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Michelini, la Justicia y los oficiales de Policía

Bonomi. El País
Bonomi El País

En defensa de la gestión del ministro del Interior, el senador Rafael Michelini se enredó con números y conceptos. En síntesis: adjudica a los jueces la responsabilidad de que delincuentes reincidentes recuperen pronto la libertad. Y agregó que "cerca del 90% de los delitos se sabe quién los cometió, aunque no llegue a juzgarse".

Y si bien no queda claro por qué si se sabe no llegan a juzgarse, el senador frenteamplista repite un discurso tradicional en las fuerzas policiales: "nosotros los detenemos y los jueces los liberan";.

Pero eso no hace más que revelar un trabajo incorrecto de la policía. En un Estado de Derecho todos somos inocentes hasta que se pruebe lo contrario. Durante años la policía consideró que la "confesión"; era la reina de las pruebas. Pero como todos los jueces sabían que las mayorías de esas confesiones eran obtenidas por métodos poco ortodoxos, empezaron a exigir otras pruebas. Así comenzaron a aparecer las fallas del sistema y los encontronazos entre jueces y policías. La investigación correcta parece ser aún una falencia policial.

Pero hay otro problemas, por ejemplo algunas rémoras del proceso dictatorial. La mayoría de los altos oficiales fueron formados en ese tiempo. Con odio atroz a todo lo que tuviera "tufillo izquierdoso";.

Hace dos días el Círculo Policial, entidad privada pero que reúne a muchísimos oficiales retirados y a muchos en actividad recuperó una placa homenaje a Victor Castiglioni, que había sido retirada de la Dirección de Inteligencia por orden del Ministro Eduardo Bonomi, para colocarla en su sede.

El inspector principal (R), Juan Carlos Cipollini presidente del Círculo realizó un panegírico del ex director de Inteligencia durante la dictadura. Y dijo además: "Ahora, mientras la Policia, por su conformación ideológica y por su marco legal, actuó como tenía que actuar en defensa de la instituciones y de un gobierno democráticamente electo, sin resentimientos, los entonces delincuentes y terroristas que fueran derrotados en el campo operativo por la propia policía en primer lugar y por las Fuerzas Armadas luego, no han sabido asumir esas derrotas, y hoy en el poder, no hacen otra cosa que cobrar viejas facturas y frustraciones en una suerte de venganza encubierta.

Primero durante los últimos 30 años han tratado de denostar ese proceso, intentando cambiar la verdad y la historia, y en ese proceso el Inspector Castiglioni ha estado recurrentemente en el punto de mira de esas espurias elucubraciones, y pese a todo ese esfuerzo y a reiteradas denuncias de violaciones de derechos humanos, no han logrado denigrar la imagen de Castiglioni, siendo la Dirección Nacional de Información e Inteligencia la única unidad que reprimió y derroto al Movimiento terrorista Tupamaros y no tiene ningún desaparecido, ni ninguna de la denuncias encontró nunca la verificación de los hechos.

En ese marco de acoso y de denigrantes vendettas, días atrás el gobierno, no tuvo mejor idea que eliminar el nombre del Inspector General (f) Víctor Castiglioni del Salón de Honor de la sede de la actual Direccion General de Información e Inteligencia, donde había sido colocado por méritos propios, por otras autoridades y en otro momento.

Si bien esta medida fue rechazada incluso por el propio personal que hoy trabaja en dicha Dirección General, que ha demostrado un alto grado de respeto pese a que la inmensa mayoría no conoció al Inspector Castiglioni.

La autoridades políticas, con la incalificable complicidad de las actuales autoridades de la Policía Nacional y de la propia Dirección General, elimino el nombre de Castiglioni y en su lugar coloco el nombre del Inspector Principal (f) Julio Guarteche, que fue el último Director de la Policía Nacional, y que tuvo una muy loable trayectoria en Dirección Antidrogas, pero que por la Dirección Nacional de Información e Inteligencia no paso ni por la puerta…";

Además de una posible violación a la Ley Policial vigente desde el 1° de enero de este año, surge otra preocupación. Si eventualmente la "inseguridad"; puede ser parte de un proceso desestabilizador, oficiales con este pensamiento siguen siendo los responsables de combatirla. La pregunta es obvia: ¿No serán parte del problema, también?.

La columna de Carlos Peláez