"Creí que el resultado final de este convenio que se firmó, iba a ser peor. Pensé que iba a tener más exoneraciones", reconoció Andreoli, quien agregó que "va a ser una inversión productiva, que va a aumentar en dos puntos el PBI, y eso es muy importante, porque no hay forma de mejorar la situación económica de la situación si no es en base a mayor productividad y aumento del PBI. No puede ser en base a impuestos. Esto es una promesa interesante y creíble".

Por otro lado, la tertuliana manifestó que hay "algunas cosas" que le generan "escozor", como la insistencia en la instalación del ferrocarril, aunque reconoció que "la mejora de la logística, es una necesidad para el país, venga o no venga UPM".

Pereira opinó que "a veces uno se mete en la dinámica de la negociación, y se pierde el verla desde donde la ve la gente común y corriente. Este entendimiento es preliminar, tiene un montón de cláusulas condicionales, algunas que establecen que una vez que Uruguay haga un montón de cosas que se compromete a hacer, UPM evaluará si les resultan satisfactorias o no. Si no viene el negocio hay que ver con qué otra cosa se compensa, porque no son inversiones chicas".

Por último, Pascale manifestó que "lo que se firmó" con UPM aumentó sus "dudas". "Se plantean un montón de exigencias que no se dieron para la instalación de la primer planta", agregó.

"Este gobierno está asumiendo compromisos, algunos vidriosos, que se van a aplicar en el próximo gobierno, que no sabemos de qué partido será. Esa posibilidad tendría que haberse contemplado", ya que la fecha límite para firmar es el 15 de febrero de 2020, día que asumen las Cámaras del Parlamento del próximo gobierno.

"Acá todos los números que se miran son los de UPM, pero no se ven los de Uruguay. Uruguay se va a comprometer a cosas monumentales y grandiosas, para una inversión en la cual el lucro para el país es absolutamente marginal", sentenció el tertuliano.