Política

Presiones de Brasil vuelven a poner a prueba al Mercosur

Presiones de Brasil vuelven a poner a prueba al Mercosur

La posibilidad de que Brasil cierre o limite su mercado para los lácteos de Uruguay no sólo puso en alerta a los productores de ese sector y al gobierno, sino que volvió a cuestionar la utilidad o al menos el funcionamiento del Mercosur.

La realidad demuestra que los gobiernos de los más diversos signos pasan por sus países miembros y las dificultades siguen con una premisa clara: por sobre todas las cosas predominan los intereses nacionales.
 
Y las normas que en teoría deberían facilitar el comercio y el tránsito de mercaderías y aún el de personas, siguen desconociéndose o relegándose una y otra vez, con los más variados pretextos.
 
El Mercosur está allí, es una realidad, pero está lejos de alcanzar el potencial que prometía en un principio y corre el riesgo de transformarse en un foro más político que comercial.
 
Ahora tocó a los lácteos, como han sido otros sectores e incluso como ocurrió con el largo y penoso conflicto por la pastera sobre el río Uruguay, cuando ni siquiera se permitió el libro tránsito de personas con el impulso y beneplácito del gobierno K y la pasividad permisiva del Brasil.
 
Este nuevo tropezón no sólo genera preocupación entre los productores y el propio gobierno, sino que en medios diplomáticos es considerado como una mala señal respecto a la evolución de las larguísimas y hasta ahora poco fructíferas negociaciones con la Unión Europea.
 
Al respecto, por supuesto, no han faltado quienes recuerdan las decisión uruguaya de aumentar la tasa consular que generó incomodidad en sus socios.
 
UN MERCADO CLAVE
 
El sector lechero sufre altas y bajas muy importantes y atraviesa dificultades que han determinado que en el último año hayan cesado sus actividades unos 200 tamberos, según dijo a La Mañana de Espectador Santiago Sandro, directivo de la Asociación Nacional de Productores de Leche. 
 
En esa perspectiva, el mercado brasileño es fundamental para el sector lechero uruguayo, golpeado por diversos motivos y que el desastre venezolano ha dejado sin uno de sus destinos principales.
 
Representa además el 30 % de las exportaciones uruguayas al país vecino.
En este caso, como en otros, los problemas se originan en las presiones de los productores brasileños, en particular los de Río Grande del Sur, preocupados por la competencia de los lácteos uruguayos y argentinos.
 
Argentina tiene un acuerdo de cuotas para el ingreso al mercado, pero Uruguay no. Por lo tanto, las presiones del Brasil en última instancia estarían destinadas no a un cierre del mercado, sino a forzar una negociación entre privados para establecer cuotas también para Uruguay, según estimaron fuentes diplomáticas.
 
Uruguay no se ha quedado quieto y ha negociado al menos a dos niveles: por una parte, con conversaciones del ministro de Ganadería y Agricultura Tabaré Aguerre con su par brasileño, Blairo Maggi, en un reciente encuentro en San Pablo.
 
Y por otro, con conversaciones con la Cancillería y el Ministerio de Industria en Brasilia, donde se encontró mayor receptividad a la postura uruguaya.
 
FACTOR POLÍTICO
 
Aguerre rechazó en rueda de prensa la aspiración del Brasil: ";Uruguay -dijo- vende al mundo sin ningún tipo de apoyo o de subsidio y va a defender en todos sus términos el acceso y la oportunidad de venta del trabajo de los uruguayos";.
 
El tratado del Mercosur lo ampara, pero las presiones existen.
 
El año que viene habrá elecciones en Brasil y ese factor estaría pesando en el intento de satisfacer las demandas de los productores locales. Pero lo cierto es que más allá de esta factor coyuntural -que de todos modos no debería influir en lo que respecta al Mercosur- siempre surge un problema que vuelve a cuestionar el funcionamiento del bloque en materia comercial, que es su verdadero origen, más allá de la dimensión política, en algún momento sobredimensionada.
 
Lo cierto es que las dificultades internas de sus miembros -en particular de Argentina y Brasil- se han proyectado en demasía a la región afectando directamente al Mercosur. Y que una voluntad política inequívoca de sus socios, es lo que único que puede encaminar al bloque.