Entrevistas

La administración Batlle pasó raya

Para el prosecretario de la Presidencia, Leonardo Costa, en los próximos años se valorará "no sólo lo que se hizo sino lo que se evitó". Costa sostuvo que Uruguay está "en mucho mejores condiciones para afrontar una crisis como la que tuvimos en 2002. Eso se debe a tener una canasta de diversificación importantísima", agregó.

(Emitido a las 9.10)

ALFREDO DANTE:
El presidente de la República, doctor Jorge Batlle, reunió ayer a todos sus ministros para hacer un balance del año y de su gestión. ¿Qué análisis hacen de estos cinco últimos años? ¿Hay autocrítica en el gobierno que se va? ¿Qué legado le dejarán al próximo gobierno?

Para conversar sobre estos temas vamos a dialogar en los próximos minutos con el prosecretario de la Presidencia, doctor Leonardo Costa.

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Costa, como decíamos, ayer sesionó el que probablemente sea el último Consejo de Ministros, ¿no?

LEONARDO COSTA:
Sí, sin lugar a dudas.

AD - ¿Cuáles son las principales cuestiones que le quedaron en el debe a la administración Batlle?

LC - Fue notorio que el gobierno quiso hacer determinadas transformaciones que no fueron apoyadas en algunos casos por el Parlamento y en otros, aun habiendo sido apoyadas por el Parlamento, luego no lo fueron por la ciudadanía a través de diversos referéndum. Quizás uno de los temas en los que más se insistió, que más se quiso hacer y lamentablemente no se hizo, no por voluntad del gobierno sino por voluntad de los hechos, de la oposición y de la población, fue la reforma del sector combustibles, un tema que a Uruguay le hubiese hecho un bien notable y que además va a tener que encarar en los próximos años. Quizás ése sea uno de los temas fuertes que quedaron en el debe. Pero no es atribuible al gobierno sino a diversas situaciones, entre otras a una fuerte oposición a esos cambios que no permitió realizarlos.

AD - Y de lo que se le puede atribuir al gobierno, ¿qué quedó en el debe?

LC - Entre las cosas que quedaron en el debe, que no se pudo realizar, quizás una mayor transformación en el sector público. Uno siempre puede encontrar las razones por las cuales eso no sucedió, pero seguramente hubiésemos querido transformar mucho más la administración de lo que finalmente se logró. De cualquier manera el saldo en la reforma del Estado es positivo, no sólo porque se bajó el número de funcionarios sino también por diversas normativas que se fueron sacando durante estos años mediante las cuales se ha logrado dinamizar la administración pública, por ejemplo establecer ciertos principios básicos de administración como el de transparencia de la gestión, como el de manejo permanente y transparente de las cuentas públicas, la unificación de sistemas de compra, brindarle al ciudadano servicios de manera informática y ágil, etcétera. Creo que se sientan las bases de una manera importante para las reformas de tercera generación.

AD - ¿Por qué no se pudo profundizar más en la reforma de la administración pública?

LC - Varias cosas. En los momentos en que toda administración quiere realizar las cosas, a partir del segundo año, el país estuvo inmerso en una crisis muy grande y la mayor parte de las autoridades, incluso el ministro de Economía, estuvo especialmente abocada a tratar de ver cómo ir solucionando las situaciones. Eso consumió gran parte del tiempo, especialmente en los años 2002 y 2003, ver cómo hacer para mantener la estabilidad del país.

De cualquier manera si usted mira lo que es hoy la composición del sector público versus lo que era previo a la crisis va a ver que el gasto público en sí mismo ha bajado y que además existen bases importantes para seguir en lo que tiene que ver con el manejo de las cuentas públicas. O sea que si bien no se pudo completar esa tarea que todos hubiésemos querido y que especialmente el presidente Batlle impulsó, se dejan ciertos principios que vemos que la próxima administración va a estar continuando.

AD - De todas maneras la gente recuerda que este gobierno tuvo oportunidades picando en el área y no concretó, por ejemplo reformas del propio Poder Ejecutivo. Cuando los blancos se fueron del gabinete se anunció con bombos y platillos una reforma de los ministerios que después quedó en puntos suspensivos.

LC - Perdóneme, ahí hay un pequeño detalle de información. La reforma fue mandada al Parlamento, pero nunca se votó. Uruguay siempre hizo grandes esfuerzos de marketing en decir que iba a bajar el número de ministerios y no lo hizo, no hubo votos suficientes en el Parlamento para eso.

AD - No se bajó entre otras cosas porque el Foro Batllista (FB) no quería eliminar el Ministerio de Turismo.

LC - Por las razones que sea, la realidad es que no salió, la administración mandó el proyecto. La voluntad del Poder Ejecutivo estuvo.

AD - Pero no la del Partido Colorado (PC).

LC - El tema es qué pretendió hacer la administración y qué no pudo. Nos hubiese gustado tener mayoría en el Parlamento, como va a tener el futuro gobierno, pero no la tuvimos. Eso fue una restricción importantísima para trabajar y a pesar de ella se pudo hacer acuerdos políticos, un manejo realmente muy bueno por parte de la administración, y a su vez en los grandes números –hay que reconocer las actitudes– la oposición, especialmente el PN y todo el PC, acompañó los temas que más dolían.

Es un tema importante, uno muchas veces dice "no hice tal cosa porque no votaron", pero también hay que ver las cosas –como dice su programa– en perspectiva, ver que en el momento más álgido se lograron los votos. Se lograron votos muy importantes de todo el PC y del PN en los momentos más bravos, cuando se necesitaban sí o sí los votos para importantes normas que permitieron la salida de la crisis, cuando se pidió el apoyo al canje, cuando se pidió la salida de los bancos. Los gobiernos tienen que reconocer estas cosas, por eso el reconocimiento que hizo ayer el presidente.

AD - Usted dice que en los momentos bravos siempre estuvo todo el PC. Infiero que no estuvo en todos los momentos.

LC - Lo decía en referencia a lo que usted decía, esa parte no se acompañó. No hay que ser injustos y mirar esto; hoy vemos que la nueva administración no está planteando bajar el número de ministerios, sino al contrario, está planteando mantenerlo. O sea que parecería que el problema no es la cantidad de ministerios sino cómo se brindan los servicios.

AD - Pasando raya casi cinco años después se lo pregunto porque seguramente usted recuerda que cuando el doctor Batlle asumió la Presidencia mucho se habló, mucho se especuló sobre el verdadero apoyo que el FB le iba a dar a Batlle, líder de la lista 15. Ustedes están conformes con ese apoyo.

LC - Voy a hablar como Poder Ejecutivo, incluso como colorado. Por supuesto que sí, porque el líder del FB, el doctor Sanguinetti, hoy secretario general del partido, en los momentos más difíciles no miró costo político ninguno, lo que le importó fue sacar adelante el país. Es un reconocimiento que hay que hacer, además del que el presidente le hizo especialmente al vicepresidente Hierro, diciendo una cosa digna de destacar: todo presidente querría tener un vicepresidente como Hierro.

Luis ha sido no sólo un gran compañero, también una persona que no miró posibles costos políticos en los momentos de hacer las cosas. Recuerdo perfectamente que cuando al país se le bajó la calificación de deuda estábamos con Luis aquí en Uruguay, el presidente estaba de viaje y él no dudó en tomar las medidas que había que tomar. Lo mismo cuando ocurrió el tema de la aftosa.

AD - Hace pocos días el presidente de la República reconoció en una entrevista que le concedió a la agencia internacional de noticias EFE que "aspiraba a cambiar Uruguay y no lo consiguió". Usted me va a hablar de la crisis financiera, pero además de eso y de las trabas que tuvo a nivel parlamentario e incluso a nivel de la población, como por ejemplo en la reforma de los combustibles, ¿por qué cree que en definitiva el doctor Batlle no pudo cambiar Uruguay como quería?

LC - No comparto lo que dijo el doctor Batlle, creo que Uruguay cambió muchísimo. Quizás no como él hubiese querido; esto sí lo puedo compartir. Hubo muchas cosas, una resistencia natural al cambio, quizás también errores en algunos aspectos, no haber sabido nosotros mismos llevar adelante todo lo que había que llevar adelante para tomar esas medidas.

Pero déjeme decir una cosa: Uruguay hoy se encuentra en mucho mejores condiciones para afrontar una crisis como la que tuvimos en 2002. Eso se debe a algo que logró la administración –por eso digo que en parte no comparto lo que dijo Batlle–, como el hecho de haber diversificado los mercados, tener una canasta de diversificación importantísima no sólo en los mercados internacionales sino también en lo que tiene que ver con el turismo. Ayer el ministro Bordaberry decía que al principio de la administración teníamos una dependencia muy grande del turismo regional y hoy ya estamos teniendo una canasta importantísima. Además se ha logrado reestructurar todo el sistema de deuda del sector agropecuario, se ha reestructurado el sector producción, especialmente el sector primario.

Y algo que sería digno de un estudio económico: cómo la palabra y la franqueza de la administración pagan. ¿Qué quiero decir con esto? Si Uruguay no hubiera dicho en el momento "tenemos aftosa" por parte de la propia administración y saltado como un resorte como lo hicimos cuando apareció el primer foco, hoy el valor de la carne no sería el que es. Sin lugar a dudas es un cambio fundamental en la administración y en Uruguay si las administraciones siguen ese camino, eso termina pagando. Si usted mira el precio de nuestra carne respecto del de cualquier otro competidor de la región va a ver que ese es el resultado. Y si aplica eso mismo al canje de deuda va a ver que el resultado de la palabra y de decir "voy a pagar a toda costa, lo que necesito es tiempo" también paga porque en definitiva las tasas de interés que está pagando Uruguay son mucho más bajas que las que están pagando otros países de la región. Con esto quiero decir que no todo son rosas, no, pero hay un tema fundamental que hay que mirar en la perspectiva de la historia: acá se dejó un modelo de gestión política, de cómo la administración tiene que manejar una crisis: primero que nada diciendo la verdad.

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AD - Si a boca de jarro le dicen "dígame los tres, cuatro, cinco principales errores de la administración Batlle que si tuviera la oportunidad de ir para atrás en el tiempo no cometería", ¿cuáles señalaría?

LC - Es una buena pregunta; quizás no sea tan fácil responderla a boca de jarro. Primero que nada con el diario del lunes siempre es mucho más fácil, entonces quizás no sea justo decir "debimos haber hecho tal o cual cosa previo a la crisis". Es complicado decirlo hoy, en general si uno hubiese podido tener ese diario del lunes seguramente podría haber tomado algunas medidas previamente. No es válido un análisis de mi parte, no por falta de autocrítica sino porque en definitiva no sería lo suficientemente objetivo como para hacerlo.

AD - ¿No cree que le faltó alguna autocrítica al gobierno por su actuación en la crisis financiera, por algunas medidas tomadas, por ejemplo el contrato que se firmó por el tema Banco Comercial?

LC - Nuevamente, con el diario del lunes lo puedo decir. Tengo varios artículos de prensa de un montón de gente que hoy está rasgándose las vestiduras que apoyó.

AD - Hoy lo puede decir.

LC - Claro, por eso le digo, si se hubiese sabido que igual no se iba a parar todo lo que vino después probablemente no se hubiese firmado el contrato. Pero en ese momento nadie lo sabía, al contrario, se creyó con la mejor de las intenciones, errando, que era la mejor solución en función del resultado final y todo Uruguay esperaba. Déjeme decir una cosa importante porque uno ve ahora a algunos actores políticos hablar y le da un poco de fastidio. En ese momento todo el mundo esperaba que se firmara ya porque se pensaba que era la solución; naturalmente no lo fue, pero no lo fue porque luego colapsó todo el sistema. Y le digo otra cosa: una de las razones de la crisis, que fue la falta de capacidad de pago de la administración pública de sus deudas flotantes, etcétera, hoy se ha solucionado, es otro cambio importante a partir de la crisis.

AD - Le da fastidio cuando escucha ¿a quién?

LC - A algunos actores decir determinadas cosas cuando en realidad lo que se hizo se manejó de la mejor manera desde el punto de vista ético –especialmente quiero destacar al presidente Batlle–; además hoy con el diario del lunes todos somos Pelé y ganamos las carreras.

AD - Cuando Batlle asumió la Presidencia de la República uno de los temas que al menos en el arranque estaban en boca del propio presidente era la intención de ser más equitativo a la hora de pagar los salarios en la administración pública. Es más, inició todo un instrumento, una estructura de transparentación de los sueldos. ¿Se logró algo efectivamente? Porque los maestros siguen cobrando poca plata y los porteros de los bancos siguen ganando lo que ganan.

LC - Quizás ése fue de los temas en los que no pudimos llevar adelante lo que era la intención del gobierno. Por diversas razones, una de ellas es que es imposible tocar derechos adquiridos a determinados funcionarios porque después jurídicamente se la ganan. Recuerdo una norma que decía que los gerentes de determinadas empresas no podían ganar más de un determinado porcentaje de lo que ganaba el presidente; cuando vinieron los recursos administrativos había una norma que decía que los derechos adquiridos no se podían tocar. Con esto quiero decir que fue muy difícil, la igualación a la baja siempre tiene ese inconveniente de tocar derechos adquiridos. Uno debiera decir "debemos igualar hacia arriba", pero los números –la próxima administración se va a dar cuenta– son muy duros, aun con las mejores intenciones. Dado el número de funcionarios esas justas reivindicaciones salariales no se pueden cumplir.

Recuerdo perfectamente el conflicto en Salud Pública y la dificultad que teníamos para poder aumentar a veces muy poca plata por cómo repercutía en el total de los funcionarios. De todas maneras se inició un camino: en todos los aumentos de salarios –seguramente no lo suficiente ni lo que la gente hubiera querido, quien pueda estar escuchando puede dice pero eso no me da para nada y es verdad– que hubo en la administración pública a los salarios más bajos se les aseguró un piso. Es un camino a seguir.

AD - De todas maneras ve difícil que la próxima administración pueda...

LC - ¿Igualar hacia abajo? No lo veo, les va a dar un trabajo formidable a los abogados.

AD - ¿E igualar hacia arriba?

LC - Si le dan los números; es lo que todo gobierno intenta.

AD - ¿Cree el gobierno del doctor Batlle haber recibido lealtad institucional del Frente Amplio (FA) que ahora el gobierno del EP reclama?

LC - Primero, ningún gobierno tiene derecho a reclamarle lealtad institucional a nadie, es la población la que tiene que reclamar. Segundo, el presidente ha hecho un reconocimiento en este aspecto: ha recibido por parte de la población y de todo el sistema político un apoyo que hizo que en momentos en que otros países atravesaban crisis institucionales Uruguay no la haya atravesado. Eso ya se ha reconocido públicamente y es bueno reconocerlo nuevamente y todas las veces que sea necesario. Uruguay y su gobierno sin lugar a dudas recibieron por parte de todo el sistema político, y especialmente –que creo que es mucho más importante– de la población, el reconocimiento, la paciencia y la tolerancia que todos tuvieron en momentos difíciles como los que vivimos en 2002. Siempre es bueno recordarlo. El EP no acompañó las leyes en los momentos más difíciles, pero tampoco prendió la mecha ni hizo nada que pudiera afectar la institucionalidad.

AD - No se paró en un banquito en 18 de Julio y Ejido.

LC - Sin lugar a dudas; nadie lo hizo en Uruguay. Es un legado que todo el sistema democrático y Uruguay tienen para vender al mundo. Es reconocido hoy por todo el mundo.

AD - El doctor Batlle hizo ayer mucho hincapié –lo había hecho en otras oportunidades– entre otras cosas  en las políticas sociales que ha llevado adelante su gobierno, y dijo que ahora es momento de documentarlas. ¿Qué de lo que se hizo en materia social no es conocido por la opinión pública?

LC - Es conocido por los beneficiarios, que quizás sea mucho más importante; quienes no reciben esas políticas son los que se llevan más fácilmente por la falta de conocimiento.

El formidable apoyo que ha dado el INDA a la población más necesitada es algo que hay que destacar y es un esfuerzo que hay que continuar. Ayer lo decía el ministro de Trabajo, el INDA dio servicios a cientos de uruguayos, 3.000.000 de comidas mensuales, más de 70.000 canastas en diversas modalidades, algunas incluso en pago de dinero a través de los CAIF. Eso permitió amortiguar los peores momentos de la crisis. En 1999 y 2000 se gastaron unos 300 millones de pesos, cifra que se duplicó en 2002 y 2003. Se duplicó siendo mucho más eficientes en el gasto porque se creó la Unidad de Compra Centralizada de Alimentos que logró mucho mejores precios.

Una de las cosas notables y en la que seguramente se va a seguir adelante es el Plan CAIF, que ha sido una herramienta formidable de protección social a los más débiles, especialmente a los niños y la administración tuvo como contrapartida salud y educación. Los planes de trabajo comunitario que se implementaron tenían como contrapartida el trabajo, eso es algo que Uruguay en su conjunto debe tomar como herramienta de política social. Más del 70 por ciento del gasto fue para políticas sociales y quizás Uruguay no lo valora porque no valora que el pago de jubilaciones es parte de eso.

AD - Si un extranjero estuviera escuchando esta entrevista se diría: este hombre que se va del gobierno debe tener una popularidad altísima, seguramente salió reelecto. No es así, Batlle termina muy abajo. ¿Qué valoración se hace de ese tema? Si estamos tan bien, o si hay números tan positivos como se señala, ¿cómo se explica que Batlle termine el gobierno como lo termina?

LC - Hay diversas explicaciones. Y si se hubiesen recibido todos los votos no necesariamente querría decir que se hubiesen hecho todas las cosas que hubiese correspondido. No se trata necesariamente de decir que las cosas se están haciendo bien. Quizás no supimos comunicarlo, pero lo más importante es cómo hoy la administración entrante está reconociendo muchos de estos datos y cómo el mundo está reconociendo a Uruguay en muchos de estos datos. Los próximos años se valorará mucho más, no sólo lo que se hizo sino lo que se evitó.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe