UPM: una negociación de Estado condicionada por la economía y política
La renuncia de Andrés Masoller a su cargo en la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas, hizo explícitas en los últimos días las diferencias que existen en el gobierno en algunos temas estratégicos, en particular en lo relacionado con la segunda planta de UPM.
Para el presidente Tabaré Vázquez la construcción de UPM resulta fundamental y así se lo hizo saber a sus colaboradores, a quienes pidió apurar el paso de las negociaciones.
La gigantesca inversión que significaría la planta, su aporte al PBI y la dinamización por vía directa e indirecta del mercado de trabajo, han llevado al presidente a transformar este proyecto en una bandera primordial de su segunda administración.
Más aún, esta iniciativa aparece hoy como el principal proyecto del gobierno, cuando ya ha atravesado más de la mitad de su gestión y se acercan los tiempos prelectorales.
Un eventual fracaso de este proyecto, significaría un golpe duro para Vázquez a la hora de pasar raya a su gestión. Y esto lo tienen claro, entre otros, los propios finlandeses que negocian con el gobierno: constituye, de hecho, un factor a favor de los inversores.
PISAR EL ACELERADOR
Así es que las últimas semanas estuvieron marcadas por la aceleración de las complejas negociaciones entre el gobierno y la empresa finlandesa. El ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, informó que en poco tiempo, —bastante antes de fin de año- estará pronto el pliego para la licitación de las obras del tren que unirá a Montevideo con Paso de lo Toros.
Se trata de una inversión cercana a los 550 millones de dólares, una exigencia de UPM, que sin embargo el gobierno ha tratado de despegar de la pastera, en la medida que, asegura, se llevará adelante aunque finalmente no se concrete el acuerdo.
La modernización de este importante tramo de ferrocarril aliviaría la carga de madera y liberaría las carreteras, permitiría el transporte de otras materias primas y sin duda reviviría pueblos que en su momento nacieron al impulso del ferrocarril y han languidecido en su ausencia. Pero la inversión es muy grande y parece inviable sin la firma del acuerdo con UPM.
También aparecen aquí factores vinculados al medio ambiente, al ordenamiento territorial y a la dinámica de algunos de los lugares por los que transitará el ferrocarril, que todavía no se conocen con exactitud al menos públicamente.
RITMOS DIVERSOS
Lo cierto es que la urgencia en buena medida política del presidente Vázquez, no es la misma de otros miembros del gobierno; aunque la reserva de las negociaciones genera dudas de todo tipo, incluso acerca de la verdadera profundidad de diferencias que en algunos casos también podrían interpretarse como gestos de la negociación dirigidos a la contraparte de Uruguay.
El ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, llegó a decir esta semana que el acuerdo está lejos, quitando el sentido de urgencia que se trasmite desde otras esferas oficiales.
La semana pasada en un encuentro internacional, el prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, explicó cuáles serían las excepciones en las cuales el Estado podría negar el acceso a la información pública: y justo puso como ejemplo el caso de de UPM. Y explicó que la reserva tendría una fecha de caducidad: cuando se firme el acuerdo.
Algunos días atrás, como se recordará, los negociadores saltearon un obstáculo importante, al lograr la suscripción de un acuerdo entre UPM, el PIT-CNT, la Cámara de la Construcción y la Cámara Metalúrgica. Es que el tema de las relaciones laborales es uno de los tantos que preocupan a los inversores.
La renuncia de Masoller y el malestar de otros jerarcas de Economía y Finanzas estaría motivado por las exigencias de UPM en temas como los vinculados al canon de la empresa y las exenciones tributarias. Claro que este hecho puntual, también esconde otras discrepancias relativas al gasto público y el proyecto de los "cincuentones";.
INFORMACIÓN
Desde sectores de la oposición, en tanto, han comenzado a pedir al gobierno que brinde información sobre la marcha de las negociaciones con UPM, abriendo otro frente de difícil solución, porque aquí también chocan la reserva propia de estas conversaciones, con el hecho de que en definitiva se trata de un tema de Estado que trasciende al gobierno actual e involucrará a las administraciones del futuro.
Lo cierto es que aquí se mezclan la búsqueda de una inversión de más de cuatro mil millones de dólares, las exigencias de UPM para concretarla y la importancia económica de la planta para el futuro, con aspectos políticos potenciados por la dimensión que le hado el presidente al proyecto.
Un tema de políticas públicas que que encuentra diferencias en el gobierno. Y en este caso, el paso del tiempo parece favorecer el margen de negociación de la empresa, en un asunto de Estado pero condicionado por factores coyunturales, económicos y políticos.