Política

Una oportunidad para el Frente

Una oportunidad para el Frente

Como en toda crisis el Frente Amplio tiene en el tema Sendic una gran oportunidad: la de poder predicar con el ejemplo y ofrecer una imagen de coherencia con su discurso histórico, adoptando de raíz las medidas que correspondan -aunque dolorosas- ante tanto desacierto.

La coalición de izquierda se enfrenta a un verdadero cruce de caminos: el de buscar un costado positivo a esta situación incluso pensando en su futuro electoral -aunque pueda conque considerarse que en cierto modo lo hace tarde- o dejarse ganar por los reflejos, encerrarse en sí mismo y responsabilizar de todo a conspiraciones de terceros.

Esta es una postura también lejana de la autocrítica y por lo tanto de la falta de reconocimiento de realidades que son perjudiciales para quien las ignora.

Las dos posiciones se han apreciado en la última semana dentro del Frente Amplio, dejando en claro las tensiones que Sendic ha provocado, con un costo ya indudable, cualquiera sea el camino elegido.

En medio ha quedado un debate de fondo, que tiene que ver con la ética en la administración pública por encima del pronunciamiento de órganos políticos internos e incluso de las actuaciones judiciales. Y también mucho más allá de los votos que en algún momento se puedan haber obtenido.

Porque resulta evidente que los juicios éticos no tienen relación directa con lo que resuelvan los tribunales. Desde ese punto de vista es muy claro lo ocurrido con el inexistente título de Sendic y sus también imaginarias distinciones, avalados por el Plenario del Frente Amplio, que quedó muy mal parado por su apresuramiento y sus juicios, ante el estupor de propios y ajenos.

 

CONDENAS Y APOYOS

La semana fue muy rica en pronunciamientos desde dentro de la coalición. Hubo quienes enfocaron sus cañones contra la Vertiente Artiguista y el Partido Demócrata Cristiano, por sus fuertes posturas de condena, pero sin embargo no fueron los únicos que lo hicieron. Más aún, parece que se ha querido centrar los ataques en ellos, eludiendo el hecho de que otros grupos y dirigentes también lo hicieron antes y sobre todo evitando confrontar con quien realizó las afirmaciones más contundentes: el presidente Tabaré Vázquez.

Y es que fue el propio mandatario quien terminó de instalar con un estilo demoledor el tema de la eventual renuncia de Sendic. "Cuando se presenta una renuncia, se presenta una renuncia";, dijo el presidente, que trasladó la responsabilidad de la eventual dimisión a la sensibilidad del propio Sendic. Y nunca lo defendió en lo sustancial.

Las afirmaciones de Vázquez fueron interpretadas en los más diversos ámbitos como una clara toma de distancia del vicepresidente, que por su parte suspendió un pedido de licencia para permanecer en su cargo.

Durante los últimos días hubo otras manifestaciones sugestivas, como la del fiscal de Corte Jorge Díaz quien publicó un twit: "Actuar éticamente es una condición necesaria en el ejercicio de la función pública. Quienes no lo hacen deberían ser alejados de la misma";.

Díaz recibió expresiones de desaprobación desde distintos sectores políticos y luego de algunos días buscó sacar presión al asunto, asegurando que no se refería la caso Sendic. Sin embargo, dado el contenido y la oportunidad, parece muy difícil pensar que lo afirmado no estaba vinculado al mismo.

Durante la semana, molesto, el ex presidente José Mujica terció en el debate y pidió respeto por el trabajo del Tribunal de Conducta Política y la Justicia, lo mismo que hizo la Mesa Política en un clima espeso.

 

EL FUTURO

El Frente Amplio necesita resolver este episodio -grave desde el punto institucional- cuando antes. Por una parte, para intentar disipar los enfrentamientos internos y por otra, porque cuando más se estire en el tiempo, mas seguirá siendo eje del debate, arriesgando proyectarse al futuro.

Sendic se ha transformado en una carga muy pesada para el oficialismo que puede impactar electoralmente, si es que la coalición no resuelve bien este asunto.

Cabe recordar que existen investigaciones en el ámbito penal que tienen que ver con sus gestiones y pueden detonar en el futuro: y cuando más cerca lo hagan de los tiempos electorales, peor puede ser para el Frente Amplio.

Ya existe un daño que se refleja incluso en el nivel de algunos debates de la propia interna frentista. La preocupación de la izquierda, entonces, debería pasar en primer lugar, por procesar este inédito episodio con los menores perjuicios posibles. Y para ello necesita de un discurso coherente y homogéneo.