Un FA cada vez más coalición y sin un Seregni al mando
Una de las tantas cosas que dejó en evidencia el episodio Sendic, es el problema de liderazgos que tiene hoy el Frente Amplio.
Durante mucho tiempo el Frente Amplio se definía como una organización política que era, al mismo tiempo, un movimiento y una coalición.
Los hechos demuestran, sin embargo, que con el tiempo se ha ido convirtiendo cada vez más en una coalición pura y dura, al menos en su forma de conducción.
El peso de los sectores individualmente considerados es cada vez mayor y por tanto, en algunos casos, también el de sus respectivos líderes.
Todas las decisiones pasan por complejos procesos en los que primero deben plantearse las discusiones internas de cada grupo, para recién después buscar difíciles acuerdos y consensos más amplios.
Y eso sin desconocer que algunos de los principales grupos son en realidad subcoaliciones, lo que complica aún más la toma de decisiones. Además, los dirigentes realmente independientes y de peso, han quedado en el pasado. Al igual que los viejos líderes fundacionales, nunca relevados.
PODER DISPERSO
José Mujica planteó el tema después de la renuncia de Sendic, cuando analizó el papel del presidente de la coalición, Javier Miranda, y los límites que le impone la realidad política.
El planteo de Mujica podría resumirse en una idea: ya no hay un Seregni. En declaraciones a El Observador, Mujica -que en realidad estuvo muy poco tiempo bajo el liderazgo directo de Seregni- señaló: "Yo creo que Miranda intentó hacer lo que podía.
Pensaba que si hubiera estado una personalidad como (el general Líber) Seregni esto lo resolvía él. Llamaba a uno de cada organización y le decía 'tenés que hacer esto, esto, esto, esto' y después lo hubiéramos criticado por autoritario.
Pero no caía en una discusión cada vez más grande, cada vez más grande, cada vez más grande. Pero para eso hay que tener mucho peso";.
Es que las condiciones han cambiado y ya no hay una única personalidad, independiente, que pueda mandar en toda la coalición. El poder se ha dispersado entre los sectores y a la vez se concentró en las principales figuras: el presidente Vázquez, Mujica y Astori.
El peso específico de Mujica es muy grande y eso complica los equilibrios internos e incluso ha condicionado al presidente Vázquez, quien notoriamente tiene espacios más acotados que en su primera Presidencia.
NUEVAS CONDICIONES
Vázquez, cuando ganó por primera vez, gozaba de la expectativa y la cautela de toda la izquierda que se alineó detrás de él, sabedora de que en este primer gobierno el Frente Amplio se jugaba el futuro. Y que por tanto las diferencias internas debían estar bajo el mayor control posible.
Además, Vázquez desarrolló una estrategia claramente dirigida a facilitar su gobierno, integrando un gabinete de ministros con los líderes sectoriales. De ese modo, cuando los temas eran aprobados en el Consejo de Ministros, ya los consideraba aceptados de hecho por todos los partidos. Pero aquellas condiciones ya no existen.
Respecto a la Presidencia del Frente Amplio, queda pendiente la pregunta de cuál es su sentido cuando no es ejercida por quien al mismo tiempo es líder de la coalición. La Presidencia del Frente tuvo sentido cuando la ejerció Seregni, luego mantuvo fuerza con Vázquez, pero después empezó a perder influencia.
Hoy, ante figuras tan fuertes, la Presidencia del Frente tiene un contenido más simbólico que poder real y en todo caso su titular puede actuar como un articulador, pero no mucho más.
Parece claro, además, que en este caso específico hay sectores que se vieron negativamente sorprendidos por el triunfo de Miranda y han actuado de modo de bajar perfil a su gestión.
OBEDIENCIA Y OBSECUENCIA
Toda esta compleja situación en el manejo de la coalición, se ve más complicada aún, con una orgánica que responde a una lógica de los 70. Y así es que su órganos más importantes como el Plenario Nacional, están muy lejos de interpretar cabalmente al electorado frentista.
La doble representación obtenida a través de las raleadas bases, hace que sectores como el Partido Comunista, de muy escaso apoyo electoral, estén claramente sobrerepresentados en los mencionados organismos.
Resulta muy claro, efectivamente, que el Frente Amplio siente la ausencia de Seregni. Y no sólo por el peso de su autoridad, sino también por sus valores.
En 1999, después de la derrota del Vázquez en el balotaje ante Jorge Batlle, Seregni fue entrevistado en Brecha por el periodista Nelson Cesin. Seregni ya había renunciado a la Presidencia de la coalición y preguntado acerca de si Tabaré Vázquez debía permanecer luego de las elecciones municipales en la conducción cotidiana del FA, el general respondió: "Si, por supuesto. Déjeme decirle que tengo plena conciencia de quien soy, y del papel que puedo jugar. Tengo plena conciencia de que mis críticas pueden molestar. Pero no las hago para molestar, las hago porque más frenteamplista que yo no hay nadie. Nunca me sirvió un ayudante que me dijera a todo que sí. No confundamos la obediencia debida con la obsecuencia indebida";.