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El oscuro negocio ANCAP - PDVSA

Dos correos electrónicos intercambiados entre autoridades venezolanas y publicados por el sitio web argentino Adelanto24.com revelan aspectos desconocidos hasta ahora, sobre los negocios realizados entre Ancap y PDVESA por la compra de petróleo.

En 2005, Ancap acordó con PDVSA que pagaría el 75% del crudo que comprara a 90 días y el restante 25% lo abonaría 15 años después, con una tasa de interés anual de 2%. Así fue que, entre agosto de 2005 y marzo de 2012, la empresa estatal uruguaya compró 48 cargamentos de crudo, generando una deuda de US$ 720 millones.

Al tanto de ello, Alejandro Steineck, ex diputado suplente (VA) por el Frente Amplio y representante en Uruguay de la empresa paraguaya Exor Internacional, le presentó a Sendic el negocio de la cancelación anticipada mediante la compra de bonos de PDVSA con vencimiento a 2022, con la intermediación de Exor y el banco europeo Societe Generale.

La propuesta sedujo a Sendic, que para avanzar con ella puso como condición que Exor obtuviera el visto bueno de PDVSA, lo cual ocurrió.

Fue entonces que, el 23 de marzo de 2012, Ancap, representada por Raúl Sendic, y PDVSA firmaron el acuerdo para la cancelación anticipada de la deuda. Las partes convinieron formar para ello el fideicomiso DC Trust, constituido por Exor y el Societe Generale como banco fiduciario, dice Adelanto24.com

Casi seis meses después, el 3 de agosto de 2012, PDVSA le informó a ANCAP que dejaría sin efecto el contrato con Exor y que la firma sería sustituida en su rol de administradora del fideicomiso por el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (BANDES), mediante su filial uruguaya.

Sospechosamente, la arbitraria determinación fue aceptada por Sendic en tiempo récord: apenas 24 horas después, se firmo el nuevo convenio con el ministro del Poder Popular de Petróleo y Minería y titular de PDVSA, Rafael Ramírez Carreño.

Por su parte, Exor amenazó con demandar a Ancap y PDVSA por honorarios no pagados generados por el trabajo destinado a la confección del fideicomiso.

Todos estos temas fueron analizados en la Comisión Investigadora que sobre Ancap funcionó en el Senado de la República.

Sobre la presencia de Exor, el relato de Sendic es diferente. En el 2015, según Presidencia de la República: " El ex presidente de Ancap mostró el documento que prueba que la firma Exor International fue presentada por Petróleos de Venezuela (PDVSA) para intermediar en el negocio de cancelación anticipada de deuda de la petrolera uruguaya con esa proveedora. Después, la empresa venezolana "eligió ir por otro camino";, aclaró, y el reclamo de la gestora por esto fue interpuesto contra ambas este año";.

Sin embargo, no fue el temor a un posible conflicto con la intermediaria paraguaya la que amenazó con derrumbar el trato, sino la "comisión exorbitante"; que cobraría BANDES, dice la información publicada en Argentina y hoy difundida ampliamente en Venezuela.

Así se lo planteó Sendic a Miguel Eduardo Rodríguez Torres, quien pese a ser venezolano, en los papeles, poco tenía que ver con bancos, petroleras y fideicomisos.

Concretamente, Rodríguez Torres, era un militar retirado que el entonces presidente Hugo Chávez Frías puso al frente del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN).

El dato surge de un correo electrónico que el propio Rodríguez Torres le escribió a Edmée Betancourt, entonces presidenta del BANDES, para ponerla en conocimiento de la situación.

"Me reuní con Raúl Sendic hoy, en resumen me dijo que le habían informado que la operación no se podía hacer con BANDES porque estaba cobrando una comisión exorbitante y en consecuencia lo están presionando para que pidiera volver entonces con Exor y Societe";, advierte el jefe de la inteligencia venezolana en el correo al que Adelanto 24 accedió en exclusiva.

Y detalla: "Le expliqué que los BANDES habían puesto condiciones para hacer la operación las cuales no fueron cumplidas por PDVSA, pero que no era la comisión. Ademas que el ministro [del Poder Popular para la Planificación, Jorge] Giordani tenía el punto de cuenta con los detalles de la operación, y que los BANDES dejaban la libertad para que la operación se hiciera entonces con otros bancos";.

"A mi explicación, Raúl [Sendic] me pidió que quería que a ti como presidenta del BANDES y a mi por la responsabilidad que tengo en Uruguay, que nos quedara claro que él no había seleccionado a los paraguayos, que sabía que tenían dudosa reputación y que le informaría al Pepe [Mujica] sobre la situación para que se comunicara con [Hugo] Chávez, porque prefería no hacer la operación si los BANDES no estaban, ya que él y el ministro [de Economía y Finanzas] Fernando Lorenzo le habían dicho al parlamento uruguayo que la operación era con BANDES y políticamente no podía ir ahora a decir que se hacía con Exor u otro, porque eso le traería consecuencia y el no iba a hipotecar su futuro político en una operación que tiene que mandar el dinero a Bahamas con intermediarios paraguayos y que al "final no sabía a quién le iba a quedar una puta comisión";, pero que "a él no era";, completó.

El mail expone dos datos inquietantes. El primero, la inteligencia venezolana participó activamente de las negociaciones que habilitaron la cancelación anticipada de la deuda. El segundo: Sendic estaba interesado en que se respetaran las condiciones impuestas por el chavismo para garantizarse una "comisión";, que de otra manera "no sabía"; a quien le quedaría.

Pero eso no es todo. En otro correo, esta vez del entonces ministro de Estado para la Banca Pública, Rodolfo Clemente Marco Torres al jefe del SEBIN, quien reenvía las condiciones del negocio fijadas por la gerente de Negocios Fiduciarios del Banco del Tesoro venezolano, Milbet Viloria, puede confirmarse una polémica cláusula del acuerdo, que establecía que la compra de los bonos con vencimiento en 2022 no podía quedar documentada, porque "se entendería como una inversión dirigida";.

Esto representa un verdadero escándalo, ya que para activar la oscura ingeniería financiera ANCAP debió recurrir a un préstamo de US$ 517 millones por parte del Poder Ejecutivo. Es decir, dinero público terminó siendo utilizado para financiar la compra no documentada de bonos venezolanos y cumplir con el pago de comisiones que presuntamente se habrían repartido entre las autoridades uruguayas y venezolanas.

El circuito recorrido por el dinero, finalmente, fue el siguiente: ANCAP le entregó a BANDES Uruguay 517 millones de dólares para la compra de títulos emitidos por PDVSA, cuyo valor nominal era de 828 millones de dólares pero que al momento de cerrar la transacción cotizaban por debajo de ese precio y, tras ello, ANCAP -mediante BANDES- le transfirió los bonos a PDVSA que, a cambio, le extendió un pagaré equivalente a los 828 millones de la deuda.