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La garrafa no cayó del cielo

La garrafa no cayó del cielo
El Observador

La historia de hinchas que al principio cuidaban a los jugadores nació por los años 60, cuando se disputaban las primeras Libertadores y Peñarol era recibido a naranjazos en Puerto Sajonia (Paraguay), a botellazos en San Pablo (Brasil) o a pedradas en la Boca (Argentina).

No más de 15 hinchas se ofrecieron entonces para cuidar la integridad del equipo. Pero había viajes y comidas gratis, entonces apareció más gente. Un día le pidieron dinero al contador José Pedro Damiani y éste se los dio. Después entradas y también las conseguían.

Otro día empezaron a pedir dinero a los jugadores y estos colaboraban. Y el número de integrantes de la barra fue creciendo. Entonces empezaron a "apretar"; a los jugadores que no ponían. Y después se fueron diversificando en la propia tribuna. Un día empezaron a vender drogas y camisetas. Ese día consolidaron su negocio más importante. Entonces se dieron cuenta que allí había mucho dinero. Y además, allí también había votos.

Hasta que apareció el estadio ";Campeón del Siglo"; y entonces surgieron negocios conexos: el estacionamiento y hasta el peaje para ingresar. Y siempre un número importante de entradas regaladas. También venden jugadores y hasta han sido propietarios de algún pase.

El 6 de marzo de 2013, el juez Homero da Costa procesó con prisión a José Aurelio Borba Moreira —hincha de Peñarol con seis antecedentes penales— por tráfico de estupefacientes. En su casa, la Policía halló 50 entradas para el partido Vélez-Peñarol. Estos boletos fueron dados de obsequio por Peñarol a un referente de la barra aurinegra y este se los entregó a Borba Moreira para que organizara una excursión a Buenos Aires, informó El País.

La investigación del juez Da Costa continuó en los meses siguientes con allanamientos, seguimientos e intervenciones telefónicas de hinchas violentos. Las escuchas y las posteriores indagatorias por parte de efectivos de la Dirección Nacional de Inteligencia, involucraron a un dirigente de fútbol. "¿Querés llevar un arma a Argentina por las dudas?", le preguntó un dirigente a uno de los integrantes de una de las barrabravas. "Ello prueba que existe connivencia entre dirigentes de fútbol y barrabravas", dijo una fuente judicial.

El 15 de octubre del 2014, la Policía detuvo en Fray Bentos a dos ómnibus con hinchas de Peñarol que iban a Argentina al partido con Estudiantes por la Copa Sudamericana. Agentes de la Dirección de Investigaciones de Río Negro detuvieron en el ómnibus a un parcial de Peñarol que estaba requerido por homicidio en Montevideo y, además, otros seis quedaron momentáneamente demorados al encontrarse dos armas de fuego.

En otro operativo de la Dirección de Inteligencia en un ómnibus que trasladaba barrabravas a Argentina incautaron 600 gramos de cocaína y un kilo de marihuana. También encontraron dosis de pasta base en los vehículos que trasladaban hinchas violentos.

En las distintas salidas de barrabravas al exterior, la Dirección de Inteligencia constató que estos utilizaban cédulas de otras personas para poder pasar individuos que estaban requeridos o que habían sido procesados por la Justicia y tenían prohibida la salida del país. En uno de los ómnibus que se trasladó a Argentina al partido de Estudiantes-Peñarol viajaba un individuo que había sido procesado con prisión domiciliaria por desmanes.

El expresidente de Nacional, Ricardo Alarcón, recibió amenazas vía celular, fue golpeado y su coche destrozado por hinchas mientras dirigió el club. El gerente deportivo de Peñarol, Carlos Sánchez, iba al estadio con su familia pero después de varios hechos de violencia les pidió que no vayan más.

En medio de la investigación a cargo del doctor Da Costa se supo que la esposa del ministro del Interior, la diputada Susana Pereyra una asidua concurrente a la Amsterdam, había solicitado apoyo de los barras para que la votaran en la interna del MPP, algo que ella terminó reconociendo. También hay registradas conversaciones entre barras que dicen "Susana avisó que los teléfonos están pinchados";.

Además se constató que desde el Ministerio de Transporte de la época se autorizó la salida del país de autobuses que según la normativa no podían circular .

En octubre de este año fue asesinada la esposa de un integrante de la barra de Peñarol que también fue asesinado dos años con 8 tiros en la cabeza. Todo quedó baja la denominación "ajuste de cuentas";. Poco después 30 balazos impactaron a otro barra que salvo su vida. Pero en su casa encontraron muchas entradas de regalo.

La investigación sobre los hechos de violencia ocurridos el domingo tal vez permita reabrir la causa iniciada por Da Costa y unificar otros expedientes sobre barra bravas diseminados en 8 juzgados diferentes.

Porque detrás de esto hay mucho más que un campeonato o un club de fútbol. Sólo así se sabrá que la garrafa del domingo, no cayó del cielo.

La columna de Carlos Peláez