Cariboni en La Mañana

Uruguay no tenía un plan para traer a los refugiados de Guantánamo

"No digo ninguna novedad si afirmo que Uruguay no tenía ningún plan para traerlos. Lo único que el presidente Mujica más o menos ideó, fue decirle al Pit-Cnt que se hiciera cargo de ellos en los primeros meses", dijo este martes la periodista Diana Cariboni en La Mañana de El Espectador. "Fue una decisión que cualquiera que sepa sobre este tema, dice que es errada", agregó.

Escuche la entrevista de La Mañana:

La periodista y editora Diana Cariboni, formó parte de un grupo de siete personas, cinco periodistas y dos fotógrafos, que fueron los primeros en visitar Guantánamo, una semana después de la asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

Cariboni fue hasta allí motivada por una investigación que próximamente se convertirá en un libro: "Tiene que ver con la operación de Uruguay de traer a seis liberados de Guantánamo. Las razones por las cuales Uruguay aceptó, cómo lo hizo y por qué".

Continuó explicando que en él también hace referencia a la vida que han llevado los que viven en Uruguay desde el 2014 y en particular de uno, Jihad Diyab. "El más polémico", señaló.

"El libro no se restringe a él. Se ha ido ampliando cada vez más y enfocando en lo que ha significado para Uruguay que estos hombres vinieran aquí", dijo.

"El libro va hablar sobre el terrorismo", indicó la periodista y expresó que el tema no ha sido muy debatido en Uruguay.

En referencia a la llegada de presos de Guantánamo en nuestro país, Cariboni dijo: "Ha sido un proceso muy complejo. Creo que no digo ninguna novedad si afirmo que Uruguay no tenía ningún plan para traerlos. Lo único que el presidente Mujica más o menos ideó fue decirle al Pit-Cnt que se hiciera cargo de ellos en los primeros meses".

Hizo referencia a la decisión de que una central obrera se uniera a una tarea de ese tipo y también a la intención de poner juntas a personas, que hasta ese momento, habían estado separadas en Guantánamo por celdas distintas: "Fue una decisión que cualquiera que sepa sobre este tema, dice que es errada".

"No se puede juntar a estas personas a una convivencia obligada en un ambiente en el que además, se sentían totalmente extraños. No tenían nada en común con el Uruguay, nada", remarcó.

"Fue un proceso que no tuvo ningún plan previo", finalizó.

En alusión a las dificultades que se viven para llegar a Guantánamo, dijo: "Es un proceso largo. Al principio tuve dudas si valía la pena el intentar ir o no porque es un ambiente absolutamente controlado por los militares".

"Es difícil, hay que hacer muchos trámites, pasar por muchos controles de seguridad, tramitar una visa especial y después ser aceptado", explicó.

"Cuando yo empecé los trámites, en mayo del año pasado, parecía muy difícil que Obama lograra cerrar la prisión antes de que terminara su mandato y en efecto no lo hizo", aseveró.

Sobre el mismo tema, dijo que su duda al momento de viajar exactamente una semana después de la asunción de Donald Trump, era la posibilidad de que el nuevo Gobierno suspendiera las visitas a la prisión o si en esos días existiera algún anuncio por parte del nuevo mandatario. "Escuchábamos a Trump prometer que iba a volver a llenar la prisión", manifestó.

"Los militares que están ahora a cargo de la prisión tienen muchas dudas sobre lo que va a pasar", precisó Cariboni.

"Trump ha dicho que no le parece mal que se practique la tortura si eso es bueno para combatir a los terroristas", dijo.

Por otra parte, la entrevistada explicó que la prisión cuenta con 41 presos. "Fueron 780 en el momento que hubo más población. De esos 41, nosotros pudimos ver a 26 que viven en una 'comunidad'. Guantánamo siempre fue un complejo de campamentos expedicionarios", expresó.

"Los detenidos hoy están casi todos en el Campo 6. Es un lugar cerrado, pero ellos tienen un lugar común donde pueden convivir, comer, rezar, lavarse la ropa, etcétera. Está rodeado de alambrados y de un vidrio oscuro, a través del cual los guardias los controlan. Todos los espacios tienen cámaras", describió la periodista.

Por otra parte, Cariboni contó que al momento de llegar a la prisión se les pidió que no establecieran contacto con los detenidos. "No podíamos hablar ni hacer nada que les indicara que había periodistas del otro lado. Fue una situación difícil porque en un momento uno se siente como en un zoológico mirando animales que están encerrados", manifestó.

"También te sentís como ese paparazzi oculto, que está tratando de burlar una imagen de la intimidad de alguien. Ellos estaban viviendo su intimidad ahí", dijo y explicó que está prohibido fotografiar sus caras o filmar porque supuestamente están protegidos por las Convenciones de Ginebra.

"Al final del día teníamos que entregar nuestras cámaras, con nuestras memorias y ellos revisaban todo y lo que consideraban impropio había que borrarlo", sostuvo la editora.

En referencia a los campamentos de detención, Cariboni indicó: "La base está sobre las orillas de la porción Sur de la Bahía. La prisión está un poco alejada, sobre el mar abierto. Los militares no quieren que se sepa, qué tan cerca está la prisión del mar".

Explicó por otra parte que el trato de los militares es bueno. Dijo que son muy profesionales y destacó que tienen un equipo de relaciones públicas preparado. "Son muy inflexibles acerca de lo que se puede y lo que no se puede hacer. Dentro de eso, fue posible pedirles algunas cosas, volver a ciertos lugares por ejemplo", dijo y agregó: "Uno tiene que convivir con ellos los tres días que estamos ahí. No podemos estar solos en ningún momento, la cordialidad se hace indispensable".

En alusión a los detenidos, dijo: "A 26 de ellos los pudimos ver. Hay otros 15 que están en un lugar secreto, que se llama el Campo 7. Nadie tiene acceso a él. Tenemos una idea aproximada de dónde se encuentra, pero tampoco está permitido que ellos informen sobre eso".

Tras esto, Cariboni explicó que a esos 15 detenidos se los llama "de alto valor" para Estados Unidos. "Estos hombres estuvieron en una de las cárceles secretas de la CIA", dijo y precisó que siete de ellos van a ser sometidos a juicio. "Cinco por el atentado del 11 de setiembre del 2001, porque supuestamente son los cerebros del atentado", precisó.

"Los juicios a ellos todavía no han empezado. Cuando nosotros llegamos se estaba por realizar la primera audiencia que después fue suspendida", explicó y agregó: "Son juicios militares. No son los tribunales militares habituales de guerra".

"Piensan que los juicios podrían empezar en el 2020 y la mayoría de ellos ya llevan 15 años presos", indicó.

Entre todos los prisioneros de Guantánamo, no hay ningún integrante del Estado Islámico, al respecto la periodista aseguró: "Guantánamo se abrió cuando Estados Unidos comenzó su ocupación de Afganistán, el 22 de enero del 2002, el Estado Islámico no existía en esa época".

Cariboni continuó explicando que siguieron llegando detenidos hasta el año 2006 aproximadamente.

En alusión a la posibilidad de volver a llenar la prisión, dijo: "Aseguran que en lo inmediato tendrían plaza para 200". Agregó a su vez: "Ellos (militares) no quieren mezclar a los presuntos nuevos detenidos del ISIS con los que ya están por muchas razones, culturales, de nacionalidad y edad".

"Ellos hacen mucho énfasis en la buena conducta y en la obediencia. Los que tienen ahora son todos muy obedientes, están totalmente domesticados por decirlo así", señaló.

"El Estado Islámico constituye otra generación de organización terrorista completamente diferente. Ellos están muy conscientes de ello y saben que se les podría generar una situación muy compleja si mezclaran presos", dijo y finalizó explicando que por eso advierten que si tienen que recibir nuevos detenidos, quieren saber en qué condiciones los van a recibir.