46 años después
Hace 46 años alguien escribió en una pared : "Hermano, no te vayas ha nacido una esperanza"Era la época en que corridos por la situación económica, decenas de miles de uruguayos buscaban su esperanza en otras partes del mundo: Argentina, Australia y España eran destinos preferidos.
La fundación de una fuerza política diferente convocó sobre todo a decenas de miles de jóvenes que tenían esperanza, que querían quedarse, que habían hecho su experiencia de lucha a nivel sindical y estudiantil y ya habían pagado su osadía con el alto precio de la vida de algunos de ellos.
Transcurrieron apenas dos años hasta que llegó una de las mayores tragedias contemporáneas: el terrorismo de Estado y con él otra vez la vida en juego en la lucha por la recuperación democrática. Todo lo que ocurrió es historia conocida.Y que aún busca respuestas.
Hasta que llegó 1985 y la esperanza fue mutando por la conformidad. Ocurría lo que podía ocurrir.
En el 2002 otra vez la tragedia ahora en formato crisis económica, la peor de cuantas conocimos, Tanto que de un día para otro, un millón de uruguayos, pasaron a ser pobres.
46 años después tenemos otro Uruguay. Y otra fuerza política en el gobierno. La misma que proclamaba la esperanza como lema El problema del FA hoy no sólo es interno y sus luchas fratricidas, de lo que Maldonado hoy es un buen ejemplo. El mayor problema del FA hoy es la ausencia de un proyecto político.
Los últimos dos años han sido los más duros de todo su período de gobierno. El asunto ANCAP mostró las dificultades de gestión. Más allá de las buenas intenciones, el déficit de mil millones de dólares y el riesgo en que se colocó a la mayor empresa pública, mostraron el fracaso de un proyecto.
Ni hablemos de educación, o de seguridad. Ni el crecimiento de la deuda externa o la ausencia de obras de infraestructura. Los cambios en la matriz energética no se trasluce en un menor costo para los usuarios. Por inoperancia la calidad del agua potable está en riesgo.
Ha crecido la brecha entre ricos y pobres. Y si bien estos han mejorado algo, los ricos son cada vez más ricos. Estamos debatiendo como hacemos para que no sigan matando más mujeres y como estas logran una igualdad que no tienen. Signos del deterioro de los tiempos. Los gobiernos progresistas de la región cayeron abatidos por la corrupción.
En los últimos días asistimos a dos desgraciadas circunstancias que muestran otro aspecto del deterioro. El ministro Aguerre y el Fondo Arrocero y el tener que sustituir a un ministro del TCR para justificar la compra de un avión, son signos del deterioro ético. Un término que empezó a molestar a los más fanáticos.
Para superar los problemas que provocó el gobierno de Mujica, hoy Vázquez está jugado a la inversión de UPM y a los TLC. Algo que hace no muchos años la propia izquierda rechazaba La batalla interna es por mejorar posicionamientos y obtener cargos. Y finalmente por ganar las elecciones. Cabría preguntarse para qué.
Dijo el general Liber Seregni: "No es la derecha la culpable de nuestros errores, sino nosotros mismos. El otro elemento tiene que ver con la necesidad de coherencia y de consistencia de nuestro Frente Amplio para ser contundente en la acción política. Y esto requiere, de todos y cada uno de nosotros una posición unitaria con respecto a los objetivos que perseguimos; un colocar, por supuesto los intereses comunes, los del Frente y los del país, por encima de nuestros propios intereses o de nuestro sector. Rindamos nuestro homenaje a los fundadores del Frente. Lo que somos hoy es fruto de la entrega de aquella gente, de su concepción, del momento histórico que se vivía, pero por sobre todas las cosas, de la grandeza con que militaron. Lo primero que hicieron fue abatir los alambrados de las chacras chicas para formar el campo común donde moverse. No cometamos el terrible pecado de andar cercando las chacras chicas.(...) Compañeros, mirémonos en el espejo de aquel 5 de febrero fundacional, en aquella conducta de desprendimiento y grandeza de los fundadores del Frente Amplio".
Tal vez hoy ese espejo que reclamaba el general Seregni devolvería no una fuerza política sólida, sino la imagen de Dorian Gray.
El problema hoy no es sólo del Frente Amplio, es de todos los uruguayos. El sistema político no tiene respuestas para todos los nuevos desafíos.
Y esto ocurre, entre otras, cosas porque no se han fortalecido a las organizaciones políticas, sino a líderes. Porque los partidos no han contribuido a mejorar la condición de ciudadano, sino al desarrollo de fanáticos o barras.
Pero mientras se siga pensando que la culpa la tienen otros, mientras no conozcamos toda la verdad, mientras seamos incapaces de asumir la responsabilidad individual en el desarrollo colectivo, mientras no seamos capaces de superar el individualismo, está claro que el futuro estará comprometido.
Los ciudadanos no son números y porcentajes, son seres humanos, personas, que deben ser tratados como tales.
Los gobiernos no son elegidos para mejorar la situación económica de quienes lo integran, sino para que sus acciones promuevan la mejoría del colectivo. Que no es tener más dinero, mas autos, mas tarjetas…sino mejor y más educación, mejor salud, vivienda digna, trabajo, igualdad de oportunidades y la vida protegida.
Que era lo que hace 46 años el Frente Amplio pregonaba. Y que después de 12 años debería ser ya más que una esperanza.