Condenaron a militares responsables de los vuelos de la muerte
El pasado miércoles la Justicia argentina condenó por primera vez y con varias cadenas perpetuas a los responsables de los vuelos de la muerte, el sistema de exterminio de los detenidos desaparecidos que acabó con la vida de unas 4.000 personas, lanzadas al mar desde aviones militares después de haber sido drogadas.
La sentencia del mayor juicio de la historia de ese país, la llamada megacausa de la ESMA, tuvo 54 imputados por los delitos cometidos contra 789 víctimas, y determinó la condena a cadena perpetua de 29 implicados, incluidos algunos de los más conocidos represores, ya condenados por otras causas. Hubo 6 absoluciones y el resto fueron condenados a penas entre 8 y 25 años.
Los absueltos fueron los tres acusados que confesaron su participación en los vuelos de la muerte ante compañeros de trabajo y familia. Emir Sisul Hess, piloto de helicópteros Alouette y Seaking, al que sus compañeros escucharon hablar de "vuelos de limpieza"; desde donde se veía "a la gente que caía como hormigas";
También Julio Poch, detenido en España después de contarle a sus compañeros de KLM en una cena en Bali que los detenidos "estaban drogados"; y "tendríamos que haberlos matado a todos";. Y Ricardo Ormello, que relató a sus colegas de Aerolíneas Argentinas el procedimiento y una anécdota que hizo que le denunciaran. "Trajeron a una gorda que pesaba como 100 kilos y la droga no le había hecho efecto. Cuando la íbamos arrastrando se despertó y se agarró del parante. La hija de puta no se soltaba. Tuvimos que cagarla a patadas hasta que se fue a la mierda";, detalló a sus amigos este hombre, que era cabo segundo de la Armada durante la dictadura.
Sin embargo, no era fácil probar su culpabilidad. Poch y Ormello quedaron absueltos porque no fue considerada suficiente su autoinculpación involuntaria. De los siete implicados directamente en los vuelos, cuatro fueron condenados a perpetua y tres absueltos. Algunas víctimas temían que el cambio político virara el espíritu que hasta ahora dominaba en la justicia, que ha determinado en los últimos años sentencias muy duras. Con la excepción de estos presuntos implicados, que quedarán en libertad, el resto de la sentencia confirmó que Argentina sigue siendo un referente mundial en los juicios de lesa humanidad y sus durísimas condenas.
En 1984 el marino uruguayo Daniel Rey Piuma publicó un libro-documental llamado "Los crímenes del Río de la Plata";, en el revela documentación sobre el hallazgo de más de dos decenas de cadáveres en nuestras costas desde Colonia hasta Rocha entre los años 1976 y 1979.
"Todos tenían las mismas características generales – relató Rey Piuma - la mayoría manos y pies atados, señales de violencia, fracturas expuestas, en algunos habían perforaciones de bala, en otros cortes de músculos o cráneos hundidos. A los del 79 les habían quemado la cabeza con soplete y había una muchacha, de unos 20 años, que le quemaron el seno izquierdo.
Los periódicos de la época decían que podían ser pescadores chinos, a quienes habían matado y tirado al agua. Pero un cadáver encontrado a la entrada del puerto de Montevideo y otro enfrente a la playa La Floresta, revelaron que eran de raza blanca.
Incluso una vez se encontró una cédula argentina en uno de los cuerpos, a nombre de María Cristina Cámpora; algunos tenían restos de pantalón o de buzo que decía "Polyester, Industria Argentina"; u otras etiquetas argentinas; en uno se encontró una moneda argentina.
Hoy la ESMA es un centro de memoria, un ejemplo mundial de cómo convertir un lugar de horror en otro de aprendizaje para inocular anticuerpos en las siguientes generaciones.
Con 54 acusados –todos ellos en la cárcel, muchos en prisión preventiva— y 789 víctimas, el juicio duró cinco años y por primera vez han condenado a los que participaron en los llamados vuelos de la muerte.
Fuentes: Página 12 (Argentina) - El País (España) - Los crímenes del Río de la Plata – Daniel Rey Piuma