"Estoy un poco cansada", comenzó Bianchi, porque consideró que existe secretismo entre las autoridades de la planta y el gobierno. "Se maneja como la joya de la corona", expresó. Además, dijo que está de acuerdo con Astori, "me tranquiliza. Esta es una inversión que hay que hacer cuenta por cuenta. No tiene nada que ver con las otras dos plantas que se instalaron. Nos obligan a invertir mil millones de dólares, hay que pensarlo bien".

Por su parte Andrade manifestó que desde el Pit-cnt "hay acuerdos laborales con generalidades, pero no son distintos a los que en términos laborales defendemos en todas las vías".

Además expresó que se firmó un convenio previo por lo que sucedió en situaciones anteriores, cuando se instalaron otras plantas de celulosa. "En la primer planta, por no haber negociado previamente, se trasladaron cuatro mil trabajadores y no había alojamiento. Los alquileres subieron por diez y hubo hacinamiento. Una inversión de este tipo tiene que tener exigencias superiores a las que tiene una pequeña o mediana empresa", añadió.

A su vez Manini dijo: "sería bueno que, desde el punto de vista del empresario uruguayo, ojalá tuviéramos las mismas condiciones que le están dando a UPM, porque tiene un tratamiento fiscal sumamente de privilegio, considerado una zona franca, con lo cual todos los costos de los insumos son muy inferiores, tiene exoneraciones tributarias muy importantes, exige una inversión en infraestructura que a Uruguay le va a costar mucho. Además obtiene lo que no obtuvo ninguna empresa, porque tiene acuerdos por empresa y no por rama". Según Manini sería bueno que los sindicatos tuvieran una actitud similar en otros casos, de negociar por empresa y no por rama.