Bianchi contó que "soy parte de la comisión investigadora de la financiación de los partidos políticos, y les puedo garantizar que hay un clima de mucho nerviosismo de parte del Frente Amplio. Se vive un clima sumamente enrarecido. Yo pido que protejan al comisario Vica porque puede aparecer una rapiña o un hurto y le pegan un balazo y después no se sabe que pasó".

"La ley de duelos es una ley muy especial, propia de un contacto histórico, pero el delito de homicidio igual está. El honor es un valor protegido fuertemente por el código penal. Siempre se pudo defender el honor recurriendo a la justicia. Lo de Mujica fue más grave que decir que si la 'Ley de Duelos' existiera la usaría. Él usó los balazos no bajo la 'Ley de Duelos', eso lo sabemos todos, nunca pidieron disculpas. Se aprovechó de Mujica lo que Mujica es, un filósofo de boliche, tiene la apariencia de un abuelo bueno, pero esto creo que no fue parte de una estrategia. Puede haber sido una amenaza velada. Estaba muy enojado y muy nervioso. Lo que quiso decir fue otra cosa", aseguró la diputada.

Por su parte, Manzi dijo que "los dichos en sí tienen infinidad de intenciones, entre otras desviar tensiones. Sus dichos merecen el más severo repudio. Lo más penoso del caso es que este sujeto fue presidente de la República. El honor contra la vida humana pierde el sentido. Eventualmente en otro contexto histórico sí podría tenerlo, pero la civilización avanzó, y este paso ya se dio. Por lo tanto, lo único que denota esto es una naturaleza de orangután, de un sujeto inferior, que dramáticamente fue presidente".

Sobre Mujica, el tertuliano agregó que "es un sujeto que acaba de dejar la presidencia, que está dispuesto a matar, me parece de una gravedad enorme. El electorado tiene que empezar a ser un poco más lúcido y más crítico respecto a estas cosas. No puede premiarlo a él ni al que lo acompañe, después de que dice que está dispuesto a matar otra vez, porque ya mató".

Andrade por último opinó que "las luchas sociales en Latinoamérica terminan frecuentemente en una zanja. No se discuten ideas con la oposición, no hay un debate de ideas, de estrategia, sino que el debate se desparrama en términos de una serie de acusaciones que llevan al lodo. Si la discusión no es de ideas, sino de descalificación, nos termina generando una situación donde las diferencias sociales, no se canalizan en términos civilizados, políticos, sino que se hacen de la peor manera. Uruguay tiene instituciones democráticas fuertes, pero son fuertes si logramos en términos políticos, canalizar las ideas en forma civilizada".