Hadzialic había asumido el cargo en 2014, cuando una coalición de ecologistas y socialdemócratas llegaron al gobierno sueco. Con 29 años, ella fue la ministra más joven en la historia de Suecia.

Originaria de Bosnia-Herzegovina, la familia de Hadzialic se mudó a Suecia cuando ella tenía cinco años para escapar de la guerra civil, en la que serbios y bosnios lanzaron una campaña de limpieza étnica contra los bosníacos (bosnios musulmanes). Por lo que Hadzialic también estuvo entre los primeros jerarcas suecos musulmanes, habiendo sido refugiada.

En 2016, la ministra fue a un concierto en Copenhague, Dinamarca, donde las leyes sobre tolerancia al alcohol son un poco más relajadas. Allí, según admitió, bebió unas copas de vino, y tiempo después, creyendo ya no estar bajo los efectos del alcohol, emprendió el viaje de regreso a Suecia. En su país fue detenida en un control de rutina donde la espirometría le dio 0,2 miligramos de alcohol en sangre, la cantidad mínima que se considera delito. No había tenido ningún accidente ni había estado manejando de forma peligrosa.

Esto ocurrió un jueves. El sábado, Hadzialic llamó a una conferencia de prensa y presentó la renuncia. Dijo estar "arrepentida"; y "furiosa"; consigo misma, y pidió disculpas al pueblo sueco.

El primer ministro Stefan Löfven, un socialdemócrata como Hadzialic, dijo que si bien su compañera de partido era "una buena persona que había cometido un error"; y destacó sus logros en el Ministerio de Educación, aseguró que compartía su "análisis sobre la gravedad de la situación"; y aceptó la renuncia.

Luego de estos sucesos, Hadzialic, abogada de profesión, ejerce en el sector privado.