Un repaso a la vida y la historia de Fidel Castro
La muerte de Fidel Castro fue anunciada por su hermano Raúl, en quien delegó el poder en el año 2006 luego de un quebranto de salud que lo apartó de escena un tiempo, pero que lo mantuvo siempre muy activo.
La muerte se produjo en su residencia particular y, según explicó el actual presidente de Cuba, sus restos serán cremados a primera hora de hoy sábado. Recorrerán todo Cuba durante 4 días.
La última de sus Reflexiones data del 28 de marzo de 2016. En ella, Castro se refería al "Hermano Obama", en referencia al acercamiento histórico entre Estados Unidos y Cuba. "No necesitamos que el imperio nos regale nada", había escrito en esa oportunidad.
Hacía referencia a la desconfianza que aún le producía la apertura con los Estados Unidos luego de un bloque de más de 40 años.
Se enfrentó a 10 presidentes de Estados Unidos. Todos, sin excepción, intentaron avanzar sobre Cuba, señalando fundamentalmente el no respeto a los DDHH y la falta de libertad para el que no pensaba igual.
Primero con las armas, como John Kennedy en 1961 y la fallida invasión a Bahía de Cochinos, y luego con un embargo comercial que comenzó en 1962 y adquirió toda su fortaleza en marzo de 1996, cuando el presidente demócrata Bill Clinton promulgó la ley Helms-Burton.
Pero Castro siempre se mantuvo firme. Incluso a pesar de los atentados que sufrió, todos ellos fallidos. Tenía un sistema de seguridad que cuidaba cada uno de sus movimientos.
El 26 de julio de 1953 Castro realizó el fallido ataque al Cuartel Moncada, germen de la futura Revolución Cubana. En el juicio en su contra, Fidel asumió su propia defensa y pronunció su famosa frase "Condenadme, no importa. La historia me absolverá".
Lo que sigue es conocido: la amnistía, el exilio en México, su encuentro y amistad con el Ernesto "Che" Guevara y la partida del yate Granma con 80 revolucionarios a bordo. Castro estuvo entre los 12 sobrevivientes que se ocultaron en Sierra Maestra, desde donde comandó la guerra de guerrillas que terminó con el gobierno de Batista el 1 de enero de 1959. Ya lucía entonces el uniforme verde oliva, la barba tupida y el enorme puro humeante que caracterizarían al icono revolucionario.
El nuevo gobierno prometió devolver la propiedad de la tierra a los campesinos, defender los derechos de los pobres y elecciones cuanto antes.
Castro insistió que su ideología era, primero y principalmente, cubana. "No hay comunismo o marxismo en nuestras ideas, sólo democracia representativa y justicia social", dijo en esos momentos primigenios de la revolución.
Su gobierno había expropiado todas las empresas de capital estadounidenses, y el 3 de enero de 1961 Washington decide romper relaciones diplomáticas con la isla. El 16 de abril, Castro proclama el carácter socialista de la revolución. Al día siguiente se produce la invasión de Bahía de Cochinos, que termina para Estados Unidos en un fiasco de dimensiones épicas.
El 1 de mayo, Castro declara que la revolución es marxista-leninista y sella su alianza definitiva con la URSS, dependiendo cada vez más de su ayuda económica y militar.
En 1962, Moscú intenta instalar en Cuba cabezas nucleares de alcance medio, ante la oposición estadounidense.
La llamada "Crisis de los Misiles" marcó el futuro de La Habana hasta el fin de la Guerra Fría: Nikita Kruschev retira las ojivas nucleares cuando obtiene el compromiso de Washington de que jamás invadiría la isla.
Luego vino el embargo económico norteamericano -que recién ahora empieza a deshacerse- y el consiguiente endurecimiento del régimen cubano.
El anticastrismo en el exterior, conformado por unos 600 mil cubanos radicados sobre todo en Miami, define a la isla como un infierno de represión, con un partido único y corrupto, asolada por la censura y la paranoia oficial ante el disenso, las fronteras cerradas de adentro hacia fuera y sanguinarias purgas de opositores, con cientos de "balseros" que cada año arriesgan su vida huyendo de la ruina económica, y con cárceles desbordantes de disidentes. Según el último informe de Amnistía Internacional, hay unos 70 prisioneros de conciencia en la isla, y Human Rights Watch eleva su número a más de 300.
La situación comenzó a complicare en los 90, con el fin del subsidio soviético.
Si en 1989 las importaciones para la salud alcanzaban los 227 millones de dólares, la primera etapa del "Período Especial" vio desplomar esa cifra a menos de 70 millones.
Cuba se recuperó alentada por el auge del turismo internacional y, sobre todo, el petróleo que empezó a suministrarle un nuevo aliado, Hugo Chávez, entonces presidente de Venezuela.
En su última entrevista en profundidad, concedida al director del Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, Fidel dibujó cual sería en el futuro la estampa de su figura: "Que nuestros enemigos no se hagan ilusiones: yo muero mañana y mi influencia puede crecer";.