Chediak: ley de libertad anticipada debería establecer un límite de reducción de pena
El presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Jorge Chediak, se refirió este lunes en La Mañana de El Espectador al sistema de redención por trabajo y estudio por el cual Luis "Betito" Suárez obtuvo su libertad anticipada. "No hay un límite, un porcentaje máximo de la pena que se pueda redimir, entonces, en caso de penas largas, hay quienes redimen muchos años porque han estudiado y trabajado", dijo y sostuvo: "Ahí no se puede hacer nada, ahí habría que cambiar la ley".
El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Chediak se refirió a la libertad anticipada del exrecluso "Betito" Suárez: "Este mecanismo es excelente, cumple con el mandato constitucional y a que las cárceles no sirvan solo para mortificar, sino que puedan servir para la rehabilitación porque mejora las capacidades de quien está privado de libertad".
"Es la posibilidad de que quien está privado de libertad, pueda acceder a una plaza laboral o a un establecimiento para estudiar. Si estudia o trabaja dos días, pueda redimir un día de lo que queda pendiente de su condena", explicó.
Señaló que aunque este mecanismo les permite adquirir oficios, hábitos de trabajo, horarios, y someterse a ámbitos de autoridad, "no se han establecido limitaciones". "No hay un límite, un porcentaje máximo de la pena que se pueda redimir, entonces, en caso de penas largas, hay quienes redimen muchos años porque han estudiado y trabajado durante muchos años", dijo y sostuvo: "Ahí no se puede hacer nada, ahí habría que cambiar la ley".
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Sobre otro tema, Chediak dijo: "El primer obstáculo está en la falta de elementos de convicción suficientes para llegar a lo que hoy se llama procesamiento. Hay dos voluntades y una depende del Ministerio que aún pesa, porque es quien debe solicitar el procesamiento cuando entiende que se han reunido el número de pruebas con el peso suficiente para tener una 'semi-plena' convicción de que se ha cometido un delito y se está frente a su autor", explicó.
"Una parte de los presuntos delincuentes deben ser dejados en libertad porque no hay elementos que permitan su condena en un futuro, sino también elementos de convicción suficientes que permitan un procesamiento", agregó.
"Todos estamos en estado de inocencia hasta que el Estado demuestre lo contrario", señaló.
"En la realidad, en Uruguay se procesa uno de cada dos delincuentes con prisión y uno de cada dos, sin prisión", precisó. "El delincuente que es procesado sin prisión dice: zafé", añadió Chediak.
Por otra parte, el presidente de la SCJ dijo que no se sintió aludido con las declaraciones de Tabaré Vázquez en el primer Consejo de Ministros de este año en San Luis. "De entrada no me sentí aludido, luego vi las noticias y en general, los analistas entendieron que el señor presidente de la República podía haber estado hablando de algunos conceptos que yo vertí", explicó.
Chediak cree que su afirmación no fue hecha por falta de información y explicó que "no fue para contrastar con nadie, mucho menos con el presidente de la República". "Estaba describiendo lo que fue la evolución de los delitos", remarcó.
Continuó diciendo que al momento de hacer sus declaraciones "estaba hablando del código". "Lo que estaba tratando desde hace tiempo es bajar las expectativas, que en relación a la mejora de la seguridad pública, puedan traer una modificación de una Ley procesal penal, a los efectos de no generar decepciones a partir del 17 de julio de este año, cuando no se vea un impacto fuerte", expresó.
"Lo que decíamos para fundamentar la dificultad de revertir determinadas tendencias lo seguimos sosteniendo", aseguró Chediak. "El análisis en general lo hemos hecho desde dos años concretos", afirmó.
Sobre el mismo tema explicó que se puede empezar a hacer este análisis tomando el delito de rapiña: "Creo que es un índice bastante adecuado para saber cómo estamos en seguridad", precisó.
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"Los homicidios, que también tienen una línea ascendente, es bastante esquizofrénica, está cortada todos los años, baja y sube varias veces. La tendencia es a subir pero en realidad, no hay año donde mantenga una meseta, sino que está toda llena de ángulos, empezando en 120 homicidios en el año 80 y terminando con más de 280 en el año 2016", indicó.
"La rapiña es un delito preocupante que no solo afecta al derecho de propiedad, que también es sagrado, sino a la integridad física y a la vida de las personas. La realidad de lo que hemos medido, simplemente la realidad, indica que en 1980 en toda la República tuvimos 1000 rapiñas", explicó.
"Recuerdo desde muy joven, la sensación de exotismo que la rapiña me provocaba cuando iniciaba mi carrera judicial y los números abalan esa sensación", sostuvo y explicó: "El 80% de esas 1000 rapiñas, más o menos, se cometen todos los años solo en Montevideo".
Sobre el mismo tema, Chediak afirmó que para los jueces de ese momento, las rapiñas en el interior "eran exóticas". "Hemos ratificado el interior de la República, sigue siendo una de las zonas más seguras de América, se puede vivir con tranquilidad, aunque por supuesto, siempre relativa", señaló.
"Tenemos una situación desde el 1980 a la fecha en donde la tendencia es absolutamente ascendente, pasamos de esos 1000 originales a 21.000 el año pasado", indicó el entrevistado. Explicó que entre el año 1980 y 1985 se incrementaron 1500 rapiñas y que allí comenzó el proceso democrático. "En ese pequeño período se dan los únicos dos años consecutivos en que las rapiñas bajaron", señaló.
"Ni siquiera a veces se puede decir que el que bajen un año las rapiñas es un buen indicador de que se invierta la tendencia", sostuvo Chediak.
"Parte del análisis es que hay que mirar a largo plazo y señalar que en esto se entró muy lentamente, con picos de descensos pero no más de un año", dijo. "Se puede esperar que se logre una meseta que sí se dio en los años 90, donde los delitos no crecían mucho. Tuvo una baja acentuadísima en 1998, año en donde se bajaron más las rapiñas, cerca de un 32%", puntualizó.
"En el análisis a 30 años tenemos que esperar la posibilidad de volver a tener una meseta y luego tres años en donde consistentemente los delitos empiecen a bajar para poder decir que hemos logrado revertir la tendencia", destacó el presidente de la SCJ.
"No alcanza con mirar estadísticas parciales, porque en siete oportunidades las rapiñas bajaron pero ha sido la tendencia siempre al alza y muy acentuada", precisó.
De cara al nuevo Código de Proceso Penal, Chediak fue consultado si finalmente estará vigente a partir de julio de este año y respondió: "De lo que nosotros podemos controlar, va a estar en fecha. La parte que no podemos controlar, ya la hemos señalado, es la de las eventuales acciones gremiales".