Entrevistas

Nora Castro, la primera presidenta de Diputados

Para la futura presidenta de la Cámara de Diputados, Nora Castro, esta legislatura debe avanzar en una racionalización del gasto del Poder Legislativo. También anunció una "imprescindible" auditoría del funcionamiento de ese poder para saber "dónde estamos parados". Castro también afirmó que tiene la intención de que se televisen las sesiones de ambas cámaras.

(Emitido a las 9.10)

ALFREDO DANTE:
Por primera vez en la historia del país una mujer asumirá como presidenta de la Cámara de Diputados. Varias han ocupado ese lugar, pero ninguna directamente como titular. Hablamos de la diputada del Movimiento de Participación Popular (MPP) Nora Castro, con quien vamos a dialogar para conocerla más y saber cuál es la impronta que pretende darle a la Cámara Baja en esta legislatura.

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Diputada Castro, como decíamos, queremos conocer un poco más su trayectoria, comenzando por su actividad profesional. Usted es maestra pero además ha desarrollado otras actividades relacionadas con la educación.

NORA CASTRO:
Sí, en realidad soy casi una adicta a las tareas educativas. Mi formación de base es a nivel de magisterio, soy maestra; y soy profesora en Ciencias de la Educación, una formación que hoy no existe en el país que daba el Instituto de Profesores Artigas (IPA). Luego hice mi formación posterior a nivel universitario en la misma área. He trabajado como maestra muchísimos años, también he trabajado en los institutos de formación docente, tanto el Instituto Normal como el IPA, y desde 1986 trabajo en lo que hoy es la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. He dado distintas materias, aunque en realidad mi grado 3 –soy profesora efectiva por concurso, hice toda mi carrera por concurso siempre– es en Planeamiento. Digo que sigo trabajando porque más allá de que este año pasado, 2004, solicité licencia por razones obvias de la campaña electoral, continúo ejerciendo mi trabajo en la Universidad de la República en carácter honorario.

AD - Usted ha desarrollado, además de la militancia política, militancia social en materia sindical, estudiantil, barrial; ¿qué actividades ha desarrollado específicamente?

NC - Específicamente prácticamente desde mi ingreso a la educación media he estado vinculada al movimiento estudiantil, primero como parte integrante de ese movimiento y capaz que por mi natural inclinación y por mi trabajo profesional siempre he seguido vinculada al contacto, el trabajo, la reflexión, tratando de aprender mucho de las nuevas generaciones, que traen nuevas pautas, nuevas conceptualizaciones, nuevos códigos, lo que me parece bastante refrescante para la vida de cualquier sociedad, sobre todo teniendo en cuenta las características demográficas de Uruguay.

Por otro lado a partir del momento en que comencé a ejercer profesionalmente he estado vinculada al movimiento sindical con distintos niveles de responsabilidad en cualquiera de las áreas, tanto en magisterio –capaz que ahí es donde he tenido más largo desempeño–, como en formación docente y de alguna manera en la Universidad de la República. En esta última he integrado el claustro de mi facultad.

Eso no quiere decir que haya estado desvinculada de la otra área, que es el trabajo barrial, que creo que le permite a uno tener muy distintas ópticas de cómo se percibe el funcionamiento de la sociedad. Si bien yo soy de familia del interior he estado radicada en Montevideo, he trabajado en el interior pero la mayor parte de mi vida he trabajado en Montevideo, he desarrollado prácticamente la totalidad de mi actividad profesional en lo que los demógrafos o los políticos tradicionales llaman zonas rojas, periféricas o más alejadas, desde el punto de vista de la distancia social más que de la distancia geográfica, del departamento. Ahí he podido desarrollar ese trabajo, trabajo que mantengo e incluso en esta legislatura, cuando fui electa como diputada en 2000, en virtud de un mecanismo que tiene el Frente por el cual los diputados somos adjudicados con una responsabilidad de referencia a cada uno de los zonales o de las coordinadoras, por mi trabajo anterior en La Teja, en la vieja y querida Teja, tengo ese relacionamiento con toda esa zona de lo que es la Coordinadora E del Frente Amplio (FA).

AD - Vayamos ahora al terreno puramente político.

NC - Partidario, porque todo es político.

AD - Usted fue integrante de la dirección del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros.

NC - Soy.

AD - ¿Cuál es su papel en esa organización?

NC - Yo integro el Comité Central desde hace varios años, he tenido responsabilidades en el área de reflexión general de toda la organización, pero en particular en las áreas que tienen que ver con el trabajo de vinculación con lo que a partir de 1989 fue la creación del MPP, consecuentemente nuestro relacionamiento con el FA y el trabajo específico de relacionamiento con la actividad sindical. De relacionamiento, no de supeditación.

AD - ¿También estuvo presa durante la dictadura?

NC - No. Yo soy de las pocas personas, de las pocas compañeras que estuvieron detenidas, teniendo que salir y entrar, no del país pero sí de algunos lugares durante la dictadura, pero no estuve presa como la mayoría de nuestros compañeros. Pertenezco a esa categoría de la gente de mi generación de la que poco se sabe. Se sabe bastante, se ha escrito, se ha investigado sobre las compañeras y los compañeros presos, sobre los detenidos desaparecidos, sobre los ejecutados, sobre la gente en el exilio, pero sobre la gente que tuvo que permanecer en el país y de alguna manera pudimos operar, trabajar, militar en aquello que se llamó la resistencia interna hay poca reflexión, yo diría que todavía es una materia pendiente en la historia de este país.

AD - Como decíamos, usted va a ser la primera mujer en la historia que asuma como titular de la Cámara de Representantes en el inicio de la legislatura. ¿Qué significa eso para usted?

NC - Parecería que va a ser así, porque es motivo de acuerdo. Significa en primer lugar una gran gran responsabilidad. Voy a aclarar algo: yo no soy feminista en el sentido de que hay gente que piensa que la contradicción central en esta historia social de la humanidad es entre los hombres y las mujeres. Yo no pienso así, creo que el motor de la historia es la confrontación entre las clases sociales, sigo pensando eso más allá de distintas interpretaciones, pero creo que en el seno de esa contradicción existe una serie de discriminaciones y problemas fuertes, son graves, como los problemas de género, y que esta sociedad uruguaya, si se me permite la expresión, tan pacata en algunas cosas, trata de ocultar los temas de discriminación de la mujer con un discurso, a veces incluso con normas y cosas aprobadas pero que no traspasan el nivel de los papeles, cuando en la práctica social concreta y en la práctica política existe una fortísima discriminación.

Lo digo porque más allá de la percepción general –lo voy a ubicar en el nivel de las organizaciones sociales y sindicales– pertenezco a un gremio, a un sindicato, a una rama de actividad –el magisterio– de la cual más del 95 por ciento somos mujeres. Hasta antes de la dictadura nuestros dirigentes de mayor nivel eran prácticamente todos hombres, lo que no quiere decir que las maestras no tuviéramos formación ni capacidad para serlo. Este tema de la discriminación, insisto, está instalado en la cabeza de hombres y mujeres en el país y a nivel general también. Durante la dictadura, a pesar de todo el eclipsamiento que se dio, en el momento en que se empiezan a reorganizar los sindicatos cobra una particular dimensión la creciente participación de las mujeres, que luego cae, a la salida de la dictadura y después no tan explícitamente pero se vuelve a la preeminencia de los dirigentes varones.

A nivel político también, porque si uno mira la composición tanto de las bancadas a nivel parlamentario, como de las juntas o de las organizaciones político-partidarias en este país en todos los partidos, más allá de que somos el 52 por ciento de la población, existe una fuerte exclusión de los niveles de decisión importantes.

A la pregunta concreta: es una altísima responsabilidad, es un desafío, pero no sólo por los problemas de género. El principal problema para mí no es el de género, el problema es el desafío en un momento en que cambia la política a nivel del gobierno. Es decir la población, la mayoría de la población de este país apostó, primero dijo "no queremos más de esto, queremos una cosa nueva, distinta", y dentro de las ofertas distintas dijo "queremos ésta que plantea el EP-FA-NM". El trabajo parlamentario va a tener que ser acorde a esa propuesta, respetando la independencia de los poderes del Estado –Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial–, pero a su vez introduciendo los cambios a los que apostó la gente. Ese es el gran desafío, al que se suma, como en tantas cosas, el hecho de que la tarea desde la presidencia –que aspiro, confío y trabajo para que no sea una tarea en solitario– va a ser llevada por una mujer. Y eso que nos pasa a las mujeres cuando tenemos que ocupar algún lugar de alta visibilidad: lo más suave es que se nos mire con una sonrisa suave.

AD - Teniendo en cuenta esos argumentos uno imagina la impronta que le establecerá a su gestión. ¿Cuáles son las principales medidas que piensa impulsar a nivel de la Cámara de Diputados?

NC - La fuerza política como tal está en un proceso de selección de proyectos de ley que daremos a conocer prontamente. Fundamentalmente los primeros días vamos a impulsar, a trabajar sobre todo con los más de 400 proyectos que durante estos últimos cinco años fueron presentados por el Frente y no pudimos llevar adelante.

AD - Sí, recordemos que justamente ayer el presidente electo, Tabaré Vázquez, estuvo con los legisladores electos y uno de los asuntos manejados fue ese.

NC - Sí, para poner algunos ejemplos, van desde el tema sustancial de la necesidad de la negociación colectiva a nivel del mundo del trabajo, el tema de la libertad sindical, a cómo se debe operar en materia de regulación en el tema de vivienda, etcétera. Eso en cuanto al contenido de los proyectos de ley o de la normativa. Yo creo que también habrá que impulsar, pero no encerrados en una pieza sino propiciando una mayor participación efectiva de todos los actores, los políticos y los sociales, algo que trate de comenzar a acortar la distancia entre la gente y el mundo institucionalizado del Parlamento.

AD - ¿Va a insistir en el funcionamiento de las comisiones fuera del recinto legislativo?

NC - Voy a insistir, pero quizás intentando, previa conversación con los distintos actores, llevarlas a trabajar con modalidades diferentes. Porque me ha tocado participar impulsando ese trabajo de las comisiones hacia afuera y noto que si la comisión sale pero trabaja en forma casi idéntica en cualquier barrio, en cualquier localidad del interior, con esa misma forma de alejamiento de la gente, realmente la distancia permanece intacta.

AD - Le preguntaba si iba a insistir porque, como usted sabe, su iniciativa ha recibido algunos cuestionamientos de legisladores y ex presidentes de la Cámara Baja parlamentaria, que han dicho "lo de Castro es muy loable, pero no tiene en cuenta los gastos, que hay que trasladar taquígrafos, secretarios, etcétera, etcétera".

NC - Yo sé que se han hecho esos cuestionamientos, y bienvenidos porque la diversidad de opiniones es sana en un funcionamiento democrático, pero en torno al gasto vaya si el Poder Legislativo –que ha ahorrado bastante– tiene que ir a una racionalización de la inversión y del gasto.

AD - ¿Por dónde?

NC - En el propio Poder Legislativo.

AD - ¿Pero por dónde, en qué rubros?

NC - Habrá que ver las funciones de administración, la superposición de funciones que se prestan, lo que permitiría una racionalización del uso de los propios recursos y de los gastos que se efectúan. Habrá que ver cuál es el estado de situación. A pocas semanas no puedo decir cuál es el estado de situación hoy. Entre otras cosas porque el Poder Legislativo, el Parlamento como tal, no tiene una auditoría interna.

AD - ¿La va a proponer?

NC - Por supuesto, es imprescindible que se haga una auditoría y que tengamos un estado de situación completo, relevado, para saber dónde estamos parados. Nadie puede tomar medidas si no sabe sobre qué campo está operando. Hay cosas en cuanto al funcionamiento que uno empieza a descubrir ahora –y no las descubro sólo yo– conversando en este proceso de transición con colegas de otros partidos.

AD - ¿Por ejemplo?

NC - Por ejemplo, en concreto, que vienen a presidencia solicitudes de renovación o de contratos sin previa información, sin un informe detallado que amerite tal cosa. Eso es casi como de uso, pero no de un año o dos, no estoy responsabilizando a esta administración, es algo que se viene haciendo así y parece que nadie... Es decir, muchos han dicho "qué disparate, esto no puede ser así", pero no se ha metido la mano para decir "vamos a parar, vamos a estudiar y vamos a ver cómo podemos mejorar".

AD - Por lo que veo usted va a abrir una caja de Pandora.

NC - Está bien el término de caja de Pandora, capaz que es por lo golosa que soy, pero yo asimilé la imagen a la de un queso calado. En estos cinco años desde el punto de vista informativo del conjunto de los organismos del Estado nosotros como máximo tenemos un queso calado, más o menos calado, pero uno aspira a tener la horma total y completa, si no no puede tomar decisiones.

AD - ¿Se van a reducir los costos para la prensa, para la compra de diarios de los legisladores?

NC - Eso será algo a estudiar, porque la información que tiene que tener el legislador es una garantía para el funcionamiento democrático. Habrá que ver si esa partida es excesiva, si no lo es, si alcanza, qué otros mecanismos se pueden habilitar para garantizarle al legislador esa información que tiene que tener. Eso tendrá que ser discutido, insisto, no solamente dentro de la fuerza política –obviamente la fuerza tendrá que llevar una propuesta–, sino en conjunto con los otros partidos.

AD - El vicepresidente electo de la República, Rodolfo Nin Novoa, decía hace muy pocos días al semanario Búsqueda que un problema que existe en el Parlamento es que no se cumple el precepto de a igual función igual remuneración. ¿Han pensado cómo encarar este tema?

NC - Es un problema que no eludimos considerar en el Poder Legislativo, pero que tiene el conjunto del funcionariado a nivel del Estado. Yo siempre pongo el ejemplo del escalafón F, funcionarios y personal de servicio, etcétera; no tiene nada que ver lo que pasa en el Ministerio de Salud Pública con lo que pasa en el Poder Legislativo, que es otro poder del Estado, o lo que pasa dentro del propio Ejecutivo. Acá, producto de la discrecionalidad, el amiguismo, el clientelismo, hay una irracionalidad total –para utilizar un término muy suave– en el nivel de las retribuciones ante perfiles de cargos descritos que en el papel son iguales. Y hay otra irracionalidad por la que de repente encontramos tres caciques, tres jefes, y un indio, es decir un solo funcionario ejecutor de la función supeditado a tres jerarquías de igual nivel, cosa que no responde al más mínimo análisis si uno no lo explica por una discrecionalidad y un amiguismo.

Y en cuanto al nivel de retribuciones –porque hay mucha fantasía sobre esto y mucho problema grave– del funcionariado del Poder Legislativo, a excepción de los funcionarios que entraron por el Frente, que entraron por concurso –y no estoy responsabilizando a los funcionarios, estoy criticando el mecanismo, que fue amiguismo, dedo, tarjeta–, tienen un régimen de dedicación total, por lo cual cobran un plus mayor de 50 por ciento con respecto a su propio salario. Pero por ejemplo en Cámara de Diputados hay una compensación que establece que si el funcionario se queda un minuto, dos minutos fuera de su horario de trabajo cobra como si hubiera trabajado todas las horas extra correspondientes a la jornada. Esto no sólo pone en diferencia a los funcionarios del Senado y de la Comisión Administrativa respecto de los de Diputados, sino que es una cierta irracionalidad, porque si uno tiene una compensación por dedicación total parece irracional que después además le estén pagando un plus porque se quedó un minuto. Y además puede generar –no digo que lo genere en todos los casos– una cierta inclinación a quedarse sin que el Poder Legislativo lo necesite tres, cinco minutos, etcétera. Hay que estudiar estas cosas para ver cómo se racionalizan.

AD - ¿Cuánto tiempo cree que tanto a Nin Novoa como a usted puede llevarle ajustar estos asuntos, estas irracionalidades?

NC - Ah, no tengo por profesión la de pitonisa, pero creo que mucho se avanzó ya en esta legislatura pasada con el trabajo del hoy desaparecido compañero Guillermo Álvarez, de la compañera Daysi Tournée y de la propia bancada que trabajó sobre la reforma del estatuto. Esto existe, está hablado con los propios funcionarios que apoyan algunos puntos y otros no. Habrá que retomar esto, pero creemos que en esta legislatura se deben dar algunos pasos sustantivos, no sé si en el primer año o en el segundo, porque no creo que cosas impuestas a contrapelo sin participación lleguen a buen puerto.

AD - Pero va a ser en esta legislatura.

NC - Ah sí, creo que es imprescindible ese trabajo de racionalidad de la administración del poder.

AD - La última: en esto de acercar el trabajo legislativo a la gente, ¿efectivamente está decidida a impulsar que por lo menos algunas sesiones sean trasmitidas por televisión?

NC - Totalmente. Y voy a decir más, voy a aprovechar que estoy hablando por un medio de comunicación de alcance nacional: creo que este país necesita caminar hacia un sistema nacional de comunicaciones en el que se articulen tres esferas –la esfera pública estatal, la esfera llamada comercial y la esfera llamada de medios alternativos de comunicación– que cumplirían distintas funciones. Hay que hablarlo entre ustedes los comunicadores y el Poder Legislativo integrando distintas opiniones para que se pueda avanzar en el proceso de democratización de la información. Yo sé que una crítica central que se ha hecho a esta propuesta es que la gente se aburre con las sesiones del Parlamento. Y yo digo: la gente podrá aburrirse como se puede aburrir si uno toma el universo de cualquier programa radial o televisivo, no le gusta a toda a la gente, a uno le gusta un pedazo y a otro otra parte. Pero tenemos que poner esa información al servicio de la ciudadanía en distintas modalidades que se conversarán y se abrirán las posibilidades. Esto no es nada extraño, en muchos países de la región se hace, los chilenos lo tienen instalado desde hace mucho tiempo, los brasileños también, etcétera. Hay experiencia regional, es una necesidad que han planteado distintos partidos y que nosotros hemos recogido como de interés significativo.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe