Victoria Baeza denunció que durante su gestión como presidenta de Shell en México, hizo lobby con políticos corruptos para la empresa que es propiedad de las coronas británica y holandesa y que tuvo que estar al tanto de la compra de combustible robado por parte de la compañía. La actual Presidenta de Ancap, Marta Jara, mantiene su cargo en Gas Sayago, empresa a cargo de la fallida construcción de la planta de regasificación en Puntas de Sayago, propiedad de Ancap, mediante una licencia sin goce de sueldo.

Victoria dijo que el modelo de negocios que se plantea para Uruguay, con ganancia asegurada y resolución de conflictos en tribunales internacionales, es el mismo que Jara consiguió para Shell en su gestión en México.

La multinacional Shell avanza en su idea de retomar la construcción de la planta regasificadora en Puntas de Sayago y firmará en las próximas horas un memorándum de entendimiento con Gas Sayago para el desarrollo y la puesta en funcionamiento del proyecto. La intención de Shell en Uruguay es construir una planta de menores dimensiones y ser la responsable de comercializar el excedente de gas fuera de Uruguay. Según informó la propia ministra de Industria, Carolina Cosse, en Canal 12.

Jara tiene más de 20 años trabajando en el rubro petrolero, sobre todo con experiencia a nivel internacional en distintos proyectos petroleros. En una entrevista a Voces, en 2013, Jara cuenta que a los siete años se fue con su familia a vivir a Argentina, donde estudió ingeniería química en la UBA; y que desde entonces su vida se desarrolló en distintos países. La terminal regasificadora de Baja California, impulsada por Jara mientras estuvo al frente de Shell, ha enfrentado varios problemas legales desde el anuncio de su construcción. En 2009, la Procuraduría de Justicia de Baja California inició una investigación en contra Energía Costa Azul, funcionarios y asesores de la empresa.

En 2004 Greenpeace denunció que la planta de Gas Natural Licuado (GNL) de la empresa Energía Costa Azul, filial de Sempra Energy, representaba un grave riesgo para la población local y el ecosistema de la región por su alto nivel de explosividad.

En el gobierno del presidente mexicano Ernesto Zedillo, cuando se inició la privatización del gas, comenzó la construcción de las primeras plantas para importar y regasificar gas natural licuado, la más importante en la llamada Costa Azul, unos 20 kilómetros antes de llegar a Ensenada, Baja California.

Más adelante abundaremos en esto, pero adelantamos que esa planta hoy se encuentra paralizada: no funciona, no recibe gas. Desde la carretera pueden observarse sus dos enormes tanques que, según recientes informaciones de La Jornada, están vacíos.