estados Unidos.

EC - Eso está claro, ¿pero a propósito de lo que ocurrió en estos días...?

RG - Usted hizo una descripción exhaustiva de todas las versiones. Yo creo que la gente puede ajustarse a una central: las conversaciones entre el presidente electo y el presidente actual... no sé, no me parece que tengan que ser motivo de comentarios por parte de los responsables, menos tema de especulación de los medios porque han ido formando opinión y dan una idea de liviandad y superficialidad. Las cosas no son así. Naturalmente puede haber alguna broma, algún planteo coyuntural y demás, a raíz del desarrollo de una conversación... Pero el episodio está terminado, se acabó, ahora hay que pensar para adelante...

EC - Hay que entender que usted prefiere no hacer comentarios.

RG - Prefiero no hacer comentarios, ya hice un comentario: no hay embajador nominado y menos designado porque no somos gobierno.

EC - Claro, pero el doctor Vázquez ha dicho que si bien el planteo fue medio en broma, medio en serio, si Batlle hubiese respondido afirmativamente, él lo hubiera pensado porque le reconoce credenciales para ser un buen embajador en Estados Unidos.

RG - Es la opinión del doctor Vázquez que naturalmente es digna de atención, como debe ser. Yo tengo muchos nombres en la cabeza que no son de integrantes del EP y que desempeñarían muy bien funciones en un gobierno del EP, en la medida en que lleven adelante las propuestas del gobierno. Es gente que tiene disciplina, capacidad, talento. No los voy a designar y me parece muy bien lo que nos dijo el doctor Vázquez: hay que actuar con dos biblias, una la Constitución de la República y la otra el programa del EP-FA, y además con grandeza, con apertura, sabiendo que estamos para servir al país y que si hay gente que está en condiciones de servirle al país, venga de donde venga, el presidente electo tiene la capacidad necesaria para darse cuenta de ello y hacerlo. Eso me parece normal, me parece bien.

EC - ¿Usted le hubiera propuesto a Batlle la embajada en Estados Unidos?

RG - ¡Pero mire la pregunta que me viene a hacer...! Usted me está haciendo la pregunta para que yo le conteste... Nunca me lo planteé. ¿Ta?

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La Corte Penal Internacional y las relaciones Uruguay – EEUU. Entrevista con el ministro de Relaciones Exteriores, Didier Opertti (7.07.03)

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe