Respecto a Brasil, afirmó que "sería muy bueno para ese país y para la región que la Justicia pueda avanzar y terminar con el gobierno de Temer antes que finalice su mandato, porque de lo contrario queda con una situación absurda".

"La caída de Dilma Rousseff no fue un golpe de Estado, porque se cumplieron los pasos constitucionales, pero deja un sabor amargo porque hubo un enchastre institucional", aseveró.

Fantini remarcó que Rousseff tuvo responsabilidad en la crisis económica del país, porque "hizo derrapar el déficit para ganar la reelección, creyendo que después se puede corregir, y su liderazgo se licuó. Ese fue un hecho objetivo".

"La razón por la que se llegó al impeachment técnicamente es correcta, pero históricamente es absurdo, porque no se lo aplicaron a Lula, Fernando Herique Cardozo, etc.".

Para el analista político, Lula Da Silva es "más negligente que corrupto". "Si bien nadie me va a decir que no sabía, me hace pensar que él no debe haber hecho eso. Si sos Lula y llegaste donde llegaste, tenés que saber que tu mayor capital es tu historia", indicó el argentino.

Explicó que tiene que ver con una forma de entender el nacionalismo brasileño: "Era Brasil comprando influencias en toda América, con Odebrecht pagando sobornos. Es un instrumento de influencia poderosísimo para el gobierno. Una forma turbia, pero en definitiva incrementó la influencia".

Fantini dio su visión sobre la inminente independencia de Cataluña: "Lo que uno no ve es que los independentistas van a declarar la independencia entre las 48 horas inmediatas al primero de octubre, pero para independizarse tenés que tener una moneda, una fuerza militar. Parece que no contemplaron nada de eso, y tienen su proyecto de independencia a la vuelta de la esquina, la desconexión jurídica". "Uno ve un agujero negro después del 1° de octubre".

El periodista calificó a Trump como un demagogo y afirmó que "le hacen creer a la clase media-media baja de EE.UU. que se puede volver a las industrias llenas de mano de obra".

Claudio Fantini está presentando en Uruguay su último libro donde analiza los "monstruos incubados en las Grietas", esta etapa de la historia en la que se habla de "pos-democracia", en la que "hay una marcha inexorable hacia la aldea global y que parece haber entrado en trance de desglobalización".

"Es un libro que intenta retratar los aspectos patológicos más fuertes del mundo de estos días. Que tiene luces y sombras, pero en sus sombras hay acechanzas particularmente inquietantes de este tiempo. Es un momento en la historia que el hombre pierde una noción de futuro, estamos frente a la robotización, reemplazando la mano de obra humana. Estamos en los umbrales de la inteligencia artificial, y frente a la sociedad sin trabajo. Somos hijos, nietos, bisnietos de personas que podían imaginar el futuro de sus hijos, nietos y bisnietos. Y nosotros no podemos ni imaginar ni nuestro propio futuro", puntualizó el autor.