Sin remordimientos
El libro de Urruzola no es sólo una aproximación a la personalidad de uno de los dirigentes más emblemático y cuestionado de la izquierda sino, y fundamentalmente, un aporte más para la comprensión de un pasado reciente cuyas secuelas persisten y aún se lucha por aclarar.
De eso trata el texto, de entender no sólo el contexto histórico en que se desarrollaron las acciones de los Tupamaros antes y después de la dictadura, sino además como pensaba uno de sus fundadores, el hombre que escribió sus documentos fundacionales y qué papel y actitud tuvo en tiempos recientes.
Para ello la autora recurrió a todos los textos escritos por EFH: sus 13 libros, centenares de notas periodísticas, centenares de columnas, declaraciones e intervenciones parlamentarias. Urruzola cierra el prólogo con una frase que justifica la lectura del libro :";Creo que para que la verdad histórica sobreviva a los intereses creados y a las debilidades colectivas se necesita mucho coraje individual, de muchas individualidades sumadas".
La historia del MLN ha sido contada siempre por ellos mismos o teniéndolos como protagonistas a través de entrevistas, casi siempre en tono epopéyico. Pero es la primera vez que alguien, con una postura indiscutiblemente de izquierda, reconstruye la historia a través de sus propios discursos en los que se revelan los cambios que produjeron los tiempos.
Cada capítulo se abre con una cita. Al principio de Eleuterio Fernández Huidobro quién dijo. "Uruguay fue el país que tuvo más torturados per cápita del mundo. Uno de cada 55 ciudadanos fue torturado"; (en la película Tupamaros de 1996) En la misma película José Mujica dijo: "Todos los militares, de cualquier tendencia, que existen hoy en el Uruguay, los que hicieron carrera, los generales, los coroneles, todos torturaron. Cualquiera sea la posición que tengan hoy. No se puede hacer carrera militar en un ejército golpista como el argentino, como el uruguayo, sin que los oficiales se hayan enchastrado. Era parte del compromiso de ellos";.
Pero inmediatamente aparece otra cita que no deja de ser llamativa: "En estas pocas palabras quiero destacar la coherencia de Eleuterio Fernández Huidobro. Su capacidad de análisis singular de la realidad y de la actualidad lo llevaron a entender perfectamente que detrás de quienes atacaban a las Fuerzas Armadas, de quienes buscaban destruirlas, debilitarlas, de quienes buscaban sustituirlas por una Guardia Nacional, estaban los centros de poder mundial a los que él combatió durante toda su vida. He ahí su coherencia. [...] Él era un hombre valiente, él era un gladiador. Creo que quienes vestimos el uniforme de las instituciones armadas de la República, le debemos un sincero homenaje a don Eleuterio Fernández Huidobro";. (Comandante en Jefe del Ejército, Guido Manini Rios, en el sepelio del hasta ese día Ministro de Defensa Nacional, 5 de agosto del año pasado) Las palabras del Comandante tienen lógica.
Desde siempre Fernández Huidobro ha sido considerado como un estudioso de los asuntos militares, de los muy pocos que en el propio Frente Amplio se ocuparon de temas relativos a la defensa y el papel de las FF.AA. Y por ello son los propios militares quienes lo calificaron como uno de los mejores ministros. Quienes no conocen la historia tal vez se vean sorprendidos por afirmaciones elogiosas expresadas por quienes alguna vez se cruzaron a los tiros. Pero en el libro de Urruzola hay información que explica como ocurrió el proceso de acercamiento.
¿Quién era realmente Eleuterio Fernández Huidobro? La autora lo explica así: Con él, murió el ministro de Defensa del tercer gobierno del Frente Amplio y fue velado en el Salón de Honor de dicho ministerio.
Con él, murió uno de los fundadores del MLN-Tupamaros, "el Ñato";, reconocido por sus pares como "la pluma"; que dio forma a los principales documentos políticos de la organización que tomó las armas para organizar una guerrilla urbana en la década de 1960.
Con él, murió uno de los nueve rehenes hombres de la dictadura cívico-militar que, durante once años, seis meses y siete días, sobrevivió a condiciones de de-tención incalificables. Con él, murió un escritor y periodista autodidacta, autor de 13 libros y centenares de columnas de opinión, ingenioso, incisivo, irreverente.
Con él, murió un legislador famoso por sus ácidas, informadas y originales intervenciones en el parlamento, capaz de latigazos conceptuales inimitables.
Con él, murió el principal defensor de lo militar y de los militares dentro de la izquierda, y uno de los escasos parlamentarios especializado en el tema de la defensa.
Con él, murió un enemigo declarado de las organizaciones de familiares de detenidos desaparecidos y de defensa de los derechos humanos.
Con él, murió uno de los impulsores de la legalización del cannabis, opositor acérrimo del aborto y desdeñoso descalificador de la diversidad sexual.
Con él, murió un hombre que dedicó los últimos cinco años de su vida a alejarse definitivamente de sus compañeros políticos y acercarse ostentosamente a quienes habían sido sus enemigos y sus verdugos.
Terminó viviendo en la sede del ministerio, como si de un cuartel y su general se tratara.
"Muchos Ñatos murieron el 5 de agosto de 2016 en el cuerpo de Eleuterio";.
El libro contiene también revelaciones interesantes, como el papel que le cupo al entonces ministro de Defensa en el traslado de la jueza Mariana Motta.
Aunque no por asuntos vinculados a DD.HH, como se ha creído hasta ahora, sino porque la magistrada había intimado al ministerio para que continuara con la búsqueda del avión de Air Class que cayó al Río de la Plata el 6 de junio del 2012 poco minutos después de haber despegado de Carrasco.
Otra revelación, de la que ya habían datos sueltos pero ahora confirmados por tres de los protagonistas, es que hasta 1998 el MLN y el MPP se financiaron mediante asaltos cometidos por "militantes"; convocados para tal tarea por José Mujica y Eleuterio Fernández Huidobro. Se necesitaba meter el caño para financiar el MPP, porque había poca plata";, dijo para esta investigación uno de los integrantes de una de las bandas que rapiñó sobre todo bancos, con una profesionalidad que en su momento fue particularmente destacada por la Policía y la prensa"; , dice Urruzola.
Uno de los capítulos más extensos del libro, y uno de los más interesantes, es el epílogo de María Urruzola donde reflexiona sobre todo lo que fue descubriendo a medida que lo escribía. "Mientras que leía, estudiaba, entrevistaba, escuchaba, iba anotando en una vieja cuadernola esos destellos de pensamientos o preguntas que por momentos venían y yo sabía que, si no los anotaba, en instantes se irían para no volver, aplastados por la cantidad de información que iba procesando a toda velocidad. Por ejemplo: "¿Cuál es la derrota para un revolucionario?";, escribí.
Fue el día que vi el programa de Tevé Ciudad Primera vuelta, en el que Fernández Huidobro afirma con el énfasis y la soberbia que acostumbraba en el último tiempo que había organizado "una de las guerrillas que fue de las mejores del mundo en su momento";, "una marca registrada… exitosa";.
¿Exitosa? ¿Cuál es el éxito para un revolucionario? ¿No era el deber de todo revolucionario hacer la revolución? ¿La guerrilla organizada por Huidobro hizo alguna revolución? No, es obvio que no. El mismo EFH había dicho en los años 90 que "lo que fue derrotado no fue sólo el MLN sino la izquierda, la universidad, la central obrera. Todo. Los partidos políticos, incluso burgueses, fueron derrotados por un golpe fascista de carácter militar";. Esa derrota, de toda una sociedad, él la transformaría en una victoria para el MLN. ¿Cómo lo hizo?";
Y más adelante dice la autora: "Como sabe cualquier buen mentiroso, una mentira sólo triunfa si está amasada con verdades";.
Esa fue la gran e invencible obra de Fernández Huidobro: cual artesano de la historia, se dedicó a modificar levemente aquí y allá algunos detalles, a ocultar otros, a apropiarse de posturas que en su momento no compartió, a modificar sutilmente algunas trayectorias. Un magistral lifting de los orígenes, la práctica y la derrota del MLN, que le permitió presentar otra cara de los tupamaros ante la sociedad uruguaya del siglo XXI. El rey de la imprecisión histórica";, afirma Urruzola.
Hace algunos años el escritor británico Julian Barnes dijo: "El relato de la historia se compone con las mentiras de los vencedores, pero también con las mentiras con que se engañan a sí mismos los vencidos";.
Cita que se comprende al terminar la lectura de "Eleuterio Fernández Huidobro, sin remordimientos";.